10 de enero de 2023.
Amigos y amigas. Os transmito un
saludo de parte de la Federación Estatal de Foros por la Memoria y de las
compañeras y compañeros de los foros y asociaciones federados. Es un honor y un
placer que estar hoy aquí con vosotros/as participando en este acto.
En primer lugar quiero recordar y
homenajear a los defensores y defensoras de la legalidad democrática
republicana, que cogiendo las armas como sucedió aquí en Toledo, hicieron
frente a los golpistas perjuros y traidores. También quiero rendir homenaje a
las cientos de personas asesinadas por la Columna de la Muerte en su asalto a
Toledo el 28 de Septiembre de 1936, y a los rehenes que fueron utilizados como
escudos humanos y posteriormente asesinados en el lugar donde nos encontramos.
Hace unos años constituimos el
Encuentro Estatal por la Memoria, que reúne a más 100 colectivos de todo el
Estado y de diverso tipo y ámbito de actuación. En octubre de 2020 consensuamos
y publicamos un amplio documento de Conclusiones donde recogíamos las
posiciones del movimiento memorialista sobre cómo tenía que ser una LMD. Este
documento fue entregado a partidos políticos, instituciones y colectivos
sociales. Desde entonces hemos mantenido reuniones frecuentes con grupos
parlamentarios; hemos realizado diversas concentraciones y movilizaciones en
apoyo a nuestras posiciones; hemos organizado reuniones y debates sobre
diversos temas, como las bases jurídicas de la impunidad del franquismo; la
situación de los archivos de la represión; el caso de los bebés robados; la
represión específica ejercida sobre las mujeres; la Memoria histórica en la
enseñanza, etc… (todos los debates están
en YouTube y la web del Encuentro).
Sobre la LMD que se publicó en el BOE
el pasado 19 de Octubre, valoramos que la redacción final de la misma ha llegado
más lejos de lo que esperábamos en un principio. Desde el Proyecto de Ley
inicial que presentó el Gobierno; posteriormente los acuerdos entre los socios
de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos; finalmente el trámite de enmiendas de los
diferentes grupos parlamentarios que han apoyado de un modo u otro la Ley, en
cada paso se han ido produciendo producido avances, y creemos sinceramente que
hemos tenido bastante que ver en el resultado final.
La Ley de Memoria Democrática supone un claro avance con respecto a la LMH de 2007, y recoge unas medias concretas de reconocimiento de las víctimas y condena del franquismo, que con matices, van en la buena dirección. Fundamentalmente abre un amplio espacio a futuras políticas públicas de memoria.
El resultado final dependerá mucho de
que se elabore y apruebe pronto un Reglamento de aplicación, de que se pongan
inmediatamente en marcha diversos organismos recogidos en la Ley actual para
aplicar esas políticas de memoria, de la definición concreta de las
competencias de la Fiscalía... En definitiva, dependerá mucho de la voluntad política de los gobernantes.
El problema que encontramos en la Ley, es que frente a nuestras propuestas hemos encontrado unas Líneas Rojas, impuestas por el PSOE fundamentalmente pero no sólo por esa fuerza política. Nosotros/as siempre hemos definido que la IMPUNIDAD del franquismo es uno de los pilares centrales del llamado Régimen del 78.
En ese sentido, Ley de Memoria
mediante, España sigue sin cumplir sus compromisos con los derechos humanos,
haciendo caso omiso de las recurrentes recomendaciones de diversos organismos y
comisiones de la ONU. La impunidad permanece, y la LMD ni la supera ni la
cuestiona. El problema no es lo que pone la Ley de Memoria sino que ésta no ha
afectado a un aspecto central del problema: la plena vigencia a día de hoy de
lo que organismos internacionales de derechos humanos definieron hace tiempo
como “el modelo español de impunidad”.
El principal déficit de esta Ley es que no
permite el acceso a la Justicia.
Hace apenas 3 meses en Argentina se juzgó y condenó en 2 procesos diferentes a
varios represores, y actualmente hay casi un centenar de procedimientos
judiciales abiertos. Seguimos sin poder llevar a juicio en el Estado español a
torturadores, jerarcas de la dictadura, perpetradores de crímenes contra la
humanidad, etc. por crímenes similares y coetáneos a los realizados aquí
durante los últimos años del franquismo y principios de la Transición, en la
DGS, en comisarías, cuartelillos, que en Argentina y en otros países se
juzgaron, y se siguen juzgando y dictándose sentencias y condenas,
El problema no es de la Ley de Memoria
en sí, sino que no ha venido acompañada una derogación o anulación de Ley de Amnistía de 1977, asimilable a aquellas leyes
de Punto final y Obediencia Debida de las dictaduras sudamericanas, que allí
fueron sí derogadas o anuladas. Los crímenes del franquismo se consideran
prescritos porque en España no se aplica el Derecho Internacional sino el
derecho Interno. Los tribunales españoles no reconocen que haya crímenes contra
la humanidad antes de 2004, cuando ese tipo penal fue incluido en nuestro
Código Penal, aunque para los organismos internacionales de derechos humanos,
esos crímenes jamás prescriben.
Somos conscientes de que esta nueva ley puede
llegar a ser efímera si las derechas ganan las elecciones generales. Su intención explícita es derogarla y
sustituirla por una llamada “ley de concordia” (¿Por qué lo llaman concordia
cuando quieren decir Impunidad?). Los colectivos de Memoria en torno al
Encuentro Estatal queremos que el Gobierno empiece a tomar medidas inmediatas,
para que en caso de que sea la LMD derogada en un futuro ya se hayan llevado a
cabo cambios irreversibles, como ejemplo: la retirada del callejero y la
simbología franquista, o la declaración y monumentalización de Lugares de
Memoria. Es fácil derogar un texto legal, pero es más complicado derribar un
monumento o reponer unas calles franquistas.
¿Qué podemos hacer? Seguir trabajando por el fin de la impunidad, y que el Estado español asuma las recomendaciones de diversos organismos internacionales, entre ellos el Consejo de Derechos humanos de la ONU y sus diversos comités, que han elaborado informes sobre el caso español, señalando que los derechos humanos de un amplísimo colectivos de víctimas de diversa tipología vienen siendo vulnerados sistemáticamente por el Estado español.
Vamos a tener que trabajar también por
llevar lo más lejos posible las posibilidades que abre la LMD, promoviendo
cambios que resulten irreversibles ante la posible llegada en el futuro de la
derecha revisionista y negacionista al gobierno. Por ejemplo, exigiendo el cumplimiento
inmediato del Artículo 38.3:
Artículo
38. Actos públicos contrarios a la memoria democrática.
(…)
3.
Los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 no podrán ser ni
permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un
cementerio, que pueda favorecer la realización de actos públicos de exaltación,
enaltecimiento o conmemoración de las violaciones de derechos humanos cometidas
durante la Guerra o la Dictadura. Corresponderá a las administraciones públicas
garantizar lo dispuesto en este apartado.
La existencia de enterramientos a
golpistas del 36 o a jerarcas de la dictadura en lugares públicos y de honor,
suponen un insulto a la democracia y a la sociedad, pero sobre todo, un
menosprecio y humillación a las cientos de miles de víctimas del franquismo. No
podemos seguir aceptando como un hecho naturalizado lo que no sería inadmisible
en cualquier país democrático de nuestro entorno.
En resumen y para finalizar: el
objetivo central del movimiento memorialista y de cualquier demócrata digno de
tal nombre sigue siendo acabar con la impunidad, llevando a los verdugos y
represores que quedan vivos ante los tribunales, y conseguir que las víctimas
del franquismo tengan el mismo reconocimiento por parte del Estado y de la
sociedad, que otros colectivos de víctimas de la violencia política para los
que se ha legislado convenientemente y se han aplicado intensas políticas
públicas de memoria.
Por otro lado, debemos seguir
trabajando para que la Memoria de los y las defensoras de la República y los
resistentes contra el franquismo sean patrimonio de la sociedad, y una
obligación de todas y cada una de las instituciones del Estado a todos los
niveles. Porque no se puede ser demócrata sin ser antifascista.
Muchas gracias por habernos recibido y escuchado.