Sin embargo deberíamos reflexionar sobre cuán alegre y gratuitamente damos desde nuestro país lecciones de democracia a los demás: Tendríamos que tener presente que las pretensiones de Berlusconi consisten en garantizarse la inmunidad ante la ley, tal y como se reconoce constitucionalmente al Jefe del Estado español.
Con la diferencia de que Berlusconi debe presentarse a elecciones periódicamente, y el día en que deje de ocupar su puesto perderá la inmunidad legal, y no transmite (constitucionalmente) su irresponsabilidad ante la ley por la vía hereditaria, siguiendo una línea sucesoria de primogenitura masculina.