martes, 23 de agosto de 2011

Antígona en Poyales del Hoyo

(Viñeta de El Roto, publicada en El País)











Antígona en Poyales del Hoyo

En la tragedia "Antígona", de Sófocles, representada por primera vez en el 442 a.C., la protagonista entierra a su hermano, contraviniendo el mandato del rey Creonte quien ha ordenado que, como castigo por traición, su cadáver quede insepulto.

Desde la antropología se ha estudiado el carácter ejemplarizante que tiene la prohibición de enterrar un cadáver o la ocultación del lugar donde se ha realizado el enterramiento. La inhumación ilegal supone un modo de represión (castigo post-mortem) contra el represaliado; contra sus familiares, a quienes se estigmatiza y niega la posibilidad de cerrar el hecho luctuoso mediante los ritos funerarios; y como amenaza permanente contra el conjunto de la sociedad o del grupo humano al que pertenecía la víctima.

El pasado 30 de julio, en la localidad abulense de Poyales del Hoyo, se produjo la destrucción del monumento funerario donde descansaban los restos de diez represaliados del franquismo, que habían sido exhumados de dos fosas comunes clandestinas en 2002 y en 2010. Cuerpos y familiares que, tras décadas, por fin habían recibido un merecido descanso. No fue por obra de delincuentes o gamberros, sino del alcalde de la localidad y una jueza “de paz”.

El alcalde de Poyales, Antonio Cerro, del Partido Popular, ha justificado la acción por la petición de entrega de los restos por parte de una de las familias, y el mal estado de la fosa. Sin embargo, ello no explica porqué, en vez de reparar la fosa, se trasladaron los restos a un osario. Y sobre todo, porqué se destruyó el monumento funerario, que estaba coronado por una paloma de la paz y donde constaban los nombres de los diez asesinados.

La profanación de Poyales no es un caso aislado en la comarca del Valle del Tiétar: en los últimos meses podemos constatar insultos y amenazas, como en la inauguración del monumento a los fusilados republicanos en Candeleda, en febrero; el bloqueo con cadenas del cementerio de Pedro Bernardo para impedir un acto de homenaje a las víctimas del franquismo, el pasado mes de junio; las recientes agresiones al mausoleo de Candeleda y a la tumba de las tres mujeres asesinadas en el mismo pueblo y exhumadas en 2002.

Tales demostraciones de despotismo, deberían ser inconcebibles desde los valores humanos, y en nombre de la caridad cristiana que, se presupone es seña de identidad de quienes hacen gala de su religiosidad, pues no olvidemos que la jauría humana que el pasado domingo día 7 arremetía contra los concentrados ante el Ayuntamiento de Poyales, salía en su mayor parte de la misa dominical de las 12.

No podemos quedarnos en una mera condena ética del comportamiento del alcalde de Poyales y sus concejales, o referir que son "dignos" y directos herederos del "Quinientos Uno" y los otros pistoleros falangistas que hace 75 años impusieron el terror en el Valle del Tiétar, "por Dios y por España". Es preciso realizar una reflexión más de fondo. Por ejemplo, ¿se imagina alguien que un alcalde de Bildu profanase y destruyese una tumba de víctimas de ETA? ¿Qué estarían vociferando los que se autopublicitan hasta el hastío como demócratas, pero que hoy no condenan, e incluso justifican, la destrucción de la tumba de Poyales?

Y no es una cuestión de ser de derechas o de ser de izquierdas. Recientemente hemos visto cómo el Gobierno de Sarkozy asumía, en nombre del Estado francés, la responsabilidad de la deportación por parte del Gobierno colaboracionista de Vichy, de republicanos españoles a los campos de exterminio nazis, ofreciendo indemnizaciones a los herederos. O del proceso de reparación material y simbólica a los miles de trabajadores esclavos que fueron deportados para trabajar en Alemania durante la segunda guerra mundial; un programa de reparación inmenso en la cual participaron el Estado alemán, las empresas herederas de las que se beneficiaron de aquellas deportaciones, y las iglesias católica y protestante (alemanas). Todo ello culminado con un gran acto público de desagravio en el que participaron el presidente federal alemán y la canciller Merkel.

Uno de los principales problemas políticos de nuestro país es que la derecha autóctona no es antifascista. Estamos pagando, y lo vamos a seguir haciendo por mucho tiempo, la complacencia y permisividad de los demócratas durante la Transición con el franquismo, con sus símbolos; con el respeto al status social y económico de los beneficiarios de la dictadura; con la impunidad de los criminales. Lo que está pasando en el Valle del Tiétar y en otros lugares (y lo que nos espera: "cosas veredes amigo Sancho.."), es consecuencia directa de 35 años de políticas activas de olvido; y de trato equidistante entre fascismo y democracia.

Y si es grave el respaldo unánime de los dirigentes del Partido Popular al acto de barbarie cometido en Poyales, más preocupante aún es la tibieza del rechazo del resto de fuerzas políticas (salvo honrosas excepciones), y sobre todo la falta de reacción de las administraciones y de la Justicia, o el tratamiento dado al caso por los medios de comunicación, que han caricaturizado, reduciendo a una reyerta entre vecinos por una cuestión trasnochada, las agresiones y provocaciones de "los escuadristas" durante el domingo 7 de agosto.

Hace pocos años, un expresidente autonómico "progresista" declaraba que "estaba en contra de la memoria histórica porque era un presidente del futuro, y no del pasado", pero no tenía escrúpulos para inaugurar el nuevo Museo del Ejército invitando a combatientes de la División Azul. Esa política de equidistancia, de igualación entre la democracia y el fascismo, de no confrontar ideas, valores y principios con la derecha franquista (sea por conveniencia o cobardía), termina teniendo consecuencias inevitables: hoy, el personaje aludido es un expresidente del pasado sin futuro.

Si todo un presidente del Congreso de los Diputados -presuntamente progresista- utiliza todos los subterfugios posibles para eludir la condena del golpe militar del 18 de julio y de la dictadura franquista, ¿qué podemos esperar del alcalde "centrista" de Poyales del Hoyo?

Es conocida la frase de una de las Trece Rosas: "Que mi nombre no se borre de la historia". Ese es el sentido real de la destrucción del monumento del cementerio de Poyales por parte de Antonio Cerro: el fin último de la destrucción de los nombres es certificar la impunidad histórica de los asesinos y restaurar el manto de silencio, garantizando la pervivencia de la versión franquista de la historia. Volver a dejar claro que en esa guerra hubo vencedores y vencidos, que los sigue habiendo y señalando quién es cada uno. Y que lo que "ellos" conquistaron "a punta de pistola y crucifijo", convirtiendo España en un cenagal de sangre y en una inmensa prisión, es intocable por los siglos de los siglos. También deberíamos tener en cuenta los vínculos familiares de los verdugos de entonces, con algunos de los que hoy no están dispuestos a consentir que las víctimas reposen en los mismos lugares que los criminales.

El problema está no sólo en que se pueda profanar impunemente una tumba. La cuestión es que los monumentos a las víctimas del franquismo, el erigido en Poyales y los que permanecen, de momento, en otros lugares, son Lugares de Memoria privados, de los familiares y de los compañeros de las víctimas. No fueron construidos por el Estado para proporcionar referentes y señas de identidad democráticas a la sociedad española, incluso aunque pudieran haber sido financiados mediante subvenciones públicas. El Estado español, aplicando la Ley de Memoria, de acuerdo a un preámbulo que a modo de declaración de intenciones impone la memoria personal y familiar e intenta impedir la memoria democrática social y colectiva, se ha negado a establecer Lugares de Memoria democrática, donde se rinda homenaje público a los asesinados por defender la legalidad constitucional, y los valores que, se supone, son la base de nuestro modelo político y social.

La destrucción del monumento de Poyales representa, a escala local, la impunidad de los verdugos y la manifiesta indefensión de las víctimas del franquismo.

A día de hoy, las víctimas del franquismo no existen, jurídicamente hablando. Sus familiares (un colectivo que afecta a muchos miles de personas) se encuentran en un estado de flagrante indefensión legal, como ha dejado patente la "resolución" del procedimiento abierto en la Audiencia Nacional por el juez Garzón. Al mismo tiempo, la pervivencia de docenas de miles de conciudadanos enterrados en fosas comunes clandestinas, no es reconocida por el Estado español dentro del tipo jurídico de desaparición forzada (crimen contra la humanidad), ni está dispuesto a asumir las responsabilidades que le corresponden según los acuerdos internacionales que ha firmado y que constitucionalmente tendrían que formar parte del ordenamiento interno. Todo ello pone en cuestión la propia esencia del Estado de Derecho.

Con la destrucción de la fosa de Poyales nuestros diez compañeros, rescatados del olvido en 2002 y 2010, pero ignorados por la justicia, han vuelto a ser otra vez, desaparecidos. Y se ha creado un peligrosísimo precedente. ¿Alguien piensa hacer algo para impedirlo, o continuaremos cautivos y desarmados?

Arturo Peinado. Federación Estatal de Foros por la Memoria
Agosto de 2011

Estado aconfesional e Iglesia católica, por Marc Carrillo en El País

Viñeta de Manel Fontdevilla, Público 20 de agosto de 2011

Estado aconfesional e Iglesia católica

MARC CARRILLO 23/08/2011

El entorno que ha rodeado a la organización de la visita a Madrid del jefe del Estado vaticano, Joseph Alois Ratzinger, obliga, una vez más, a reflexionar sobre el alcance de las previsiones constitucionales acerca del carácter aconfesional del Estado, por el que "ninguna confesión tendrá carácter estatal" y de que "los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones" (art. 16.3). En una visita en la que, según ha informado este mismo diario, se han expuesto textos religiosos del rito católico en las fachadas de organismos públicos del Gobierno central y del autónomo. Además, la sede del Ayuntamiento ha servido como vestuario de miles de sacerdotes para celebrar una misa. También, a fin de acoger la visita de Benedicto XVI y los eventos de la Jornada Mundial de la Juventud, se han cerrado al tráfico durante siete días parte del centro de la ciudad, todo lo cual se ha justificado por la condición de líder espiritual del monarca absoluto del Vaticano, del que muchas personas "van a escuchar un mensaje de esperanza en un mundo tan complicado como el que estamos viviendo".

Pero como resulta que, con sus luces y sombras, vivimos en una sociedad democrática, resulta ser que ante la visita del líder católico, también se han movilizado otros sectores de la sociedad que se han expresado críticamente respecto de la visita bajo el lema "De mis impuestos, al Papa cero. Por un Estado laico", propugnando la eliminación de los privilegios jurídicos, simbólicos, políticos, fiscales y económicos de los que goza la Iglesia católica. Ante tales reproches, miembros de la jerarquía católica han calificado de "paletos" a quienes los formularon; de "parásitos" a los convocantes de una manifestación crítica con la concentración, a los que además consideran depositarios "de una laicidad radical y un secularismo peligroso para la moral". Ciertamente, es una forma de libertad de expresión que ha de ser garantizada. No parece, sin embargo, que también lo sea de la tolerancia que algunos predican del catolicismo. En todo caso, es un derecho fundamental inalienable que, como es el caso, también sirve para retratar a algunos.

En este contexto, una de las cuestiones que vuelve a plantearse es hasta qué punto el poder público puede comprometer su relación de colaboración con la Iglesia católica, como ha sido ahora el tener el centro de Madrid bloqueado al tráfico regular durante una larga semana, en la que edificios públicos han hecho ostentación de mensajes religiosos, que por muy respetables que sean forman parte de las creencias privadas de un sector de la población que, en ningún caso, pueden implicar al Estado, que por prescripción constitucional carece de adscripción religiosa. Razón por la cual, un edificio público no puede expresar mensajes religiosos porque su carácter representativo de todos los ciudadanos impide a sus gestores utilizar el espacio físico del edificio para hacer ostentación de credo alguno. El mismo argumento ha de servir para rechazar prácticas que se siguen realizando en la actividad de determinados poderes públicos, como es el caso de los funerales de Estado bajo el rito católico, o las tomas de posesión de altos cargos con presencia de símbolos religiosos como el crucifijo, o la celebración de misas en centros públicos con motivo de determinadas festividades. La aconfesionalidad del Estado excluye a cualquier credo religioso y sus símbolos de la actividad regular de los poderes públicos en el ejercicio de sus funciones constitucionales.

De acuerdo con esta premisa, el genérico deber constitucional de cooperación del Estado con las diversas confesiones religiosas y en especial con la Iglesia católica, ha de ser entendido -de acuerdo con el profesor Ruiz Miguel- como un deber general de facilitación de medios, pero no de incentivación de estos. Facilitar los medios a un credo religioso para el ejercicio de la libertad religiosa se concreta en la acción de los poderes públicos destinada simplemente a allanar o posibilitar la realización de la libertad, pero sin ir mucho más lejos y, por supuesto, sin comprometer al poder público con los contenidos de la creencia religiosa. Por el contrario, concebir la cooperación como una forma de incentivación de conductas a las que los ciudadanos pueden ser opuestos -lo cual es una lógica consecuencia en una sociedad basada en el pluralismo- comporta una implicación o compromiso del Estado con determinados valores religiosos, que supone indefectiblemente la lesión de los derechos de libertad religiosa y libertad ideológica de los ciudadanos que no participan del credo religioso que el poder público se dedica a incentivar. Algunos de los ejemplos aquí citados con motivo de la concentración católica de Madrid, como los mensajes en edificios públicos o el uso de dependencia municipales, están en las antípodas del Estado aconfesional que proclama la Constitución.

Aunque ello no puede sorprender tras la pervivencia de los Acuerdos con el Vaticano de 1979, que consagraron un conjunto de privilegios para la Iglesia católica, con clara vulneración del principio constitucional de neutralidad del Estado en materia religiosa, a favor de una confesionalidad soterrada.

jueves, 18 de agosto de 2011

A hostias. Por Jesús Gómez Gutiérrez


A hostias

Artículos de Opinión | Jesús Gómez Gutiérrez | 18-08-2011 |

Es una hipótesis descabellada: al día siguiente de que un ateo prepare un atentado contra una manifestación de creyentes, un grupo de ateos sabotea una manifestación de creyentes y la policía carga contra los creyentes. Es descabellada se mire por donde se mire. En primer lugar, porque no son los ateos los que suelen organizar atentados; de hecho, la historia de las religiones es, en esencia, una historia de asesinatos y masacres en nombre de Dios. En segundo, porque no son los ateos los que suelen sabotear manifestaciones; de hecho, el grupo social más perseguido en todo el planeta es el suyo. En tercero, porque la policía suele ser la policía de los creyentes; al fin y al cabo, Dios es un negocio.

Anoche, en Madrid, sufrimos la única historia posible, la única verosímil: que un creyente prepare un atentado contra una manifestación laica, que un grupo de creyentes saboteen una manifestación laica y que la policía cargue contra los laicos. Es lo normal. Lo de todos los días. Tanto si gobierna la caspa nacionalcatólica como si gobierna ese club de nuevos aristócratas que se llaman socialistas. Tenemos un rey nombrado por un dictador que mató a cientos de miles de personas con el apoyo de la Iglesia católica; tenemos una Constitución surgida de un acuerdo con los asesinos de la cruzada nacional; tenemos un marco jurídico que impide cualquier desviación del camino trazado, tanto en lo político como en lo religioso. Si alguien cree que en el Reino de España se puede separar Iglesia y Estado, es que no ha entendido de dónde viene el reino ni dónde están los límites del régimen.

A estas horas, las calles de Madrid vuelven a ser propiedad de una amalgama de despistados, aprovechados y fundamentalistas con crucifijos. Pero no lo serán por mucho tiempo. Cuando se acabe el dinero público que ha pagado sus vacaciones, se marcharán a sus países y las calles de la ciudad volverán a ser las de costumbre, poco amigas de la superstición. Nosotros no podemos hacer gran cosa para que la base social de las derechas, eminentemente católica, despierte y empiece a quitarse las cadenas; pero podemos hacer bastante para que la base social de la izquierda, eminentemente laica, pase factura al otro responsable directo de lo sucedido ayer, el PSOE. Que los socialistas se queden con su policía y su concordato con la Iglesia, peor que el del franquismo. Veremos cuántos votos sacan a hostias.


domingo, 10 de julio de 2011

Rubalcaba y Zapatero o la cuadratura del círculo, por Juan Torres López

10/07/11

El vicepresidente del gobierno que suprimió el impuesto sobre el patrimonio deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que va a establecer el impuesto sobre el patrimonio.

El vicepresidente del gobierno que hizo el recorte de derechos sociales más grande de la democracia deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que lo suyo es "la igualdad de oportunidades".

El vicepresidente del gobierno que se puso de acuerdo con el Partido Popular para no cambiar una ley electoral que chirría con la democracia deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que va a cambiar la ley electoral para que haya más democracia.

El vicepresidente de un gobierno que ha reducido la carga fiscal de los bancos y del gran capital y que hizo oídos sordos cuando los propios inspectores del Banco de España denunciaban la irresponsable acumulación de riesgo de los bancos, o que ha votado en el parlamento varias veces contra la dación de pago, deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que "habrá que pedirles a las cajas y a los bancos que den una parte de sus beneficios para la creación de empleo".

El vicepresidente de un gobierno que en cuanto comenzó la crisis renunció a todos los de por sí escasos avances en materia de igualdad de género (incluso lo que estaba obligado a realizar por mandato legal como el permiso de paternidad) y que liquidó el Ministerio de Igualdad deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que hay que acabar con "la intolerable brecha salarial entre las mujeres y los hombres" y que a él "le gusta el contrato a tiempo parcial, creo que debemos incentivarlo", cuando esa es la forma con que se está procurando que las mujeres entren por la puerta de servicio en el mercado de trabajo..

El vicepresidente de un gobierno que no ha evitado que los salarios, y por tanto el poder adquisitivo de los trabajadores, hayan dejado de disminuir desde que tomó posesión, que va a regalar las cajas de ahorros al capital privado o que va a privatizar empresas públicas a bajo precio deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que "tenemos que estar ahí para asegurarnos que los españoles no pierden ni un solo euro".

El vicepresidente de un gobierno que ha dejado que los especuladores apenas tributen manteniendo las SICAV o que el impuesto sobre la renta llegue hasta el 45% en el tipo de gravamen sobre las rentas del trabajo mientras mantiene uno tipo proporcional del 19-21% para las ganancias de capital en bolsa, intereses financieros, etc. deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que "tenemos que defender a los que progresan con esfuerzo y no a los que lo hacen especulando y engañando".

El vicepresidente de un gobierno que acaba de votar hace unos días en el Congreso de los Diputados contra de la persecución contra las grandes fortunas y los paraísos fiscales, contra la necesidad de hacer público el listado de denunciados por delito fiscal, de aplicar un gravamen especial sobre movimientos de fondos con paraísos fiscales en la normativa del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades o de prohibir a las entidades bancarias españolas tener filiales o sucursales en ellos, deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que "es intolerable, es indecente, es absolutamente inmoral que el mundo viva con los paraísos fiscales" y que hay que acabar con ellos.

El vicepresidente de un gobierno que se puso de acuerdo con el Partido Popular para endurecer y dificultar la presentación de iniciativas populares o candidaturas no partidarias a las elecciones deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que "no es razonable que los ciudadanos solo se pronuncien cada cuatro años".

El vicepresidente de un gobierno que cambió de la noche a la mañana en mayo de 2010 la política y sus principios de gestión sin consultar a sus votantes ni ofrecer resistencia alguna deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que esos principios "siempre los hemos mantenido".

El vicepresidente de un gobierno que ha dado miles de millones a la banca sin exigir el más mínimo control deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que "si el Estado pone dinero tiene que estar ahí para gestionar bien ese dinero, para asegurarse que va realmente para aquello para lo que se destina que es el saneamiento".

El vicepresidente de un gobierno cuyo presidente afirma que "bajar impuestos es de izquierdas" y cuyo ministro de economía Pedro Solbes afirmaba que su principal orgullo era "no haber aumentado el gasto público" deja un día el gobierno y al siguiente se presenta como candidato a presidente del gobierno diciendo que "no voy a acordar nada que debilite nuestro sistema de salud. Y nada es nada", sin explicar cómo piensa cuadrar ese círculo.

Y al acabar este discurso del nuevo candidato, al presidente del gobierno que ha hecho todas esas cosas, José Luis Rodríguez Zapatero, le preguntan su opinión estas promesas totalmente contrarias a lo que él ha hecho, según ha dicho en varias ocasiones con plena convicción, y afirma que le parece "magnífico".

A mí me gustaría creer que Rubalcaba va a hacer todas esas cosas, que no llevará a cabo lo que hasta ahora ha realizado en el gobierno y que conducirá a España por la senda contraria a la que ha transcurrido cuando él ha sido vicepresidente. De verdad que me gustaría creerlo y creer también que para ello no se rendirá vergonzantemente y en silencio ante los poderes financieros, como ahora, sino que será valiente y que se enfrentará a ellos con dignidad y decisión.

De verdad que me gustaría creerlo, pero es que no puedo. No puedo creer que alguien pueda tener un cambio tan radical de opinión de un día para otro. O se engañaba a sí mismo estando en ese gobierno o nos está engañando ahora.

Juan Torres López es catedrático de economía aplicada en la Universidad de Sevilla

miércoles, 6 de julio de 2011

Subvenciones a los sindicatos. Por Francisco Javier López

Artículo de opinión de Javier López, secretario general de CCOO de Madrid

01-07-2011. A raíz de los ataques permanentes de los poderes económicos, políticos y mediáticos contra los sindicatos, utilizando argumentos recurrentes como el dinero que se embolsan en concepto de subvenciones, son no pocos los que me han pedido que escriba sobre este tema.

Un artículo elaborado por nuestra Federación de Servicios Financieros y Administrativos me brinda la oportunidad de dar respuesta a estas demandas, partiendo del hecho de que la Constitución Española reconoce a los sindicatos de trabajadores el derecho a constituirse, participar en las políticas públicas y en la planificación económica del Gobierno. Los sindicatos, en función de su representatividad, representan a sus afiliados, pero también al conjunto de los trabajadores. Las elecciones sindicales permiten determinar la representatividad de cada sindicato, cosa que no ocurre con las organizaciones empresariales, en las que no hay elecciones libres.

CCOO ha ganado en las elecciones sindicales el derecho a participar en la negociación de la gran mayoría de los convenios colectivos que regulan los derechos y condiciones de trabajo en las empresas.

Los sindicatos reciben del Estado por esta acción sindical que desarrolla las leyes y las adapta a cada sector y empresa 15,7 millones de euros. Hablamos de más de 4.000 convenios y la mayoría de los trabajadores y trabajadoras.

Las organizaciones empresariales, todo hay que decirlo, reciben ayudas similares. Los partidos políticos reciben 84,4 millones de euros, la Casa Real 8,9 millones y la Iglesia Católica, sin reconocimiento constitucional en un Estado laico, recibe 252 millones de euros.

Las asociaciones juveniles reciben 7,8 millones. La Federación Española de Futbol 4,8 millones. Las empresas privadas de prensa escrita y las televisiones privadas reciben 360 millones de euros, el cine español 89,6 millones de euros.

Los curas que trabajan en instituciones públicas como hospitales, cárceles y el ejército, reciben lo mismo que los sindicatos, 15 millones de euros.

Los profesores de religión nos cuentan 600 millones de euros y las subvenciones a los toros 564 millones de euros, aunque sólo merecen el interés del 28 por ciento de los españoles.

No parece mucho, así pues, la cantidad que reciben los sindicatos. Sin embargo siguen abundando los ataques, según los cuales, los sindicatos están comprados y no defienden los intereses de los trabajadores.

Veamos el caso de CCOO. Los más de 1.200.000 afiliados y afiliadas, con el pago de las cuotas, cada mes, aportamos 118 millones de euros cada año al sindicato. Los servicios jurídicos para afiliados y no afiliados, apartan unos 20 millones de euros. Las subvenciones del Estado no llegan a suponer ni el 10 por ciento del total de nuestros ingresos.

Los poderes económicos, salvados de la crisis por el Estado. Los poderes políticos que mantienen sueldos públicos, subvenciones públicas y una corte injustificable de cargos a dedo, asesores, gabinetes, etc. Los poderes mediáticos, que viven de la subvención y la publicidad de las Administraciones públicas, saben todo esto, conocen la realidad.

Pero siguen atacando a los sindicatos, porque saben que son la barrera más sólida para frenar la avaricia, la especulación, la corrupción y los cambios que pretenden introducir para, a base de ajustes y recortes, hacer pagar a los trabajadores y sus familias, el coste de la crisis.

Para ello no dudan en utilizar dos tácticas muy ensayadas por los regímenes totalitarios, autoritarios y fascistas: "Las grandes masas sucumben más fácilmente a una gran mentira que a una pequeña", "una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad".

Nosotros elegimos cada día caer o no caer en esta trampa.

miércoles, 1 de junio de 2011

Soy un caso perdido, de Mario Benedetti

Por fin un crítico sagaz reveló

(ya sabía yo que iban a descubrirlo)

que en mis cuentos soy parcial

y tangencialmente me exhorta

a que asuma la neutralidad

como cualquier intelectual que se respete


creo que tiene razón

soy parcial

de esto no cabe duda

más aún yo diría que un parcial irrescatable

caso perdido en fin

ya que por más esfuerzos que haga

nunca podré llegar a ser neutral


en varios países de este continente

especialistas destacados

han hecho lo posible y lo imposible

por curarme de la parcialidad

por ejemplo en la biblioteca nacional de mi país

ordenaron el expurgo parcial

de mis libros parciales

en Argentina me dieron cuarenta y ocho horas

(y si no, me mataban) para que me fuera

con mi parcialidad a cuestas

por último en Perú incomunicaron mi parcialidad

y a mi me deportaron


de haber sido neutral

no habría necesitado

esas terapias intensivas,

pero qué voy a hacerle

soy parcial,

incurablemente parcial,

y aunque pueda sonar un poco extraño,

totalmente

parcial


ya sé

eso significa que no podré aspirar

a tantísimos honores y reputaciones

y preces y dignidades

que el mundo reserva para los intelectuales

que se respeten,

es decir para los neutrales

con un agravante:

como cada vez hay menos neutrales

las distinciones se reparten

entre poquísimos


después de todo y a partir

de mis confesadas limitaciones

debo reconocer que a esos pocos neutrales

les tengo cierta admiración

o mejor les reservo cierto asombro

ya que en realidad se precisa un temple de acero

para mantenerse neutral ante episodios como

girón

tlatelolco

trelew

pando

la moneda


es claro que uno

y quizá sea esto lo que quería decirme el crítico

podría ser parcial en la vida privada

y neutral en las bellas letras

digamos indignarse contra Pinochet

durante el insomnio

y escribir cuentos diurnos

sobre la Atlántida


no es mala idea

y claro

tiene la ventaja

de que por un lado

uno tiene conflictos de conciencia

y eso siempre representa

un buen nutrimento para el arte

y por otro no deja flancos para que lo vapulee

la prensa burguesa y/o neutral


no es mala idea

pero

ya me veo descubriendo o imaginando

en el continente sumergido

la existencia de oprimidos y opresores

parciales y neutrales

torturados y verdugos

o sea la misma pelotera

cuba sí yanquis no

de los continentes no sumergidos


de manera que

como parece que no tengo remedio

y estoy definitivamente perdido

para la fructuosa neutralidad

lo más probable es que siga escribiendo

cuentos no neutrales

y poemas y ensayos y canciones y novelas

no neutrales

pero advierto que será así

aunque no traten de torturas y cárceles

u otros tópicos que al parecer

resultan insoportables a los neutros


será así aunque traten de mariposas y nubes

y duendes y pescaditos

lunes, 16 de mayo de 2011

La inocencia presunta del probado Strauss-Kahn, por Juan Carlos Monedero

La inocencia presunta del probado Strauss-Kahn, por Juan Carlos Monedero
Público,15 may 2011

La diferencia entre lo que supuestamente haya hecho Strauss-Kahn a una camarera en un hotel de Nueva York y lo que probadamente ha hecho en el Fondo Monetario Internacional es solamente un problema de causalidades. La agresión sexual a una camarera que le estaba limpiando la mierda, por un sueldo invariablemente mísero, en el cuarto de lujo del político socialdemócrata tiene la inmediatez de las ciertas sucias manos del funcionario internacional presuntamente puestas sobre una trabajadora, la línea directa que va desde el deseo de quien ha roto los límites que marcan los otros, al derecho que cree le asiste para ejecutar todo aquello que su cerebro le sugiere.

No es noticia la existencia, igualmente probada, de nuevos monarcas con derecho de pernada sobre sus súbditos, es decir, sobre, prácticamente, toda una humanidad que es lo suficientemente pobre como para que los suficientemente ricos no vean por qué no comprar sus voluntades, cuerpos y conciencia. Las revoluciones burguesas acabaron con las monarquías absolutas y el antiguo régimen. Pero pronto se ocuparon los mismos salones reales, ahora con el encubrimiento de la igualdad formal ante la ley. Un hombre, un voto. El de Strauss- Kahn y el de la camarera presuntamente agredida. Presuntas democracias.

La cosa va más allá. Las políticas que ha ejecutado el FMI son, si reconstruimos las líneas causales, una violación con extremo uso de la fuerza, de pueblos enteros. Como hemos visto recientemente, bajo la dictadura de Mubarak en Egipto, el FMI amparó el robo del patrimonio público y la privatización fraudulenta de la riqueza nacional. Cuando los pueblos alcanzan algo de poder, los amigos íntimos del FMI terminan en la cárcel. Porque los destrozos de las finanzas internacionales representadas por el Fondo son parejos en todos lados, sea en América Latina, en África, en Asia y en Europa. Cuando te has acostumbrado a poner de rodillas a pueblos enteros ¿por qué no vas a abalanzarte sobre una camarera cuando sales de la ducha? Cuando sabes que tus recomendaciones han mandado a la calle a millones de personas, cuando cada vez que has planteado que bajen el sueldo a los trabajadores a ti te han subido el tuyo, cuando no has dudado en acabar con los servicios públicos que suponían salud, educación, alimento, vivienda a millones de personas ¿por qué demonios no te vas a dar una alegría con ese ser inferior que va a limpiar tu baño, barrer el cuarto y hacerte la cama? ¿Es que se van a poner ahora las camareras como si fueran princesas? Cuando la crisis arreció hace un par de años, Strauss-Kahn hizo una advertencia: que las masas no carguen contra los ricos, porque ese empeorará la economía. Y las masas escucharon el aviso y nada pasó. Cuando no hay límites, los comportamientos no pueden extralimitarse.

La discusión que ha saltado de inmediato a los medios no es menos insultante: la socialdemocracia francesa se queda sin el candidato que subía como la espuma en las encuestas. ¿Este personaje era el que iba a liderar a la socialdemocracia del país que un día tomó la Bastilla, que se fue a las barricadas con La Marsellesa en la Comuna de 1871, que armó la Resistencia contra el nazismo? ¿Es que al final los Sarkozy, los Berlosconi, las Esperanza Aguirre han logrado que la socialdemocracia, a lo más que llegue es a buscar clones de esa extrema derecha payasa y terrible? O se cambia el sentido común que ha construido la hegemonía neoliberal o será imposible construir diferencias. La derecha consumará las agresiones. La izquierda, antes te pedirá permiso y te explicará que no es ella, sino los mercados. Incluso podremos contar con una palmadita en el hombro. Pero el resultado será necesariamente el mismo.

A veces hay justicia poética. El que iba a liderar la reinvención del socialismo francés está detenido en Harlem. Cerca de esa esquina de las calles Malcom X con Martin Luther King. Quería huir a Francia, sabiendo que allí sus caros bufetes de abogados le solventarían cualquier problema. En un avión de Air France y, por supuesto, en primera clase. Seguro que, al final, sus avezados abogados le solventarán el problema. Ya lo han hecho en el pasado. Su lógica es implacable: que quien tenga que hacerlo ponga el precio. La camarera agredida salió corriendo de la habitación en busca de sus compañeras. Las que trabajan con ella. Las que han puesto la denuncia. Las que la arroparon en ese momento terrible. Esa solidaridad entre los trabajadores que ata la mano invisible del mercado que quieren tocar donde no tiene permiso. Fue a buscar ayuda a sus compañeras de trabajo. El gerente del hotel, vaya usted a saber qué le habría recomendado. Es un hotel bien caro.

En las horas pasadas en esa comisaría se habrá tenido que imaginar dónde está. Encima, se olvidó el móvil en la habitación del hotel que abandonó a toda prisa. ¿Y qué es un broker sin un teléfono móvil? Habrá rondado por su cabeza toda esa gente pobre de Harlem que el sistema ha violado mil veces. Él, dentro. La gente, ahí afuera, mirando hacia la cárcel y esperando, esperando, esperando.

Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional y líder de la socialdemocracia francesa. Una persona con soluciones para sacar a Europa de la crisis.

martes, 26 de abril de 2011

LAS RAÍCES DEL TERROR, por Ángel Viñas

Reseña de “El Holocausto español”, de Paul Preston
ÁNGEL VIÑAS El País, 23/04/2011


Este es un libro cuya aparición se aguardaba con expectación, al menos en el medio universitario y entre la amplia grey de investigadores que desde hace años han ido poniendo al descubierto las dimensiones cualitativas y cuantitativas de la violencia en la Guerra Civil y en la posguerra. En mi opinión, supera las expectativas.

No debería sorprender. Se deben a Preston obras fundamentales. Está profundamente familiarizado con la historiografía española desde hace muchos años, lo cual rezuma en esta obra por los cuatro costados. Desde su atalaya del Centro Cañada Blanc sobre la España contemporánea en la London School of Economics sigue al día sus altos y sus bajos. Ha creado el más importante plantel de historiadores sobre España que existe en el extranjero.

El presente libro resume toda una vida. Lo hace desde una perspectiva particular y de síntesis de una inmensa bibliografía pero en la que inserta su profundo conocimiento de la evolución española. Impresiona por su penetración analítica, juicios de valor y fundamentación empírica de un tema que no es agradable. En la España del siglo XXI para muchos, inimaginable.

La obra disgustará a numerosos descendientes del pacto de sangre que militares felones cerraron con sus bases sociales, ya fuese en la clase alta (particularmente en Andalucía, Extremadura, Salamanca y Rioja, es decir, la oligarquía agraria) o con sus adláteres en las clases media y de servicio. Menos aún a quienes crecieron en los loores a una cohorte de guerreros sanguinarios contra su propio pueblo y que constituyeron la espina dorsal del Ejército y de la Guardia Civil de Franco. Tampoco a una jerarquía católica neointegrista que a veces recuerda la de los años treinta, con su incapacidad por separarse de las eternas verdades de Trento. Crispará a historiadores neofranquistas y a algún que otro reputado autor norteamericano. Inevitablemente desagradará a los residuos de los ensueños revolucionarios ya sean anarcosindicalistas, poumistas o comunistas, porque Preston dedica una buena parte a la violencia que, desde abajo, manchó para siempre los estandartes y el honor de los partidos y organizaciones obreros. Unos más que otros. Con los responsables identificados.

Agradará, eso sí, a quienes ven en el pasado una de las claves para comprender el presente. En el LXXV aniversario de la sublevación militar y civil encaja muy bien el que Preston haya profundizado en las raíces del terror, a saber, en las luchas sociales que puntearon el quinquenio 1931-1935, en la arrogancia de una clase incapaz de entender la necesidad del menor cambio y en el desprecio que un sector del Ejército y de los ricachones de la época sentían por la "escoria de la tierra", condenada a una vida en condiciones infrahumanas en espera, eso sí, de que el Señor les recompensara en la próxima.

El trato que Preston da a los manejos de la CEDA (confederación de las derechas) es antológico. Frente a las visiones reduccionistas de una historiografía marcada por el patético deseo de desvirtuar en todo lo posible las intenciones y logros de la conjunción reformista, en 1931 y 1936, la obra muestra cómo en aquel periodo se sentaron las bases para lo que después ocurriría. Ni Gil Robles, ni Lerroux ni personajes siniestros como Salazar Alonso salen bien parados. Mola y sus conmilitones (Queipo de Llano en particular) aparecen como lo que fueron: militares brutales, ignorantes y desbarrados con sus alucinaciones sobre el "peligro" comunista, judaico, masónico, ateo o liberal, bien nutridas por los camelos difundidos por personajes turbios como el padre Tusquets o el corrupto policía Carlavilla.

Me asalta una pregunta. ¿Hará algo la Iglesia católica por elevar si no a los altares al menos a una condición honorable a gente como los padres Santiago Lucas Aramendia, Antonio Bombín Hortelano, Andrés Ares Díaz o Jeromi Alomar Poquet? Todos ellos, y otros, masacrados por militares, carlistas o falangistas tras interceder a favor de condenados a muerte "por auxilio a la rebelión".

Frente a los negacionismos de pandereta que siguen aflorando en la España de nuestros días, y que remozan las "verdades" de la guerra y del franquismo como si no hubiera pasado el tiempo, el libro de Preston, que aparecerá en su versión original inglesa el próximo otoño, difundirá en todo el mundo los horrores made in Spain. Cualitativa y cuantitativamente mucho más brutales, permanentes y extensos en un régimen que, al incidir sobre su propio pueblo, no deja de recordar algo al estalinista con su afición a tergiversar el pasado. Bajo la mirada no intervencionista, eso sí, de las altaneras y orgullosas democracias occidentales.

Una obra, en definitiva, que ratifica la reputación del autor y que debiera ser de lectura obligada no solo para los interesados por nuestro pasado sino, y sobre todo, para los educadores de las generaciones futuras.



EL HOLOCAUSTO ESPAÑOL
de PAUL PRESTON
15.0x23.0 cm
Nº páginas: 768 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788483068526
Nº Edición:1ª
Año de edición:2011
Plaza edición: BARCELONA

lunes, 25 de abril de 2011

Fiesta 25 Aniversario de Izquierda Unida

Sábado 30 de abril de 2011 a las 12:00h

Inicio: 30/04/2011 12:00
Lugar: Plaza de las Vistillas. Madrid

El 30 de Abril celebramos el 25 aniversario de la fundación de Izquierda Unida con una fiesta que durará todo el día en Madrid:

Mañana

Debate público “los rostros de la crisis” con Cayo Lara
Comida Popular

Tarde- Noche

Debate: el futuro de la izquierda
Actuaciones:
José María Alfaya (cantautor superviviente)
Leo Basi (bufón)
Ismael Serrano (cantautor)
Ojalá (música popular)
Unión Habanera (música cubana actual)
Jean-Luc Godard Street Band (rockabilly protesta)
Chikos del Maiz (hip-hop de Valencia)

y + amigos y + sorpresas

19:30h Mitin con Cayo Lara
Vídeo 25 años de IU
Exposición de carteles, libros, espacio infantil...

Entrada libre
Precios anti-crisis

domingo, 24 de abril de 2011

martes, 19 de abril de 2011

Predicar dando trigo: Izquierda Unida y la Corrupción

Ante la imputación de Rodrigo Torrijos

Colectivo Prometeo, 10 de abril de 2011

El viernes 8 de Abril, Izquierda Unida presentó el documento “ Compromiso Ético por la Regeneración Democrática”. En él, teniendo como logotipo la huella de un dedo que simbolizaba la firma personal, intransferible y sin marcha atrás, la organización hace una acertada introducción de la actual situación política y , a continuación, desarrolla un Decálogo de propuestas que serán suscritas y aplicadas por todos sus candidatos en las próximas elecciones municipales y autonómicas del 22 de Mayo.

Un día antes, el jueves 7 se conoció que la jueza Mercedes Alaya, la misma del caso ERE, imputaba en un auto a Antonio Rodrigo Torrijos, candidato de IU a la alcaldía sevillana.

Los que hemos leído el documento presentado por la coalición de izquierdas y coincidimos plenamente con las ideas allí recogidas, pensábamos que la organización, según y como gestionase este inesperado varapalo, tenía ante sí una inmejorable oportunidad de dar una lección de ética y coherencia y demostrar a los andaluces y a la gente progresista y de izquierdas del Estado que no todos los partidos son iguales y que ante el hartazgo por la corrupción y el descrédito a la actuación política, Izquierda Unida podía , con la cabeza alta, levantar el banderín de enganche de la necesaria regeneración, de la transparencia que permita saltar el escalón de borrego sumiso y reivindicar la actuación ciudadana, colectiva y consciente, como única forma de superar la actual crisis económica, social, política y de perspectivas.

Desgraciadamente – ignoramos como terminará la función – los primeros pasos han arrojado un jarro de agua fría a cualquier ilusión pues en su comparecencia Rodrigo Torrijos anunció “ No dimito. Estoy convencido de mi inocencia”.

Y aquí pensamos que está el gran error. Torrijos no es un advenedizo en política. Peina en puestos de responsabilidad y como liberado, casi tantos trienios como canas, antes en Comisiones Obreras, ahora en Izquierda Unida. Y por eso debería ser la persona más adecuada para valorar la importancia simbólica de la coherencia, de aplicar a su persona el código ético que dice suscribir, sabedor de que esa postura no le quitaría ningún voto a la lista municipal de Sevilla ( allí los compañeros y compañeras sabrán explicar que se enfrentan a un souflé mal cocinado y la mejor manera de desinflarlo es pinchando), sino que, al contrario, le daría alas a Izquierda Unida en todo el Estado. Bastaría con anteponer los intereses del colectivo político a los particulares.

Por eso debe dimitir . Y ojo, dejando claro que se dimite no por ser culpable de nada, sino porque se milita en una organización política que tiene un nivel de exigencia ante la corrupción, falta de transparencia o sombras en la honestidad, a años luz de los partidos del Turno, llámense PP, PSOE o CiU.

Debe dimitir y a reglón seguido actuar políticamente y denunciar públicamente lo que todos sabemos :
- Que en España existe un poder judicial mayoritariamente conservador, – entrelazado por múltiples intereses con el político- que no se ha molestado en representar un mínimo papel de contrición por su connivencia con la dictadura franquista, lo que ha permitido actuar en democracia a los mismos que llenaron las cárceles desde el Tribunal de Orden Público o que entiendan en asuntos judiciales que afectan a la burocracia eclesiástica y sus privilegios personas que atufen a incienso o no disimulen su militancia en las organizaciones religiosas más integristas.
- Que el no haber realizado la reforma judicial se paga y por eso pueden darse actuaciones como las que ponen todas las trabas a quienes intentan recuperar la memoria histórica, sacando de las cunetas nombres o las que se han dado por ejemplo en el caso Garzón
- Que los medios de difusión, con dueños conocidos, desde hace tiempo hacen de “ barra brava” o hinchada fanática, jaleando los casos de posible corrupción que afecte a los “ del equipo contrario”, mientras levantan la alfombra para tapar el cieno y la marrullería de los propios.

Debe dimitir y si considera que la jueza ( de la que tiene una opinión“ que se reserva” ) no está actuando debidamente, denunciarla.

Debe dimitir porque sabe leer. Y el artículo 8 del Decálogo que comparte dice muy clarito:
“Asumir las responsabilidades políticas a que hubiere lugar en casos de corrupción, con dimisión cautelar de los cargos públicos y cargos de libre designación en caso de imputación y procesamiento por delitos de corrupción política o urbanística”

Debe dimitir para no dejar en papel mojado el Decálogo: la regulación por ley de los salarios de cargos públicos, la declaración de conflicto de intereses, la prohibición de regalos e invitaciones, la publicidad en los contratos públicos, el control, la transparencia...

Debe dimitir porque su olfato político le hará ver que se puede predicar con el ejemplo y que la Izquierda demanda hoy una raya que diga claro “ Esto no se puede consentir. No somos ni Eres, ni Liceo ni Gürtel. Si los demás están cómodos en la podredumbre, nosotros no”.

Debe dimitir porque si se considera inocente , las mejores bofetadas se dan sin manos. Y cuando todo se aclare poder volver sin la frente marchita, al contrario bien limpio y señalando con el dedo a quienes acusaron, decirles “¿ Y ahora tú que harás? “

martes, 12 de abril de 2011

"Los islandeses son unos irresponsables". Isaac Rosa, hoy en Público

“Se eligió la peor opción. Debemos hacer todo para evitar un caos político y económico a consecuencia del resultado.” -Johanna Sigurdardottir, primera ministra de Islandia-


Vamos a tener que tomar medidas más drásticas para hacer entrar en razón a los islandeses, que han vuelto a rechazar comerse las deudas de los bancos. Por ahora les amenazan con llevarlos a los tribunales, cerrarles la puerta de Europa y que Moody’s les rebaje el rating. Si aún así se resisten, habrá que mandar a la OTAN, porque otra cosa ya no se me ocurre para que actúen como ciudadanos responsables.

Es lo que pasa por dejar que la gente decida. Los de a pie somos por naturaleza irresponsables, porque a diferencia de la clase política no tenemos sentido de Estado. Por eso es mejor dejar las decisiones importantes en manos de los expertos o los gobernantes, siempre más responsables.

Algo parecido ha pasado en Eslovenia: el parlamento aprobó una reforma laboral, y la presión popular logró un referéndum. ¿Y qué creen que ha pasado? Pues que un 82% la ha rechazado. Y pronto votarán también la de pensiones.

¿Se imaginan que a los españoles nos consultasen sobre la reforma laboral, de pensiones o de las cajas? Por suerte somos un país serio, con una clase política responsable y con sentido de Estado, y leyes que dificultan convocar referéndums a tontas y a locas, porque lo más probable sería que nos equivocásemos y votásemos en contra de lo que los mayores, perdón, los dirigentes, saben que es mejor para nosotros.

No sabemos si en Islandia habrá un tercer referéndum, o acabará decidiendo el parlamento. Ya pasó con la constitución europea: en cuanto la rechazaron en Francia y Holanda, se desechó la idea de ratificarla en referéndum, y el nuevo tratado lo aprobaron por vía parlamentaria todos los países salvo Irlanda, donde hubo que votar dos veces para que no se equivocasen los ciudadanos.

Quienes no tienen ya estos problemas son los portugueses. Ellos no votarán sus planes de ajuste, y aunque elijan a sus gobernantes, tampoco éstos decidirán la política económica, por si no son lo bastante responsables. Hoy reciben la visita del FMI, el BCE y la Comisión, gente seria donde las haya, y que les dirán qué es lo que más les conviene.

martes, 22 de marzo de 2011

"La muerte para quien la trabaja", Manuel Vázquez Montalbán en El País, 26/02/1991

La muerte para quien la trabaja

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN

EL PAÍS, 26 / 2 / 1991

Coincidiendo con el anuncio de que el Gobierno pasaba a la ofensiva informativa para explicar su posición en el conflicto del golfo Pérsico han comenzado a salir de su cáscara algunos intelectuales orgánicos del poder, provenientes algunos de ellos de la izquierda en el pasado más implacable y dotados de un excelente bagaje cultural y analítico. El intelectual orgánico ¿nace o se hace? Creo que se hace, y se puede comprobar siguiendo la trayectoria de algunos apologetas del Gobierno que tan orgánicos fueron en el pasado defendiendo posiciones jruchovianas en los cincuenta, criptoguevaristas en los sesenta, eurocomunistas en los setenta, como social-solchaguistas en los ochenta. No obstante, sorprende la transustanciación del bloque histórico gramsciano en el bloque histórico onusiano a la sombra de la force de frappe del capitalismo internacional. Porque hasta hace muy poco, incluso hasta después del referéndum de la OTAN, algunos de estos intelectuales orgánicos se mantuvieron fieles a un sustrato común de la izquierda, capaz de aprehender que hay una dialéctica entre dos sentidos convencionales de la historia.

Los sentidos de la historia siempre son convencionales, nunca providenciales, y por eso hay que reconsiderarlos y reconstruirlos continuamente, desde un compromiso inevitable: o se apuesta por el orden establecido por el bloque histórico largamente dominante, o se apuesta por transformarlo. Los que se decidieron por transformarlo han aprendido una dura lección histórica que se resume en un principio que yo considero tan científico como ético: no se puede generar un sufrimiento mayor con el pretexto de eliminar un sufrimiento realmente existente. No se puede añadir desorden e injusticia al desorden y la injusticia realmente existentes.

Pero esta conclusión no evita la evidencia de que el orden establecido debe cambiarse, como generador que es de injusticias locales y planetarias. Los intelectuales orgánicos del poder retoman en sus artículos todos los argumentos oficiales sobre la legitimidad de la guerra del Golfo y la participación española deshistorificando la aprehensión del asunto. La provocación de Sadam Husein está ahí, la resolución de las Naciones Unidas también, y por tanto hay que ser consecuente con esta lógica: Estados Unidos es el brazo armado de la legitimidad. He aquí una apropiación estructuralista de la cuestión, que prescinde de los orígenes radicales del conflicto y del sentido histórico real que tiene la intervención aliada. Los desequilibrios en Oriente Próximo parten de una redivisión imperialista iniciada tras la Primera Guerra Mundial y ratificada tras la Segunda. Sadam Husein es un jefe de zona de la mafia americana y europea, agrandado para taponar el avance shií y lo que tenía de impugnación de un orden internacional injusto. Las Naciones Unidas han actuado, por pasiva, como cómplices de todas las injusticias cometidas en esa región, y curiosamente llevan el derecho internacional hasta el abismo de la guerra cuando peligran los intereses del Norte frente a la parte más crítica del Sur. Estados Unidos marcó desde el comienzo un ritmo intervencionista que puso a remolque a sus aliados, dejando a las Naciones Unidas el único papel de poner bajo palio un ejército que desde el comienzo se planteó más como un instrumento de intervención que de disuasión.

Frente a una lógica de la guerra, nació inmediatamente la lógica de una paz disuasoria que tiene entre sus militantes a correligionarios de los intelectuales orgánicos aludidos (nada menos que un ministro de Defensa socialista y francés por más señas), al Papa de Roma y a un personaje tan poco sospechoso de maximalismo antiimperialsta como el doctor Jiménez de Parga, y lo cito como ejemplo de la sensatez ética frente a la insensatez pragmática.

Una apropiación estructuralista del conflicto, como un expediente determinado y determinante por sí mismo, nos deja a oscuras sobre su sentido. Analizando uno por uno y en su interrelación los elementos que en él intervienen (Sadam Husein, Israel, Estados Unidos, el Consejo de Seguridad, la URSS en bancarrota) se llega a la conclusión de que no asistimos a una primera acción de un nuevo orden internacional sino a una penúltima acción del viejo orden internacional, descargada además de la tensión del papel estratégico disuasorio que hubiera cumplido la URSS hace apenas cinco años. Es una guerra de ratificación de una redivisión imperialista, y para entenderlo así no hace falta que se recurra al análisis del imperialismo de Lenin, sino que basta con los clásicos de la socialdemocracia pre y posleninista, incluidos algunos de los analistas de la SPD en estos momentos. Hubiera sido más interesante que los intelectuales del poder hubieran viajado por esos territorios teóricos, que conocen bien, en lugar de dedicar una parte excesiva a criticar las posiciones de Izquierda Unida, sobrestimado el papel que esta formación política cumple en el adoctrinamiento de una conciencia social española asqueada ante la suciedad de esta guerra.

Convertir a Izquierda Unida en el demonio instigador de un pacifismo suicida sólo se entiende por el temor de que Izquierda Unida pueda rentabilizar en votos su posición pacifista y por el vicio de reducir el alcance del análisis a las necesidades orgánicas del análisis. El discurso se vuelve entonces más contraelectoral que clarificador. Y además los árboles de Izquierda Unida no dejan ver el bosque de una conciencia social antibelicista, incapaz de digerir las no verdades, peores que las mentiras, de un Gobierno que colabora en el linchamiento de Irak desde un ejercicio de cinismo histórico sin precedentes. Ya sé que nos prometen una paz dorada en la que la beneficiencia internacional paliará los desastres de la guerra, e incluso se atreven a pronosticar un nuevo orden internacional al que se prestarán Israel y Estados Unidos como en los finales felices de los manuales de historia anteriores al descubrimiento del carbono 14. Pero ahí queda el compromiso concreto con una no verdad concreta que está causando muerte. Que Sadam Husein no tenga escrúpulos a la hora de ofrecer a sus súbditos como carnaza no exime la responsabilidad de los que matan salvajemente respaldados por una tecnología aplastante, y menos aún la de los que armados con instrumentos de análisis crítico los sustituyen por la razón pragmática de avalar una política de Estado y de bloque que apuesta por la carnicería, el exterminio: la muerte.

Desde el comienzo, el Norte preparó el exterminio del aliado infiel y la advertencia al Sur más insumiso. Y en esa lógica no quieren meterse no ya los pacifistas, sino los simplemente sensibles a las desmesuras ilógicas. Si se es un belicista, hay que asumirlo con todas sus consecuencias y sin tratar de negar la legitimidad de los que no lo son y de convocarles para la complicidad en la matanza. La muerte para quien la trabaja, señores míos. Allá ustedes si se sienten representados por esos súperbombarderos que salen de las bases españolas. Para mí representan todo lo que hemos combatido, ustedes y yo, durante casi toda nuestra vida adulta. Por cierto. Cuando ustedes hacían aquellos análisis tan lúcidos sobre el imperialismo ya no eran adolescentes sensibles, sino unos sabios hechos y derechos. La muerte forma parte de su compromiso actual.

A lo hecho, pecho.

domingo, 20 de marzo de 2011

Preguntas con respuesta

¿Alguien con dos dedos de frente piensa que las llamadas democracias occidentales han organizado todo este despliegue militar para defender a la población civil libia?

Si se supone que este ataque se hace en defensa de los derechos humanos, ¿los manifestantes de Yemen o Bahrein aplastados por nuestros aliados saudíes son extraterrestres?

Si en Libia no hubiera gas y petróleo , ¿occidente estaría interviniendo o miraría para otro lado, como ante los millones de muertos del genocidio ruandés?

Nos dicen que se va a atacar un país por cometer crímenes contra la población civil y no respetar el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas. Entonces, ¿se va a atacar también a Marruecos o a Israel?

¿La participación de Marruecos y Jordania en la reunión de París era para darle al pueblo libio un ejemplo de la democracia que les espera?

¿Porqué a los mercenarios se les llama mercenarios solamente si son negros y trabajan para el enemigo, y, por ejemplo, los miles de paramilitares de agencias privadas como Blackwater y otras que actuaron en Irak, eran agentes de seguridad?

¿Qué cara tienen que tener ahora los que eligieron a Obama como Nobel de la Paz?

Zp accedió al Gobierno a partir de las movilizaciones contra la guerra de Irak, y posteriormente por el atentado del 11-M, del que fuimos víctimas porque los criminales de guerra de las Azores nos pusieron a todos en el punto de mira del terrorismo islámico internacional. ¿Le queda a ZP algún asunto en el cual cagarla, algún resto de prestigio o crédito que arrastar y dilapidar, tras su rendición a las multinacionales y a los especuladores del capitalismo internacional?

"Libia: el penúltimo argumento de la hipocresía occidental", por Juan Carlos Monedero

Publicado el 20 marzo, 2011 por Juan Carlos Monedero

No sabemos si los levantamientos iniciales en Libia eran espontáneos o inducidos. Lo que estaba ocurriendo en el mundo árabe invitaba a pensar en lo primero. La gente que conoce el país -y no nos ha engañado en otras ocasiones-, apostó por esta interpretación, al tiempo que nos recordó que Gadafi hacía mucho tiempo que había dejado de ser un lider popular. De manera que parecía real que, por contagio con lo que estaba ocurriendo en el norte de África, los libios iban también a seguir la senda revolucionaria de Túnez o Egipto. La dictadura familiar de los Gadafi, cada vez más vulgar, arbitraria, violenta e histriónica, invitaban – e invitan- a desear que los días políticos de estos asesinos durasen lo menos posible.

Pronto empezaron las mentiras por parte de los medios occidentales. Mentiras que recordaban en exceso a la criminalización de Sadam Hussein o de Milosevic previas a la intervención militar de la OTAN/ONU. Gadafi, de la noche a la mañana, dejaba de ser uno de los principales aliados de la “satrapía democrática occidental”, para pasar a ser el nuevo malvado. Cuando las principales agencias del norte empezaron su estrategia de desinformación, parecía claro que el objetivo principal del “caso libio” iba a ser una intervención militar con contenido meramente económico. Demasiado parecido a Irak, diga lo que diga el Presidente Zapatero. La pelea ya no era entre el pueblo y Gadafi, sino entre Gadafi y una “coalición internacional” (los mismos de la OTAN) que, decía, iba a apoyar al pueblo. Como en Afganistán…

La izquierda, incapaz de lograr cualquier influencia, apenas ha podido movilizar un discurso que planteaba distancias de las alternativas propuestas: ni Gadafi ni intervención de la OTAN/ONU. Posición complicada. Gadafi aprovechaba su superioridad militar para arrasar con los opositores. Estados Unidos y Francia, principales sostenes del sátrapa libio, iban a encontrar hipócritas el argumento perfecto para cometer su último acto de fuerza. ¿No era posible salirse de esa trampa? Parece ser que no.

El peor escenario ha aparecido: bombardeos de la coalición (que golpean siempre a los desgraciados); endurecimiento de los ataques de Gadafi a los rebeldes; cierre de la información; conversión de la zona en una nueva arena de conflicto; empeoramiento de la seguridad en el Mediterráneo; justificación hipócrita en otros países para acallar a los opositores.

La izquierda mundial, una vez más, ha sido incapaz de articular algún tipo de presión que hubiera frenado la masacre de Gadafi y hecho imposible la intervención de las potencias del Norte. Las discusiones iniciales fueron absurdas: férreos defensores, pese a todas las evidencias en contrario, de la bondad de Gadafi; defensores de la intervención occidental para acabar con el líder libio (pese a toda la evidencia de que esas intervenciones se convierten en todo lo contrario); un profundo silencio confundido del grueso de la ciudadanía. Y ni una sola propuesta que pudiera presionar a los gobiernos occidentales en una dirección buena para el pueblo libio.

La OTAN tiene su protocolo claro. La izquierda, obviamente, no. Es sensible a los argumentos humanitarios -incluso cuando son mentira- o se cierra en banda, endureciéndose a niveles incompatibles con el humanismo que le corresponde a la izquierda.

Cientos de muertos en Bahreim. ¿Alguien se imagina una intervención de una coalición internacional? ¿Y en Arabia Saudí? ¿Y en Marruecos?
Debiéramos saber que los enemigos de nuestros enemigos no son nuestros amigos. Los gobiernos del nobel de la paz Obama, del Sarkozy financiado por Gadafi, de la Alemania reunificada o del impulsor de la Alianza de las civilizaciones Rodríguez Zapatero, oponiéndose a Gadafi no se convierten en defensores de la democracia. Todo lo contrario. Y lo mismo es válido en dirección contraria: no todo lo que ataca la “coalición internacional” se convierte en defendible sin más. Claro que es más garantista una intervención aprobada en la ONU que otra aprobada en las Azores. Pero no basta. La doble vara de medir vuelve a hacer presencia.

La izquierda ciudadana no tiene soluciones alternativas. Solamente sigue cansándose y cansándose. Mientras se le ocurre algo. Cada vez se parece más a la iglesia.

"No paremos la matanza con una matanza mayor", Isaac Rosa. 19 marzo 2011

“España, como miembro de la comunidad internacional, va a estar en disposición de tener una contribución importante.” -José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno-


Si cuando lean esta columna no han empezado aún los ataques sobre Libia, tengan por seguro que no tardarán. Si hace una semana advertíamos de lo difícil que es devolver a sus bases barcos, aviones y soldados cuando ya se han puesto en camino, ahora con la resolución del Consejo de Seguridad hay motivo añadido para no volver atrás: no todos los días se encuentra uno con una autorización de la ONU, no la vamos a desperdiciar.

Por si teníamos poco con la amenaza nuclear en Japón, la crisis económica, una guerra abierta en Afganistán y otra mal cerrada en Irak, abrimos otro frente, y en nuestro charco trasero, el Mediterráneo, justo cuando toda la región anda más revuelta.

Gadafi no merece ninguna defensa. Sus últimos desvaríos comparándose con Franco no nos lo hacen precisamente simpático, pero estamos en lo de siempre: nuestras bombas no le van a despeinar, y serán otros los que reciban el castigo. Los soldados y mercenarios en primer lugar, que pasan a la categoría de aniquilables; pero también la población civil libia, y probablemente los propios rebeldes que hoy piden bombardeos, y que algún día se arrepentirán de haber pedido ayuda.

Tenemos ya experiencia sobrada en guerras ‘humanitarias’ como para prever lo que pasará: un arranque peliculero, con imágenes de videojuego y discurso triunfal, y luego empezará el goteo de “daños colaterales” con muertos y mutilados, pero también daños no tan colaterales en infraestructuras civiles, viviendas y todo lo que se ponga a tiro.

Kosovo, Irak, Afganistán. Algo podrían contarnos los habitantes de los tres países sobre intervenciones militares que, además de no conseguir los objetivos iniciales (frenar las matanzas, encontrar las armas de destrucción masiva, atrapar a Bin Laden), multiplican el sufrimiento de la población, condenada a un largo período de violencia, pobreza e inestabilidad.

Parece que de una vez para otra se nos olvida: una matanza no se para con una matanza mayor, los pueblos no se liberan a bombazos ni la democracia se impone con las armas. No a la guerra. A ésta tampoco.

lunes, 14 de marzo de 2011

"Complot contra Libia", por Nazanín Amirian, en Público, 13 de marzo de 2011

En este país africano no hay hambruna, el 80 por ciento de la población está alfabetizado y tiene acceso al agua potable y la sanidad. La esperanza de vida es de 79 años y la tasa global de fecundidad es del 2.7, un signo claro del avance de la mujer.

Lo inverosimil de la crisis de Libia, en la actual coyuntura de la región, es que los sublevados no son los ciudadanos, hartos de la dictadura férrea de Gadafi, sino jefes tribales –pseudo caudillos-, que respaldados por los comandos de la OTAN (cuya sensibilidad “humanitaria” se desactiva cuando Israel bombardea a los palestinos o Turquía a los kurdos) están empujando al país hacia una guerra civil.

Declararlo como «estado paria» y convertirlo en un protectorado, encajaría a la perfección en la nueva estrategia de la OTAN, marcada por la lucha de las potencias para hacerse con el control de los escasos recursos energéticos que quedan.

Libia es la principal reserva de petroleo de África, cuyo coste de producción del crudo, de gran calidad, no llega al dólar por barril, comparándo con el de Canadá, por ejemplo, que alcanza los 50 dólares. Toda una tentación para las petroleras estadounidenses, marginadas en el mercado libio que está dominado por Europa, China y Rusia.

El plan contra este país es sospechosamente parecido al de Irak, otro Estado árabe desarrollado, al que destruyeron para apoderarse de su Oro Negro.

El cenit petrolero acelera los acontecimientos. EEUU, ante la inestabilidad de Oriente Medio –principal caudal del crudo del mundo-, y la imposibilidad de adueñarse del hidrocarburo de Asia Central (zona de influencia de China y Rusia), pone su mirada en África. Allí, los chinos, adelantándose, ya cuentan con varios millones de efectivos que no sólo intentan controlar sus recursos energéticos, sino también sus mercados.

Mientras la posición geoenergética de Libia seduce a Washington, Pekín abandona su política “no militarista” y anuncia su rearme, enseñando los dientes.

Estamos ante una nueva recomposición de las zonas de influencia, en la que Gadafi no es más que una miserable pieza de una pérfida maniobra de EEUU.

domingo, 6 de marzo de 2011

sábado, 5 de marzo de 2011

“Vida y muerte de tres guerrilleros antifranquistas en los Montes de Toledo”


Estudio de Benito Díaz y Juan Pedro Esteban sobre la vida y la muerte de el "Comandante," el "Manco de Agudo" y "Parrala" (1939-1949)

VIDA Y MUERTE DE TRES GUERRILLEROS ANTIFRANQUISTAS EN LOS MONTES DE TOLEDO: el "Comandante," el "Manco de Agudo" y "Parrala" (1939-1949)

AUTORES: Benito Díaz Díaz y Juan Pedro Esteban Palmero

PRÓLOGO: Arturo Peinado Cano, de la Federación Estatal de Foros por la Memoria

FORO EDICIONES

ISBN: 978-84-614-5159-3

Madrid, 2011

Foto a color de la cubierta: Xulio García Bilbao

El 8 de marzo de 2010 fueron exhumados en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) los restos de los guerrilleros antifranquistas José Méndez Jaramago, el "Manco de Agudo"; Honorio Molina Merino, el "Comandante" y Reyes Saucedo Cuadrado, "Parrala".

Juan Pedro Esteban Palmero, investigador y colaborador en dicha exhumación, y Benito Díaz Díaz, profesor de la Universidad de Castilla la Mancha y uno de los máximos especialistas en la guerrilla antifranquista del centro de la península, reconstruyen en este trabajo la historia, la vida y las circunstancias de la muerte de los tres maquis, que se produjo en un choque con la Guardia Civil el 12 de marzo de 1949.

Más información:

http://www.crdiario.com/noticia.php/9191

http://www.dclm.es/news/124/ARTICLE/59137/2010-03-20.html

http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/nuestra-memoria/las-fosas-del-franquismo/998-el-regreso-de-los-tres-de-la-sierra-

http://www.lanzadigital.com/actualidad/identificados_los_tres_maquis_asesinados_en_los_montes_de_toledo-18261.html

http://www.publico.es/especiales/memoriapublica/353978/identificados-tres-maquis-de-leyenda


http://www.foroporlamemoria.info/2011/02/foro-ediciones-publica-%E2%80%9Cvida-y-muerte-de-tres-guerrilleros-antifranquistas-en-los-montes-de-toledo%E2%80%9D/