martes, 12 de mayo de 2009

Esto es un sindiós: Federico y César expulsados del Edén

Acabamos de leer la noticia en El País.

Anonadados quedamos, y nuestra primera reacción es de estupor porque si se confirma, miles de taxistas madrileños, perdido el norte y abandonados por sus guías espirituales, se convertirán al islamismo, la francmasonería o se abandonarán, palillo en boca, a la galvana y la molicie…

Después hemos caído en cuenta de que para César, esto sólo va a significar que va a disponer de más tiempo para ese hobby al que dedica el tiempo libre (Perales dixit), entre una erudita columna en algún Centinela de Occidente y una tertulia de salvapatrias: publicar libros.

Porque consultando la bibliografía de César, a bote pronto, la única explicación racional que encontramos es que tuvo que empezar a escribir libros en el siglo XVI, y los está publicando todos juntos ahora:


- Entre 1996 y 2000 a libro por año
- 2001: 2 títulos
- 2002: 3
- 2003: 2
- 2004: 3
- 2005: 9 (aquí observamos un crecimiento en progresión geométrica malthusiana).
- 2006: 9, (manteniendo el ritmo de un título cada mes y medio)
- 2007: 7 (Cada 52 días, sí, pero eran más gordos…)
- 2008: 6, (se jodió la media)
- 2009: 2, de enero a mayo (no desesperemos, que llega la Feria del Libro)

A modo de Brain Storming (en mi pueblo le llamamos “tormenta de celebros”), podemos aventurar algunas de las circunstancias que rodean esta ingente producción de libros a cascoporro, como dirían los chicos de Muchachada Nuí:

En primer lugar, constituye una auténtica lección para esa cohorte de historiadores académicos, hijos de... Tuñón de Lara, que obsesionados por confrontar datos, contrastar toda la bibliografía disponible y escribir fundamentándose en documentación, al final publican, como mucho, un libro al año. ¡¡Que se jodan y sigan malviviendo del oro de Negrín ¡!.

La inaudita capacidad de César de emborronar folios Galgo se recogerá en un futuro no lejano en algún gracejo popular: de "trabajo más que el sastre de La Masa" pasaremos a "estoy más sobao que la barra espaciadora del ordenador de César V.". Seguro que el coronel de García Márquez no tenía quien le escribiera porque no se carteaba con él.

Tal es la letrorrea de nuestro héroe que incluso ha publicado ahora, junto con su entrañable camarada Federico, una Historia de España. Desconocemos si se puede repartir de forma alícuota la responsabilidad que corresponde a cada uno de ellos en la perpetración de tal hazaña. Acaso se han repartido al alimón las páginas pares o impares, o por el contrario, han elaborado por separado los diferentes capítulos: “- tú me justificas el 18 de julio, y yo cuento cómo un oso astur se papeó al rey don Favila, ¿vale?”.

Para la próxima Feria de Libro, con el objetivo de mantener la media, nuestro amigo publicará media docena de libros de temática variada, a gusto de sus fieles lectores que al final siempre llevan la razón (con minúsculas). Que hay que escribir una novela de romanos, ¡¡ con un par..!!; Marchando uno de princesas rinoplásticas, ¿quién da más?.; O un retrato de ZP luciendo vistoso capirote y collar con escuadra y plomada… ¡¡¡ A por ellos, oé!!!.

Nos preguntamos qué sucedería si César firmara todos sus libros a la vez en la Feria: ¿Parecerá el pulpo de “20.000 leguas de viaje submarino” con una estilográfica en cada ventosa?. Aunque sería peor si firmase simultáneamente varios en casetas distantes unas de otras, corriendo por toda la Feria como un concursante del Gran Prix, animado por Ramón García capa al viento. Vamos, que te pones en la fila con la última autobiografía de Carrillo y el tío te la dedica sin rechistar; es más, seguro que cree que también la ha escrito él.

Descartando otras opciones plausibles, al final sólo encontramos una explicación lógica: nuestro héroe es capaz de eludir el farragoso trabajo documental, supuestamente imprescindible para sustentar una interpretación histórica creíble, al estar dotado por una capacidad de inspiración excepcional, sin lugar a dudas bendecido por la Musa de Ana Rosa, tal y como profetizó tiempo ha, en el más célebre de sus temas, el feraz artista espejo de virtudes e incomprendido por sus coetáneos, Georgie Dann.

La noticia nos recuerda, por último, una conversación de un espectáculo de Les Luthiers:
- ¿Tiene usted muchos libros escritos?.
- Sí, yo todos los libros que me compro, los compro ya escritos. Considero una estupidez comprarlos en blanco. Me preocupa usted, joven…

No lo tengo yo tan claro.