En
una ocasión, allá por mediados de los 80, en clase de Historia Moderna estuvimos
analizando, en un ejercicio de comentario de texto histórico, una carta del
Conde Duque de Olivares dirigida a Felipe IV tras su cese y destierro. Casi
unánimemente, el centenar de alumnos de la clase alcanzamos similares
conclusiones.
El
profesor (recuerdo que era el maestro Julio Pardos) nos planteó: ¿Y si Olivares
estuviera mintiendo?
Y
partiendo de las motivaciones que podía tener el Conde Duque para mentir, para
decir verdades a medias, o para ocultar hechos conocidos, comenzamos de nuevo
el ejercicio del comentario del texto. Las conclusiones que alcanzamos fueron opuestas
a las de la “primera vuelta”.
Hoy
he recordado esta historia cuando he escuchado en la radio la noticia, y el tratamiento
periodístico que se le daba, del descubrimiento de un informe de la policía franquista sobre
el asesinato de Federico García Lorca.
La noticia en algunos medios: