jueves, 27 de septiembre de 2012

miércoles, 26 de septiembre de 2012

"Cataluña, no nos dejes solos". Por Isaac Rosa. eldiario.es 26-09-2012


Si la integridad territorial de España dependiera de los argumentos con que la derecha política y mediática descarta estos días la independencia de Cataluña, ya podrían los catalanes independentistas enfriar el cava porque sería cuestión de días. Hay que ver la birria de razones con que quieren convencernos de que una Cataluña independiente es imposible por inviable.

Argumentos sentimentaloides del tipo “Cataluña no es nada sin España” ni los tengo en cuenta, porque recuerdan al “no puedo vivir sin ti” que precede a toda separación, y que dura tanto como tarda uno en darse cuenta de que no sólo puede vivir sin su ex, sino mucho mejor.

Luego están los argumentos ‘expulsivos’: un Estado catalán se quedaría fuera de la Unión Europea, del euro, de la OTAN, y hasta de la liga de fútbol. En cuanto al euro, ya veremos si no somos nosotros los que acabamos fuera de Europa y del euro, bien porque nos echen, bien porque se venga abajo el invento europeo. Lo de no poder pertenecer a la OTAN, muchos correríamos a preguntar dónde hay que firmar, y así están desde siempre algunos países, incluso en Europa. Y en cuanto a la liga de fútbol, es un negocio antes que un deporte, y ya lo apañarían.

Y por último están los argumentos ‘ruinosos’: Cataluña no sería viable como Estado en un momento como este, de grave crisis económica europea, española y también catalana, y se hundiría sin remedio. Se olvidan de que los nuevos Estados suelen nacer de los escombros, tras guerras y secesiones dramáticas, y sobre esos escombros (que a menudo son literales, de país destrozado) levantan el nuevo Estado.

En definitiva: que si Cataluña sigue o no siendo parte de España no dependerá ni del euro, ni de la crisis ni de jugar la Copa del Rey, sino de que los catalanes quieran continuar siendo miembros del club hispánico. Vale, están también los argumentos de fuerza: suspender la autonomía y mandar el ejército, pero como ahí se acaba toda posibilidad de discusión, ni lo considero.

Por mucho que les pese a algunos, Cataluña será lo que los catalanes quieran. ¿Y el resto de españoles? ¿Qué queremos? Yo hablo por mí, y por otros que sé que piensan como yo. Y mi postura es casi suplicante: ¡amigos catalanes, no os vayáis, no nos dejéis solos! Frente a la chulería con la que algunos comentaristas despachan las aspiraciones catalanas con un “déjalos, que se vayan, que ya se arrepentirán”, yo prefiero no tentar la suerte y les pido: no os vayáis, no nos dejéis solos.

Porque si para algunos es impensable una España sin Cataluña, yo tengo suficiente imaginación para hacerme a la idea, y me aterra una España sin Cataluña (y sin Euskadi, que en tal caso no se quedaría atrás). ¿Se lo imaginan, una España sin las variaciones vasca y catalana, una España reconcentrada en su castellanidad?

En una España sin catalanes ni vascos, los que quedásemos tocaríamos a más en todo, por ser menos para repartir: nos tocaría por cabeza más rescate, más modelo productivo fracasado, más monarquía, más bipartidismo, más santa Transición, más conferencia episcopal, más jueces carcas, más contrarreforma educativa, más facherío sociológico, más prensa cavernícola, más Academia de la Historia, más banca tóxica, más poder económico dominante, más corrupción; más de todo per cápita. Sí, ya sé que también en Cataluña hay crisis, derecha rancia, obispos, corrupción y gran capital, pero sospecho que en el reparto del ajuar común saldríamos perdiendo los que estamos a este lado del Ebro; y lo mismo valdría para Euskadi.

Sería además una España herida, humillada, lo que hincharía aún más el nacionalismo español -que también existe aunque los que se dicen antinacionalistas nunca lo reconozcan-; ese mismo nacionalismo que con sus hechos y sus palabras es desde hace años el mayor fabricante de separatistas en Cataluña y Euskadi.

Asumo que en Cataluña hay un número importante de independentistas convencidos que querrían llegar hasta el final –y entre ellos no figura Mas, que está a otra cosa, ni tampoco CiU-. Pero estoy seguro de que la mayoría de catalanes no quiere salir de España: quiere salir de esta España, que no es lo mismo. Pero es que de esta España somos muchos los que queremos salir, sin tener la posibilidad de independizarnos. De esta España fallida, donde no queda ya institución que no esté en crisis, y donde caminamos con paso firme hacia el agujero.

Por eso digo: amigos catalanes, no os vayáis, no nos dejéis solos, quedaos con nosotros y cambiemos juntos esta España, construyamos otra donde ni vosotros ni los demás nos sintamos incómodos, una España que tenga futuro y en la que no tengamos más motivos para temer o avergonzarnos de los que tienen los habitantes de otros países. Una España que ya no podrá ser monárquica, ni tampoco autonómica, porque el proyecto de la Transición hace agua por demasiados sitios. República, federal, son palabras que todavía imponen; pero más nos valdría tomarnos en serio esa incomodidad de catalanes y vascos y de tantos españoles, y apostar por salir de la crisis desechando todo lo fallido para construir de nuevo, antes de que se nos caiga encima.

http://www.eldiario.es/zonacritica/cataluna_independencia_mas_6_49755030.html

"Nazi eres tú". David Torres en Público. 25-09-2012


25 sep 2012

Resulta que ahora soy nazi. Lo dicen la Cospedal y la Cifuentes, dos señoras que no desentonarían de extras en un desfile en Nüremberg, en 1939, perdidas entre una muchedumbre vociferante, un bosque de pelo rubio y ojos azules, todo sonrisas y brazos en alto aclamando a Hitler. Algo de verdad debe de haber en la afirmación puesto que de nazismo estas dos saben un montón: se criaron entre cachorros de extrema derecha, amamantándose en las tetas mismas del franquismo y medrando a la sombra de un partido político que no es más que una mutación genética de la dictadura, una metástasis de Fraga sólo que adaptado a los nuevos tiempos, es decir, con menos lecturas y más laca.

Muchos sospechamos que la célebre niña de Rajoy (aquella de los chuches a los que no iba a subir el IVA) era un remiendo de la niña de El exorcista, una pobre criatura que hablaba poseída por un ventrílocuo cenizo con barba y gafas. Ahora descubrimos que no, que la niña son dos, por lo menos, si no son tres o cuatrocientas, que todas estas Cospedales, Cifuentes, Esperanzas, Fátimas y Sorayas son más bien las niñas del Brasil clonadas ideológicamente a partir de unas gotas de sangre del Caudillo, las terroríficas muñecas de Famosa que se dirigen al portal a piñón fijo, hacia una España grande, libre, católica y apostólica. También es mala suerte, tanto feminismo para esto.

Resulta que, según las niñas del Brasil, el 25 S es igual que el 23 F, que un coronel de la guardia civil, pistolón y mala leche, que entró pegando tiros al techo del Congreso es exactamente lo mismo que un pobre jubilado con una pancarta y que un joven airado harto de que le roben, le expriman y le expropien. Resulta que en este país, donde tantas veces los militares y los hijos de papá han tomado el poder por sus cojones, ya es lo mismo el ruido de sables que el ruido de tupper.

Habrá que recordar a estas niñas del Brasil, que al fin y al cabo no han leído tanto como Fraga, que Adof Hitler se aupó hasta el pedestal más alto de Alemania precisamente gracias a la democracia y que el nazismo consiste básicamente en desposeer al pueblo de sus derechos elementales, en transformar a los electores en ovejas obedientes y en dividir a la sociedad en ciudadanos de primera, ciudadanos de segunda y elementos nocivos que hay que segregar primero y exterminar después, ya sean judíos, gitanos, moros, comunistas o emigrantes. Es decir, chusma. Es decir, pobres.

¿Qué es ser nazi, Cospedal? ¿Y tú me lo preguntas? Nazi eres tú.

http://blogs.publico.es/davidtorres/2012/09/25/nazi-eres-tu/

lunes, 17 de septiembre de 2012

"Adiós, Condesa, adiós", por Rafael Narbona



ADIÓS, ADIÓS, CONDESA, Rafael Narbona.


Sólo voy a dejar esta foto unos minutos, pues es intolerablemente antiestética.

Estoy conmovido. Nos hemos quedado sin una de las mujeres más despiadadas del PP, una verdadera Cruela de Vil que mantenía una cruzada contra los pobres, los parados, los pensionistas, los inmigrantes, los funcionarios y los sindicatos. La Madrastra de Blancanieves ya no podrá conservar la Corona de la Malicia Absoluta. Tú no eres la más hermosa, pero hasta las hordas de Gengis Kan tiemblan al escuchar tu nombre.

Creo que el ínclito e inmundo Manuel Fraga está preparándote un recepción de lujo, con estandartes y fanfarrias. Desde el último círculo del infierno, te espera con los brazos abiertos para celebrar los ajustes y recortes en educación, sanidad y servicios sociales.

Adiós, condesa. Creo que te echaremos de menos, con la nostalgia de los que aún se estremecen de miedo con los terrores de su infancia. Fuiste una verdadera ogresa, un lideresa tenaz en la ciénaga de la ultraderecha española, capaz de mover la silla hasta del mismísimo hijoputa de Gallardón y del memo de Rajoy.

Sé que amabas a José María Aznar y a Margaret Thatcher, con verdadera unción y ciega lealtad. Sé que rezabas a San Josemaría Escrivá, con devoción mariana, hincada de rodillas y con los brazos en cruz. No te preocupes. Seguirán a tu lado. Sois los nuevos jinetes del Apocalipsis, propagando la guerra, el hambre y la peste.

Por cierto, ¿quién es la señora que llora a tu espalda? Parece una alienígena que acaba de perder a su príncipe encantado.

Sólo te pido una cosa. Baja a los infiernos con Ana Botella, tu alma gemela. Hasta el mismísimo Lucifer se encogerá de envidia, pensando que sus obras palidecen al lado de vuestra cosecha de infamias y ultrajes contra los más débiles.

viernes, 14 de septiembre de 2012

"Palabras reales", por Jaime Poncela


Gracias a esta debutante Fundición Príncipe de Astucias me he enterado de que el Rey de España y su séquito de mustios pelotas con dentadura de hiena sonriente expropian palabras. No se puede usar el dominio internáutico fundicionprincipedeastucias.es porque también es de ellos. ¡Qué grande es la democracia del embudo!


Uno nunca tiene bastante, Majestad. Cotos de caza, tías buenas, negocios, todo pago desde la cuna hasta el panteón, chófer con derecho a colleja, mucama para los nenes, avión, palacio, palacete, yate, ya te oí, balandro, caballo para la hípica, palco, corona, prótesis de carbono (14), elefantes, osos y todo lo que se tercie alicatado hasta el techo. El mundo es suyo, Señor, y resulta que ahora usted y sus eficaces lameculos también quieren trincar las palabras de los demás, dominar hasta los dominios que son del dominio público, poner en el diccionario carteles de “prohibido el paso, propiedad real”. Como decía el clásico: “De Somió acá ye tó de mio pá. De aquí a Somió todo ye mio”. Con lo mal que se les da los Borbones hablar en público y resulta que son dueños hasta de las palabras que no les corresponden. ¿Las querrán para el discurso de Navidad?

Así las cosas, creo que Su Majestad debe ordenar a su querida nuera la periodista que haga una lista de palabras de uso regio que llevarán el marchamo de “proveedoras de la Real Casa” como quería poner en sus tabletas de turrones aquellos dos caraduras berlanguianos llamados Planchadell y Calabuig.

Por ejemplo, la palabra “zarzuela” queda expropiada para mención exclusiva de la residencia real. Los que vivan de las zarzuelas de marisco o de interpretar las del maestro Ruperto Chapí que se vayan buscando otro nombre para sus fritangas y sus músicas. Otrosí, nada plebeyo podrá ser calificado de real porque ese adjetivo es sólo aplicable a las personas, lugares, casos y cosas borbónicas. Quiere ello decir que el platónico y manido concepto de vida real sólo definirá la existencia de la Familia Real y allegados. Las otras vidas serán vidas a secas. Diremos, por ejemplo: “don Iñaki Urdangarín, balonmanista en sus inicios, es en la vida real un astuto defraudador”, o “Don Juan Carlos de Borbón es, en realidad, hijo de un señor que tomaba güisqui en Estoril. En la vida real dedica su tiempo a la caza de elefantes”. Ahí lo ves. Y si a mi me da la real gana de decir que viva la República, deberé dejarlo en gana a secas so pena de multa y encierro en la torre de Marivent. Y las únicas reales hembras serán aquellas que pasen a formar parte de la comitiva regia. Será denunciable llamar así al resto de las señoras por muy mollares que nos parezcan. El epíteto “chorizo” se lo queda en propiedad don Iñaki y “Sofía” dejará de ser el nombre dado a la capital de Bulgaria y será entronizado y customizado para uso exclusivo de nuestra sencilla, melómana y esquiva reina. Melchor, Gaspar y Baltasar serán Magos a secas, como Aramís Fuster. Dejarán de proclamarse las reinas de las fiestas de Vitigudino, por poner un caso, y es probable que una bula papal retire a Dios el título de Señor para que sólo el Rey pueda hacer uso del mismo. En decretos posteriores se podrán expropiar y personalizar también las palabras “capullo”, “zángano”, “vividor/a”, “trepa”, “papanatas” o “zampabollos”.

En la Fundición Príncipe de Astucias queremos llamar a la generosidad de los pueblos de España para con sus monarcas y allegados. No tengan reservas, cedan palabras para uso exclusivo de la Real Casa (las de los demás están sin pagar, así que son irreales). Tal vez algún día se les haga el regalo de la última de la colección: “exilio”.

http://fundicionprincipedeastucias.com/palabras-reales/#.UFOH-Y2Tuao

"La trama de Eurovegas, al descubierto", por Óscar Carrión


“Buenas tardes, señor Adelson, tenemos un proyecto que seguro le interesará. No se preocupe por las trabas legales, de eso llevamos ya un tiempo encargándonos nosotros junto a unos cuantos amigos del Partido Popular.”

Situémonos: 2007, la burbuja inmobiliaria en su cénit, proyectos de macrocasinos por toda España y una familia de empresarios de Alcorcón visitando EEUU. Tienen varios miles de metros cuadrados de suelo, la idea de construir una ciudad del juego y una recalificación que acredita sus terrenos como edificables. Todo encaja; y lo suyo les ha costado.

Esperanza Aguirre ha prácticamente confirmado hace unos días que Eurovegas se erigirá en Alcorcón, como al parecer desea Sheldon Adelson. Este anuncio no es más que la culminación de una batalla empresarial, política y legal por conseguir los mayores beneficios posibles que lleva años librándose.

La familia de empresarios antes mencionada son los González Rodríguez, propietarios del Grupo Urtinsa y herederos de una gran superficie de suelo que se remonta a José Sanchiz de Quesada, capitán de artillería que posteriormente se convertiría en Marqués de Valderas y que compró numerosas pequeñas parcelas para unificarlas y sobre ellas construir en 1917 el palacio del marquesado. En 1936 en estas mismas tierras se situaría el Cuartel General de primera línea del bando franquista. La familia González acabó comprando esta superficie a los marqueses y desde entonces fue una zona rural sin mayor interés económico.

La zona donde más probablemente se edificará “Europa Vegas”, marca que ya ha sido registrada en Europa por Las Vegas Sands, lleva desde 1999, año PP llegó en aquel año a la alcaldía con Pablo Zúñiga a la cabeza, envuelta en recalificaciones, proyectos fallidos y conflictos legales. En primera instancia se proyectó la construcción de 33.000 viviendas en el llamado Ensanche Norte de Alcorcón. Para la recalificación de los terrenos el ayuntamiento se sirvió de Leopoldo Arnáiz, arquitecto al que recurren la mayoría de municipios madrileños gobernados por el PP, y que no dudó en negociar de forma privada con pequeños propietarios para comprar suelo a precio de zona rural y venderlo como urbanizable. Negocio redondo que le costó a Arnáiz una querella en 2003 (que aún no se ha resuelto) y al alcalde su puesto en las elecciones de ese mismo año. Con el nuevo gobierno local de PSOE e IU se denuncian los hechos a la fiscalía y se paraliza el proyecto, pero los propietarios, de los que más adelante hablaremos, se agruparon y recurrieron la decisión. Finalmente, y tras algún desacuerdo con la Comunidad de Madrid, se aprobó una recalificación que incorporaba más viviendas protegidas y que en última instancia sirvió para que el suelo de propiedad municipal pasase a manos privadas antes del gran pelotazo inmobiliario que se les venía encima.

Según informó ATTAC, a parte de 30 familias que poseen pequeñas parcelas, el suelo que Sheldon Adelson codicia para su desproporcionado complejo está en manos de las inmobiliarias Tabuenca, Realia y Metrovacesa, que suman a la ya citada familia González, los dueños de la inmobiliaria Ros y Falcón y Juan Benigno Alonso Alarcón, imputado este último en el mismo caso de corrupción urbanística que el ex-alcalde popular Pablo Zúñiga y el arquitecto Leopoldo Arnáiz; al parecer, Arnáiz recibió unos 300.000€ de empresas y sociedades dirigidas por Juan Benigno Alonso. El mundo de la corrupción es un pañuelo y al final todo queda entre amigos.

Uno de los anteriores propietarios es especialmente destacable de cara a entender la gran estafa que supone Eurovegas antes incluso de que coloquen la primera piedra: Metrovacesa. Precisamente Metrovacesa compró a Leopoldo Arnáiz, el arquitecto del PP imputado, terrenos en la zona de Alcorcón candidata a albergar Eurovegas. La inmobiliaria, que llegó a situarse a la cabeza del sector y cuya propia burbuja le explotó en la cara, está desde 2009 controlada en un 95'6% por seis bancos acreedores: Santander, Banesto, BFA (Bankia), Sabadell y Popular. Esta situación se dió tras la imposibilidad de refinanciar la ingente deuda que acumuló durante los últimos años del boom inmobiliario, en los cuales tuvieron lugar fuertes luchas internas por el poder. En la primera de ellas, en 2003, varios empresarios italianos representados por Alejandro Agag, yerno de Aznar, intentaron hacerse con el poder de la compañía, pero el entonces presidente lo evitó con ayuda de su mano derecha Ignacio López del Hierro, actual marido de Mª Dolores de Cospedal. Después, en 2005 el ahora marido de Cospedal fue multado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores por falsear la demanda y el precio de las acciones de Metrovacesa. En 2007 tendría lugar otra lucha interna en la que el todavía presidente contó con el apoyo de Juan Bautista Soler (ex-presidente del Valencia C.F. durante la época dorada de Camps y Barberá, responsable de uno de los mayores pufos urbanísticos de la Comunidad Valenciana como es el nuevo estadio de Mestalla e investigado en el caso Nóos por los contratos que efectuó con la fundación de Urdangarín).

López del Hierro dejaría Metrovacesa en 2007, tras repartirse con otros dos directivos 5'25 millones de € en concepto de indemnización, para recaer en Caja Castilla-La Mancha donde Cospedal, por entonces su novia, no dudó en colocarle en el consejo de administración de la Corporación Industrial.

Actualmente Metrovacesa ha despedido a más de la mitad de su plantilla y está dirigida con mano de hierro por Vitalino Nafría, un histórico del BBVA a quien la austeridad no impide usar un Mercedes de un cuarto de millón de euros y que, al dictado de los bancos acreedores, se ha asegurado de fulminar toda voz discordante o incómoda. El consejero delegado que acompaña a Nafría, Eduardo Paraja, merece aún más atención ya que muchos son quienes le acusan de impulsar contratos fraudulentos entre la inmobiliaria y algunas de sus anteriores empresas. Prosegur, empresa en la que ha trabajado Paraja casi toda su vida, consiguió poco después de su marcha a Metrovacesa un contrato con esta que, además, iba acompañado de un 13% de descuento que la inmobiliaria nunca redujo a sus clientes, estafa de la que se han hecho eco varios medios y sindicatos. Quienes insinuaron disconformidad fueron despedidos de la empresa, al igual que ocurrió con quienes se quejaron por el despido, indemnización y posterior contratación en Dutilh (despacho de abogados del cual Paraja era accionista) de varios abogados de la empresa. Como apunta Nacho Cardero en El Confidencial, “Era de locos. Les echaban, les indemnizaban y después les volvían a contratar indirectamente con la fusión”. Dados los precedentes de sus directivos, sería buena idea permanecer atentos a las empresas con las que Metrovacesa suscriba contratos durante la construcción de Eurovegas. Muy curioso sería que la encargada de la seguridad fuese Prosegur, o que Vialegis y Dutilh llevase los asuntos legales, o que los asuntos logísticos fuesen asignados a Service Point, otra empresa donde participó Paraja.

Metrovacesa registró en el primer semestre de 2012 una pérdida neta de 151'3 millones de €, con un descenso en los ingresos del 18'7%. Sin embargo, con la especulación sobre la situación final de Eurovegas, las acciones de la compañía han subido en Bolsa un 266% desde junio. En los últimos días, confirmado su emplazamiento en Madrid y anunciada la “intuición” de Esperanza Aguirre de que Alcorcón sería el lugar elegido, la subida ha sido del 136% tan solo en cinco sesiones. Fruto de esta locura bursátil, los bancos acreedores han ganado 560 millones de euros en apenas 4 días.

Con esta subida en Bolsa, probablemente se lucrarán también Eduardo Paraja y los ocho ejecutivos que este designase cuando él mismo diseñó y aprobó un plan de retribución variable de 13 millones de euros pagadero precisamente en 2012. Pese a que más de la mitad de los trabajadores ya no están, este repunte de las acciones supondrá a los directivos unos cuantos millones en bonus.

Y todas estas ganancias se producen sin que de momento se haya empezado la construcción. Es más: se producen sin que siquiera esté permitido iniciar la construcción. Hace unos meses el Tribunal Superior de Justicia de Madrid dio la razón a Ecologistas en Acción, que había presentado un recurso al plan de urbanización. Quedaría así paralizado todo el proyecto, a la espera de que el terreno que ha quedado como suelo rural sea declarado de nuevo urbanizable. Sin embargo, escuchando a Esperanza Aguirre lanzar intuiciones, parece claro que se apelará al interés regional, amparándose así en las modificaciones de la Ley del Suelo 9/2001 de la Comunidad de Madrid que Aguirre lleva algunos años realizando. Así, bastaría con declarar el proyecto como de interés regional para saltarse la mayoría de los obstáculos legales. Todo queda en manos del gobierno de Aguirre; lo sabe Adelson y lo saben los propietarios.

Pocos parecen recordar ya que la situación en que nos encontramos es fruto principalmente de una burbuja inmobiliaria como la que de nuevo se afanan en inflar. O, de hecho, parecen recordarlo los menos indicados.

http://hablandorepublica.blogspot.com.es/2012/09/la-trama-de-eurovegas-al-descubierto.html

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Otro 11 de septiembre




El 11 de septiembre es una fecha especial, en la que coinciden varias tristes efemérides.

Como todos saben, el 11 de septiembre de 2001 se produjo el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York.

Muchos recordamos que el 11 de septiembre de 1973 el imperalismo acababa con la vía democrática al socialismo en Chile, estableciendo una dictadura responsable de 50.000 asesinatos.

El 11 de septiembre de 1940 el campesino manchego Santiago Peinado era fusilado junto a otros cinco compañeros, tras una farsa de consejo de guerra llevada a cabo por un tribunal militar ilegalmente constituido; en aplicación de leyes promulgadas por un poder golpista, ilegítimo e ilegal; sin las mínimas garantías procesales; sin derecho efectivo a la defensa; sin derecho de apelación a una instancia jurídica superior independiente.

Sus restos, junto a los de 400 compañeros más, “descansan” repartidos en dos fosas comunes paralelas: en una arrojaban a los que aceptaban confesarse antes de ser asesinados, para obtener el derecho de enviar una última carta a su familia. En la otra, enterraban a los relapsos e irreductibles que renunciaban a la confesión, y por tanto, a la vida eterna.

Hoy, 72 años después de su asesinato, 37 años después de la muerte (física) del dictador, la sentencia de Santiago Peinado, y todas y cada una de las sentencias y resoluciones judiciales producto de la legislación represiva del franquismo, continúan siendo plenamente legales y firmes.

Jamás ninguno de los asesinos, ninguno de los torturadores, ninguno de los beneficiarios políticos y económicos del régimen franquista y de la represión, ha sido juzgado, condenado, censurado. Nunca un representante del Estado, del ejército, de la Iglesia Católica, ha pedido disculpas a las víctimas de la dictadura, a sus familias, a la sociedad española.

No olvidamos. No perdonamos.

sábado, 8 de septiembre de 2012

"¿Qué país es este?". Manuel Rivas, en El País, 8 de septiembre de 2012


El "matonismo" se propaga como incendio populista cuando se convierte en estilo oficial

MANUEL RIVAS 8 SEP 2012

En alguna prensa alemana todavía se habla del “orgullo español” para explicar las reticencias a la hora de pedir un nuevo rescate. Depende. Hay días de orgullo y días de sumisión. Incluso abundan los días en que el servilismo ante el poderoso, como Eurovegas, tiene su reverso en un matonismo de Estado que maltrata y humilla al más débil.

Los mismos dirigentes dispuestos a besar los pies y otras anatomías a mister Adelson son los que decretan un apartheid sanitario en España e incumplen las obligaciones humanitarias y los convenios internacionales, como ha ocurrido en Isla de Tierra. Personas indefensas, en absoluto desamparo, son expulsadas del territorio español, con alevosía y nocturnidad, sin intervención judicial, arrojadas como bultos.

El matonismo se propaga como incendio populista cuando se convierte en estilo oficial. Dada la pública devoción de nuestros gobernantes, esperamos con ansiedad un milagro de la Conferencia Episcopal, al menos un twitter que diga: “Amarás al prójimo casi como a ti mismo.” Algo así.

Yo siempre he creído que no se caerían las vigas del Cielo, pero la destrucción de nuestro modelo de sanidad universal tiene esa equivalencia. Rota esa viga, el tejado empezará a crujir. El matonismo de las elites también se contagia al medio ambiente.

¿De dónde han salido esos talibanes castizos que despellejan a la concejal de Los Yébenes, llamándola en la calle “puta” y “zorra”, siendo ella la víctima, a quien han robado su principal pertenencia, su libertad? Pero en contraste con la “hiel sempiterna”, hay una España con el orgullo, este sí, de ser solidaria, como muestra la red asistencial tejida para los “desechados” por el Estado.

En la película Los compañeros, Marcello Mastroianni, un profesor huido, se apea en una estación de tren y pregunta: ¿Que paese è queste? Y alguien responde: Queste è un paese di merda. No podemos permitirlo. No podemos resignarnos a que hagan de nuestro país un país de mierda.

http://elpais.com/elpais/2012/09/07/opinion/1347023603_399242.html

"La dimensión política de Eurovegas". Vicenç Navarro. Público, 6 de septiembre de 2012


Vicenç Navarro.
Catedrático de Políticas Públicas en la Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy en The Johns Hopkins University


Las Vegas es conocida coloquialmente en EEUU como “la capital del vicio” o, según algunos, “la capital del mal”, expresión utilizada no sólo por los conservadores, sino también en bastantes círculos progresistas. Y una de las causas de esta valoración negativa por parte de los progresistas es el profundo anti-sindicalismo de la industria lúdica basada en tal ciudad, junto con una gran discriminación en contra de los trabajadores latinos, que representan una cuarta parte de toda la fuerza laboral de tal industria lúdica. Las Vegas está hoy en medio de un gran conflicto laboral, resultado del intento de los trabajadores de los casinos y casas de juego de sindicalizarse.

En EEUU, la ley Taft-Hartley Act, aprobada por el Congreso de EEUU en los años post II Guerra Mundial (a pesar del veto del presidente Truman), resultado de una alianza entre el Partido Republicano y los congresistas del Partido Demócrata del Sur de EEUU (la zona más conservadora de aquel país) prohíbe a los sindicatos de EEUU comportarse como sindicatos de clase. Es decir, que cada grupo de trabajadores (dividido en miles de categorías) debe espabilarse por su propia cuenta, sin poder contar con la movilización de otros grupos que tengan en común las mismas condiciones de trabajo y las mismas reivindicaciones. Tal Ley debilita enormemente a los sindicatos, como aparece ahora claramente en Las Vegas, donde, a pesar de la gran simpatía a nivel popular que la movilización laboral para poder establecer tal sindicato ha despertado, es muy poco lo que otros sindicatos pueden hacer en su apoyo.

Es una lucha dura y enormemente desequilibrada, pues frente a los trabajadores que intentan sindicalizarse hay los grandes intereses empresariales de tal industria, financiados, por cierto, por los grandes bancos (como el Deutsche Bank y JP Morgan entre otros), que tienen a su vez gran número de cajas de resonancia mediática movilizadas para desacreditar a los trabajadores. Uno de los ejes de la campaña anti-sindical es acentuar que la sindicalización sería un desastre para los trabajadores y para la industria (los trabajadores de la industria lúdica de Las Vegas están entre los peor pagados en EEUU). El mundo empresarial envía mensajes a los trabajadores, que rezan como sigue: “No pidas la sindicalización. No firmes la petición a favor de la sindicalización. No pongas en peligro tu trabajo, sobre todo ahora cuando, si miras alrededor de ti, verás que no hay otros puestos de trabajo disponibles” (“Don’t sign a union card. Don’t put your job in jeopardy, specially when there is no job outside”. Labor Notes. September 2012).

La movilización empresarial se caracteriza por una gran brutalidad, que se ejerce con la complicidad de las autoridades públicas y la policía estatal (150 personas ya han sido detenidas). El Estado de Nevada, donde está situada Las Vegas, tiene como primer sector de empleo el sector lúdico de tal ciudad, lo cual explica que existan relaciones muy estrechas entre tal industria y las autoridades -llamadas representativas- de aquel Estado (el Estado de Montana es uno de los pocos Estados donde está legalizada la prostitución), y también, por cierto, del Estado central federal. En EEUU, donde el proceso electoral está privatizado y las campañas electorales son financiadas, en su mayoría, por fondos privados procedentes de grandes empresas, la clase política está sumamente influenciada por los intereses de los que la financian. El mayor propietario de Las Vegas, el Sr. Sheldon Adelson (que quiere establecer Eurovegas en España), es uno de los mayores financiadores del Partido Republicano. En el primer viaje que hizo el actual candidato a vicepresidente de Estados Unidos, el Republicano Paul Ryan, máximo exponente del Tea Party, fue a ver al Sr. Adelson, después de ser nombrado para tal candidatura (la cual recibió una donación de respaldo de 100 millones de dólares por parte de Adelson). Mientras, los trabajadores, liderados por los trabajadores de la cocina de los restaurantes y casinos –el sindicato de los empleados de las cocinas, Culinary Union, que tiene 55.000 miembros- continúan presionando para poder tener el derecho de organizarse en defensa de sus intereses.

Una última observación. Mucho se ha escrito sobre los méritos y deméritos de establecer en España (bien en Cataluña, bien en Madrid) un centro lúdico, referido en los medios como Eurovegas, propiedad de la empresa del Sr. Adelson. En un momento de elevado desempleo, es comprensible que tal desarrollo se vea por sectores de la administración pública, tanto autonómica como municipal, con buenos ojos para crear puestos de trabajo.

Ahora bien, en la evaluación de los pros y los contras de este centro debería también tenerse en cuenta su impacto económico, laboral, social y político. La industria de la cual la empresa Adelson es un importante componente, es conocida por sus posturas profundamente conservadoras, siendo uno de los principales financiadores del Tea Party –la ultraderecha estadounidense- y uno de los mayores proponentes de las medidas económicas sumamente reaccionarias propuestas por tal movimiento (favorable a la eliminación de la universalización de los derechos laborales y sociales), incluyendo su oposición a la sindicalización de sus empleados y trabajadores. Tal postura, bien conocida en EEUU, reforzará, sin lugar a dudas, a la ultraderecha en España, pues es característico del comportamiento de tal sector intervenir activamente en el contexto político donde su ubica para optimizar sus beneficios empresariales que considera unidos a la promoción de su ideario político. Su decisión final dependerá, en gran manera, de la afinidad política del Sr. Adelson y Co. con las autoridades gubernamentales del lugar de su ubicación. Sería un error que las fuerzas progresistas apoyaran tal proyecto.

http://blogs.publico.es/dominiopublico/5780/la-dimension-politica-de-eurovegas/

miércoles, 5 de septiembre de 2012

No soy clase media


"Un cañón en el culo", por Juan José Millás. 14 Agosto 2012



La primera operación que efectúa el terrorista económico sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca

JUAN JOSÉ MILLÁS 14 AGO 2012

Si lo hemos entendido bien, y no era fácil porque somos un poco bobos, la economía financiera es a la economía real lo que el señor feudal al siervo, lo que el amo al esclavo, lo que la metrópoli a la colonia, lo que el capitalista manchesteriano al obrero sobreexplotado. La economía financiera es el enemigo de clase de la economía real, con la que juega como un cerdo occidental con el cuerpo de un niño en un burdel asiático. Ese cerdo hijo de puta puede hacer, por ejemplo, que tu producción de trigo se aprecie o se deprecie dos años antes de que la hayas sembrado. En efecto, puede comprarte, y sin que tú te enteres de la operación, una cosecha inexistente y vendérsela a un tercero que se la venderá a un cuarto y este a un quinto y puede conseguir, según sus intereses, que a lo largo de ese proceso delirante el precio de ese trigo quimérico se dispare o se hunda sin que tú ganes más si sube, aunque te irás a la mierda si baja. Si baja demasiado, quizá no te compense sembrarlo, pero habrás quedado endeudado sin comerlo ni beberlo para el resto de tu vida, quizá vayas a la cárcel o a la horca por ello, depende de la zona geográfica en la que hayas caído, aunque no hay ninguna segura. De eso trata la economía financiera.

Estamos hablando, para ejemplificar, de la cosecha de un individuo, pero lo que el cerdo hijo de puta compra por lo general es un país entero y a precio de risa, un país con todos sus ciudadanos dentro, digamos que con gente real que se levanta realmente a las seis de mañana y se acuesta de verdad a las doce de la noche. Un país que desde la perspectiva del terrorista financiero no es más que un tablero de juegos reunidos en el que un conjunto de Clicks de Famóbil se mueve de un lado a otro como se mueven las fichas por el juego de la Oca.

La primera operación que efectúa el terrorista financiero sobre su víctima es la del terrorista convencional, el del tiro en la nuca. Es decir, la desprovee del carácter de persona, la cosifica. Una vez convertida en cosa, importa poco si tiene hijos o padres, si se ha levantado con unas décimas de fiebre, si se encuentra en un proceso de divorcio o si no ha dormido porque está preparando unas oposiciones. Nada de eso cuenta para la economía financiera ni para el terrorista económico que acaba de colocar su dedo en el mapa, sobre un país, este, da lo mismo, y dice “compro” o dice “vendo” con la impunidad con la que el que juega al Monopoly compra o vende propiedades inmobiliarias de mentira.

Cuando el terrorista financiero compra o vende, convierte en irreal el trabajo genuino de miles o millones de personas que antes de ir al tajo han dejado en una guardería estatal, donde todavía las haya, a sus hijos, productos de consumo también, los hijos, de ese ejército de cabrones protegidos por los gobiernos de medio mundo, pero sobreprotegidos desde luego por esa cosa que venimos llamando Europa o Unión Europea o, en términos más simples, Alemania, a cuyas arcas se desvían hoy, ahora, en el momento mismo en el que usted lee estas líneas, miles de millones de euros que estaban en las nuestras.

Y se desvían no en un movimiento racional ni justo ni legítimo, se desvían en un movimiento especulativo alentado por Merkel con la complicidad de todos los gobiernos de la llamada zona euro. Usted y yo, con nuestras décimas de fiebre, con nuestros hijos sin guardería o sin trabajo, con nuestro padre enfermo y sin ayudas para la dependencia, con nuestros sufrimientos morales o nuestros gozos sentimentales, usted y yo ya hemos sido cosificados por Draghi, por Lagarde, por Merkel, ya no poseemos las cualidades humanas que nos hacen dignos de la empatía de nuestros congéneres. Ya somos mera mercancía a la que se puede expulsar de la residencia de ancianos, del hospital, de la escuela pública, hemos devenido en algo despreciable, como ese pobre tipo al que el terrorista por antonomasia está a punto de dar un tiro en la nuca en nombre de Dios o de la patria.

A usted y a mí nos están colocando en los bajos del tren una bomba diaria llamada prima de riesgo, por ejemplo, o intereses a siete años, en el nombre de la economía financiera. Vamos a reventón diario, a masacre diaria y hay autores materiales de esa colocación y responsables intelectuales de esas acciones terroristas que quedan impunes entre otras cosas porque los terroristas se presentan a las elecciones y hasta las ganan y porque hay detrás de ellos importantes grupos mediáticos que dan legitimidad a los movimientos especulativos de los que somos víctimas.

La economía financiera, si vamos entendiéndolo, significa que el que te compró aquella cosecha inexistente era un cabrón con los papeles en regla. ¿Tenías tú libertad para no vendérsela? De ninguna manera. Se la habría comprado a tu vecino o al vecino de tu vecino. La actividad principal de la economía financiera consiste en alterar el precio de las cosas, delito prohibido cuando se da a pequeña escala, pero alentado por las autoridades cuando sus magnitudes se salen de los gráficos.

Aquí están alterando el precio de nuestras vidas cada día sin que nadie le ponga remedio, es más, enviando a las fuerzas del orden contra quienes tratan de hacerlo. Y vive Dios que las fuerzas del orden se emplean a fondo en la protección de ese hijo de puta que le vendió a usted, por medio de una estafa autorizada, un producto financiero, es decir, un objeto irreal en el que usted invirtió a lo mejor los ahorros reales de toda su vida. Le vendió humo el muy cerdo amparado por las leyes del Estado que son ya las leyes de la economía financiera, puesto que están a su servicio.

En la economía real, para que una lechuga nazca hay que sembrarla y cuidarla y darle el tiempo preciso para que se desarrolle. Luego hay que recolectarla, claro, y envasarla y distribuirla y facturarla a 30, 60 o 90 días. Una cantidad enorme de tiempo y de energías para obtener unos céntimos, que dividirás con el Estado, a través de los impuestos, para costear los servicios comunes que ahora nos están reduciendo porque la economía financiera ha dado un traspié y hay que sacarla del bache. La economía financiera no se conforma con la plusvalía del capitalismo clásico, necesita también de nuestra sangre y en ello está, por eso juega con nuestra sanidad pública y con nuestra enseñanza y con nuestra justicia al modo en que un terrorista enfermo, valga la redundancia, juega metiendo el cañón de su pistola por el culo de su secuestrado.

Llevan ya cuatro años metiéndonos por el culo ese cañón. Y con la complicidad de los nuestros.

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/13/actualidad/1344875187_015708.html

Ignacio Muro: “Nunca hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” 17-07-2012


El modelo neoliberal significa un puro retorno a mecanismos de explotación simples basados en bajos salarios, pocos derechos y jornadas interminables típicas del siglo XIX. Es a lo que nos enfrentamos.

Nuevatribuna.es | 17 Julio 2012

Economista y profesor de periodismo en la Universidad Carlos III. Lúcido analista  de la realidad social y política, Ignacio Muro es presidente de Asynco, Asociación ‘Información y Conocimiento’ y ha puesto en marcha recientemente la revista digital www.poli-tic.net. Forma parte del grupo ‘Economistas frente a la crisis’ y es autor de varios libros como “Esta no es mi empresa. El desapego de los profesionales”, “Globalización de la información y agencias de noticias. Entre el negocio y el interés general” y  “Frente al capital impaciente”, libro colectivo editado por la Fundacion 1 de Mayo. En la actualidad impulsa el Instituto para la Innovación Periodística.

P. Se dice que la crisis se ha debido fundamentalmente a que "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades".

R. Cuando las personas llegan a pensar que la crisis es una especia de péndulo que viene a corregir una época en la que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, eso es que la venta de las políticas de ajuste ha hecho ya su efecto. Desde la perspectiva del trabajo y del ciudadano común, podemos decir que no es así, que los datos estadísticos dicen justo lo contrario, que nunca vivimos por encima de nuestras posibilidades, sino más bien por debajo, que llevamos varias décadas castigados con lo que llamaban “moderación salarial” que, en realidad, era descenso.

P. ¿Como fueron las cosas realmente en los años de bonanza?

R. Entre 1995 y 2007 la evolución de los salarios medios reales de los trabajadores españoles o se mantuvo “cerca de cero”, como señala la OIT, o según otras referencias decrecieron en un 10 %. Eso significa que, mientras se producía el mayor periodo de auge económico conocido, o estuvieron congelados  o sufrieron una merma de hasta 0,6% en promedio anual.  La misma tónica la sufrieron otros países de la OCDE como Japón o EEUU.

P. ¿Y como se explica entonces la expansión del consumo que acompañó a la burbuja entre 1996 y 2007?

R. Buena pregunta. Porque los incrementos salariales que fueron negados, se compensaron con mayores facilidades de crédito. Amparados en los bajos tipos de interés y en la liquidez aportada por los bancos alemanes y franceses aumentó exponencialmente el endeudamiento de las familias.

P. ¿En qué medida se produjo este endeudamiento?

R. A razón de un 6% anual. Como señala el Informe sobre la Democracia en España 2010 elaborado por la Fundación Alternativas, desde 1996, año en el que el endeudamiento representaba el 43% de la renta disponible, se pasó a un 143% en 2008, un incremento del 100% del PIB español en trece años. Cifras no muy lejanas se produjeron en las otras economías occidentales.

P. ¿Vivir a crédito es un modelo impuesto?

R. Sí, así es. Hacer que la población viva a crédito, en lugar de de su propio sueldo, ha formado parte del modelo económico y social propugnado desde los 80, cuando Reagan y Thatcher iniciaran la revolución conservadora y dio comienzo el desarrollo de la globalización neoliberal. Es la forma en que el sistema capitalista se asegura una demanda interna mientras se apropia de los incrementos de la productividad del trabajo y mantiene los salarios congelados en terminos reales.

P. ¿Pero no sería el único factor?

R. Efectivamente, a pesar del descenso salarial, las familias mejoraron su renta disponible por la generalización de un segundo sueldo en el hogar como consecuencia de la incorporación de la mujer al trabajo. Hay que tener en cuenta que, en España por ejemplo, más de 3 millones de mujeres entraron al mercado laboral desde finales de los años 80, y ese proceso fue más intenso al final. De modo que aunque los salarios decrecieran o fueran bajos, esa segunda entrada de dinero ha permitido aumentar la capacidad de consumo y la renta  de las familias.

P. ¿Entonces la crisis actual es la consecuencia de un modelo fracasado?

R. Insostenible al menos. Y difícilmente reproducible en los próximos 10 años o incluso más. La incorporacion de la mujer al trabajo es un proceso histórico que estaba cerca de agotarse pero que, ahora, da marcha atrás, de modo que el segundo sueldo está en trance de desaparecer. Y además, ahora, con menos ingresos, hay que pagar los créditos que pedimos para sustituir a los aumentos de sueldos que no nos concedieron en las épocas de bonanza.

P. A pesar de ello, los trabajadores son presentados como responsables.

R. La crisis facilita el fomento de un complejo de culpa colectiva, amparado en la interiorización de  que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” y carga sobre supuestos vicios públicos los que eran, esencialmente, despilfarros privados. Se acentúa el relato del sacrificio.  Indiferentes a la caída de la demanda  que provoca la asfixia financiera, se centran en las políticas de oferta, aquellas que priorizan los intereses empresariales y los costes de producción.

P. España es de los países que más está sufriendo esta situación.

R. España y el conjunto de los países periféricos. Para nosotros, se han inventado un nuevo paradigma que viene a decir que necesitamos una imprescindible "devaluación interna", un conjunto de medidas que significaría una bajada más o menos acompasada de precios y salarios para ganar competitividad con el exterior sin que sufra excesivamente la capacidad de consumo interno.

P. Pero no parece que esto se esté produciendo exactamente así.

R. Obviamente, se trata de un nuevo ardid ya que el descenso de las retribuciones se está acompañando con un alza de los precios en energía, transportes y todos aquellos bienes y servicios en sectores controlados por mercados oligopolizados. Y ahora agudizado con el hachazo del IVA. La devaluación interna sólo sería posible mediante un gran pacto de rentas acordado con los sindicatos; pero como ésto no es así, es una nueva falacia.

P. O sea, qué se trata de una estrategia claramente preconcebida.

R. La devaluación interna forma parte en realidad de una política de ajuste salarial global, que supera el perímetro de los países periféricos. Forma parte de una estrategia general, común a todo Occidente, que en círculos académicos utiliza como referencia la expresión wageless recovery es decir, una recuperación basada en el rápido descenso de los sueldos y del nivel de vida de los ciudadanos. Estos términos, impulsado entre otros por Steve Roach, presidente de Morgan Stanley en Asia, desde 2005, apuntan a un objetivo permanente, con crisis o sin ella, durante muchos años.

P. El horizonte al que se nos quiere abocar resulta tremendo.

R. No se atreven a decirlo abiertamente porque resulta tremendo. La “única salida posible“ de Occidente ante la deslocalización de actividad hacia los países emergentes, dicen, es dejar jugar al mercado hasta que la bajada de sueldos de sus trabajadores se coloque en un punto no demasiado lejano de los salarios en alza de China o Brasil, de India o Turquía. Teniendo en cuenta que los niveles salariales de los países emergentes son hasta 10 veces inferiores a los existentes en Alemania o EEUU, no es difícil imaginar que el camino que nos quieren hacer transitar está preñado de minijobs y precariedad y significa un retroceso de cien años en las señas de identidad occidentales.

P. China, como modelo.

R. Efectivamente. El retroceso y la precariedad como modelo. Si durante décadas, Europa era el espejo de bienestar y democracia en el que se miraban los chinos, ahora nos destacan "su laboriosidad" y "su entrega", sus "horarios permanentes", o cualidades que no son otra cosa que el hambre de progreso cuando vienes de la miseria más absoluta.

P. Pero deprimiendo los sueldos nunca saldremos de ésta.

R. Claramente. El consumo es la variable fundamental que tira de la demanda interna, en España algo menos del 60% del PIB, en EEUU casi un 70%. Sin volver a una espiral basada en el endeudamiento para facilitar el consumo, es imposible que la economía global tire; si se deprime el consumo de Europa y EEUU que, conjuntamente, representan más del 65% del consumo mundial el mundo no tira.

P. O sea, que saben lo que quieren y nos llevan al desastre.

R. Algo así. Pero mientras tanto han conseguido una gigantesca transferencia de renta desde el trabajo al capital, sea este formalmente europeo o norteamericano o asiático. No hay un capitalismo asiatico, son nuestras empresas occidentales las que transfieren alli el know how y las innovaciones ya testadas, son ellas las que trasladan a China e India los centros de I+D. El modelo neoliberal significa un puro retorno a mecanismos de explotación simples basados en bajos salarios, pocos derechos y jornadas interminables típicas del siglo XIX. Y eso les ha funcionado en las últimas décadas.

P. Y luego nos dirán, si pedimos créditos, que vivimos por encima de nuestras posibilidades.

R. Efectivamente. Por eso lo importante es no autofustigarse: la crisis no es una oportunidad para depurar una época de excesos de los ciudadanos comunes, sino una vuelta de tuerca más en la vieja política de ajuste.

http://www.nuevatribuna.es/articulo/economia/-no-hemos-vivido-por-encima-de-nuestras-posibilidades/20120717183500078427.html

"Todo es posible, pero no se hagan ilusiones", por Isaac Rosa, 25 de julio de 2012



Les adelanto lo que va a pasar en las próximas horas, para que se les vaya haciendo el cuerpo: este jueves viviremos otro día negro, la prima se acercará a los 700 puntos, el bono a diez años superará el 8% y la Bolsa sufrirá el mayor desplome de su historia. Rajoy y su Gobierno estarán desaparecidos todo el día, el BCE repetirá que no está para arreglar los problemas de los países, desde todos los frentes se sucederán los mensajes animando a España a que pida un rescate cuanto antes, y el Eurogrupo convocará una reunión de urgencia para el día siguiente.

El viernes no amanecerá mejor: aunque a primera hora se relajará algo la prima y subirá tímidamente la Bolsa, a lo largo de la jornada todos los indicadores empeorarán, mientras el Consejo de Ministros improvisa una agresiva reforma del sistema de pensiones, un endurecimiento de la reforma laboral, y el despido de miles de trabajadores públicos. El Eurogrupo pasará la noche del viernes reunido (ya saben lo que les gusta trasnochar), rodeado de todo tipo de rumores catastrofistas.

El sábado por la mañana todos darán por hecho que el Gobierno español pedirá ese mismo día el rescate total del país, aunque los portavoces del PP y algún ministro lo negarán con rotundidad hasta que a primera hora de la tarde, desde el Ministerio de Economía, Luis de Guindos anuncie la solicitud de rescate, que por supuesto no se llamará rescate. Con un poco de suerte, el domingo por la mañana Rajoy hará una declaración a la prensa antes de marcharse a los Juegos de Londres para presenciar el España-Honduras de fútbol, mientras la prensa amiga repite que es un rescate dulce, y que ya les gustaría a los griegos.

Vale, me lo he inventado todo, pero ¿a que suena verosímil? ¿A que no encuentran imposible un escenario así, con un rescate total del país en esta misma semana? Aunque a fecha de hoy no parece probable que España vaya a pedir el rescate de aquí al sábado, nadie se apostaría una cena a que no vaya a ocurrir. Seguramente ninguno de ustedes se jugaría no ya una cena, ni un café, a que no vaya a haber rescate de aquí a septiembre, a que vaya a sobrevivir el euro, a que Rajoy aguante este año, y no digamos ya apostar a que no vaya a haber nuevas subidas del IVA, nuevas bajadas de sueldo a los funcionarios, nuevas reformas regresivas o nuevos hachazos a los pilares del Estado de Bienestar, que son ya escenarios que se dan por descontados, y de los que sólo cabe especular si serán dentro de un mes o de un año. En cuanto a la cifra de paro, la apuesta habría que situarla no ya en los seis millones, sino en los siete millones, y aun así nadie se jugaría mucho en un envite así.

Todo es posible, repetimos estos días. Todo-es-posible. Con lo que hemos visto en los últimos meses, con lo que llevamos vivido desde mayo de 2010, cualquier escenario, por insólito que parezca, se ha vuelto de repente verosímil. Si al final se cumple, nos cabreará, nos impresionará o nos asustará, pero no nos sorprenderá demasiado. Si alguien profetiza que dentro de unos meses desaparecerá el Estado autonómico, no le llamaremos loco. Tampoco nos parecería un disparate pensar en la sustitución de Rajoy por un tecnócrata (incluso circulan nombres ya), ni un retorno a la peseta que hace poco parecía impensable, o la desaparición de derechos que siempre hemos creído intocables, lo mismo la sanidad que la educación universales y gratuitas. Voy más allá: en esta Europa donde todo es posible, no hay escenario descartable a años vista, por descabellado que parezca: lo mismo la disolución de la Unión que la llegada a algún Gobierno de un partido fascista; lo mismo un restablecimiento de fronteras que una suspensión de la democracia en un país con problemas. Hasta hay quien dice ver guerras en el horizonte, aplicando la enseñanza de anteriores crisis del capitalismo que ya sabemos dónde acabaron. A estas alturas nos podemos creer cualquier cosa, nuestra capacidad para el asombro es cada vez menor, las certezas de ayer se diluyen y lo que antes era totalmente imposible hoy como mucho es improbable, que no es lo mismo.

Todo es posible, repetimos. Todo-es-posible, todo-es-posible, todo-es-posible. ¿Todo? ¿Pero todo, todo? Hagamos la prueba con otro tipo de escenario: si les vaticino que el Gobierno endurecerá la fiscalidad a las rentas más altas y las grandes empresas, creará una poderosa banca pública, dará un uso social a la bolsa de vivienda vacía, combatirá con dureza el fraude fiscal, consultará a los ciudadanos qué medidas tomar para salir de la crisis, y conseguirá un mejor trato europeo bajo amenaza de abandonar el euro, ¿se lo creen? No, no se lo creen, no lo ven posible. Ni todas juntas, ni por separado. Les parece más verosímil pedir el rescate este sábado que adoptar cualquiera de esas medidas. Se ve que en el terreno de las políticas alternativas no funciona el “todo es posible”.

Otro intento: tras un agosto terrible, en septiembre el Gobierno cae y convoca elecciones. Ante el hundimiento de los dos grandes partidos sistémicos, los ciudadanos conseguimos presentar una gran coalición de partidos minoritarios, movimientos sociales y 15-M, ganamos las elecciones y aplicamos un programa radical contra la crisis, primer paso para convocar un nuevo proceso constituyente. ¿Lo ven verosímil? No, yo tampoco. Otro terreno donde no aplicamos el “todo es posible”.

Probemos de nuevo: les apuesto una cena a que en los próximos meses los gobiernos europeos se pondrán de acuerdo y tomarán las riendas de la crisis; refundarán la Unión con una orientación más social, serán solidarios con sus miembros en apuros, mutualizarán la deuda soberana, aprobarán un marco regulador estricto contra los excesos del sector financiero y los especuladores, y blindarán los derechos sociales y el Estado del Bienestar. Ya veo, todos me aceptan la apuesta, ya se ven cenando a mi costa. Una vez más, no todo es posible en Europa. Vemos verosímil su derrumbe, pero no su transformación a mejor.

Último intento: ¿se imaginan que los ciudadanos conseguimos unirnos en toda Europa, y extendemos una revolución por la que el capitalismo financiero, sin ayuda de los estados y falto de la impunidad de que ha disfrutado hasta ahora, acaba por hundirse dando paso a un nuevo modelo económico, más justo, más humano, menos criminal que este? Ya veo, se ríen de mí, me llaman iluso.

Conclusión obvia: el “todo es posible” sólo funciona dentro de unos estrictos límites marcados por los mismos que nos han hundido. Dentro del capitalismo, todo es posible hoy, incluso la mayor debacle. Fuera del sistema, nada es posible, ni pensarlo. Podemos imaginar el derrumbe económico, el paro masivo, la miseria, el fin de la democracia, y escenarios aún peores: la crisis energética y ecológica, la guerra; pero no nos cabe en la cabeza que “otro mundo es posible” (aquella consigna precrisis que hoy apenas se oye).

La destrucción es concebible, en todas sus variantes; la construcción de una alternativa, en cambio, es pura fantasía. De modo que todo es posible, pero sin pasarse. O más bien: ese “todo es posible” es otra muestra más del fatalismo con que nos intoxican a base de miedo y conmoción, por el que nos preparan para todo tipo de daños pero nos incapacitan para desear algo diferente. Nos aterroriza lo que hay, sí, pero han conseguido que nos asuste más intentar sustituirlo.

Y así seguirá siendo, continuaremos aceptando que determinados escenarios son no ya verosímiles sino incluso probables, mientras otros son totalmente impensables; y así seguirá mientras no nos convenzamos de que la convulsión de este fin de época no sólo debería servir para destruirlo todo, sino también para construir sobre nuevas bases; mientras no trabajemos para que el “todo es posible” que abre la crisis se convierta en una posibilidad de transformación que tal vez hoy está más a nuestro alcance de lo que lo ha estado en décadas. Aunque no nos lo creamos, aunque nos asuste, todo es posible. Todo.

http://www.eldiario.es/zonacritica/2012/07/25/todo-es-posible-pero-no-se-hagan-ilusiones/

"¿Son tan malos los políticos?", por Concha Caballero, en El País 20 de Julio de 2012



Cuidado con el populismo desbocado que proclama verdades irrefutables, que borra las pluralidades y que nos conduce al reino del autoritarismo

CONCHA CABALLERO 20 JUL 2012

La pasada semana se recogieron en la red 70.000 firmas para eliminar 375.000 políticos que sobran en España y reducirlos a la cifra de 100.000, como Alemania. Según esta iniciativa, con la supresión de políticos se solventaría una buena parte de la crisis económica. El problema es que se trata de una mentira descomunal, urdida a conciencia con la exclusiva finalidad de enardecer los ánimos de la ciudadanía ante los recortes. La realidad es que en España hay 78.000 políticos (por lo visto, muchos menos que en su ejemplar Alemania) de los cuales 74.000 son concejales de sus respectivos pueblos. El 90% de ellos no cobra retribución alguna por su dedicación.

No hay día en el que no reciba cinco o seis correos electrónicos plagados de mentiras sin cuento, escritos con grandes letras mayúsculas y rogándome que lo difunda por todos los medios a mi alcance. El denominador común de estos manifiestos anónimos es presentar a todos los políticos como un cáncer social que habría que extirpar con urgencia. Se trata de una curiosa campaña en la que participan tanto sectores de la ultraizquierda política como de la derecha más rancia.

Si hay algo que compite con el odio a los políticos es la caza y captura de las personas que se dedican al sindicalismo. Los medios de comunicación de la derecha no cesan ni por un momento de desprestigiar sus actividades y, si es necesario, pueden convertir —como en el cuento de La Cenicienta— un vulgar reloj de Cándido Méndez en un Rolex exclusivo de alta gama. Al mismo tiempo, personas que nunca se han movilizado por ninguna causa social vociferan por la inactividad sindical, los acusan de venderse al mejor postor cuando toda la sociedad, en realidad, estaba vendida a los placeres del consumo. En todo caso, el pecado de los sindicatos habrá sido el de representar perfectamente el estado de autosatisfacción y desmovilización de la mayoría social y no estar lo suficientemente alerta a los miles de jóvenes que entraban por la puerta trasera en el mercado laboral.

Llevo semanas dando vueltas a la idea de defender la política y el sindicalismo y, al mismo tiempo, exigir una profunda reforma de estas dos actividades. No consigo, sin embargo, redondear las ideas porque tras cada afirmación me surge un pero que las matiza e incluso las contradice. Por eso me siento inerme ante la avalancha de mentiras y de campañas de desprestigio, porque frente a ese rotundo NO a los políticos y a la política, mi afirmación de la necesidad de la política y los políticos está cargada de matices, de críticas; en suma: mi mensaje es poco eficaz. Aún así sacudo la cabeza y repito: No es eso, no es eso.

Comparto el núcleo central de la crítica que el movimiento 15-M ha hecho de la política: su sumisión a los mercados, su falta de conexión con la sociedad que los sustenta. No es que la democracia representativa no sea útil y haya que sustituirla por la participación popular directa y asamblearia; es que la democracia actual no es representativa, es decir, no está interpretando los intereses de la ciudadanía, ni siquiera de los votantes que han aupado al poder a tal o cual Gobierno. Cuando Rajoy dice “no tenemos libertad para elegir”, está describiendo la impotencia y cobardía de la política ante los mercados. No es una cuestión de sueldos, ni de coches oficiales. Ojalá fuese ese el problema, porque sería muy fácil de resolver. Es el último capítulo del desplazamiento del poder del pueblo hacia los intereses de los más poderosos y la tumba de la política democrática.

Tenemos la sociedad más politizada desde los tiempos de la transición y, sin embargo, la más antipolítica de nuestra historia. De las nuevas energías sociales tienen que salir proyectos, alternativas, reformas radicales que fortalezcan la democracia y devuelvan a la política su sentido de servicio público y de afán colectivo. Es el momento de abrir nuevos espacios que canalicen las demandas y las propuestas ciudadanas. Queremos una democracia más participativa, pero también que represente más fielmente los intereses de la ciudadanía. Pero cuidado con el populismo desbocado que proclama verdades irrefutables, que borra las pluralidades y que nos conduce al reino del autoritarismo. Por muy enfadados que estemos.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/07/20/andalucia/1342799870_951241.html

"España entra en la espiral de la muerte" Antoni Domènech · G. Buster · Daniel Raventós. Sin Permiso, 15/07/12




El pasado viernes, 13 de julio, el Consejo de Ministros aprobó el radical paquete de medidas de austeridad fiscal procíclica anunciadas por Rajoy en sede parlamentaria dos días antes. “No disponemos de más ley ni de más criterio que el que la necesidad nos impone. Hacemos lo que no nos queda más remedio que hacer, tanto si nos gusta como si no nos gusta. Soy el primero en estar haciendo lo que no le gusta”: palabras literales de un presidente más nervioso, más inseguro y con peor dicción que de costumbre. Es la segunda vez en dos años que una escena así se produce en las Cortes: el 11 de julio de 2012 de Rajoy es el 10 de mayo de 2010 de Zapatero.

Zapatero se dio un autogolpe de Estado para evitar, supuestamente, el golpe de la intervención de la Troika. Con el resultado de todos conocido: todo fue a peor, como no podía ser de otro modo con unas políticas procíclicas de consolidación fiscal y recortes de derechos sociales e ingresos populares en un país, entonces, con un desempleo superior al 20%, el 45% de los jóvenes en paro y la demanda efectiva en rápido proceso de contracción. Ahora se anuncia un recorte anual para los próximos tres años de más del 2% del PIB, en un país con más del 25% de su población activa desempleada, más del 50% de los jóvenes en paro –decenas y decenas de miles convertidos ya en emigrantes— y una demanda efectiva en caída libre.

De ideas milagreras, retóricas electorales y agendas ocultas

Rajoy subió al poder con la idea milagrera –avalada por toda una corte de tertulianos, todólogos mediáticos y pseudoeconomistas diz-que-profesionales— de que bastaba poco más que un gobierno conservador de gentes de viso en la Moncloa para recuperar la “confianza” de los mercados financieros internacionales y la benevolencia de los burócratas de Bruselas y de Francfort. Esa era la idea “técnica” básica.

Había, además, una retórica de campaña electoral rectificadora del giro antisocial de Zapatero: no se tocaría a los pensionistas, no se tocaría a los funcionarios públicos, no se recortarían derechos ni en educación, ni en sanidad (¿quién dice copago?), ni en la cobertura del paro;  habría austeridad y consolidación fiscal, por supuesto, pero se trataría de una “austeridad expansiva” (sic), facilitadora del crecimiento económico (no se subiría el IVA, ¡claro que no!). Contra el entreguismo de Zapatero, se defendería la soberanía nacional; España sabría hacerse respetar en la UE y ante la Troika: el Reino, en fin, no sería intervenido, ni informal ni, menos, formalmente. Por fin alguien haría valer la “marca España”.

Y había, por supuesto, una agenda oculta. Con la excusa de la necesidad de bienquistarse a los mercados financieros y recuperar la “confianza” perdida por la calamitosa gestión del PSOE, acometer un conjunto de contrarreformas –incoadas ya por el gobierno Zapatero y largamente anheladas por la derecha social española— que alteraran radical e irreversiblemente la relación de fuerzas. Que reconfiguraran la constitución social del país, particularmente la regulación del mercado de trabajo. Que reordenaran pro domo sua, a favor del poder político-económico del PP, la fatalmente dañada estructura bancaria (lo que pasaba crucialmente por convertir a Bankia en un coloso financiero privado promiscuamente vinculado al partido). Que terminaran de poner en almoneda y desmantelar el sector público, pusieran proa a la conversión de la vida económica de nuestro país en un rimero interminable de peajes privatizados, cobrables por rentistas improductivos de toda laya, nacionales y extranjeros, y entraran por uvas en la más o menos disimulada tarea de recentralizar administrativamente y jibarizar el “Estado de Medioestar” español, como atinadamente lo ha llamado en alguna ocasión Gaspar Llamazares.

La agenda oculta, en una palabra, consistía en aprovechar la crisis para consolidar hasta las últimas consecuencias el tipo de capitalismo oligopólico de amiguetes políticamente promiscuos construido por el PSOE y el PP en las últimas décadas y reubicar al núcleo político dirigente conservador en la nueva situación. Si se quiere, y por servirnos del neologismo muy a propósito inventado por el académico de la lengua Emilio Lledó, pasar de la economía política del capitalismo oligopólico de amiguetes, al casino de negocios público-privados de los “amigantes” (que rima con mangantes).

Del fracaso, también, de la agenda oculta

En tan sólo 6 meses de gobierno, la realidad de la crisis se ha llevado ya por delante la idea “técnica” básica del programa electoral del PP, la de la “confianza”: la prima de riesgo no ha dejado de subir, la renta variable no ha dejado de bajar, el interés de los bonos españoles se ha disparado hasta rebasar todos los niveles de alarma (7%), y lo que es más grave y perentorio, ha comenzado a acelerarse una fuga masiva de capitales y depósitos bancarios, cuyo ritmo anual se estima ahora mismo en un ¡50% de nuestro PIB! Un pánico bancario desatado, peligrosísimo para España y para el conjunto de la UE, al que no son ajenas las sucesivas torpezas del gobierno Rajoy en el manejo de la crisis de solvencia de la banca española. Y a todo eso, la unión bancaria y la garantía europea de depósitos –única medida eficaz para contener la hemorragia—, siguen ahora tan lejos, si no más, que antes de la famosa cumbre del pasado 28/29 de junio. Han pasado sólo dos semanas, y parecen meses. Tiempo suficiente, en cualquier caso, para que varios sedicentes “europeístas” demostraran una vez más su incapacidad para comprender la naturaleza de la crisis política europea y se cubrieran con el más bobalicón de los ridículos.

Como previsto por todo el mundo, de desmentir la retórica electoral se encargó el propio gobierno no bien entró en ejercicio. Pero lo verdaderamente interesante es la suerte que ha corrido en sólo 6 meses el desarrollo de la agenda oculta del PP. Porque la puesta por obra del “programa oculto” se fundaba también en la necia idea de la restauración de la “confianza” (y en el pésimo diagnóstico –compartido con el núcleo dirigente del PSOE— de la naturaleza de la presente crisis europea que subyace a esa idea). La realización del programa oculto de Mariano Rajoy pasaba decisivamente por evitar la intervención de España por la Troika; intervenido el Reino, todo cambia. No importa el grosero jaleo forofesco de los diputados del PP a cada anuncio de recorte declarado por el jefe, ni siquiera el obsceno “que se jodan” los parados de una pijilla descerebrada que calienta escaño en las Cortes. Harto más significativo se antoja el rostro desalterado del Presidente del gobierno. Porque, si bien se entiende, de lo que verdaderamente se despedía era de su agenda oculta.

Y despedirse de la agenda oculta no era sólo despedirse del verdadero programa partidista con que accedió al gobierno. Es mucho más. Es despedirse de toda una época política y económica que ese programa trataba de salvar, y a su modo, perpetuar, rectificándola por la vía de escorar irrreversiblemente, hasta donde se pudiera, su centro de gravitación hacia la derecha. Es muy significativo que el Consejo de Ministros del pasado viernes comenzara no en Moncloa, sino en la Zarzuela, con el monarca en persona presidiendo la sesión del reconocimiento oficial de todos los fracasos. Como agarrándose a un clavo ardiendo, precisamente al amparo de un Rey de todo punto desacreditado ante la opinión pública y convertido en los últimos meses en la cara visible del fracaso nacional y del fin de época. En el símbolo mismo de la agónica fatiga política, social y moral del régimen de la Segunda Restauración borbónica que fue la Transición democrática.

Res ipsa loquitur: ministros que filtran secretos de su cartera (el escándalo de la ministra Báñez y el ERE del PSOE); una red gigantesca de espionaje a empresas y ciudadanos y compra y venta de datos privados protegidos por la ley con la connivencia de las instituciones privadas y públicas –incluidos los servicios secretos— encargadas de protegerlos; socialización de la corrupción de lo público a lo privado con las preferentes, como se ha visto con la apertura de la causa contra los gerentes de Bankia, la CAM y CaixaNovaGalicia; el bloqueo de un poder judicial incapaz de autogobernarse, carente de la legitimidad democrática que solo pueden otorgarle los ciudadanos, y no el escalafón de la judicatura y los acuerdos bajo mano entre el PP y el PSOE; unos incendios pavorosos que no se pueden extinguir por los recortes del gasto público; amnistía a los depredadores urbanísticos de la propiedad común de las costas; amnistía a los defraudadores fiscales… ¿Qué más?

La espiral de la muerte

Con las medidas de recortes y austeridad fiscal que ha impuesto la Troika al gobierno, España entra en la espiral de la muerte. Es decir, se aventura por la senda que ha llevado al suicidio económico, social y político a las naciones hasta ahora intervenidas (Grecia, Portugal, Irlanda). La dinámica es harto conocida: las drásticas medidas procíclicas de austeridad fiscal encaminadas a reducir la deuda y el déficit públicos generan destrucción de empresas y de empleo, desplome de los salarios, caída de la demanda agregada, descenso de los ingresos fiscales del Estado y, para cerrar el círculo vicioso, ulterior crecimiento del endeudamiento público, acrecida desconfianza de los acreedores internacionales y nuevas y más desapoderadas exigencias de austeridad y consolidación fiscales y consiguiente degradación del Estado social, de la enseñanza, de la sanidad, de la cobertura del desempleo.

En esa perspectiva, perdida la soberanía monetaria y sin autoridad fiscal común en la UE, el círculo vicioso sólo podría romperse con una enérgica mejora de la exportación. Los últimos datos al respecto no son nada halagüeños. Y no cabía esperar otra cosa. Primero, porque a diferencia de Portugal, por ejemplo, en donde el sector exportador representa cerca del 50% de su economía, la exportación española significa apenas un tercio, es decir que al menos dos tercios de la demanda de los productos de las empresas españolas vienen de un mercado interior deprimido por el paro creciente, por el tremendo estado de endeudamiento de las familias y de las empresas españolas, por los recortes salariales públicos y privados, por el terrible aumento del IVA, por las nuevas tasas universitarias, por el copago sanitario, por presentes y venideros peajes de usuario en el acceso a los bienes públicos o comunes; en una palabra, por las extremistas políticas de austeridad fiscal. Y segundo: porque las políticas de austeridad incompetentemente impuestas a escala europea han deprimido la demanda continental, y el grueso de nuestras exportaciones –como las de los alemanes, dicho sea de pasada— van a parar a una eurozona devastada por esas suicidas políticas procíclicas de consolidación fiscal.

Es evidente que el núcleo dirigente del PP es a estas alturas perfectamente consciente de todo eso. El fracaso estrepitoso de Montoro es el fracaso de la agenda oculta de una derecha política española que era todavía orgánica en intereses oligárquicos más o menos nacionalmente arraigados, y que tenía intereses electorales propios. Es aventurado –y acaso necio— decir que estamos asistiendo al triunfo del “independiente” y “cosmopolita” De Guindos, ese fracasado gestor europeo de los intereses del quebrado banco norteamericano Lehman Brothers.

Pero de lo que no cabe la menor duda es de que decidir –o allanarse a— meter a España en la espiral de la muerte trae consecuencias devastadoras para la identidad de quien lo propone (el PP). Para la identidad de quien lo aplaude, jactándose incluso de haberlo propuesto antes (Duran i Lleida). Para la identidad de quien lo tolera “responsablemente” y aun lo acompaña como “inevitable” y “necesario” con dos que tres salvedades y matices y tres que cuatro lagrimitas impostadas (Rubalcaba). Y desde luego para la identidad política de quienes, aplaudiéndolo en el fondo, sólo pretenden aprovecharse del río revuelto para promover aquí o allá su propia agenda superficialmente populista (el desmantelamiento del Estado de las Autonomías, à la Rosa Díez; el fantasma del pacto fiscal catalán sin contenido social para justificar, à la Mas, su cruel ofensiva en toda regla contra los derechos de las clases populares).

Como las elites políticas coloniales tradicionales

Las medidas de choque decididas –“sin libertad”— por Rajoy la semana pasada van contra los intereses mediatos e inmediatos de la inmensa mayoría de la población española, incluidas esas clases medias madrileñas abrumadoramente votantes del PP que habrán perdido todos sus ahorros con la estafa de Bankia y Caja Madrid. La espiral de la muerte al estilo griego no sólo tiene consecuencias económicas y sociales devastadoras; tiene también consecuencias para las propias elites políticas que se allanan de mayor o menor grado al suicidio de la nación. Porque pierden su identidad política como representantes fiduciarios más o menos legítimos de distintos intereses sociales más o menos encontrados, para convertirse paulatinamente en castas políticas de tipo colonial, sin arraigo social en la población. Franz Fanon describió hace ya muchos años a ese tipo de elites coloniales en Los condenados de la Tierra, una obra maestra de la literatura anticolonialista de los años 60.

Este era el tenor literal de su descripción: las elites coloniales, cualquiera que sea el matiz de su color político:

- niegan a los pueblos la seguridad en los puestos de trabajo;

- reducen los ingresos del grueso de la población al nivel de subsistencia;

- llevan a los pobres a la desesperación;

- buscan con denuedo desmantelar a los movimientos y a las organizaciones sociales, señaladamente a los sindicatos obreros;

- se empeñan en degradar el sistema educativo, de modo que solo las elites puedan tener acceso a la educación superior;

- hacen leyes a la medida de las empresas transnacionales saqueadoras;

- criminalizan el disenso, la crítica y a la oposición política no acomodaticia.

El corolario de esa clásica descripción del hacer de las elites coloniales era el comportamiento que buscaban inducir en la población: el miedo y la sensación de inestabilidad generados por esas políticas garantizaban la pasividad de la población, forzada a derivar hacia la propia supervivencia personal todas las energías disponibles.

Lo mejor del buen discurso parlamentario de Cayo Lara –convertido de facto en el jefe de toda la oposición en las Cortes, incluidos, verosímilmente, los parlamentarios socialistas desolados por las frívolas payasadas de Rubalcaba— es que entendió perfectamente este punto. No sólo ha traicionado Rajoy a su propio electorado al violar groseramente las promesas de su programa, no sólo, esto es, ha fracasado como político democrático, sino que ha fracasado también en la promoción de su agenda oculta “soberana”, es decir, ha fracasado como político tecnocrático. Doble fracaso. Se impone la consulta popular.

Hasta un periodista tan cargantemente circuelocuente como Pedro J. Ramírez se ha visto en la necesidad de reconocer sin reservas lo obvio, aunque sea para salir cínicamente al paso:

“En otras circunstancias el reconocimiento de esta súbita pérdida de autonomía democrática debería llevar aparejada la dimisión del gobierno de turno, la disolución del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones. Pero nadie está pidiendo que Rajoy haga eso porque su rotundo triunfo electoral ha sido muy reciente y, como indican todos los sondeos, no se percibe ninguna alternativa fiable. Más bien existe el consenso de que al líder del PP le toca cargar con la cruz de lo que será una creciente impopularidad, gestionar con la mayor solvencia posible la ejecución del diktat de Bruselas y tratar de que la desagradable travesía del desierto concluya cuanto antes.” [“Protectorado de ’soberanía suspendida’”, El Mundo, 15 julio 2012.]

Quien comprenda mínimamente la naturaleza de la crisis política europea, o quien al menos sepa algo de macroeconomía elemental, o quien, si más no, se haya molestado en informarse un poco de la experiencia de Grecia, Irlanda y Portugal desde su intervención, sabe ya que lo que viene no es “una desagradable travesía del desierto” destinada a “concluir cuanto antes”. Sino la entrada en una verdadera espiral de la muerte.

Que la población sea, o no, presa del pánico, que se entregue, o no, a una inerme pasividad política cruzado el portalón de esa espiral, dependerá de la decisión con que el conjunto de la izquierda social y política de este país –sindicatos obreros, 15 M, colectivos de parados y trabajadores precarizados, representantes institucionales (locales, autonómicos y estatales) de las izquierdas federalistas y soberanistas, asociaciones ciudadanas, colectivos culturales, investigadores y académicos comprometidos, grupos de apoyo a los desahuciados, afectados por las estafas bancarias, pequeños comerciantes arruinados por el IVA, autónomos acorralados por la inopinada subida de su IRPF, etc.— sepan aunar voluntades y plantear como una necesidad perentoria la convocatoria de un referéndum democrático que, manifiesta y clamorosamente fracasadas las elites rectoras dominantes, permita a los pueblos de España elegir libremente su destino en uno de los momentos más dramáticos de nuestra historia, que, como bien dijo hace muchos años el poeta, es la más triste de todas las historias.

Antoni Domènech es el Editor general de SinPermiso. Gustavo Búster y Daniel Raventós son miembros del Comité de Redacción de SinPermiso.

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5151

martes, 4 de septiembre de 2012

La ocupación del lenguaje. El País, 1 de septiembre de 2012


La derecha no solo disfruta de un poder político y económico indiscutible sino que también busca la hegemonía cultural. Para hacerlo, procura desacreditar el progresismo valiéndose muchas veces de su discurso
GONZALO ABRIL / MARÍA JOSÉ SÁNCHEZ LEYVA / RAFAEL R. TRANCHE 1 SEP 2012

Actualmente la derecha acapara un inmenso poder político y económico. Pero además de imponer en toda su radicalidad el modelo neoliberal, trata de operar un cambio de mentalidades que lo normalice y con ello ejercer la hegemonía cultural mediante el control de las representaciones colectivas. Este proyecto se sustenta en una campaña sistemática de autolegitimación y descrédito de los argumentos progresistas, en coordinación con la derecha mediática mayoritaria, cuyas estrategias discursivas fundamentales son:

La creación y propagación de conceptos.Propias o prestadas, las nuevas nociones trazan un mapa de la vida pública, sus actores y sus conflictos: competitividad, moderación salarial, dar confianza a los mercados, privilegios (para denominar derechos), copago. Se exponen como verdades incuestionables pero su sentido y alcance nunca se explicitan, pues parecen lograr mayor eficacia práctico-política cuanto menor es su precisión semántica. Por ejemplo, “libertad” asume un significado muy cercano a “seguridad”. El eslogan de la BESCAM en Madrid lo ejemplifica: “Invertir en seguridad garantiza tu libertad”. Como en la “neolengua” de Orwell, las nuevas nociones son a menudo “negroblancos”, inversiones del significado común de los vocablos. El “Plan de Garantía de los Servicios Sociales Básicos” es el programa de recortes del gobierno de Castilla-La Mancha. El “proceso de regularización de activos ocultos” de Montoro es una amnistía fiscal.

Klemperer narra que la población alemana no hizo suyo el lenguaje de los nazis a través de sus tediosas peroratas, sino por medio de expresiones repetidas de modo acrítico en los contextos de la vida cotidiana. Las palabras de los actuales líderes de la derecha no son menos letárgicas. Sus muletillas (“no se puede gastar lo que no se tiene”; la sanidad “gratuita” es insostenible; solo nosotros tenemos “sentido común”) contrarían cualquier prueba de verdad o validez normativa: el capitalismo financiero se basa en el crédito, o sea, en “gastar más de lo que se tiene”; la sanidad pública no es gratuita, sino financiada colectivamente; y es una inversión ideológica y un dislate suponer que cabe sentido común en el hecho de reclamarlo como propio y exclusivo, es decir, como no común. Pero por su simpleza, su fuerte arraigo en la doxa y su apariencia no ideológica, tales expresiones consiguen adhesión.

La usurpación de la terminología del oponente. Nadie es dueño del lenguaje, pero las expresiones se adscriben legítimamente a tradiciones, relatos e identidades políticas determinadas. Al usurpar los términos de la izquierda, la derecha neutraliza y a la vez rentabiliza su sentido contestatario. Esperanza Aguirre afirma que las políticas de los sindicatos “son anticuadas, reaccionarias y antisociales”. Palabras como “cambio” o “reformas”, antes vinculadas a proyectos progresistas, disfrazan ahora contrarreformas. Rajoy dijo en la conmemoración oficial de la Constitución de 1812: “Los gaditanos nos enseñaron que en tiempo de crisis no solo hay que hacer reformas, sino que también hay que tener valentía para hacerlas”. Sustentándose en la reputación de espacios y tiempos institucionales, los actuales recortes se invisten del valor simbólico de reformas históricas.

La estigmatización de determinados colectivos. Médicos, enseñantes, funcionarios, estudiantes y trabajadores fijos son descalificados. Al disfrutar de supuestos “privilegios”, parecen co-responsables de la situación actual. Desprestigiándolos se puede activar un malestar social basado en el rencor, la envidia y el miedo, y socavar la reputación de lo público para justificar su liquidación. Se alude a los desempleados como beneficiarios de la reforma laboral, pero se les supone holgazanes que deben redimir su inutilidad con labores sociales. Un empresario farmacéutico, Grifols, propone como solución donar sangre: “En épocas de crisis, si pudiéramos tener centros de plasma podríamos pagar 60 euros por semana, que sumados al paro son una forma de vivir”. El parado se convierte así en un desecho cuyo cuerpo puede ser mercantilizado. El siguiente paso podría ser la venta de órganos o de los hijos a los que no se pueda mantener. Los primeros ajustes en la sanidad pública penalizan a un nuevo apestado, el enfermo, lo señalan como causante del déficit, y exigen que (re)pague por su debilidad. Si la estigmatización es el paso previo a la expulsión, como ya ocurre con los sin papeles, otros muchos colectivos podrán ser excluidos.

Un método de argumentación basado en la simpleza y la comprensión inmediata. De nuevo, el “sentido común”, ritornello favorito de Rajoy, sustenta este procedimiento. Formas de razonamiento y esquemas mentales al alcance de todos hacen posible que las ideas y soluciones impuestas sean aceptadas como conclusiones propias, expresiones de un pragmatismo irrefutable y del interés colectivo. Se apela así a espacios imaginarios de consenso de los que el oponente no puede autoexcluirse: “No es una cuestión de izquierdas o de derechas, sino de sentido común”, afirma Alicia Sánchez-Camacho.

El eufemismo, la atenuación y la exageración, el defender premisas contradictorias, se han normalizado en el repertorio retórico derechista: Rajoy afirma que hará “cualquier cosa que sea necesaria, aunque no me guste y aunque haya dicho que no la iba a hacer”. La reducción de profesores interinos “no se puede plantear en términos de despidos —alega el ministro Wert—, sino de no renovación de contratos”. Beteta generaliza burdamente: los funcionarios “deben olvidarse de tomar el cafelito, deben olvidarse de leer el periódico”.

La construcción de marcos de sentido. La acción del gobierno de Zapatero era tachada de improvisada, mendaz e insensata. Establecido ese marco, cualquier medida gubernamental corroboraba la imputación general y así se lograba una incontrovertibilidad que desconocen las fórmulas dialogantes. En el espacio público se tiene más poder cuando se controla el marco de lo decible y discutible. La derecha es magistral utilizando esta estrategia, pero tras una prolongada degeneración de la vida pública, de la que el PSOE es corresponsable, se ha consolidado una visión consensual indistinta de la lógica del sistema: no hay más que una realidad y ninguna opción para interpretarla.

Una táctica de “orquestación”. La reiteración machacona de una consigna (y no de un argumento, como sugiere la equívoca noción de “argumentario”) a varias voces, en momentos y lugares distintos, es habitual: “los interinos han entrado a dedo”, “los sindicatos viven de las subvenciones”, “los profesores trabajan poco”, etcétera. “Lo que digo tres veces es verdad”, afirmaba el Bellman de Lewis Carroll. La derecha saca partido de esa “performatividad” que rige la economía de los enunciados públicos: cuando un comportamiento es reiteradamente reputado de normal, se tiende a normalizarlo; o a estigmatizarlo, si se le ha tildado repetidamente de anómalo.

La fijación de estos mecanismos gracias al poder amplificador de los media. Los medios funcionan como laboratorios discursivos que difunden las nuevas expresiones y consignas, y los asesores preparan declaraciones inmediatamente traducibles a un titular. Inversamente proporcional al impacto de estos mensajes resulta la capacidad de contestarlos: los análisis críticos se disuelven en un aluvión de artículos, columnas y editoriales que logran una difusión e influencia mucho menor.

La moralización del discurso público. La política contemporánea se desvía hacia un registro moral, explica Rancière. Pero el moralismo de la derecha desconoce las razones del otro: bueno o malo, normal o aberrante, son calificativos atribuidos de modo categórico y sin margen de discusión, apropiándose la universalidad de la noción en disputa, como señala Zizek. Las “personas normales, sensatas…, españoles de bien” a que apela Rajoy son indudablemente de derechas. Cuando encubre su integrismo moral la derecha incurre en la paradoja política: Ruiz Gallardón pretende asumir la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la “violencia estructural” que padecen con una contrarreforma de la ley de aborto limitadora de derechos y que refuerza la violencia legal.

Muchos ciudadanos nos sentimos justamente indignados por lo “descarado” de estos procedimientos. Y quizá sea en esa desfachatez, pérdida del rostro, donde podría cifrarse tanto su fragilidad como la inquietante capacidad de contagio de sus postulados.

Gonzalo Abril (UCM), Mª José Sánchez Leyva (URJC) y Rafael R. Tranche (UCM).

http://elpais.com/elpais/2012/06/06/opinion/1338982268_785200.html