martes, 22 de marzo de 2011

"La muerte para quien la trabaja", Manuel Vázquez Montalbán en El País, 26/02/1991

La muerte para quien la trabaja

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN

EL PAÍS, 26 / 2 / 1991

Coincidiendo con el anuncio de que el Gobierno pasaba a la ofensiva informativa para explicar su posición en el conflicto del golfo Pérsico han comenzado a salir de su cáscara algunos intelectuales orgánicos del poder, provenientes algunos de ellos de la izquierda en el pasado más implacable y dotados de un excelente bagaje cultural y analítico. El intelectual orgánico ¿nace o se hace? Creo que se hace, y se puede comprobar siguiendo la trayectoria de algunos apologetas del Gobierno que tan orgánicos fueron en el pasado defendiendo posiciones jruchovianas en los cincuenta, criptoguevaristas en los sesenta, eurocomunistas en los setenta, como social-solchaguistas en los ochenta. No obstante, sorprende la transustanciación del bloque histórico gramsciano en el bloque histórico onusiano a la sombra de la force de frappe del capitalismo internacional. Porque hasta hace muy poco, incluso hasta después del referéndum de la OTAN, algunos de estos intelectuales orgánicos se mantuvieron fieles a un sustrato común de la izquierda, capaz de aprehender que hay una dialéctica entre dos sentidos convencionales de la historia.

Los sentidos de la historia siempre son convencionales, nunca providenciales, y por eso hay que reconsiderarlos y reconstruirlos continuamente, desde un compromiso inevitable: o se apuesta por el orden establecido por el bloque histórico largamente dominante, o se apuesta por transformarlo. Los que se decidieron por transformarlo han aprendido una dura lección histórica que se resume en un principio que yo considero tan científico como ético: no se puede generar un sufrimiento mayor con el pretexto de eliminar un sufrimiento realmente existente. No se puede añadir desorden e injusticia al desorden y la injusticia realmente existentes.

Pero esta conclusión no evita la evidencia de que el orden establecido debe cambiarse, como generador que es de injusticias locales y planetarias. Los intelectuales orgánicos del poder retoman en sus artículos todos los argumentos oficiales sobre la legitimidad de la guerra del Golfo y la participación española deshistorificando la aprehensión del asunto. La provocación de Sadam Husein está ahí, la resolución de las Naciones Unidas también, y por tanto hay que ser consecuente con esta lógica: Estados Unidos es el brazo armado de la legitimidad. He aquí una apropiación estructuralista de la cuestión, que prescinde de los orígenes radicales del conflicto y del sentido histórico real que tiene la intervención aliada. Los desequilibrios en Oriente Próximo parten de una redivisión imperialista iniciada tras la Primera Guerra Mundial y ratificada tras la Segunda. Sadam Husein es un jefe de zona de la mafia americana y europea, agrandado para taponar el avance shií y lo que tenía de impugnación de un orden internacional injusto. Las Naciones Unidas han actuado, por pasiva, como cómplices de todas las injusticias cometidas en esa región, y curiosamente llevan el derecho internacional hasta el abismo de la guerra cuando peligran los intereses del Norte frente a la parte más crítica del Sur. Estados Unidos marcó desde el comienzo un ritmo intervencionista que puso a remolque a sus aliados, dejando a las Naciones Unidas el único papel de poner bajo palio un ejército que desde el comienzo se planteó más como un instrumento de intervención que de disuasión.

Frente a una lógica de la guerra, nació inmediatamente la lógica de una paz disuasoria que tiene entre sus militantes a correligionarios de los intelectuales orgánicos aludidos (nada menos que un ministro de Defensa socialista y francés por más señas), al Papa de Roma y a un personaje tan poco sospechoso de maximalismo antiimperialsta como el doctor Jiménez de Parga, y lo cito como ejemplo de la sensatez ética frente a la insensatez pragmática.

Una apropiación estructuralista del conflicto, como un expediente determinado y determinante por sí mismo, nos deja a oscuras sobre su sentido. Analizando uno por uno y en su interrelación los elementos que en él intervienen (Sadam Husein, Israel, Estados Unidos, el Consejo de Seguridad, la URSS en bancarrota) se llega a la conclusión de que no asistimos a una primera acción de un nuevo orden internacional sino a una penúltima acción del viejo orden internacional, descargada además de la tensión del papel estratégico disuasorio que hubiera cumplido la URSS hace apenas cinco años. Es una guerra de ratificación de una redivisión imperialista, y para entenderlo así no hace falta que se recurra al análisis del imperialismo de Lenin, sino que basta con los clásicos de la socialdemocracia pre y posleninista, incluidos algunos de los analistas de la SPD en estos momentos. Hubiera sido más interesante que los intelectuales del poder hubieran viajado por esos territorios teóricos, que conocen bien, en lugar de dedicar una parte excesiva a criticar las posiciones de Izquierda Unida, sobrestimado el papel que esta formación política cumple en el adoctrinamiento de una conciencia social española asqueada ante la suciedad de esta guerra.

Convertir a Izquierda Unida en el demonio instigador de un pacifismo suicida sólo se entiende por el temor de que Izquierda Unida pueda rentabilizar en votos su posición pacifista y por el vicio de reducir el alcance del análisis a las necesidades orgánicas del análisis. El discurso se vuelve entonces más contraelectoral que clarificador. Y además los árboles de Izquierda Unida no dejan ver el bosque de una conciencia social antibelicista, incapaz de digerir las no verdades, peores que las mentiras, de un Gobierno que colabora en el linchamiento de Irak desde un ejercicio de cinismo histórico sin precedentes. Ya sé que nos prometen una paz dorada en la que la beneficiencia internacional paliará los desastres de la guerra, e incluso se atreven a pronosticar un nuevo orden internacional al que se prestarán Israel y Estados Unidos como en los finales felices de los manuales de historia anteriores al descubrimiento del carbono 14. Pero ahí queda el compromiso concreto con una no verdad concreta que está causando muerte. Que Sadam Husein no tenga escrúpulos a la hora de ofrecer a sus súbditos como carnaza no exime la responsabilidad de los que matan salvajemente respaldados por una tecnología aplastante, y menos aún la de los que armados con instrumentos de análisis crítico los sustituyen por la razón pragmática de avalar una política de Estado y de bloque que apuesta por la carnicería, el exterminio: la muerte.

Desde el comienzo, el Norte preparó el exterminio del aliado infiel y la advertencia al Sur más insumiso. Y en esa lógica no quieren meterse no ya los pacifistas, sino los simplemente sensibles a las desmesuras ilógicas. Si se es un belicista, hay que asumirlo con todas sus consecuencias y sin tratar de negar la legitimidad de los que no lo son y de convocarles para la complicidad en la matanza. La muerte para quien la trabaja, señores míos. Allá ustedes si se sienten representados por esos súperbombarderos que salen de las bases españolas. Para mí representan todo lo que hemos combatido, ustedes y yo, durante casi toda nuestra vida adulta. Por cierto. Cuando ustedes hacían aquellos análisis tan lúcidos sobre el imperialismo ya no eran adolescentes sensibles, sino unos sabios hechos y derechos. La muerte forma parte de su compromiso actual.

A lo hecho, pecho.

domingo, 20 de marzo de 2011

Preguntas con respuesta

¿Alguien con dos dedos de frente piensa que las llamadas democracias occidentales han organizado todo este despliegue militar para defender a la población civil libia?

Si se supone que este ataque se hace en defensa de los derechos humanos, ¿los manifestantes de Yemen o Bahrein aplastados por nuestros aliados saudíes son extraterrestres?

Si en Libia no hubiera gas y petróleo , ¿occidente estaría interviniendo o miraría para otro lado, como ante los millones de muertos del genocidio ruandés?

Nos dicen que se va a atacar un país por cometer crímenes contra la población civil y no respetar el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas. Entonces, ¿se va a atacar también a Marruecos o a Israel?

¿La participación de Marruecos y Jordania en la reunión de París era para darle al pueblo libio un ejemplo de la democracia que les espera?

¿Porqué a los mercenarios se les llama mercenarios solamente si son negros y trabajan para el enemigo, y, por ejemplo, los miles de paramilitares de agencias privadas como Blackwater y otras que actuaron en Irak, eran agentes de seguridad?

¿Qué cara tienen que tener ahora los que eligieron a Obama como Nobel de la Paz?

Zp accedió al Gobierno a partir de las movilizaciones contra la guerra de Irak, y posteriormente por el atentado del 11-M, del que fuimos víctimas porque los criminales de guerra de las Azores nos pusieron a todos en el punto de mira del terrorismo islámico internacional. ¿Le queda a ZP algún asunto en el cual cagarla, algún resto de prestigio o crédito que arrastar y dilapidar, tras su rendición a las multinacionales y a los especuladores del capitalismo internacional?

"Libia: el penúltimo argumento de la hipocresía occidental", por Juan Carlos Monedero

Publicado el 20 marzo, 2011 por Juan Carlos Monedero

No sabemos si los levantamientos iniciales en Libia eran espontáneos o inducidos. Lo que estaba ocurriendo en el mundo árabe invitaba a pensar en lo primero. La gente que conoce el país -y no nos ha engañado en otras ocasiones-, apostó por esta interpretación, al tiempo que nos recordó que Gadafi hacía mucho tiempo que había dejado de ser un lider popular. De manera que parecía real que, por contagio con lo que estaba ocurriendo en el norte de África, los libios iban también a seguir la senda revolucionaria de Túnez o Egipto. La dictadura familiar de los Gadafi, cada vez más vulgar, arbitraria, violenta e histriónica, invitaban – e invitan- a desear que los días políticos de estos asesinos durasen lo menos posible.

Pronto empezaron las mentiras por parte de los medios occidentales. Mentiras que recordaban en exceso a la criminalización de Sadam Hussein o de Milosevic previas a la intervención militar de la OTAN/ONU. Gadafi, de la noche a la mañana, dejaba de ser uno de los principales aliados de la “satrapía democrática occidental”, para pasar a ser el nuevo malvado. Cuando las principales agencias del norte empezaron su estrategia de desinformación, parecía claro que el objetivo principal del “caso libio” iba a ser una intervención militar con contenido meramente económico. Demasiado parecido a Irak, diga lo que diga el Presidente Zapatero. La pelea ya no era entre el pueblo y Gadafi, sino entre Gadafi y una “coalición internacional” (los mismos de la OTAN) que, decía, iba a apoyar al pueblo. Como en Afganistán…

La izquierda, incapaz de lograr cualquier influencia, apenas ha podido movilizar un discurso que planteaba distancias de las alternativas propuestas: ni Gadafi ni intervención de la OTAN/ONU. Posición complicada. Gadafi aprovechaba su superioridad militar para arrasar con los opositores. Estados Unidos y Francia, principales sostenes del sátrapa libio, iban a encontrar hipócritas el argumento perfecto para cometer su último acto de fuerza. ¿No era posible salirse de esa trampa? Parece ser que no.

El peor escenario ha aparecido: bombardeos de la coalición (que golpean siempre a los desgraciados); endurecimiento de los ataques de Gadafi a los rebeldes; cierre de la información; conversión de la zona en una nueva arena de conflicto; empeoramiento de la seguridad en el Mediterráneo; justificación hipócrita en otros países para acallar a los opositores.

La izquierda mundial, una vez más, ha sido incapaz de articular algún tipo de presión que hubiera frenado la masacre de Gadafi y hecho imposible la intervención de las potencias del Norte. Las discusiones iniciales fueron absurdas: férreos defensores, pese a todas las evidencias en contrario, de la bondad de Gadafi; defensores de la intervención occidental para acabar con el líder libio (pese a toda la evidencia de que esas intervenciones se convierten en todo lo contrario); un profundo silencio confundido del grueso de la ciudadanía. Y ni una sola propuesta que pudiera presionar a los gobiernos occidentales en una dirección buena para el pueblo libio.

La OTAN tiene su protocolo claro. La izquierda, obviamente, no. Es sensible a los argumentos humanitarios -incluso cuando son mentira- o se cierra en banda, endureciéndose a niveles incompatibles con el humanismo que le corresponde a la izquierda.

Cientos de muertos en Bahreim. ¿Alguien se imagina una intervención de una coalición internacional? ¿Y en Arabia Saudí? ¿Y en Marruecos?
Debiéramos saber que los enemigos de nuestros enemigos no son nuestros amigos. Los gobiernos del nobel de la paz Obama, del Sarkozy financiado por Gadafi, de la Alemania reunificada o del impulsor de la Alianza de las civilizaciones Rodríguez Zapatero, oponiéndose a Gadafi no se convierten en defensores de la democracia. Todo lo contrario. Y lo mismo es válido en dirección contraria: no todo lo que ataca la “coalición internacional” se convierte en defendible sin más. Claro que es más garantista una intervención aprobada en la ONU que otra aprobada en las Azores. Pero no basta. La doble vara de medir vuelve a hacer presencia.

La izquierda ciudadana no tiene soluciones alternativas. Solamente sigue cansándose y cansándose. Mientras se le ocurre algo. Cada vez se parece más a la iglesia.

"No paremos la matanza con una matanza mayor", Isaac Rosa. 19 marzo 2011

“España, como miembro de la comunidad internacional, va a estar en disposición de tener una contribución importante.” -José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno-


Si cuando lean esta columna no han empezado aún los ataques sobre Libia, tengan por seguro que no tardarán. Si hace una semana advertíamos de lo difícil que es devolver a sus bases barcos, aviones y soldados cuando ya se han puesto en camino, ahora con la resolución del Consejo de Seguridad hay motivo añadido para no volver atrás: no todos los días se encuentra uno con una autorización de la ONU, no la vamos a desperdiciar.

Por si teníamos poco con la amenaza nuclear en Japón, la crisis económica, una guerra abierta en Afganistán y otra mal cerrada en Irak, abrimos otro frente, y en nuestro charco trasero, el Mediterráneo, justo cuando toda la región anda más revuelta.

Gadafi no merece ninguna defensa. Sus últimos desvaríos comparándose con Franco no nos lo hacen precisamente simpático, pero estamos en lo de siempre: nuestras bombas no le van a despeinar, y serán otros los que reciban el castigo. Los soldados y mercenarios en primer lugar, que pasan a la categoría de aniquilables; pero también la población civil libia, y probablemente los propios rebeldes que hoy piden bombardeos, y que algún día se arrepentirán de haber pedido ayuda.

Tenemos ya experiencia sobrada en guerras ‘humanitarias’ como para prever lo que pasará: un arranque peliculero, con imágenes de videojuego y discurso triunfal, y luego empezará el goteo de “daños colaterales” con muertos y mutilados, pero también daños no tan colaterales en infraestructuras civiles, viviendas y todo lo que se ponga a tiro.

Kosovo, Irak, Afganistán. Algo podrían contarnos los habitantes de los tres países sobre intervenciones militares que, además de no conseguir los objetivos iniciales (frenar las matanzas, encontrar las armas de destrucción masiva, atrapar a Bin Laden), multiplican el sufrimiento de la población, condenada a un largo período de violencia, pobreza e inestabilidad.

Parece que de una vez para otra se nos olvida: una matanza no se para con una matanza mayor, los pueblos no se liberan a bombazos ni la democracia se impone con las armas. No a la guerra. A ésta tampoco.

lunes, 14 de marzo de 2011

"Complot contra Libia", por Nazanín Amirian, en Público, 13 de marzo de 2011

En este país africano no hay hambruna, el 80 por ciento de la población está alfabetizado y tiene acceso al agua potable y la sanidad. La esperanza de vida es de 79 años y la tasa global de fecundidad es del 2.7, un signo claro del avance de la mujer.

Lo inverosimil de la crisis de Libia, en la actual coyuntura de la región, es que los sublevados no son los ciudadanos, hartos de la dictadura férrea de Gadafi, sino jefes tribales –pseudo caudillos-, que respaldados por los comandos de la OTAN (cuya sensibilidad “humanitaria” se desactiva cuando Israel bombardea a los palestinos o Turquía a los kurdos) están empujando al país hacia una guerra civil.

Declararlo como «estado paria» y convertirlo en un protectorado, encajaría a la perfección en la nueva estrategia de la OTAN, marcada por la lucha de las potencias para hacerse con el control de los escasos recursos energéticos que quedan.

Libia es la principal reserva de petroleo de África, cuyo coste de producción del crudo, de gran calidad, no llega al dólar por barril, comparándo con el de Canadá, por ejemplo, que alcanza los 50 dólares. Toda una tentación para las petroleras estadounidenses, marginadas en el mercado libio que está dominado por Europa, China y Rusia.

El plan contra este país es sospechosamente parecido al de Irak, otro Estado árabe desarrollado, al que destruyeron para apoderarse de su Oro Negro.

El cenit petrolero acelera los acontecimientos. EEUU, ante la inestabilidad de Oriente Medio –principal caudal del crudo del mundo-, y la imposibilidad de adueñarse del hidrocarburo de Asia Central (zona de influencia de China y Rusia), pone su mirada en África. Allí, los chinos, adelantándose, ya cuentan con varios millones de efectivos que no sólo intentan controlar sus recursos energéticos, sino también sus mercados.

Mientras la posición geoenergética de Libia seduce a Washington, Pekín abandona su política “no militarista” y anuncia su rearme, enseñando los dientes.

Estamos ante una nueva recomposición de las zonas de influencia, en la que Gadafi no es más que una miserable pieza de una pérfida maniobra de EEUU.

domingo, 6 de marzo de 2011

sábado, 5 de marzo de 2011

“Vida y muerte de tres guerrilleros antifranquistas en los Montes de Toledo”


Estudio de Benito Díaz y Juan Pedro Esteban sobre la vida y la muerte de el "Comandante," el "Manco de Agudo" y "Parrala" (1939-1949)

VIDA Y MUERTE DE TRES GUERRILLEROS ANTIFRANQUISTAS EN LOS MONTES DE TOLEDO: el "Comandante," el "Manco de Agudo" y "Parrala" (1939-1949)

AUTORES: Benito Díaz Díaz y Juan Pedro Esteban Palmero

PRÓLOGO: Arturo Peinado Cano, de la Federación Estatal de Foros por la Memoria

FORO EDICIONES

ISBN: 978-84-614-5159-3

Madrid, 2011

Foto a color de la cubierta: Xulio García Bilbao

El 8 de marzo de 2010 fueron exhumados en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) los restos de los guerrilleros antifranquistas José Méndez Jaramago, el "Manco de Agudo"; Honorio Molina Merino, el "Comandante" y Reyes Saucedo Cuadrado, "Parrala".

Juan Pedro Esteban Palmero, investigador y colaborador en dicha exhumación, y Benito Díaz Díaz, profesor de la Universidad de Castilla la Mancha y uno de los máximos especialistas en la guerrilla antifranquista del centro de la península, reconstruyen en este trabajo la historia, la vida y las circunstancias de la muerte de los tres maquis, que se produjo en un choque con la Guardia Civil el 12 de marzo de 1949.

Más información:

http://www.crdiario.com/noticia.php/9191

http://www.dclm.es/news/124/ARTICLE/59137/2010-03-20.html

http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/nuestra-memoria/las-fosas-del-franquismo/998-el-regreso-de-los-tres-de-la-sierra-

http://www.lanzadigital.com/actualidad/identificados_los_tres_maquis_asesinados_en_los_montes_de_toledo-18261.html

http://www.publico.es/especiales/memoriapublica/353978/identificados-tres-maquis-de-leyenda


http://www.foroporlamemoria.info/2011/02/foro-ediciones-publica-%E2%80%9Cvida-y-muerte-de-tres-guerrilleros-antifranquistas-en-los-montes-de-toledo%E2%80%9D/

Sobre la denegación del nombramiento de doctores honoris causa de la UAB de Josep Fontana y Jordi Nadal

Pedro López López y Salvador López Arnal. Rebelión, 25-02-201












Hace escasas semanas supimos (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=121835) que recientemente la Universidad Autònoma de Barcelona había rechazado el nombramiento de doctores “honoris causa” a los prestigiosos profesores Josep Fontana y Jordi Nadal. Algunos (¿muchos, cientos, miles…?) pensamos que el pensamiento dominante (“¿único?”) ya tiene bastante con contar con el eco que le proporcionan instituciones y medios de comunicación a su servicio, recursos de los que no disponen, ni de lejos, aquellos que defienden en ciencias sociales un pensamiento crítico. Por ello, nos parece que negarse a reconocer la trayectoria y los méritos de los profesores Fontana y Nadal es un acto de miseria moral del que no podemos hacernos cómplices con nuestro silencio.

Esto nos ha llevado a tomar la iniciativa de redactar un breve escrito dirigido a la rectora de la Universitat Autònoma de Barcelona expresando nuestra indignación por esta negativa al reconocimiento académico que merecen Josep Fontana y Jordi Nadal. El escrito que se ha enviado ha sido apoyado por más de ochenta profesores universitarios, y su texto es el siguiente:


Dª Ana Ripolli Aracil
Rectora de la Universitat Autónoma de Barcelona:

Señora. Rectora:

Enterado del reciente rechazo a la concesión del título de “Doctor Honoris Causa” a los catedráticos Jordi Nadal y Josep Fontana, deseo hacerle llegar mi sorpresa e indignación ante este desatino. Glosar los méritos de ambas figuras desborda un breve escrito como éste, que sólo quiere dejar patente que este rechazo sólo desprestigia a la Universitat Autónoma de Barcelona, que corre el riesgo de aparecer como sectaria e incluso proclive a un cierto macarthismo académico condenable sin ningún paliativo.

Con la esperanza de que este enorme error sea corregido, le saludo atentamente


A partir de ahora, quien quiera apoyar esta protesta puede dirigirse, copiando este texto o redactando uno a propósito a la dirección de correo del rectorado de la UAB, rectora@uab.cat o gabinet.rectorat@uab.cat

Por favor, poner copia de estos mensajes a plopezgt@gmail o salarnal@gmail.com para saber qué respuesta ha tenido esta acción.


Firmantes (23 de febrero de 2011):

1. Pedro López López. Prof. Titular. Univ. Complutense, Fac. CC. Documentación.
2. Salvador López Arnal. Prof. Tutor Matemáticas UNED.
3. Francisco Sierra Caballero. Prof. Titular.Univ. Sevilla, Fac. de Comunicación.
4. Agustín Velloso Santisteban. Prof. Titular UNED, Fac. Educación
5. Armando Fernándes Steinko. Prof. Titular. Univ. Complutense. Fac. CCPP y Sociología
6. Francisco Javier Sánchez Herrera. Univ. La Laguna
7. Mirta Núñez Díaz-Balart. Univ. Complutense. Fac. CC. Información
8. Víctor Sanpedro Blanco. Catedrático Univ. Rey Juan Carlos, Fac. CC. Jurídicas y Sociales.
9. Juan Torres López. Prof. Titular U. Sevilla, Fac. CC. Económicas y Empresariales
10. Ana Jorge Alonso. Univ. Málaga, Fac. CC. Comunicación.
11. Miguel Vázquez Liñán. Prof. Contratado Doctor Univ. Sevilla, Fac. Comunicación.
12. Modesto Luceño Garcés. Univ. Pablo Olavide, Dpto. Biología Molecular e Ing. Bioquímica
13. Rosa Cid. Univ. Oviedo, Dpto. Historia.
14. Ana Raventós Barangé. Univ. Sevilla, Dpto. Filología Francesa
15. Alicia Durán. Profesora Investigación CSIC.
16. Gema González Ferrera. Catedrática E.U. Univ. Cádiz, Fac. CC. Económicas y Empres.
17. Mª Carmen Lemos Fernández. Prof. Titular Univ. Sevilla, Dpto. Física Materia Condensada
18. Xulio Ferreiro Baamonde. Prof. Contr. Doctor Univ. Coruña, Fac. Derecho
19. Daniel Gil Pérez. Catedrático Didáctica CC. Experim. Univ. Valencia (jubilado)
20. Alberto Matarán Ruiz. Prof. Titular Univ. Granada, Dir. Cátedra José Saramago
21. Aurora Lábio Bernal. Prof. Titular Univ. Sevilla, Fac. Comunicación
22. Inmaculada Postigo Gómez. Univ. Málaga, Fac. CC. Comunicación
23. Emilia Sánchez de la Blanca. Prof. Titular Univ. Complutense, Fac. CC. Químicas
24. Ricardo González Villaescusa. Catedrático Arqueología Univ. Reims-Champagne Ardenne (Francia)
25. Inmaculada Vellosillo González. Prof. Titular E.U. Univ. Complutense, Fac. CC. Documentación.
26. Francisco Garrido Peña. Prof. Titular Univ. Jaén, Fac. CC. Sociales y Jurídicas
27. Consol Aguilar Ródenas. Catedrática E.U. Univ. Jaime I, Fac. Ciències Humanes i Socials
28. Moisés Hidalgo Moratal. Prof. Titular Univ. Alicante, Fac. CC. Económicas y ÇEmpres.
29. Luis Torrego Egido. Prof. Titular Univ. Valladolid, E.U. Magisterio de Segovia
30. Luis Andrés Zambrana. Prof. Titular E.U. Univ. Sevilla, Fac. CC. Económicas y Empres.
31. José Luis Lalueza Sazatornil. Prof. Titular Univ. Aut. Barcelona, Fac. Psicología
32. José Luis Malagón Bernal. Prof. Titular Univ. Pablo Olavide, E.U. Trabajo Social
33. Fernando J. García Quero. Prof. Titular Univ. Granada, Fac. CC. Econômicas y Empres.
34. Vicente Antonio Martínez Abascal. Catedrático U. Rovira i Virgili, Fac. Ciències Jurídiques
35. José Ramón García Menéndez. Prof. Titular Univ. Santiago Comp., Fac. CC. Econômicas e Empres.
36. Mª José Cubría de Miguel. Prof. Univ. Zaragoza, E.U. Estudios Empresariales
37. Inmaculada González Pérez. Catedrática E.U. Univ. La Laguna, Fac. Educación
38. César Cascante Fernández. Prof. Titular Univ. Valencia, Fac. Filosofia i CC Educació
39. Francisco Bernete García. Prof. Titular Univ. Complutense, Fac. CC. Información
40. Eduardo Roman Vaca. Prof. Titular Univ. Sevilla, Fac. Ciencias del Trabajo
41. Juan Irigoyen Sánchez-Robles. Prof. Titular Univ. Granada, Fac. CC Políticas y Sociología
42. Manuel Ledesma Reyes. Prof. Titular Univ. La Laguna, Fac. Educación
43. José Antonio Navarro Fernández. Prof. Titular Univ. Granada, Fac. Derecho
44. Manuel García Jiménez. Prof. Titular Univ. Córdoba, Fac. Ciencias del Trabajo
45. Rosa San Segundo Manuel. Prof. Titular Univ. Carlos III, Fac. Human., Comun. y Docum.
46. Pedro González de la Fe. Prof. Titular Univ. Las Palmas de G.C., Fac. CC. Económicas y Empres.
47. Jaime Pastor Verdú. Prof. Titular Ciencia Política UNED
48. Milagros García Pastor. Prof. Titular Univ. Granada, Fac. Derecho
49. Jaime Martínez Bonafé. Prof. Titular Univ. Valencia, Fac. Filosofia y CC. Educació
50. Mercedes Gallent Marco. Prof. Titular Univ. Valencia, Fac. Gª i Historia
51. José María Bernardo Paniagua. Prof. Titular Univ. Valencia, Fac. Filologia, Traduc. y Comunicación
52. Vícente Manzano Arrondo. Prof. Titular Univ. Sevilla, Fac. Psicología
53. Luis Montiel Llorente. Catedrático Univ. Complutense, Fac. Medicina
54. Ramiro Muñoz Haedo. Prof. Asoc. Univ. Alicante, Fac. CC. Económicas
55. Antonio Aledo Tur. Prof. Titular Univ. Alicante, Instituto Univ. Invest. Turísticas
56. Francisco García Manrique. Prof. Titular Univ. La Laguna, Fac. Química
57. Carlos Ochando Claramunt. Prof. Titular Univ. Valencia, Fac. Economía
58. Delia Langa Rosado. Prof. Titular Univ. Jaén, Fac. CC Sociales y Jurídicas
59. José Antonio Gómez Hernández. Univ. Murcia, Fac. Comunicación y Documentación
60. Ángel Poveda Sánchez. Catedrático Univ. Alicante, Fac. CC. Económicas y Empres.
61. Juan José Tamayo Acosta. Prof. Titular Univ. Carlos III, Director Cátedra Teol. y CC Religiones
62. Juan Garrido Garrido. Prof. Titular Univ. Granada, Fac. Ciencias
63. Rafael Escudero Alday. Prof. Titular Univ. Carlos III, Fac. CC. Sociales y Jurídicas
64. Clemente Hernández Pascual. Prof. Tituar Univ. Alicante, Fac. CC. Económicas y Empres.
65. Fernando Moreno Sanz. Prof. Titular Univ. Alcalá de Henares, Fac. Filosofía y Letras
66. Leandro del Moral Ituarte. Catedrático Univ. Sevilla, Fac. Gª e Historia
67. Elías Cueto Prendes. Catedrático Univ. Zaragoza, Instit. Investíg. en Ingeniería de Aragón
68. Julio Arostegui Sánchez. Catedrático Emérito Univ. Complutense, Fac. Gª e Historia
69. Javier Chinchón Alvarez. Prof. Titular Univ. Complutense, Fac. Derecho
70. Matilde Eiroa San Francisco. Prof. Titular Univ. Carlos III, Fac. Human., Comun. y Docum.
71. Agustín García Laso. Prof. Titular E.U. Univ. Salamanca, Fac. CC. Sociales
72. Carmen Lamarca Pérez. Catedrática Univ. Carlos III, Fac. Ciencias Sociales y Jurídicas
73. Ramón Ramírez Gotor. Prof. Asoc. Univ. Pablo de Olavide, Fac. CC. Sociales
74. José Antonio Miranda Encarnación. Prof. Titular Univ. Alicante, Fac. CC. Económicas y Empres.
75. Antoni Domènech. Catedrático. Univ. Barcelona, Fac. Filosofía
76. Daniel Raventós Pañella. Prof. Titular Univ. Barcelona, Fac. Economia i Empresa
77. Rafael Rodríguez Prieto. Prof. Titular Univ. Pablo Olavide, Fac. Derecho
78. Gerardo Pisarello. Prof. Titular Univ. Barcelona, Fac. Derecho
79. Fabià Díaz-Cortés. Investigador Postdoctoral Univ. Leeds/ Univ. Aut. Barcelona
80. Emilio Lledó. Catedrático de Filosofía jubilado.
81. Pedro A. García Bilbao. Prof. Titular Univ. Rey Juan Carlos, Fac. CC. Jurídicas y Sociales
82. Paula Rodríguez Modroño. Prof. Titular Univ. Pablo Olavide, Fac. CC. Empresariales
83. Carlos Varea González. Prof. Cont. Doctor Univ. Autónoma Madrid, Fac. Ciencias
84. Isaac Rosa, escritor, autor de El vano ayer.
85. Francisco Fernández Buey, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra
86. Jordi Mir Garcia, profesor de la Universitat Pompeu Fabra
87. Rosa Regàs, escritora.