miércoles, 30 de julio de 2014

"Esquilo y la tragedia de Gaza", por Gonzalo Boye Tuset

Viendo la maquinaria propagandística de Israel, se me viene a la cabeza otra de las brillantes y certeras ideas de Esquilo: "La verdad es la primera víctima de la guerra" y esta masacre, que no guerra, no iba a ser distinta

Gonzalo Boye Tuset. 29/07/2014


La actual situación que vive Gaza, escenario de los más atroces crímenes que uno pueda imaginar, me lleva a recordar a Esquilo, quien para muchos es el primer gran representante de la tragedia griega. Para él, el sufrimiento humano tendría causa, directa o indirectamente, en el actuar malvado o insensato, que conduce siempre a la desgracia de los protagonistas.

Parafraseando a Esquilo, dicha actuación bien podría haber sido heredada por esos protagonistas jugando en ello un papel fundamental la fuerza del genos, es decir la herencia de la culpa y de los lazos de sangre, que provoca que las faltas de los antepasados sean heredadas por los protagonistas actuales, tratándose de víctimas indirectas que, a veces, incurren ellas mismas en una culpa mayor o menor, pero de las que muchas son completamente inocentes.

Volviendo a Gaza, y al conjunto de la tragedia palestina, qué duda cabe que Esquilo fue premonitorio al decir frases como "la voz de un pueblo es peligrosa cuando está cargada de ira", porque de estas tierras arrasadas vendrán lodos aún peores o ¿es que alguien se plantea que tanta muerte servirá para algo más que para traspasar el odio a las generaciones futuras?

También dijo: "Es una gran felicidad ver a nuestros hijos alrededor de nosotros; pero de esta buena fortuna nacen las mayores amarguras del hombre." ¿Qué pueden pensar unos padres que ven morir a sus hijos, que los ven heridos y sin medicamentos o destinados a morir en el próximo bombardeo israelí?

Viendo la maquinaria propagandística de Israel, se me viene a la cabeza otra de las brillantes y certeras ideas de Esquilo: "La verdad es la primera víctima de la guerra" y esta masacre, que no guerra, no iba a ser distinta.

Llevamos semanas en las cuales Israel difunde insidias y rumores, que no informes, sobre los cuales, posteriormente, justifica sus acciones militares. Buen ejemplo de ello lo constituye un variopinto grupo de apologetas del crimen, como @CapitanKaplan o @Portavoz_Israel, difundiendo que desde escuelas de la UNWRA algún soldado israelí habría recibido mortales disparos; en realidad, no están relatando un hecho sino sembrando la base para luego justificar lo injustificable: la comisión de un crimen de guerra al atacar edificios especialmente protegidos en caso de conflicto armado.

O también el hecho de culpabilizar a Hamas de todo lo que está sucediendo, con sus corifeos occidentales jaleándoles y aplaudiéndoles, vaya uno a saber a cambio de qué. Hamas tiene una clara responsabilidad, es la autoridad efectiva en Gaza y, como tal y por ese solo hecho ya tiene una responsabilidad, cosa distinta es atribuirle los crímenes que comete el propio Ejército israelí o los actos de diversos grupos que operan desde Gaza en legítimo uso del derecho de defensa.

La propaganda, enemiga irredenta de la verdad, es un instrumento que Israel ha perfeccionado, desde aquellos años en que el propio pueblo judío fue su principal víctima, y utiliza hasta la extenuación pero cada vez con menor éxito porque es insostenible mantener un sistema propagandístico vitalicio y, mucho más, cuando cada vez la información fluye de forma más ágil y directa a través de las redes sociales.

Sin duda que esta masacre pudo y debió evitarse, sin embargo lo que muchos prefieren olvidar es el cómo hemos llegado hasta aquí y que para muchos, con mayor o menor razón, sigue siendo válida la idea de Esquilo de que en determinados casos "la muerte vale más que la sumisión a la tiranía", pero sobre la muerte, el dolor infinito y la injusticia interminable no puede construirse ningún futuro y ya es hora de que se busque un futuro para Palestina y, también, para Israel.

A estas alturas, es imposible reconducir la tragedia hacia un escenario humanamente asumible sin pasar antes por el cauce de una exigencia real de responsabilidades sobre lo ocurrido.

Zanjar definitivamente el conflicto, al menos desde el plano de la responsabilidad jurídica, es posible y existe el lugar donde hacerlo: la Corte Penal Internacional. Obviamente, en los actuales parámetros de esa Corte es difícil que eso suceda pero nada impediría que se transforme en el sitio común en que se exijan las responsabilidades penales a unos y otros, pues solo ese sería el camino que permitiría avanzar en otra esfera del conflicto: la política.

Aquellos que, en aras de la propaganda, simplifican el conflicto planteándolo en términos de que todo es culpa de Hamás, olvidan algo esencial: muchos somos los que sostenemos que Hamás tiene culpa pero Israel también, es decir, aquí no cabe proyectar las culpas propias para sostener que unos son víctimas y otros victimarios. Los únicos que son cien por cien víctimas son los civiles que sufren las consecuencias de estas atrocidades.

Ya en 2009, con ocasión de la operación Plomo Fundido, sostuve que Israel era responsable de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y, posiblemente, algunos de sus políticos y soldados también lo serían de genocidio. Igualmente, y por mucho que se pretenda ocultar, afirmé que Hamás era, como mínimo, responsable de crímenes de guerra, tanto por sus actos como por su posición como autoridad efectiva en Gaza, ya que tiene el deber de prevenir la comisión de actos delictivos y fallar en eso implica tener que asumir la responsabilidad por los mismos.

Partiendo de esta premisa, que en esto hay responsabilidades en ambos bandos, qué mejor para solucionar la disputa sobre la intensidad de las mismas, y avanzar en la construcción de un futuro que pasa por la existencia de dos estados en el marco de las fronteras de 1967 o de un Estado binacional igualitario como sostienen algunos, que llevar a todos y cada uno de los responsables de estos brutales e injustificados crímenes ante una autoridad internacional que les enjuicie y, al mismo tiempo, justifique su propia existente: el Tribunal Penal Internacional.

Seguir discutiendo cuánta culpa radica en cada bando es un error y, al mismo tiempo, un claro ejercicio propagandístico que sólo sirve para retrasar el desenlace de la tragedia y que los muertos sigan acumulándose en las maltrechas morgues de Gaza, porque como dijo Esquilo "ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino", y el destino de quienes están cometiendo estos atroces crímenes ya está escrito y pasará, más temprano que tarde, por un Tribunal.

http://www.eldiario.es/contrapoder/Esquilo-tragedia-Gaza_6_286681353.html

¡¡ Están entre nosotros !!


martes, 29 de julio de 2014

"Al PSOE de Sánchez: Usted, ¿siempre ha sido así?", por Rafael Reig en El Diario.es


28/07/2014

Ha dicho usted que lo primero que va a hacer es “ derogar la reforma laboral”.

Eso es genial, pero me gustaría saber a cuál se refiere.

¿A la de 1984, hecha por su partido y por su prototipo de socialista, Felipe González, que extendió la contratación temporal (con hasta 14 modalidades y sin necesidad de causa) y dio inicio a los contratos basura? ¿A la reforma de las pensiones del 85? ¿A las reformas en el empleo juvenil que provocaron en el 88 una huelga general? ¿Al decretazo del 92 que recortó prestaciones a los desempleados y aumentó más aún la duración de los contratos temporales? ¿A las leyes del 94 que permitían las ETT (Empresas de Trabajo Temporal) y promovían la máxima precariedad laboral?  Hubo otra huelga general, seguro que se acuerda.

También insta a los socialistas: “ Digamos alto y claro que todo lo bueno que ha pasado ha venido de la mano de Gobiernos socialistas”. ¿Ah, sí? ¡Barástolis, qué ocurrencia! Le insto a mi vez a que ponga ejemplos: ¿se refiere al terrorismo de Estado? ¿A la creación de los CIE (Centros de Internamiento de Extranjeros), esos campos de concentración tan apañados que tenemos? ¿A que los socialistas aumentaran el tiempo de reclusión en esos CIE? ¿A la corrupción? ¿A la beautiful people?
Mire, se lo digo en confianza: así no van a ninguna parte o van directos a salva sea la parte. Para actuar como la derecha, eso ya lo hace mejor el PP.

Usted podría ponerse de pie y decir que el PSOE está desnortado y descalabrado, que ha hecho durante décadas el trabajo sucio de la derecha, y que hay que darle la vuelta como a un calcetín. Podría añadir que no tiene nada que ver con la tradición de los González-Zapatero-Rubalcaba y que lo que se propone es no parecerse en nada a ellos y convertir el PSOE, para sorpresa de todos, en un partido de izquierdas (socialdemócrata, si usted quiere, pero de izquierdas).

Pero lo que ha dicho es lo mismo que Aznar: sin complejos.

Y en lugar de proponer cambiar su partido, ha amenazado con “cambiar España”. Otra vez. La tercera, según usted.

Como decía Einstein, la definición estupidez es “hacer una y otra vez lo mismo y esperar un resultado diferente”.  Tome nota, si le parece oportuno.

Lejos de mí el acusarle de estúpido. Como creo que no lo es, entiendo muy bien el titular de El País, según el cual, está usted “ en busca de indignados y de votos del PP”.

Tiene razón: como no le vote la derecha, no se me ocurre quién podría votarle ni para qué. ¿Los parados? ¿Los jóvenes sin empleo? ¿Todos aquellos a quienes les han embargado la vivienda? ¿Los que no pueden comprar los libros de texto de sus hijos?

Mire usted, serán pobres, pero no tan estúpidos como para votar a su partido. Así que hace bien buscando votos del PP.
Me da la impresión de que ustedes, el PP y el PSOE, aún creen en ese axioma tan propio de Fraga: la mayoría natural. Que naturalmente sería más bien de derechas. Pues únanse, hombre, que será muy bonito de ver.
Sin embargo, opino que se equivoca: hay una mayoría que está buscando una salida por la izquierda. Confío en que la encontraremos. Hay una mayoría que ya no se cree a la patronal ni que, para crear empleo, haya que recortar sueldos y aumentar la precariedad. Hay una mayoría que no cree que haya que rescatar bancos a costa de los ciudadanos. Hay una mayoría que no cree en el oráculo de Bruselas. Hay una mayoría que no cree en ustedes, porque prefiere equivocarse en la dirección correcta que acertar por el mal camino.

Por eso quiero hacerle una pregunta: ¿se ha rendido ya, antes de empezar siquiera el combate? ¿Tan tentador es claudicar o siempre ha sido usted uno de esos jóvenes de Nuevas Generaciones, que van por la vida sin complejos y con la cabeza muy alta?

http://www.eldiario.es/cartaconpregunta/PSOE-Sanchez_6_286331382.html

Donbass. «La fragua donde se forja el futuro», por Daria Aslámova [Komsomólskaya Pravda]



2014/07/28


LA FRAGUA DONDE SE FORJA EL FUTURO (por Daria Aslámova, periódico “Komsomólskaya Pravda”)


Con los ojos secos

Estuve en Slaviansk cuando lo abandonó el ejército de Strelkov. Vi marcharse a los milicianos de Kramatorsk. Una densa nube de polvo levantada por los tanques, los BTR, los camiones, flotaba sobre la carretera de Konstantínovka. Siempre recordaré estas caras quemadas por el sol, caras de los soldados eslavos, jóvenes y viejos, recordaré esta expresión de furia y cansancio. Muchachos por primera vez abrasados por el fuego de la guerra y veteranos que recordaban las batallas de Afganistán. Los vi marcharse, perderse a lo lejos; un rito ancestral, repetido mil veces a lo largo de la historia. Las mujeres siempre despedimos a los soldados con la mirada: con los ojos secos y un nudo en la garganta. En 1812, cuando el ejército de Kutúzov abandonaba Moscú, las mujeres también miraban partir a sus hombres. Y en 1941, cuando nuestras tropas abandonaban Smolensk.

Entramos en Kramatorsk. La carretera estaba completamente desierta: un ejército, el nuestro, ya se había ido, y el otro, el ucraniano, estaba por entrar. A la orilla de la carretera vi a un hombre vestido con una camiseta a rayas, de esas que llevan los marineros, con una cinta de San Jorge en el pecho. El hombre parecía estar loco. “¡Kramatorsk no se rinde!”, gritaba él a los que pasábamos, “Kramatorsk resistirá hasta la última gota de sangre!” Pero la ciudad estaba muerta. Ni un solo disparo. Una silencio raro y amenazante. Unas manos presurosas y torpes estaban quitando la bandera de la República del edificio de la alcaldía. Los vecinos se apresuraban a arrancar de los portales de sus casas las cintas de San Jorge. El corazón me dio un vuelco. Ya sabía lo que vendría después. Denuncias (“mi vecino… sí, este mismo…es separatista, ¿sabe?”), campos de concentración, traición de los seres queridos, fusilamientos./… /

ES RUSIA LA QUE SE VA A UNIR A DONBASS
Mi nuevo amigo Denis es moscovita, llegó a Donbass para traer ayuda humanitaria. “No es la República Popular de Donetsk la que se va a integrar a Rusia”, dice él.” Es Rusia la que se va a unir a Donetsk”. Y los habitantes de Donbass dicen: “No somos separatistas. Simplemente hemos vuelto a casa. ¡A nuestro hogar ruso!”

Cuando siento que la deseperación me gana, me acuerdo de Oxana Sup, artista de un circo ambulante, diputada del Consejo de la República por la ciudad de Krasnoarmeysk (ahora ocupada por la guardia nacional). Oxana tiene cara de artista innata: vivaz y expresiva. Cada dos días vuelve a su pueblo natal disfrazada de campesina vendedora de leche, para hablar con su gente, para hacer propaganda antifascista. Cosas de la vida: hace poco era payasa, tabajaba en un show de pompas de jabón, hacía reír a los niños. Y ahora se ha metido a guerrillera. Su circo ambulante dejó de existir. Todos los artistas se fueron a la guerra; los malabaristas, los acróbatas. Muchos de ellos pelearon en Slaviansk.

- Yo sí sé contra qué estamos luchando, – dice Oxana. – Luchamos contra el nazismo. Recuerdo las caras de aquellas colegialas en Odesa, “niñas bien” que preparaban “cocteles Molotov” para quemar vivos a sus hermanos.

Al miliciano Nicolay los muchachos le dicen “nuestra OSCE”; es un hombre de gran corazón y siempre deja ir a los prisioneros.

Le tiembla la voz cuando empezamos a hablar de la guerra:
– Es que a mí todos me dan lástima, todos; los del otro lado también. Vi aquellas fosas comunes llenas de cadáveres de soldados ucranianos recién llamados a las filas, adolescentes casi. Sus propios compañeros abren una tumba de estas grandes, donde caben de cien a ciento cincienta personas, los tiran al hoyo, les echan unas paletadas de tierra encima y ya. Y sus mamás siguen llamando a las comisarías militares:”´¿Pero dónde está mi hijo? ¿Por qué no responde al teléfono?” Y los militares les contestan: no se preocupe, todo está bien, se habrá ido a pasear con alguna noviecita que se echó por ahí. Le dicen eso a la madre mientras el cuerpo destripado del muchacho está tirado en el campo Dios sabe dónde” .
Estas últimas palabras de Nicolay son una alusión a unos rumores horribles que recorren Ucrania. La gente cuenta que aquí prospera el mismo negocio que en Kosovo en la época de guerra. Se cuenta que los traficantes de Kiev se dedican a vender los órganos de los soldados ucranianos muertos en el combate; como es obvio, todo se hace muy rápido, el tiempo es oro. Los cuerpos de jóvenes soldados, destripados como si fueran puercos, aparecen tirados a la intemperie. A las madres les dicen que sus hijos están “desaparecidos”.

-¡Madres de Ucania, levántense! – dice, casi grita Nikolay. – Ya sé que los hombres en Ucrania son unos blandengues, no se van a levantar del sofá. Pero las mujeres… las mujeres son otra cosa. Si realmente se enfurecen, entre todas son capaces de derrumbar cualquier palacio presidencial. Nuestras mujeres tienen que darse cuenta por fin de que el gobierno está matando a sus hijos. A los muchachos los agarran en la calle, en cafeterías, en la playa… para mandarlos al frente, así a la fuerza. Y después, el silencio. Según las estadísticas que tenemos, allá donde ellos dicen que mataron a un miliciano hagan cuenta que hubo seis soldados ucranianos muertos, sólo que ellos no lo van a recoger en ningún documento, son datos extraoficiales.

- El ejército ucraniano no quiere pelear, – dice Alexey Alexándrov, un politólogo de Kiev.. – Los soldados salen al campo y allá disparan sus proyectiles, fingiendo que están combatiendo. Llega un BTR y dispara al cielo. Ya, misión cumplida; el carro huele a pólvora, todo parece muy creíble. Una imitación de la guerra. Y los guardias nacionales (el asi llamado «Sector Derecho») sólo están dispuestos a masacrar población civil y evitan enfrentamientos directos con las milicias. Es algo que llevan en la sangre, ya es casi un tradición histórica. Acuérdense de la masacre de Volyn (un episodio sangriento de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nacionalistas ucranianos al servicio del Reich masacraron a una gran cantidad de civiles de origen polaco- El V.R.). Los fascistas alemanes habían escogido a “los mejores”, sin embargo, estos “mejores” se dispersaron después del primer combate. Pero pelear contra unos campesinos desarmados era otra cosa, claro. Con estos sí que se despacharon a gusto.

“DONBASS: LA FRAGUA DEL MUNDO RUSO”

El politólogo Alexey Alexándrov, al igual que muchos intelectuales, huyó a Donbass de Kiev, esta “madre de las ciudades rusas” ahora controlada por los nacionalistas,

- La capital ya no es la misma, cerca de un millón de kievitas la abandonaron, – cuenta Alexey. – Los nuevos habitantes capitalinos son los que han llegado del Ocidente del país, con su sicologia de piratas. Están allá esperando a que la felicidad se les caiga del cielo, junto con la integración a la UE. La intelectualidad ucraniana (mejor dicho, lo poco que queda de ella) también creyó este cuento. Suena paradójico, pero esta gente es rusófona y al mismo tiempo profundamente antirrusa. Están viviendo una crisis interna, es como un constante ataque de nervios. El mito ucraniano está agonizando. Este globo lo habían estado inflando a lo largo de las dos últimas décadas, pero llegó el momento y el globo reventó, y resultó que adentro no había nada. El “Maydán” fue un grito de desesperación. El gran sueño de la intelectualidad ucraniana ha fracasado. Creían que esta era la solución: negar sus raices, alejarse de Rusia, renunciar a sí mismos. Los ucranianos están luchando contra su propia imagen reflejada en el espejo. No saben lo que hacen. Estan ofuscados. En estos momentos en Novorrusia se está buscando respuesta a una pregunta global:¿qué es elmundo ruso? Es que los ucranianos también pertenecen a este mundo, sólo que no quieren reconocerlo. Nos espera una guerra horrible. Llegará hasta Kiev en oleadas. Ucrania está llena de gente armada. Paramilitares, pequeños ejércitos, pandillas de bandidos. La economía se precipita al abismo. La cosa recién empieza. Estamos en la primera linea de fuego. Nosotros, aquí, SOMOS el mundo ruso. Estamos creciendo, creciendo mental y espiritualmente. No son “ambiciones imperiales”, como suelen decir. Es una lucha entre dos sistemas de valosres. Si el Occidente tuviera más paciencia, se habrían adueñado de este territorio paulatinamente, sin aspavientos. Paso a paso, silenciosamente, como hacen los felinos cuando se acercan a su presa. Pero su codicia pudo más, y no quisieron esperar. ./…

Donbass ahora es un lugar especial, donde los que antes llevaban una vida casi vegetal, hoy se vuelven capitanes de su destino. Habíamos vivido un período de gran decadencia y gran desilusión; habíamos perdido la sensación de la continuidad, de una tradición ininterrumpida. Pero cuando hace poco vi a dos hombres sencillos de Donetsk, montados en un “Niva”, embestir a un tanque en el campo abierto, comprendí: nada está perdido.
Es aquí, en Donbass, donde nace una nueva comunidad eslava. Es la fragua donde se forja el futuro.

http://dedona.wordpress.com/2014/07/28/donbass-la-fragua-donde-se-forja-el-futuro-daria-aslamova-komsomolskaya-pravda/

Viñeta de Idígoras y Pachi, en El Mundo


viernes, 25 de julio de 2014

Viñeta de Manel Fontdevila


Contra el “nacionalismo de siglas”, por Hugo Martínez Abarca

Contra el “nacionalismo de siglas”
Cuarto Poder, 24/7/2014


La noche del 25M fuimos sacudidos por un shock electoral no previsto. Por un lado se desmemoraba el régimen bipartidista del 78, que no alcanzaba el 50% del voto; inmediatamente anunció Rubalcaba que dejaba la dirección del PSOE y Juan Carlos de Borbón que dejaba el trono. Por el otro se producía una profunda reconfiguración de la composición de la alternativa popular con una importante subida de IU y la explosión política que ha supuesto Podemos. Ello hace que haya muchísima fuerza en la alternativa a ese mundo que se desmorona pero también que la urgencia con la que intentar culminar el cambio (en un año habremos tenido elecciones municipales y muchas autonómicas y estaremos preparando las generales) choque con la necesidad de digerir el terremoto y ordenar las ideas para que la respuesta sea inteligente..


Apenas hace dos meses desde las elecciones y en los ámbitos políticos rupturistas se han producido pasos rapidísimos. Uno ha perdido la cuenta de en cuántas ciudades han surgido iniciativas “Ganemos” (Guanyem Barcelona, Madrid, L´Hospitalet, Granada, Córdoba, Valladolid, Málaga, Zaragoza…). Izquierda Unida ha dado pasos importantísimos hacia la puesta al día política adoptando mecanismos de primarias abiertas, previendo sistemas revocatorios de sus cargos públicos y escenificando los nuevos tiempos con el protagonismo de Alberto Garzón cuya edad es sólo una anécdota frente a las numerosas cualidades muy importantes que lo sitúan como un referente de la ruptura política que viene ya. Por su lado Podemos también se ha centrado en paliar su principal carencia de cara al ciclo político abierto el 25M, la ausencia de la organización imprescindible, mediante la preparación de su Asamblea de otoño.

Ello sucede sin más capacidad de respuesta por parte del poder que una demonización organizada de todo lo que agite los cimientos de la Transición (y que por tanto es etarra, bolivariano, castrista, populista, norcoreano, estalinista, ayatolá y goebbelsiano). Tiende uno a pensar que el PP da por perdido el marco de estabilidad bipartidista y apuesta por un sistema de partidos a la vasca. Para ello sería extremadamente útil demonizar a Podemos, aún conscientes de que ello le da más fuerza, planteándose una reconfiguración con un gran partido-Estado (al estilo del PNV en Euskadi) que contenga a una fuerza alternativa señalada como peligrosa. Ello junto con la amenaza de hacerse una ley electoral aún más a la medida para evitar que los ciudadanos puedan quitarle al PP decenas de ayuntamientos cruciales muestra que la única respuesta del régimen es defensiva y sucia. No se ofrece más inteligencia que el cerrojazo: catenaccio político para intentar ganar 1-0 de penalti injusto.

Todos estos movimientos anuncian un apasionante ciclo político, especialmente si tenemos en cuenta lo corta que va a ser la partida. En menos de año y medio como mucho habremos finiquitado el ciclo: si no se consigue el cambio en estos meses, es improbable que haya partido de vuelta para remontar ese injusto 1-0.

Lógicamente entre tanta convulsión surge cierto vértigo. En la noche electoral, Pablo Iglesias anunciaba: “a partir de mañana trabajaremos en la confluencia política con otros partidos”; Izquierda Unida redoblaba la apuesta por la confluencia situando ésta como un eje de las nuevas responsabilidades de Alberto Garzón (“quiero la revolución y me dan igual las siglas“) y encargando esta responsabilidad concreta a la joven activista Lara Hernández. La voluntad de confluencia ha quedado clara al incorporarse Podemos al GUE (Grupo de la Izquierda Europea en el Parlamento de Estrasburgo) y comenzar a trabajar IU y Podemos mano a mano como compañeros frente al pacto bipartidista por el saqueo. La articulación de un polo democrático que dispute el poder no consiste meramente en sumar a IU y Podemos, pero sin esa suma es difícil pensar que pueda haber un gran “Ganemos todo” que incluya a más organizaciones sociales y políticas, activistas no organizados, etc.

El trabajo en común en un mismo grupo parlamentario europeo debería hacer natural el paso al encuentro fuera de las instituciones. Si nos reconocemos como compañeros miembros de un mismo espacio político, ¿qué podría impedir que nos encontráramos también antes de procesos electorales? Hay al menos dos importantes razones para ese encuentro. Una de índole meramente contable: la ley electoral y las reformas-pucherazo que el PP está aprobando histéricamente castigan fuertemente la división de fuerzas que comparten objetivos políticos (algo que no ocurría en las elecciones europeas). Pero la más importante es el entusiasmo social que sería capaz de generar un nuevo paso de las fuerzas rupturistas que generase más participación y un imaginario constituyente más cercano.

No parece haber ningún argumento político para dificultar tal encuentro. Lleva años sin haberlo y por ello quienes han querido oponerse se han escondido tras requisitos maximalistas. Hoy además de haber razones para el encuentro hay “condiciones subjetivas”. Pero tras tanto movimiento emerge una suerte de “nacionalismo de siglas” que siente amenazadas identidades organizativas como si las organizaciones no fueran instrumentos materiales al servicio del pueblo trabajador, como si fueran fines en sí mismos, como si fueran iglesias. Es humanamente comprensible e incluso razonable si suponemos cierta sordera (o sordera inversa: haber escuchado lo que nadie ha dicho: que el encuentro suponga la disolución de quienes se encuentran).

Uno puede entender que haya quien en Podemos sienta que el viento sopla a su favor, que no tienen techo en las encuestas y que no necesitan dar ese salto ni compartir con nadie más espacio que el que no se pueda conquistar a solas (como el grupo parlamentario en Europa, por ejemplo). Uno puede entender que haya quien en IU se sienta herido al enterarse de repente de que ha tenido un hermanito, que tiene que compartir el amor con sus padres y que para más inri en las fotos parece que el nuevo hermanito sea el hermanito mayor. Uno puede entender todo esto y más.

Pero somos materialistas y toca enfrentarse al mundo realmente existente hoy. Hoy estamos ante la primera posibilidad desde la II República de lograr avances sustantivos para nuestro pueblo y para nuestras organizaciones. Ello no supone desdibujar nuestras identidades políticas sino todo lo contrario: reforzarlas mucho más de lo que nunca hubiéramos pensado. ¿Se desdibujaron el PSOE y el PCE en el Frente Popular o más bien su audacia les devolvió una fuerza muy superior a la que tenían? ¿Sería hoy el PCE más fuerte si no hubiera tenido la inteligencia de lanzar Izquierda Unida? Frente a los alaridos conservadores (“¡Que vienen los liquidacionistas!”) el camino que tenemos por delante pasa por acumular fuerzas rápidamente para un ciclo muy breve pero de gran trascendencia histórica. Es más: la mejor manera de que desaparezcan organizaciones que hoy puedan parecer indestructibles es que éstas no aparezcan como útiles para la transformación del país sino como un instrumento de sí mismo. Es lo que puede pasarle al PSOE y allá aquel que quiera acompañarle. No parece que haya muchos miles de personas que vayan a apoyar a quien se muestre más preocupado de su identidad organizativa que de los intereses de un pueblo que ve que hay una fiesta y no va a consentir que sus padres le prohíban participar en ella. El nacionalismo de siglas, incluido el de las que hoy parecen al alza, sería el más seguro camino a liquidación.

En las municipales, autonómicas y generales de 2015 podemos ganarlo todo; pero lo que no ganemos en ese ciclo probablemente no lo ganemos en muchísimo tiempo. Esas tres elecciones son fundamentales. Hace falta sumar ilusión, organización y participación: sin esos tres elementos es imposible afrontar un año con hitos como las elecciones municipales. Y si las elecciones municipales no pegan un puñetazo sobre la mesa aún mayor que las europeas, que nadie sueñe con que en las generales ganaremos. Ni juntos ni separados: no caben pausas en este año: el 25M evidenció que el conservadurismo no tiene recorrido y que la audacia rupturista no tiene techo. Ganémoslo todo y si no ganamos que no sea por no haber apostado decididamente por hacerlo. Si no apostamos, entonces sí: lo perderemos todo.

¿Alguien conoce en la Historia algún caso de proceso transformador (alguna forma de revolución) exitoso que fuera protagonizado por las mismas siglas en su inicio, su consecución y su desarrollo? Porque queremos que haya proceso transformador. Y queremos ser sus protagonistas. ¿Verdad?

(*) Hugo Martínez Abarca es miembro del Consejo Político Federal de IU y autor del blog Quien mucho abarca.

http://www.cuartopoder.es/tribuna/contra-el-nacionalismo-de-siglas/6124

martes, 22 de julio de 2014

6 argumentos falaces sobre la superioridad moral de Israel, por David Torres


David Torres. Público, 22 de julio de 2014

Argumento no. 1- Hamás son terroristas.

En efecto, tan terroristas como los irlandeses del IRA en los años 20 o los israelíes del Irgún en la década de los 40. En ocasiones, el terrorismo es la continuación de la política por otros medios; en caso de salir vencedores, los terroristas pasan a considerarse patriotas y héroes por la libertad. Enfrentado a un enemigo infinitamente superior, sin ejército, aviación ni armada, Hamás sólo puede recurrir a tácticas de guerrilla urbana y acciones terroristas. Pero, desde luego, no fueron los primeros en utilizarlas en ese pequeño rincón del mundo. Antes de conseguir el premio Nobel de la Paz, Menajen Beguin, uno de los padres de la independencia de Israel, fue el principal cabecilla del Irgún, el brazo armado de la independencia israelí, que jamás dudó ni un segundo a la hora de usar cualquier método para luchar contra el dominio británico y aterrorizar a la población árabe. Entre sus numerosas acciones asesinas, estos luchadores por la libertad dinamitaron el hotel Rey David en Jerusalén el 22 de julio de 1946, con un saldo de más de 90 víctimas. “Uno de los peores crímenes de la Historia”, dijo Churchill, que no era precisamente simpatizante de los palestinos. El 9 de abril de 1948, fuerzas del Irgún (lo que hoy, si fuesen palestinos, se llamarían terroristas) masacraron la aldea árabe de Deir Yassin, a unos cinco kilómetros de Jerusalén, exterminando a más de 100 aldeanos indefensos. Esta matanza, repudiada por diversos grupos israelíes, provocó una carta de denuncia de intelectuales judíos, encabezados por Albert Einstein, en que acusaron al Herut de utilizar métodos fascistas.

Argumento no. 2 – Israel es la única democracia de la zona.

Afortunadamente, habría que decir, ya que la democracia es una palabra mágica que, al parecer, es la panacea para todos los males. En el caso de Oriente Medio, la tan cacareada democracia hebrea no puede ser excusa ni patente de corso para justificar la masacre que cada cierto tiempo su ejército lleva a cabo en Gaza. También Hamás ha sido ampliamente reconocido en sucesivas votaciones por la población palestina y mucha gente parece olvidar que Hitler se hizo con el poder gracias a procedimientos democráticos. Por otra parte, habrá que recordar que, entre otras acciones nefandas, el muy demócrata Estado de Israel fue uno de los poquísimos países, junto con los Estados Unidos, que apoyó y defendió públicamente el repugnante régimen racista del apartheid sudafricano. Tal vez porque tenían un aire de familia.

Argumento no. 3 – Israel sólo quiere vivir en paz.

Palmariamente falso. Al parecer, según sus propagandistas, Israel no hace más que responder ante los reiterados ataques de los terroristas palestinos. En realidad, la situación es justamente la contraria: Israel es un Estado agresor, imperialista, invasor y por completo fuera de la legalidad internacional al menos desde 1967, fecha desde la que sigue expandiendo impunemente sus fronteras ante la pasividad de la comunidad internacional y la impotencia de sus víctimas: los palestinos. Bajo la bandera de la civilización, Israel no ha hecho otra cosa más que invadir, ocupar y colonizar enormes franjas de territorio palestino, expulsando a la población autóctona de sus tierras y condenándola al exilio, la servidumbre, la aglomeración, la miseria y, por supuesto, el odio.

Argumento no. 4 – Hamás quiere la destrucción de Israel.

La asimetría esencial entre los objetivos finales de uno y otro contendiente (Hamás quiere la destrucción de los judíos; Israel sólo pretende asegurar su supervivencia) no se corrobora con la abrumadora superioridad militar israelí y la obscena diferencia de víctimas entre uno y otro bando. En Israel (una sociedad tan sensible donde aún sigue prohibida la música de Wagner por el dolor que pudiera causar a los supervivientes del Holocausto) abundan los mensajes, discursos y pintadas que piden a gritos el genocidio entero del pueblo palestino. Estos días está de moda una camiseta en la que se ve a una mujer palestina embarazada en un punto de mira con la leyenda: “Mata dos de un solo tiro”. Para hacer este mensaje genocida más explícito la semana pasada, la diputada del Parlamento israelí Ayelet Shaket, del partido radical Hogar Judío, escribió que las madres palestinas “deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán serpientes más pequeñas”. Añadió: “El pueblo palestino ha declarado la guerra a Israel, y con guerra hay que responder. Basta de referencias oblicuas: esto es una guerra contra el terror, no una operación, no una estrategia de baja intensidad. Las palabras tienen su significado”. En efecto, las palabras tienen su significado y detrás de éstas no hay más que uno: el exterminio del pueblo palestino.

Argumento no. 5 – Israel sólo ataca objetivos terroristas.

Otra mentira obscena, flagrante y tan grotesca que sería cómica si no fuese trágica. Entre los muchos bulos que hace correr la propaganda israelí está la leyenda de que el ejército avisa con una pequeña detonación en el tejado de los edificios donde supuestamente se alojan terroristas, una advertencia a los habitantes del inmueble para que lo desalojen antes de la explosión definitiva. Caso de ser cierta, que no lo parece, esta medida sólo funcionaría con terroristas sordos. Por otra parte, son innumerables los reportajes y fotografías de la prensa internacional que han revelado al mundo el salvajismo homicida del ejército israelí: barriadas enteras pulverizadas, niños ametrallados en la playa, edificios reducidos a escombros, un colegio de discapacitados arrasado, docenas y docenas de bebés muertos, un joven ensangrentado llorando con su madre agonizante en los brazos, el cadáver de un niño decapitado y un interminable etcétera de espanto. Una nota más: ayer lunes el ejército israelí estaba atacando el hospital Al Aqsa de Gaza, abarrotado de civiles heridos, y ametrallando específicamente las ambulancias que intentaban evacuar a los heridos al vecino hospital de Shifa.

Argumento no. 6 – Criticar la política militar de Israel es señal de antisemitismo.

Es el acto reflejo en cualquier discusión sobre la masacre palestina. Da igual la anterior trayectoria intelectual del etiquetado o la mayor o menor consistencia de sus argumentos: en el momento en que esboce el menor reparo a la brutal política de agresión israelí, inmediatamente será enviado al cajón de los antisemitas y equiparado al mismo rango de los sacerdotes católicos que culpaban a los judíos de la muerte de Cristo, de los reyes y príncipes cristianos que recluyeron a los judíos en ghettos y los expulsaron de sus tierras, y, por supuesto, de los genocidas nazis que pusieron en marcha el Holocausto. Para desmontar este burdo marchamo basta recordar que el pueblo judío no es Israel, que buena parte de Israel no comparte las ideas genocidas de la extrema derecha israelí y que multitud de judíos (artistas, intelectuales, científicos, políticos y ciudadanos de a pie) también han criticado la bestialidad sanguinaria que el ejército hebreo lleva décadas cometiendo con el pueblo palestino. Unos pocos entre los últimos que se han sumado a estas críticas: la periodista Naomi Klein, que advierte de que toda la economía israelí depende de la industria militar, y los historiadores Yakov Rabkiv, que califica la campaña israelí en Gaza de “masacre”, e Ilan Pappé, que prefiere directamente el término “genocidio”.

http://blogs.publico.es/davidtorres/2014/07/22/5-falsos-argumentos-sobre-la-superioridad-moral-de-israel/

lunes, 21 de julio de 2014

¿Por qué la Guerra Civil? ¿Quién fue responsable?, por Ángel Viñas

¿Por qué la Guerra Civil? ¿Quién fue responsable? En defensa de la investigación sobre las fuentes primarias.

Ángel Viñas. Tempora Magazine. 18-07-2014


Catedrático emérito de la UCM. Exdirector de relaciones exteriores y exembajador ante Naciones Unidas de la Comisión Europea. Exasesor ejecutivo del ministro de Asuntos Exteriores. Técnico Comercial y Economista del Estado con el número uno de la promoción. Licenciado y doctor en Ciencias Económicas con sendos premios extraordinarios. Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, entre otras condecoraciones españolas y extranjeras. Amplia producción historiográfica. Vive en Bruselas.


La historia es el análisis de la actuación humana en el pasado. En la actualidad ya no se prejuzga, en general, uno u otro enfoque de forma más o menos exclusiva. Ha pasado la época de la creencia en inmutables leyes o regularidades históricas. El enfoque a seguir depende del objeto de investigación; es decir, éste determina lo que debe considerarse como evidencia primaria relevante de época (EPRE). Resulta obvio que tal evidencia varía según el momento del pasado. No es lo mismo abordar aspectos de la Edad Media que de los años contemporáneos. En estos, por ejemplo, el abanico de fuentes es muchísimo más amplio: documentos públicos y privados, testimonios, fotografías, grabaciones sonoras, etc. Los historiadores suelen librar entre sí grandes batallas académicas a favor de unas fuentes con preferencia a otras. Tales discordias se complican, además, por la pugna a la hora de establecer los enfoques heurísticos adecuados. Esto suele hacerse para situarse a un nivel más o menos elevado en un imaginario pedestal de ‹‹cientificidad››. Para complicar las cosas, todo historiador tiene, bien sea implícita o explícitamente, una cierta teoría (lo que antaño solía denominarse ‹‹filosofía de la historia››) y escribe desde un retículo axiológico. Se une a ello, finalmente, la presencia más o menos intensa de lo que los franceses han denominado ‹‹usos sociales de la historia››. En las circunstancias presentes es difícil que un historiador se aburra.

Si del plano general descendemos a otro mucho más concreto, el de la contemporaneidad española, las pugnas no solo no disminuyen, sino que se acrecientan. De una u otra manera están relacionadas con dos fenómenos: la guerra civil y la subsiguiente dictadura.

Cómo abordar ambos ha dado origen a innumerables controversias. Hay quien favorece un enfoque de historia política, otros prefieren la historia social. Más recientemente se han añadido los que centran su atención en el género, las mentalidades o los ‹‹estudios culturales››.

La guerra civil destaca por la riqueza de perspectivas desde las cuales los historiadores han trabajado. Su caracterización como, ante todo, un  fenómeno militar tiene hoy relativamente pocos seguidores. Es injusto, pues la guerra es, en sí, un choque de sociedades pero por medios esencialmente militares. Es más, para algunos autores parece irrelevante que la historia militar moderna tenga ya muy poco que ver con la descripción de campañas, batallas e incluso meros encontronazos (small arms single actions).

Con todo, subsisten en este período numerosas lagunas por rellenar y aspectos polémicos que desentrañar. El avance es, en mi opinión, función de dos vectores: el descubrimiento, en lo posible, de nueva EPRE y la aplicación a la ya existente de los enfoques analíticos más adecuados. Del primero puede afirmarse, sin dudarlo, que en el futuro será posible realizar nuevos avances: entre los archivos públicos españoles quedan muchos por explorar, bien porque todavía no se hayan investigado del todo, bien porque permanezcan inaccesibles. En los extranjeros, no se conoce aún muchísima documentación soviética e incluso británica. En ambos casos quedan por abordar los archivos privados o, mejor dicho, los que se mantienen en manos privadas. Baste con señalar los casos señeros de Franco y de Serrano Suñer.

La combinación de la historia con las ciencias sociales ha progresado en el campo de la guerra civil, incluido el ámbito militar, pero no lo suficiente. Las aplicaciones hasta ahora efectuadas desde la sociología, la sicología, la economía, la antropología, la ciencia política, la arqueología, entre otras, y los estudios culturales y forenses, han revelado facetas nuevas y hasta hace un par de decenios casi impensables.

Mi experiencia profesional me ha llevado a privilegiar el enfoque basado en procesos decisionales y combinarlo con un método particular. Ni uno ni otro son los más importantes ni los únicos, pero en un ámbito tan trillado como es la guerra civil siempre he creído que podrían abrir nuevas perspectivas. El método es el inductivo. Su justificación es simple: las decisiones quedan reflejadas, de una u otra manera, en documentos. Para descubrir nuevos aspectos hay que abordar la EPRE. Cuando son pocos, o ninguno, quienes la hayan manejado antes, es verosímil que, por inducción, pueda llegarse a nuevos conocimientos sobre un pasado que, por definición, es incognoscible e inabarcable en su totalidad.

Los documentos, naturalmente, no reflejan todo ese pasado. En el mejor de los casos iluminan una parte, con frecuencia, minúscula. Pero permiten abrir puertas a otras perspectivas.

Trataré de explicar lo que antecede con un ejemplo, uno de esos núcleos en torno al cual la discrepancia entre los historiadores españoles y extranjeros, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, es la más pronunciada: por qué estalló la guerra civil y, en consecuencia, sobre quiénes recae la responsabilidad de la misma. Son cuestiones esenciales de la historia contemporánea de España. Han dado origen a ríos de tinta. Las discusiones son incesantes. Continúan en la más rabiosa actualidad.

Desde mi primer trabajo histórico (La Alemania nazi y el 18 de julio, Madrid, Alianza, 1974) he tratado de encontrar alguna respuesta documentable siguiendo una metodología inductiva a partir de la EPRE relevante.
Fue esta EPRE la que me hizo descartar que en los preparativos de la sublevación pudiese figurar la Alemania nazi (algo que para la historiografía de corte comunista era entonces de creencia casi obligada). Fue nueva EPRE, obtenida en el cruce de documentos españoles (franquistas y republicanos), británicos, franceses, alemanes y rusos, muchos de ellos no publicados ni conocidos, la que me llevó a postular la gran importancia de los factores internacionales desde aquel momento fundacional del 17/18 de julio.

Fue novísima EPRE la que me permitió ligar la participación, con un perfil singular, del general Franco en la conspiración dirigida por Mola pero conectado en los momentos determinantes con las actuaciones de la trama civil. Entre ellas destaca la actuación intoxicadora de la embajada británica en Madrid con el fin de inducir, llegado el caso, la abstención del Reino Unido con respecto a una eventual intervención en los asuntos de España.

Como es sabido, la discusión entre historiadores ha revivido tras la reaparición de una corriente que imputa a los ‹‹desmanes›› (huelgas, movimientos sociales, proliferación de retóricas encendidas, atentados e incluso asesinatos) acaecidos en la primavera de 1936 la extensión a las derechas de un sentimiento de inseguridad y de renovada exclusión tan pronto como tuvieron lugar las elecciones de febrero, que dieron el triunfo a la coalición electoral del Frente Popular.

Aceptando a efectos meramente dialécticos que la experiencia republicana hasta entonces no tenía porqué desembocar en una guerra civil, la utilización de fuentes conocidas desde hacía muchos años me llevó a indagar acerca de si no existiría otra forma de abordar el tema, con EPRE relevante, aparte de la utilizada por Francisco Sánchez Pérez, Eduardo González Calleja, José Luis Ledesma, Julio Aróstegui y Francisco Espinosa entre muchos otros.

Podría no haberla encontrado. Pero la encontré. Su tenor incluso me sorprendió, pues superó con creces mis mayores expectativas. El 1º de julio de 1936 Pedro Sainz Rodríguez, monárquico convencido, alfonsino, diputado por el Bloque Nacional, calvosotelista de pro, firmó en Roma varios contratos con una empresa italiana ligada al Ministerio de Aeronaútica para obtener el compromiso de suministro de un gran número de aviones de tipo avanzado (cazas, bombarderos, hidroaviones) con su complemento de bombas, municiones, pertrechos y tripulaciones. Todos ellos se destinaban a España.

Esta nueva evidencia, de origen impecable e incontrovertible, permite sustentar una argumentación que se opone a las tesis que ponen el énfasis en la responsabilidad de las izquierdas por la guerra civil. Dado que los contratos son de un detalle extremado, y que Sainz Rodríguez, catedrático de bibliología de la Universidad Central, no era precisamente un experto ni en armamento ni en aviación, cabe establecer dos hipótesis: o bien aceptó lo que los italianos le pusieron por delante y se fió de su savoir faire o los contratos fueron el resultado de negociaciones entre la parte italiana y militares españoles por cuenta de los conspiradores.  Personalmente tiendo más bien a favor de esta segunda hipótesis. ¿Cómo dejar a extranjeros una decisión clave para el futuro de la conspiración?

Ahora bien, desde el punto de vista de un mero golpe militar, estrictu senso, orientado hacia la sublevación de las guarniciones en ciertas ciudades y en la convergencia de las tropas victoriosas hacia Madrid, en el marco de una estrategia  diseñada por Mola, es obvio que no se necesitaban cazas Fiat modernos o potentes bombarderos Savoia Marchetti. Por no hablar de hidroaviones. Sí se necesitaban, en cambio, para asegurar el éxito en una guerra que se presumía corta.

Es decir, los ‹‹contratos romanos›› nos obligan a desplazar la atención de las inculpaciones efectuadas tradicionalmente por los sostenedores de una derecha encrespada contra los supuestos proyectos revolucionarios del Frente Popular, más o menos inspirados por Moscú, hacia el sector sobre el cual recae la mayor responsabilidad por lo que iba a suceder: aparte de los militares levantiscos, sus apoyos políticos y sociales en Renovación Española o el Bloque Nacional, con José Calvo Sotelo (el ‹‹proto-mártir››) al frente. Fue bajo la responsabilidad de estos últimos, en efecto, que se negociaron los contratos. Que fuesen conocidos por el exrey Alfonso XIII no es descartable. Sí podemos pensar que él no intervendría directamente en la negociación.

La noción, además, de que en marzo de 1936 el banquero mallorquín Juan March otorgara a los conspiradores un crédito de medio millón de libras esterlinas a través de un banco londinense para adquirir a los italianos el material, permite pensar que ‹‹alguien›› debió poner en marcha los contactos para iniciar las negociaciones en Roma, bien en aquella fecha o incluso un poco antes. Podemos descartar que March lo hiciera a impulso propio.

Ese ‹‹alguien›› no está identificado, pero los candidatos no son demasiados: debería de figurar entre los generales Franco, Goded o Fanjul. De estos, los dos últimos ya estaban a favor de una sublevación en diciembre de 1935, cuando Gil Robles no alcanzó la presidencia del Gobierno ante la oposición del presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora. Habría que incluir también el asesoramiento del general Kindelán, exjefe de la aviación española, monárquico de pro y frecuente visitante de Roma. ¿Cómo no iban a consultarle en cuanto a la ideoneidad de los aparatos? En el círculo conocedor de esta veta de la conspiración figuraría posiblemente el general Orgaz (amigo de Sainz Rodríguez). Un papel todavía no conocido correspondería al ‹‹técnico››, teniente coronel Galarza, que enlazaba en Madrid todos los hilos de la conjura que impulsaba Mola.

Nada de lo que antecede está documentado todavía, pero por inducción, es verosímil que todos los nombrados, o su mayor parte, tuvieran algo que ver. La compenetración en la cúpula de la conspiración militar y de la trama civil hubo de ser intensa.

Los detalles todavía no conocidos importan obviamente, pero la nueva imagen que aparece a partir de esta EPRE es bastante clara:

 Si, tras la sustancial ayuda de March, las negociaciones no tardaron mucho en dar comienzo, es lógico que en los meses siguientes, de marzo a junio, los conspiradores concluyeran que era preciso crear la sensación de que España atravesaba un estado de necesidad. De aquí las proclamas sobre la inminencia de la revolución con el fin de ‹‹calentar›› a las fuerzas armadas y los catastróficos discursos en Cortes a los que se dedicaron Calvo Sotelo y Gil Robles.

También explica la estimulación del pistolerismo, hasta el punto de que los monárquicos pronto se quedaron sin fondos para pagar a los ‹‹hombres de acción››, por lo que a mitad de junio Goiecoechea, número dos de Calvo Sotelo, se dirigió a Ciano en demanda de fondos. Esta evidencia la descubrió hace ya años Ismael Saz, pero pocos son quienes la han tenido en cuenta.

Convenía exagerar en la prensa los indudables desórdenes urbanos y el número de víctimas mortales, como si ello fuese el resultado de un estado de anarquía. Eduardo González Calleja ha determinado que las víctimas fueron mayores en las filas de la izquierda. No se trató de una casualidad. Ni el gobierno ni las fuerzas de orden público se quedaron de brazos cruzados.

En paralelo, y en la sombra, continuó la intoxicación de los diplomáticos británicos, en Madrid y Londres, mientras Sanjurjo y Beigbeder intentaban vanamente conseguir armas en el Tercer Reich y los carlistas multiplicaban sus misiones en el extranjero, sin llegar a resultados tan contundentes como los monárquicos. En resumen, esta novísima EPRE y la aplicación del método inductivo permiten dar una respuesta coherente con la documentación hoy existente.

La anterior exposición, muy sumaria, no sería completa si, para el caso en cuestión, no se delimitara con precisión el juego de las condiciones necesarias y de las condiciones suficientes, algo que conviene delimitar con la mayor precisión posible.

Como cualquier estudioso de lógica sabe, las primeras son aquéllas que deben darse para que pueda tener lugar un fenómeno determinado. En el caso de los fenómenos sociales, tales condiciones son complejas y muy diversas. Así, por ejemplo, la sed de reformas económicas, sociales, políticas y culturales que España venía arrastrando desde la Restauración y que se agudizó durante la dictadura de Primo de Rivera, fue una condición necesaria para que desde las posiciones de poder económico, político y social tradicionales emanara una fuerte oposición a las mismas. Esta oposición, desarticulada en un principio con el imprevisto advenimiento de la República y que atravesó fases muy conocidas, terminó alimentando la sublevación de 1932, durante el período en el cual la conjunción republicano-socialista asumió con fuerza la responsabilidad de atender a reformas ineludibles. Tal oposición, mucho más estructurada y organizada, volvió a la carga después de las elecciones del Frente Popular.

La importancia de tales condiciones, que también suelen denominarse factores estructurales, ha sido muy enfatizada desde los primeros estudiosos que, sin seguir el canon que ya empezó a acuñarse en los albores de la dictadura franquista, trataron de explicar lo que no dejaban de ver como una anomalía. ¿Por qué hubo una guerra civil en España? Pionero entre ellos fue, naturalmente, Gerald Brenan.

Curiosamente, también los balbuceos oficiales de la explicación de la génesis de la guerra civil, los que hicieron los oficiales y jefes del Servicio Histórico Militar en los años cuarenta, se remontaron hasta el siglo XIX (a veces hasta el XVIII) para explicar la irrupción de la malhadada república como el último jalón de una evolución secular de decadencia promovida por la ‹‹anti-España››.

En mi opinión, tales factores no tenían por qué conducir necesariamente al estallido de 1936. Hoy se admite por lo general que si no se hubieran producido ciertos hechos en el período que va hasta las elecciones del Frente Popular, la evolución ulterior hubiese podido ser diferente.

Sin ánimo exhaustivo alguno cabe mencionar la arbitraria destitución de Manuel Azaña como Presidente del Gobierno en 1933, que abrió la puerta a nuevas elecciones que no ganaron los republicanos burgueses y socialistas al concurrir desunidos a los comicios; o el no nombramiento de Gil Robles como Presidente del Gobierno en diciembre de 1935; o si el presidente que convocó las elecciones de febrero de 1936, Portela Valladares, hubiese aceptado la declaración del estado de guerra que le pidieron los militares (entre ellos Franco) y anulado el resultado. Es difícil pensar que la izquierda hubiese tenido en aquellos momentos la capacidad de montar una oposición efectiva. The road not taken, como gustan de caracterizar tales alternativas los autores anglosajones, indujo por el contrario la evolución que realmente tuvo lugar.

Ahora bien, lo que determinó la sublevación de julio de 1936 fueron ciertas condiciones suficientes, es decir, aquel tipo de condiciones que cuando se producen conducen a un cierto resultado y no a otro. En la primavera de 1936 sobresalen dos: la ineficacia del gobierno en cortar la conspiración, algo sobradamente conocido pero no siempre bien explicado, y la consecución por parte de los conspiradores de abundante material bélico moderno, inexistente en España, y apto para una guerra corta.

El juego de condiciones necesarias y suficientes llevó a la sublevación casi irremisiblemente. ¿Cómo hubiese podido el gobierno cortar la comprometida ayuda italiana de la que no tenía la menor noticia?

El 17/18 de julio no dio paso de por sí a la guerra civil propiamente dicha. Abrió la puerta a una serie de campañas rápidas y exitosas de los sublevados (apoyados por la intervención fascista, predeterminada, y por la nazi, decidida por Hitler autónomamente el 25 de julio). Se vieron respaldadas, además, por la escisión/hundimiento de las fuerzas armadas y de seguridad, y por la imposición de la no-intervención contra el gobierno.

Como agudamente vio Azaña en septiembre, para entonces la República tenía perdida la partida. Y probablemente así hubiese ocurrido si en octubre de 1936 no hubiera empezado a llegar abundante ayuda material y personal soviética. Los aviadores rusos aportaron, en particular, una contribución inestimable, porque la aviación republicana, puramente española, había dejado prácticamente de existir. El apoyo político, diplomático, personal y material de la URSS creó una nueva situación. La guéguerre de los primeros meses se convirtió en cruenta guerra civil.

Esto no es lo que tradicionalmente se ha dicho y repetido, sobre todo por quienes mantuvieron casi cuarenta años los archivos cerrados y una censura de guerra durante más de la mitad y acuñaron un canon lógico y cerrado en sí mismo, pero incontrastable.

Naturalmente puedo estar equivocado, pero esto es lo que he desprendido de una EPRE que no se basa en epifenómenos, en discursos políticos o en factores culturales. Todos ellos desempeñarían, ¡qué duda cabe!, un papel más o menos importante a lo largo de la contienda. No sirven para dilucidar del todo la cuestión de las responsabilidades por la mayor catástrofe acaecida en la historia contemporánea de España.

Por lo demás, y aun aceptando de nuevo a efectos dialécticos que la primavera de 1936 hubiese sido tan desastrosa como se ha descrito y se describe en la literatura pro o parafranquista, ¿justifica el comienzo de la conspiración en febrero/marzo de 1936 y la voluntad de ir a una guerra que, por pequeña que hubiese sido, habría producido más víctimas que varias primaveras de aquel presunto porte juntas? Por no hablar de las que efectivamente se produjeron. Un bache demográfico como no había ocurrido hasta entonces en España.

Esta es la cuestión que convenía, y conviene, oscurecer, porque arroja negros nubarrones sobre la ‹‹legitimidad›› de origen del orgulloso ‹‹régimen del 18 de julio››, que no dudó en presentar argumentos espurios para justificar la sublevación y que ignora todavía un amplio sector de la literatura. Quizá porque es algo que un sector de la derecha española es incapaz, todavía hoy, de aceptar.

http://www.temporamagazine.com/por-que-la-guerra-civil-quien-fue-responsable-en-defensa-de-la-investigacion-sobre-las-fuentes-primarias

¿Porqué el Estado de Israel asesina a niños palestinos?, por Rafael Narbona

¿POR QUÉ EL ESTADO DE ISRAEL ASESINA A NIÑOS PALESTINOS?

JULIO 20, 2014 RAFAEL NARBONA

El pueblo judío ha legado grandes pensadores a la humanidad. Solo en el siglo XX podemos citar a Emmanuel Lévinas, Martin Buber, Günther Anders, Hannah Arendt, Walter Benjamin, Adorno, Horkheimer, Husserl, Hans Jonas, Sigmund Freud o Erich Fromm. Es una pequeña muestra de una lista inacabable. Ninguno aprobaría los crímenes del Estado de Israel en la Franja de Gaza. Lévinas habla de “una responsabilidad absoluta hacia el Otro”. La perfección moral consiste en asumir el cuidado del débil, del enfermo, del paria: “El Otro es el pobre y el despojado y nada de lo que concierne a este Extranjero puede dejarnos indiferente”. En la Operación Margen Defensivo, el Otro es el palestino, que vive hacinado en una estrecha franja de tierra, soportando un bloqueo que le escatima alimentos, medicinas, combustible, material escolar y material de construcción. Los bombardeos han dejado sin luz al 90% de Gaza y la destrucción de instalaciones de agua amenaza con privar a la población civil de un recurso que ya era escaso antes de una ofensiva criminal y despiadada. Ya han muerto 370 personas. Al menos, 72 eran niños, algunas fuentes hablan de un centenar de menores aniquilados por el fuego israelí. El 85% de las víctimas eran civiles: mujeres, ancianos y varios bebés. Los hospitales se hallan desbordados y, en algunos casos, las operaciones a vida o muerte se han llevado a cabo con la tenue iluminación de los teléfonos móviles. Los enfermos crónicos podrían morir al cortarse el suministro de medicinas. Jaled Hamad, un fotógrafo palestino, ha muerto al mismo tiempo que un conductor de ambulancia, mientras realizaban su trabajo. Israel ha manifestado que no se responsabiliza de la muerte de los informadores extranjeros: “Gaza y las áreas cercanas son un campo de batalla. Cubrir las hostilidades pone a los periodistas en riesgo para sus vidas”. El Tazhal no quiere testigos de sus crímenes. Saben que las fotos de niños palestinos masacrados están desatando una oleada de rabia e indignación en la opinión pública internacional. Es imposible demostrarlo, pero algunos periodistas han denunciado que Israel está empleando fósforo blanco, un arma química que produce quemaduras tan profundas que afectan al hígado, el riñón y el corazón, causando la muerte en la mayoría de las ocasiones. No constituiría una novedad. En 2010, Israel admitió que había empleado fósforo blanco en el bombardeo de zonas pobladas de Gaza. No hubo sanciones internacionales, pese a que la ONU elaboró un informe señalando que el fósforo blanco había alcanzado a colegios y hospitales.

En su ya clásico ensayo El principio de responsabilidad (1985), el filósofo judío Hans Jonas escribe: “En cada niño que nace la humanidad da comienzo de nuevo frente a la muerte y, por tanto, entra en juego la responsabilidad por la continuidad del hombre”. Jonas nació en Alemania, se exilió cuando Hitler llegó al poder, combatió en las filas de la brigada judía del ejército británico, regresó a su tierra natal y, tras buscar a su madre, descubrió que había muerto en Auschwitz. Sionista convencido, se marchó entonces a Palestina y participó en la guerra árabe-israelí de 1948. Desencantado por el rumbo militarista del naciente Estado de Israel, rompió con el sionismo y pasó el resto de su vida en Nueva York, ejerciendo la docencia universitaria y publicando libros. Sus palabras nos sirven para comentar los crímenes del Tzahal en la Franja de Gaza. Matar a los niños palestinos no es un accidente ni un daño colateral, sino una forma de abortar la continuidad del pueblo palestino. La parlamentaria israelí Ayelet Shaked, diputada del partido Hogar Judío, una fuerza religiosa y agresivamente nacionalista, ha conseguido que las redes sociales le hayan asignado como apodo El Ángel de la Muerte, tras declarar que los terroristas palestinos “tienen que morir y sus casas deben ser demolidas. Son nuestros enemigos y nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre. Esto también se aplica a las madres de los terroristas. Detrás de cada terrorista hay decenas de hombres y mujeres sin los cuales no podrían realizar atentados. Ahora todos son combatientes enemigos y su sangre caerá sobre sus cabezas. Incluso las madres de los mártires, que los envían al infierno con flores y besos. Nada sería más justo que siguieran sus pasos. Deberían desaparecer junto a sus hogares, donde han criado a estas serpientes. De lo contrario, criarán más pequeñas serpientes”. Recep Tayyip Erdogan, Primer Ministro de Turquía, ha comentado estas declaraciones, con razonable enojo: “Una mujer israelí dijo que las madres palestinas también deberían ser asesinadas. Y ella es un miembro del parlamento israelí. ¿Cuál es la diferencia entre esta mentalidad y la de Hitler?” Las palabras de Ayelet Shaked no constituyen una anomalía, sino el reflejo de la mentalidad predominante en la sociedad israelí. De hecho, ha comenzado a circular entre los soldados del Tzahal una camiseta con el dibujo de una diana sobre una palestina embarazada: “1 shot, 2 kills”. Al parecer es una camiseta bastante popular, que ya utilizaban algunos jóvenes judíos.

Cuando se llega a estos extremos de odio, solo se puede hablar de una sociedad enferma que justifica y alienta un genocidio. Es la misma mentalidad de los alemanes que apoyaron a Hitler, celebrando el sufrimiento de los judíos europeos. Acusar de antisemitismo al que denuncia los crímenes de Israel siempre es el recurso más fácil y demagógico, ocultando que hay un deseo real de expulsar a los palestinos de sus hogares para consumar el sueño de un Estado exclusivamente judío, con una extensión que se corresponda en la medida de lo posible con las fronteras bíblicas. Según el Antiguo Testamento, Eretz Israel (Territorio de Israel) debería comprender la tierra existente entre el Nilo y el Éufrates: 46.000 millas cuadradas que abarcarían Siria, Líbano, la zona nororiental de Irak, la parte norte de Arabia Saudí, la franja costera del Mar Rojo y la Península del Sinaí. Es imposible realizar esta utopía veterotestamentaria, pero muchos líderes israelíes han considerado y consideran que la actual Cisjordania solo es en realidad Judea y Samaria, dos provincias de Eretz Israel. Los palestinos deberían abandonar esa tierra y diseminarse por Jordania o Siria. Dado que no es posible forzar una nueva Nakba (el desplazamiento forzoso de casi un millón de palestinos provocado por el recién nacido Israel en 1948), Netanyahu y los que le precedieron han preferido impulsar las colonias ilegales en Cisjordania, apropiándose del 80% de las capas freáticas del subsuelo. Sin el control de los recursos hídricos, la Autoridad Nacional Palestina no podría garantizar la subsistencia de la población, lo cual provocaría una emigración forzosa, una forma de limpieza étnica que no despierta tanto rechazo como las operaciones militares.

En cuanto a Gaza, a veces es inevitable pensar que podría aplicarse al gobierno israelí el mismo razonamiento utilizado por el prestigioso filósofo judío Erich Fromm para describir la psicología de Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda e Información del Tercer Reich: “Cuán débil y vacío se siente uno cuando no puede ejercer el poder sobre alguien y de qué modo ese poder le proporciona nuevas fuerzas”. Bombardear la Franja de Gaza cada cierto tiempo ayuda a recordar al mundo la potencia militar de Israel y proporciona a la sociedad israelí un tranquilizador sentimiento de fuerza y seguridad. Ni Estados Unidos ni la UE aplicarán sanciones, pues Israel es una pieza clave en el control de Oriente Medio. El resto del mundo puede protestar, pero sus quejas son irrelevantes y efímeras. Hay una razón más por la cual el Estado de Israel mata a los niños palestinos. Lo explica Manlio Dinucci en “Gaza: el gas en la mirilla” (Red Voltaire, 18-07-14): “Para encontrar una de las causas del ataque israelí contra Gaza hay que profundizar porque esa causa se halla exactamente a 600 metros por debajo del nivel del mar y a 30 kilómetros de la costa de la Franja de Gaza. Allí, en las aguas territoriales palestinas, se encuentra un importante yacimiento de gas natural, el llamado Gaza Marine, estimado en 30.000 millones de metros cúbicos y de un valor de varios miles de millones de dólares. Según un mapa elaborado por la agencia gubernamental U.S. Geological Survey también existen otros yacimientos de gas y de petróleo en tierra firme, en Gaza y en Cisjordania”. En 1999, Yasser Arafat llegó a un acuerdo con British Group y la compañía privada palestina Consolidated Contractors para explotar Gaza Marine. La titularidad de las acciones se repartiría del siguiente modo: un 60% para British Group, un 30% Consolidated Contractors y un 10% para el Fondo de Inversiones de la Autoridad Nacional Palestina. Se perforaron dos pozos, pero Israel los bloqueó, pues desea apoderarse de Gaza Marine. Tony Blair, representante del Cuarteto Diplomático para la Paz en Oriente Medio, gestionó un acuerdo que reservaba tres cuartas partes de los futuros ingresos del gas para Israel, excluyendo a los palestinos de cualquier derecho. El resto de los ingresos se depositaría en una cuenta internacional bajo control de Washington y Londres. Hamás ganó las elecciones en 2006 y afirmó que el acuerdo constituía un robo, asegurando que se opondría a él por todos los medios. Moshe Ya’alon, Ministro de Defensa israelí, respondió: “el gas no podrá extraerse sin una operación militar que ponga fin al control de Hamás en Gaza”. En 2008, la Operación Plomo Fundido convierte la amenaza en una mortífera incursión que provoca la muerte de 1.400 palestinos, la mitad civiles. En 2012, la Autoridad Nacional Palestina negocia con Israel la extracción y explotación del gas, con la oposición de Hamás. Ante su oposición, Mahmud Abbás busca un nuevo socio. Se reúne con Putin el 23 de enero de 2014 y se discute la posibilidad de que la poderosa compañía rusa Gazprom explote el yacimiento. Abbás anuncia un plan de cooperación bilateral con Rusia, que incluye la explotación de un yacimiento de petróleo situado cerca de Ramallah y la construcción de una central termoeléctrica. La reconciliación de Hamás y Al Fatah, escenificada con un apretón de manos entre Ismail Haniya y Mahmud Abbás, fortalece el proyecto de un acuerdo con Rusia en el sector energético. Diez días más tarde se produce el secuestro de tres adolescentes judíos, un acontecimiento pronosticado unas semanas antes por el jefe del Mossad, Tamir Pardo. El 30 de junio los jóvenes aparecen muertos. Circulan rumores sobre una Operación de Bandera Falsa, pero nadie les presta atención. “Ya hay una casus belli”, apunta Manlio Dinucci. La Operación Margen Protector no es un castigo a Hamás, sino parte de una estrategia de Tel Aviv para adueñarse de “las reservas energéticas de toda la cuenca del Levante, incluyendo las de Palestina, las del Líbano y las de Siria”. De paso, Israel y Washington dejan fuera de juego a Rusia, que no cesa de retroceder en la región, cada vez más hostigada en todos los frentes por Estados Unidos, principal artífice del conflicto ucraniano. ¿Ha instigado el Pentagono el derribo del Boeing 777 de Malaysia Airlines, donde han muerto 298 personas? Según la agencia de noticias rusa Interfax, los colores del Boeing se parecen mucho a los del avión presidencial, que en ese momento volaba hacia la cumbre del BRICS-Unasur en Brasil. Una fuente anónima de la Aviación de Rusia ha declarado: “Puedo decir que el avión presidencial y el Boeing de Malaysia Airlines se cruzaron en el mismo punto y en el mismo corredor. Esto sucedió cerca de Varsovia en el nivel de vuelo 330a a una altitud de 10.100 metros. El avión presidencial estaba allí a las 16.21 hora local (12.21 gmt) y el avión de Malaysia Airlines a las 15.44 (11.44 gmt). El contorno de ambas aeronaves se parece, las dimensiones lineales también son muy similares y en cuanto al color del avión, a una distancia lo suficientemente grande, también es casi idéntico”. Poco después otras fuentes atajaron la especulación, señalando: “Putin solo tiene un jet, Board One, no viaja en otros aviones. Ese avión siempre parte de Vnukovo 3, pero el avión presidencial no ha viajado sobre Ucrania desde hace tiempo”. La verdad tal vez no se conozca nunca, pero el conflicto de fondo entre la Federación Rusa y los Estados Unidos es incuestionable. Tanto la fallida Revolución Naranja ucraniana de 2004 como la Revolución Gris en curso responden al objetivo de boicotear las rutas comerciales del gas ruso como un primer paso hacia un ambicioso objetivo: desmantelar la Federación Rusa, repitiendo la jugada de Washington y Bonn –capital de la antigua RFA- en Yugoslavia. La Guerra Fría ha vuelto, pero sin su trasfondo ideológico.

Mientras tanto, siguen cayendo las bombas en Gaza. Solo en el barrio de Shejaiya, al este de la capital, han muerto 62 palestinos y 400 han resultado heridos. Putin no se equivoca al afirmar que “la política más dura y agresiva la practica Estados Unidos”, pues Israel es su estado 51 y no se atrevería a cometer matanzas de civiles palestinos sin su consentimiento. Los periodistas y los extranjeros están abandonando Gaza. El Tzahal no quiere más fotografías de niños carbonizados, mutilados y agujereados. Es muy fácil odiar al Estado de Israel en estos días, pero la prioridad no es odiar, sino comprender y solidarizarse con las víctimas. Judíos y palestinos podrían vivir en paz en un estado binacional, laico y democrático, pero la política exterior de Estados Unidos apunta en otra dirección. Yo no odio al pueblo judío, pero sí experimento un profundo desprecio hacia los asesinos, ocultos bajo la égida de políticos sin escrúpulos, como Obama o Netanyahu. Soy escéptico. No creo en Dios, pero pienso que debe existir un mañana para los inocentes inmolados por el poder político y financiero. Sin esa expectativa, la historia de la humanidad solo es un canto a la crueldad.


RAFAEL NARBONA

http://rafaelnarbona.es/?p=8588

La importancia de Izquierda Unida


Luis García Montero. En Público, 
17 julio de 2014. 


Quisiera recordar aquí la importancia de Izquierda Unida. Quisiera recordárselo sobre todo a los compañeros de Izquierda Unida y del Partido Comunista. Como llevo años defendiendo la necesidad de un Frente Amplio y la configuración de una nueva mayoría social con voluntad de intervención política, me parece conveniente ahora afirmar que Izquierda Unida no puede diluirse en este proceso. Debe jugar un papel importante en la elaboración de la convergencia.

Después del éxito de Podemos en las elecciones Europeas, se han producido reacciones de diverso carácter. Un sector amplio de la derecha quiere demonizar a su líder Pablo Iglesias con calumnias y acusaciones disparatadas. La derecha es consciente del favor mediático que le hace. Por otro lado, un sector significativo de la izquierda ha corrido a confundirse con Podemos. Confieso que yo no me identifico con ninguna de las dos necesidades. No desprecio a Podemos y le deseo la mejor suerte. Pero tampoco me siento uno de sus devotos. No podría aportar nada a su mundo, y se trata de aportar. Quizá sea cuestión de edad, pero opino que otras perspectivas necesitan también mantener su protagonismo en la construcción de la izquierda real española.

Desde las elecciones Europeas sólo ha cambiado un detalle significativo en mi forma de pensar. Antes estaba convencido de que la configuración de un Frente Amplio, la respuesta unitaria de la izquierda alternativa al bipartidismo, era imposible sin Izquierda Unida. El que no aceptase transformar sus prácticas y abrirse a la pluralidad me parecía un tapón insuperable en las ilusiones ciudadanas y en las estrategias políticas. Ahora, después del protagonismo de Podemos, está en duda que los controles internos del aparato de Izquierda Unida puedan taponar una alternativa.

¿Pero qué alternativa puede esperarse sin Izquierda Unida? Me lo pregunto a mí y se lo pregunto a los compañeros que hace unos meses cerraron filas con el aparato y ahora corren en desbandada para confundirse con Podemos. Los mismos jóvenes que votaron contra las primarias, los mismos que han cortado los debates de la pluralidad en las elecciones internas, los mismos que pactaron la candidatura de Willy Meyer al Parlamento Europeo, poco tiempo después se convierten en grupo de presión para que Willy Meyer dimita y para santificar las primarias.

Confieso que me gustan poco los debates de renovación centrados en la dinámica biológica de los jóvenes y los viejos. El joven Pedro Sánchez acaba de ganar unas elecciones primarias en el PSOE que representan un verdadero éxito para el aparato más tradicional de su partido. La dinámica simple de la juventud contra la vejez propicia una renovación interna de los aparatos, pero no un cambio de políticas y actitudes. Tan peligrosos son los viejos que quieren taponar la entrada de políticas jóvenes, como los jóvenes que quieren matar al padre para ocupar un cargo y perpetuar las actitudes de siempre. Confieso también que considero un peligro cualquier debate sobre métodos que sustituya la discusión profunda sobre los programas y los diagnósticos de la realidad. Los buenos métodos naufragan en manos del infantilismo político, igual que los buenos programas naufragan sin un espíritu de democracia participativa.

El PP, en nombre de las élites económicas, está liquidando de forma vertiginosa las conquistas cívicas y sociales de la democracia española. Entre mordazas, decretos, recortes y procesos de privatización, está dejando al Estado en el esqueleto mínimo que le hace falta para asegurar la prepotencia de los privilegiados. En este panorama, expulsar del Gobierno al Partido Popular es una prioridad. Es algo urgente. Izquierda Unida con su experiencia de Gobierno resulta hoy fundamental para que sea posible una alternativa, por ejemplo, en Valencia y Madrid o en cientos de municipios españoles. Y, desde luego, en el Gobierno de la nación.

Así que vayamos con prudencia. Considero una necesidad objetiva de la izquierda comprender que el aparato del PSOE, el anterior y el nuevo, pertenece a un sistema bipartidista plegado por rutina a los intereses de las élites económicas españolas y europeas. Considero, sin embargo, que es una actitud de infantilismo izquierdista afirmar que el PSOE y el PP son lo mismo y que no se pueden firmar pactos de gobierno con el PSOE. Así lo mantiene Izquierda Anticapitalista, una de las columnas vertebrales de Podemos. Es un matiz en el que nos jugamos el futuro de España en los próximos años. El PP es consciente de lo que hace cuando le da a Podemos protagonismo mediático con sus calumnias.

Izquierda Unida ha demostrado en Andalucía que se puede gobernar, parándole los pies al PP y sin venderse a las políticas neoliberales del aparato socialista. En la crisis desatada desde la Presidencia sobre la Consejería de Fomento y Vivienda, Izquierda Unida demostró que no hay por qué plegarse a las presiones de los bancos y que es posible mantener con firmeza una política de vocación social contra los desahucios.

Estamos en España, en Europa. En un panorama en el que la derecha quiere ofrecerle al PSOE una gran coalición y una reforma electoral para limitar la representatividad democrática en los ayuntamientos y las Comunidades Autónomas, resulta más importante que nunca configurar una izquierda no populista, capaz de movilizar a la clase media y a la clase obrera en defensa de la democracia social. La reconstrucción de la dignidad laboral es la tarea democrática prioritaria en un país que ha decretado la libertad de explotación. Izquierda Unida es imprescindible en esa tarea más allá del festival de estrategias que provoca la derecha para desviar la atención. La derecha quiere silenciar, dar por jubilada, a una izquierda con la madurez política suficiente y necesaria para desalojarla del Gobierno.

Izquierda Unida necesita recuperar su orgullo. Esto no significa, claro está, que deba renunciar a la voluntad de sumar y de abrirse a la configuración de un frente amplio. Significa que no debe perder la conciencia de su importancia. Lo dicho: ni cerrar filas, ni correr en desbandada. Cada cual en lo suyo para enriquecimiento de todos.

http://blogs.publico.es/luis-garcia-montero/1161/la-importancia-de-izquierda-unida/

lunes, 14 de julio de 2014

Viñeta de Vergara, en eldiario.es


DESMONTANDO A ARTURO PÉREZ-REVERTE: UN MACARRA EN LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS


JULIO 13, 2014 RAFAEL NARBONA

Arturo Pérez-Reverte es muy español. Bravucón, fullero, malhablado, presuntuoso, fulero, procaz. Hay miles de españoles así. Solo hace falta acercarse a la barra de un bar para encontrar a un individuo con esas características. Se les reconoce de inmediato por sus fanfarronadas. Con un palillo entre los dientes y escupiendo por un colmillo, presumen de haber encontrado la piedra filosofal. No entienden por qué el mundo no les hace caso, pues tienen soluciones para todo. Si les dejaran, arreglarían todos los problemas con dos patadas y unos cuantos mamporros. Sus baladronadas explotan como bombas fétidas, contaminando el aire que respiran. Su verborrea es irrefrenable, pues nace de una vanidad incombustible. Pérez-Reverte presume de sus ventas, pero eso no le convierte en un buen escritor. En nuestra historia reciente, los autores más vendidos se llaman José María Gironella, Fernando Vizcaíno Casas, Luis Romero, Boris Izaguirre, Lucía Etxebarria o Belén Esteban. Es indiscutible que el porvenir le reserva un lugar de honor en este parnaso, donde prospera el plagio, la prosa deleznable, el premio fraudulento y el tráfico de influencias. Roma no paga a traidores, pero el fondo de reptiles sigue fluyendo con el hedor inconfundible de una cloaca. Por desgracia, la política, la mafia y la literatura se confunden en la misma maleza de imposturas, infamias y mentiras.

PLAGIARIO

El plagio es un pecado capital en el arte y Arturo Pérez-Reverte, amante de los excesos, no podía pasar de largo esa tentación. La Audiencia Provincial de Madrid le condenó en 2010 por plagiar el guión de la película Gitano, imponiéndole una indemnización de 200.000 euros a favor de González-Vigil, director y guionista de la película. El agraviado manifestó que Pérez-Reverte debería perder su sillón de académico, si existiera un ápice de “decencia” en una institución que presume de fijar, limpiar y proporcionar esplendor a nuestro idioma. Por supuesto, Pérez-Reverte no movió su trasero y la RAE añadió un nuevo capítulo de miseria a su bochornosa historia. No es extraño que “académico” se haya convertido en sinónimo de mediocre, petulante y engreído. Pérez-Reverte insultó hasta el aburrimiento a González-Vigil, acusándole de obrar por envidia y afán de lucro. Está claro. Todos quieren ser Pérez-Reverte, español universal y genio de la talla de Cervantes y Quevedo. La SGAE y la prensa del régimen del 78 excusaron al plagiario y proclamaron que España era un país cainita, incapaz de soportar el éxito ajeno. Apenas mencionaron que la indemnización no cubría las costas y, por tanto, era insuficiente para compensar los gastos de González-Vigil en un proceso que había durado doce incomprensibles años. Pérez-Reverte no pidió perdón ni se avergonzó en ningún momento. ¿Por qué hacerlo? ¿Acaso Camilo José Cela no había plagiado y recurrido a negros para alimentar su carrera hacia el Nobel? En Desmontando a Cela, Tomás García Yebra demuestra con evidencias incontestables que Cela utilizó negros desde los años 50. Los más conocidos son Mariano Tudela y Marcial Suárez. Si el Nobel plagió y contrató a negros para escribir sus novelas, ¿por qué desviarse de una tradición muy española?

MACHISTA

Cuando Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Asuntos Exteriores, abandonó su cargo y no pudo contener sus lágrimas, Pérez-Reverte escribió en Twitter: “Ni para irse tuvo huevos”. Después añadió que era una “nenaza”. Algunos le acusaron de machismo, pero el plumífero se ofendió, pues ya había demostrado en su artículo “Mujeres como las de antes” (El Semanal, 27-07-07) su profundo respeto al género femenino: “Muchas veces he dicho que apenas quedan mujeres como las de antes. Ni en el cine, ni fuera de él. Y me refiero a mujeres de esas que pisaban fuerte y sentías temblar el suelo a su paso. Mujeres de bandera”. Después de estas palabras dignas de un falangista nostálgico, Pérez-Reverte evocaba su encuentro con “una torda espectacular” en el vestíbulo del Hotel Palace, mientras departía con Javier Marías, triste imitador de James Joyce y Laurence Sterne. Es evidente que Pérez-Reverte contempla a las mujeres con la perspectiva de un jinete, hambriento de una buena cabalgada. A fin de cuentas, “las mujeres de antes” sabían cuál era su papel: ocuparse de las labores domésticas y ser el descanso del guerrero. Pérez-Reverte reconoce que aulló con Javier Marías cuando surgió el nombre de Sophia Loren. Desgraciadamente, se dieron por aludidas “una focas desechos de tienta que pasaban junto a nosotros vestidas con pantalón pirata, lorzas al aire y camiseta sudada; creyendo, las infelices, que nuestro por allí resopla va por ellas”. Animados por la charla, Marías y Pérez-Reverte acabaron lamentando que las mujeres ya no se parecieran a sus “madres, tías, primas mayores, vecinas”. Escribe Pérez-Reverte: “Hasta las niñas, en el recreo, se recogían con una mano la falda del babi y procuraban caminar como las mujeres mayores, con suave contoneo condicionado por la sabia combinación de tacones, falda que obligaba a moverse de un modo determinado, caderas en las que nunca se ponía el sol y garbo propio de hembras de gloriosa casta. En aquel tiempo, las mujeres se movían como en el cine y como señoras porque iban al cine y porque, además, eran señoras”. Es evidente que las mujeres de hoy en día no son señoras. Javier Marías y Pérez-Reverte coinciden con José María Aznar, al que le gusta que “la mujer sea mujer, mujer”. Envalentonado, Pérez-Reverte sigue exponiendo su interpretación de lo femenino: “Se nos cruza una rubia de buena cara y mejor figura, vestida de negro y con zapatos de tacón, que camina arqueando las piernas, toc, toc, con tan poca gracia que es como para, piadosamente -¿acaso no se mata a los caballos?-, abatirla de un escopetazo. Nos paramos a mirarla mientras se aleja, moviendo desolados la cabeza. Quod erat demostrandum, le digo al de Redonda para probarle que yo también tengo mis clásicos. Mírala, chaval: belleza, cuerpo perfecto, pero cuando decide ponerse elegante parece una marmota dominguera”. Por último, Pérez-Reverte no desperdicia la ocasión de insultar a la jovencita de hoy en día, aficionada a “sentarse despatarrada, el tatuaje en la teta y el piercing en el ombligo”. Yo he sido profesor de enseñanza media durante quince años y he tenido a cientos de alumnas así. Ya no estamos en los años del franquismo –bueno, al menos en teoría- y me parece perfecto que se vistan cómo les dé la gana. Las reflexiones de Pérez-Reverte parecen inspiradas por José Antonio Primo de Rivera. Advierto en ambos personajes el mismo desprecio por los derechos de la mujer y el insoportable machismo del que sale a la calle buscando culos y tetas. Es difícil leer el artículo de Pérez-Reverte y no sentir pasmo e indignación. Indignación por su visión de la mujer y pasmo por su desvergüenza para exteriorizar sus prejuicios, empleando un estilo chabacano y  tabernario.

CLASISTA

Cuando hace unos años, Pérez-Reverte cruzó espadas con Francisco Umbral, otro putrefacto con eco mediático, finalizó su artículo con las amenazas de un macarra en toda la regla, acusando a su adversario de “una proverbial cobardía física, que siempre le impidió sostener con hechos lo que desliza desde el cobijo de la tecla. Pero al detalle iremos otro día. Cuando me responda, si tiene huevos”. Lo de los huevos es un reflejo automático en Pérez-Reverte, machista irredento y rufián de cuidado que arregla sus querellas con navajazos verbales. Por eso, cuando Rodríguez Zapatero dejó la Presidencia de Gobierno le espetó: “la mayoría de los españoles no somos tan gilipollas como usted” y le invitó a dar la cara: “…si tiene los santos huevos de entrar en un bar a tomar ese café que, estoy seguro, sigue sin tener ni puta idea de lo que vale”. Está claro que todo es una cuestión de huevos. Pérez-Reverte fue corresponsal de guerra y los tiene bien puestos, si bien las malas lenguas sostienen que pagaba a soldados y milicianos para que dispararan ráfagas cuando las cámaras empezaban a grabar, creando la impresión de que se hallaba en el centro de una peligrosa escaramuza. Solo es un rumor, pero otros que han batido el cobre de la guerra no desmienten esa poco épica versión de su trabajo.
A Pérez-Reverte no le gustan los pordioseros que afean el centro de Madrid y compadece a los policías municipales que se abstienen de intervenir por no correr el riesgo de ser llamados “esbirros fascistas”. En un artículo rebosante de esnobismo y odio de clase, Pérez-Reverte retrata con repulsivo desdén a un indigente que aparece en su camino: “Plaza del Callao, Madrid. Doce y media de la mañana. Tirado en el suelo sobre una manta y cartones, junto a un cochecito de niño cargado de paquetes y chismes, entorpeciendo el paso de la gente, un fulano barbudo, sucio, corpulento, está quitándose pelotillas de entre los dedos de los pies descalzos. La postura es de lo más relaxing cup de café con leche in Madrid, que diría la alcaldesa Ana Botella: tiene una pierna cruzada sobre otra -y quizá porque está tumbado al sol y hace calor- los pantalones bajados hasta las ingles, mostrando unas carnes mugrientas e hirsutas y unos calzoncillos de sospechosos tonos pardos. Al llegar a su altura, la peña se aparta con precaución, creándole en torno una pequeña tierra de nadie, un glacis en el que se ve un reguero de algo líquido que proviene del vivac callejero del fulano, ignoro si vino de un tetrabrik que figura entre sus posesiones o alguna clase de líquido de origen más personal y orgánico que, con tal de no levantarse, el individuo ha excretado directamente desde su cómodo apostadero” (“Relaxing cup in Madrid”, Semanal 21-10-13). Afortunadamente, la verdad es obstinada y surge por cualquier esquina. En el blog Photo-Thinking: Photo (no) News, el fotógrafo y periodista Czuko Williams pone las cosas en su sitio, desmontando el libelo de Pérez-Reverte:“Es una pena que el Sr. Reverte [...] no haya tenido las santas gónadas de bajar a la arena, rememorando sus años de callejeo junto a la Policía de Madrid y de tiroteos en el Territorio Comanche, para preguntarle un par de cosas a este mendigo que tiene un nombre. Se llama Juan,  Juan Mascuñano Torres. Un día tuvo un trabajo y hasta un coche que quedó abandonado, tras una crisis de pareja, en una calle de Pozuelo. Tuvo una vida que no estaba tan alejada de los dones de los que disfrutamos, con mayor o menor fortuna cada uno de nosotros; dones que por error, el Sr. Pérez Reverte considera que son eternos, que no terminan…obviando que un golpe del destino, un traspiés, una guerra o una simple enfermedad puede ponerle a él, como a mí, como a Juan o como a usted que lee estas líneas, en el mismo plácido colchón enlosado de la Calle Gran Vía. Porque Sr. Pérez Reverte, usted si no miente es que no se entera. Juan Mascuñano Torres habita desde hace años junto a Lourdes en la Calle Gran Vía, a las puertas de un cine –que no en la Plaza de Callao, como usted rubrica- Vive allí porque como él me ha dicho muchas veces, la vida en los albergues es una tortura. Está tumbado porque después de una paliza y la pérdida de un pulmón, no tiene movilidad en las piernas. Está en ese punto concreto porque es un lugar en el que existe una rejilla de ventilación que hace menos incómodas las noches al raso. Tiene una silla de ruedas –que no un cochecito de niño lleno de cachivaches- porque la necesita para moverse. Orina en una botella de plástico y jamás le ha visto nadie excretar en la calle, y menos usted, que no sabe, sin duda, de lo que está escribiendo si no es de oídas”.

TAURINO Y FASCISTA

Si has llegado hasta aquí, comprenderás que Pérez-Reverte no podía desperdiciar la ocasión de elogiar la lidia, el repugnante espectáculo que algunos identifican –quizás con razón- con la quintaesencia de lo español. Elegido para pronunciar el pregón de la Real Maestranza de Sevilla, afirmó que el toro “nace para pelear con la fuerza de su casta y su bravura, dando a todos, incluso a aquel que lo mata, una lección de vida y coraje. […] Me gustan los toros bravos hasta la muerte y los toreros tranquilos, lentos, callados y valientes que se les arriman”. Con esa sobredosis de testosterona, es imposible que Pérez-Reverte no despachara sus compatriotas con cajas destempladas: “El español es históricamente un hijo de puta. […] Aquí todos hemos sido igual de hijos de puta, TODOS”. Esa aparente equidad se desvanece cuando se plantea la necesidad de reparar el dolor de las víctimas del franquismo, exhumando los restos de las incontables fosas clandestinas: “El problema es que España es un país inculto, España es un país gozosamente inculto, es un país deliberadamente inculto, que disfruta siendo inculto, que hace ya mucho tiempo que alardea de ser inculto, y con gente así, esa Ley de Memoria Histórica es ponerle una pistola en la mano. No estamos preparados para leyes como ésas”. Iñaki Anasagasti –tan desatinado otras veces- no se equivocaba cuando escribió: “Se nota a la legua que eres un fascista y no te interesa la democracia”.

EL INSPECTOR JOSÉ MARÍA PÉREZ REVERTE

Sin pizca de rubor, Pérez-Reverte ha declarado: “Antes de tener éxito con mis libros, yo era igual de chulo”. Es curioso que en un país tan inculto se vendan tan bien sus novelas o… ¿tal vez esa es la causa de su éxito? Por último, una cuestión personal. Hace unas semanas, escribí un artículo titulado: “Me cago en Pérez-Reverte: ¡Vivan las Brigadas Internacionales!”. Mi texto defendía a los voluntarios difamados por el escritor con su habitual despliegue de mala baba, que acababa su artículo con un rotundo: “Me cago en Hemingway”. No sé si él o los que administran su cuenta en Twitter, bucearon en mi blog y encontraron varios textos humorísticos donde aparezco con una pistola de plástico, fingiendo cara de malo. Pérez-Reverte -o su lacayo- escribió: “¿Ese es el tal Narbona? No querrá que lo tome en serio”. Días más tarde, rescató otra foto donde aparezco con una carabina de perdigones, pregonando que era la prueba inequívoca de mi mediocridad como ser humano y escritor. Solo quiero aclararle que nunca he ocultado mi verdadera identidad: soy un profesor de filosofía jubilado anticipadamente por enfermedad. Escribo crítica literaria en El Cultural desde 2000. Soy bipolar y me han reconocido una discapacidad superior al 65%. No quiero dejar pasar esto por alto, pues quiero brindarle la oportunidad de insultarme por mis problemas de salud. Muy pocos se resisten a esa tentación. Le recuerdo, eso sí, que la sabiduría popular atribuye a los locos el don de decir la verdad. Dado que Pérez-Reverte juega sucio, me permito imitarlo. Esas fotos son pura coña y no demuestran nada. Los verdaderos criminales se ocultan porque matan de verdad. Algo de eso tiene que saber el escritor, pues su hermano era el ex inspector de la Brigada Regional de Policía Judicial de Madrid José María Pérez-Reverte, apodado “Cartago”, jefe de “la mafia policial de los joyeros” que hizo desaparecer a Santiago Corella, el Nani, el primer –pero no único- desaparecido de la democracia. Invito a cualquiera a rastrear la red y hallar una foto del antiguo inspector, con un historial criminal sobrecogedor. El 6 de octubre de 1983 Antonio Vilariño, delincuente habitual, viajaba en un taxi por el Paseo del Prado. Un vehículo le cortó el paso y el inspector Pérez-Reverte abrió la puerta del taxi, disparando a Vilariño tres tiros a bocajarro. Según el informe de los forenses, “el primero a una distancia entre 50 y 100 centímetros; otro, entre 25 y 50 centímetros, y el tercero, que afectó al hígado y el pulmón, fue realizado a una distancia entre 3 y 10 centímetros, lo que supone que se efectuó a cañón tocante, apoyando la pistola sobre la víctima”. El 18 de junio de 1984 Feliciano Martín de Paredes, Pablo Pardo Ruiz y José Luis Fernández salían del taller de joyería situado en la calle Atocha nº 16, 4º piso. Los dos primeros fueron asesinados por el inspector Pérez-Reverte y otros tres policías. El 30 de junio José Luis Fernández, de solo 18 años, fue asesinado por la espalda por la espalda en un polígono de Móstoles. Durante el juicio contra los policías, el fiscal y las acusaciones particulares sostuvieron que “los agentes juzgados se pusieron de acuerdo para apoderarse de las joyas que iban a robar tres atracadores en el taller de joyería Viuda de Tornero, en la calle Atocha de Madrid. También acordaron disparar a quemarropa contra los atracadores y dejar escapar a Corroto para justificar la desaparición del botín”. El inspector Pérez-Reverte afirmó durante el juicio ante la Audiencia Provincial de Madrid que él nunca había disparado a quemarropa –pese a lo que señalaba la autopsia de los forenses-, pues había ganado varias competiciones de tiro y no necesitaba aproximarse tanto: “Si le hubiera puesto la pistola en la cabeza [a Martín de Paredes] lo reviento como a un melón”. El letrado Jaime Sanz de Bremond apuntó que el inspector pretendía “enmascarar su verdadera identidad, ya que su nombre completo es José María Pérez-Reverte Gutiérrez”. Absuelto en el caso del Nani, el inspector Pérez-Reverte fue condenado en diciembre de 1991 a 100 años de prisión por la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid, que consideró probada su responsabilidad en los delitos de robo con muerte dolosa, asesinato múltiple con los agravantes de premeditación y prevalimiento, y delito continuado de falsedad en documento público. Han transcurrido 23 años y las joyas nunca fueron recuperadas. ¿Dónde está José María Pérez, que ya no es inspector y que se ha desprendido del incómodo Reverte? ¿Cuántos años pasó realmente entre rejas? ¿Se le aplicó el mismo rigor que a otros condenados? ¿Pasó por el régimen FIES? Es suficiente escribir mi nombre en Google y aparecen mis fotos con las pistolas. Yo no me escondo, pues es puro teatro. Los asesinos, en cambio, son meticulosos y viven en la sombra.

LA SOMBRA DEL ASESINO

Sé que Arturo no es responsable de los crímenes de su hermano José María, pero es curioso que presuma de chulo y rete a sus adversarios –un Umbral ya viejo y enfermo- a resolver sus diferencias a puñetazos. ¿Es la violencia un sello de familia? ¿Por qué el intrépido Arturo no utiliza su pluma para aliviar y reparar el dolor de las víctimas de su hermano? Algunos hijos y nietos de destacados nazis han repudiado a sus padres y abuelos. Martin Bormman Jr., ahijado de Hitler e hijo de Martin Bormman, el hombre de confianza del Führer, viajó a Israel para conocer a los supervivientes de la Shoah y pedir perdón por los crímenes de su padre. Imagino que para hacer eso hay que tener huevos. ¿Los tiene Arturo Pérez-Reverte, salvo para amenazar a escritores decrépitos, burlarse de las mujeres, elogiar los toros o echar pestes de los indigentes? No sé si me contestará esta vez, pero no menosprecio su capacidad de hacer daño. Consiguió que El País despidiera al renombrado crítico y profesor de literatura Miguel García-Posada cuando escribió una reseña poco favorable sobre una de sus novelas. Puede que todo lo que yo he escrito –poco- sea una porquería condenada a desparecer por un desagüe, pero no me cabe duda alguna de que Arturo Pérez-Reverte ya se ha ganado un lugar de honor entre el nutrido panteón de impostores y energúmenos de la literatura española contemporánea. Se le recordará por su malicia y sus rebuznos, no por su talento. Y –claro está- por sus santos huevos.

RAFAEL NARBONA

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