viernes, 27 de agosto de 2010

Ideología y memoria en mina San José, por Hugo Martínez Abarca

Ideología y memoria en mina San José
26 agosto 2010

Ideología.- Cuando quedaron atrapados con poquísima comida, los mineros tenían dos opciones. Podrían haberse peleado por la comida y que quien consiguiera apoderarse de ella la disfrutase o la ofreciese a otros mineros a cambio de algún chantaje. Partiendo de que la búsqueda del beneficio privado genera beneficio colectivo el minero que se apoderara de la comida no tendría que pensar en nada más que en maximizar sus satisfacciones ya fueran éstas darse un atracón o exigir a los mineros que quisieran comer algo que le hicieran una danza entretenida. La otra opción era pensar solidariamente y a largo plazo que la única salida para cada uno de ellos era el reparto igualitario y austero. Nadie engordaría durante el encierro pero intentarían sobrevivir todos.

La primera opción, por ridícula e inmoral que parezca, es por la que se rige el mundo. Si los mineros hubieran optado por el beneficio privado estarían todos muertos por hambre o por las enfermedades que provocaría estar con el estómago lleno rodeado de cadáveres: no hubieran conseguido beneficio colectivo alguno y habrían fracasado en la búsqueda de beneficio privado. La segunda es por la que optaron: “Dos cucharadas de atún en conserva, un vaso pequeño de leche, media galleta y pequeños dados de melocotón en almíbar cada 48 horas. Esa ha sido la dieta espartana con la que han sobrevivido los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad en la mina San José, dosificando los alimentos que tenían en el refugio y repartiéndolos en forma igualitaria“. Obtuvieron un beneficio colectivo que se tradujo en beneficio privado para cada uno de ellos: la supervivencia.

Según los listos de la clase, los mineros optaron por una aberrración económica. En el mundo regido por los listos de la clase 25.000 personas mueren cada día de hambre en un planeta repleto de víveres mientras lo destruimos por nuestra desequilibrada rapiña cortoplacista. En la aberración económica de mina San José los 33 mineros siguen vivos a pesar de la absoluta carencia que sufren.

Memoria.- Salvador Allende lanzó un proceso de nacionalización de las minas de cobre chilenas, la mayoría de ellas en manos de multinacionales estadounidenses. Disgustos de este tipo generaron inquietud a algún premio Nobel de la Paz y para tranquilizarlo tuvimos que poner a Augusto Pinochet a desandar mucho más de lo que se había andado. En 1981 Pinochet aprueba una ley de Concesiones Mineras por la cual se dan concesiones plenas (propiedad de hecho aunque sin título de propiedad) a empresas privadas volviendo al control original la minería chilena.

La gestión pública podría haber buscado el beneficio colectivo y haber pensado en el largo plazo: podría haber cumplido un protocolo de seguridad aunque eso fuera un poco más caro a corto plazo (de nuevo una aberración económica: el típico despilfarro del Estado). La empresa privada busca el beneficio privado a corto plazo: los mineros no tenían seguro, la chimenea no tenía peldaños por los que salir en caso de accidente, no había salida de emergencia… Todo ello había sido denunciado con anterioridad por los sindicalistas de la mina. La empresa, que se ha declarado en quiebra tras el accidente, dice ahora que será difícil pagar los sueldos de los mineros atrapados, que en estas circunstancias es difícil pensar en el medio y largo plazo y que está tranquila en cuanto a su responsabilidad por la falta de seguridad en la mina. Mientras, los mineros siguen repartiendo el atún y el melocotón en almíbar a la espera de que les empiece a llegar alimento gracias a una sonda propiedad del estado.

Ideología. El capitalismo mata. A la mayoría antes, al resto después. Si hay opciones para la supervivencia colectiva, que es la de cada uno de nosotros, tales opciones son socialistas.

Memoria. Si queremos entender lo que nos pasa y conseguir que algún día no nos pase, tenemos que entender muy bien por qué estamos donde estamos, para qué mataron, por qué impidieron la democracia. En Chile como en cualquier lado.


http://blogs.tercerainformacion.es/iiirepublica/2010/08/26/ideologia-y-memoria-en-mina-san-jose/

viernes, 20 de agosto de 2010

Pregón de la Batalla Naval de Vallekas 2010

“Vallecas isla pirata”


Este pregón con recao, en forma de, mitad balada de amor, mitad canción protesta, está dedicado a mi padre, nacido en la antigua calle Vallecas y cuyas cenizas abonan hoy el cesped del estadio del Rayo Vallecano; a mis compañeros Humberto, Maza, Javier, Víctor, Mikel y Hurtado, injustamente detenidos y maltratados el año pasado por defender las fiestas de La Karmela y especialmente a todos aquellos que con su inteligencia y esfuerzo han contribuido a hacer de Vallecas un barrio más habitable y más digno. El barrio campeón del mundo de la solidaridad.

Sí hoy mi barco recalase por primera vez en Vallecas. Si no conociese ni su nombre. Si aquí no hubiese nacido, si aquí no me hubiese enamorado. Si en sus calles no hubiese aprendido, ni en sus bares enseñado. Confesando haber bebido y admitiendo haber soñado. Si nunca nos hubiesen apresado, perseguido, amordazado. Sí jamás hubiéramos luchado. Si yo no fuese Paco, sino otro, Juan o Mohamed, es un ejemplo. Si en esta tarde de Julio avistara su costa y desembarcara en la Albufera, me quedaría prendado de su gente, de su Tele K y de su radio, de su Ateneo republicano, de su Karmela, de su Batalla Naval y de su Cofradía Marinera; de Luis, de Ismael, del Mekánico, de Margallo. O de Obús, de Boikot, de S-Kape, de Topo y Asfalto. De sus viejos luchadores que nos sacaron del barro.

Recordaría a Angelillo y escribiría una copla para cantar los quereres de un barrio con las tetas verdes como la albahaca. Me pone tocarle las tetas a mi barrio.

Si hoy regresase después de larga odisea a esta Ítaca insurrecta en medio de La Mancha, animaría más al Rayo, cantando como un bukanero para subir a primera y batirnos con las estrellas que vienen de otras galaxias. Sería un filibustero, un hermano de la Costa, un cofrade marinero de una republica libertaria, sin patria, ni reyes, ni amos. Sería mas solidario. Volvería a sacar la silla y la hamaca a la puerta de mi casa. Hablaría más con mis vecinos, compartía con ellos el pan, el vino y la ensalada. Cada noche, acudiría al olor de las geranios y saldría al fresco con mi padre para que me contara en voz baja historias de la guerra, de cuando él era un niño, de bombardeos, de metralla, de noches de miedo en los andenes del metro. De exiliados, desaparecidos, de presos, de curas con sotana, de camisas azules, del Cara al Sol en el patio de La Acacia. Memoria de un barrio obrero que no debemos olvidarla. Sería mas soñador, practicaría la utopía diaria.


Volverían los cines de verano y a la luz de la luna haríamos casas bajas. Inventaría un tranvía que ascendiera a Fontarrón y otro a Palomeras Altas. Sería más rebelde. Combatiría los malos gobiernos de una nación en estado, de un Estado en rebajas y un pueblo recortado. Destronaría la concejalía que preside la amiga de la Esperanza, esa que a nosotros nos sobra, compañera de albondiguillas, de correas, de bigotes y de misteriosos agentes aprendices de Torrente. Cuatro veces presidenta del Distrito sin ganar una elección y un título universitario a lo Roldán, sin papeles ni matriculación.

Luego asaltaría las naves de los banqueros, les requisaría los tesoros amasados a costa de la miseria de la gente, de hipotecas impagables, de intereses abusivos, de agujeros tapados con el dinero de todos. Abordaría paraísos fiscales y nadando contracorriente, que es lo mío, pondría rumbo al Este, hacia Gaza, de vuelta por el estrecho, hasta las costas del Sahara, para apoyar a dos pueblos que luchan por sus derechos. Organizaría una flota de parados, precarios, hipotecados, y también de funcionarios, armada hasta los dientes de mangueras, de cubos y espadas de madera.

Será el 29 de septiembre, tenedlo bien presente ¡A la mar y a huelga, sindicatos! ¡En pié famélica ilusión! !A mojarse y qué les den! ......Zapatero a tús zapatos. Y para terminar, en una noche cualquiera robaría todas las banderas. Dejaría una sola, negra y con una calavera. Y a la salida del metro escribiría una pintada que dijera: "Vallecas isla pirata".


Paco Pérez (director de TELE K)
El hijo de Manolo y Marina. El nieto de la señora Paquita

http://www.nodo50.org/cofradiamarineravk/2010/batalla2010/pregon%20batalla%20naval%202010.pdf

martes, 17 de agosto de 2010

Un nuevo sentido común, por Juan Carlos Monedero. Hoy en Público

JUAN CARLOS MONEDERO

Si aplicáramos a las encuestas un ánimo interpretativo como el que el Tribunal Constitucional (TC) dedica a las leyes, encontraríamos que la poderosa “opinión pública” podría estar escribiendo con renglones torcidos. Dos interpretaciones del último barómetro del CIS podrían, de ser ciertas, explicar la deriva ideológica o electoral de los partidos de izquierda en España.

Según la primera, la ciudadanía estaría castigando moralmente al Gobierno al cuestionar duramente su tarea. La sorpresa, sin embargo, sería otra: un castigo aún mayor al PP y a su líder. Mientras la desconfianza hacia Zapatero es del 78,9%, en Rajoy no confía el 84,6% (con, además, una menor valoración que el presidente). La oposición destructiva del PP, junto a su íntima convivencia con la corrupción, le restaría credibilidad pese al desgaste de un Gobierno confrontado con la crisis. Respecto de IU en sempiterna refundación, algo está haciendo mal, pues no recibe ningún trasvase de votos del PSOE, pese a que el 9,4% vería probable votar a una fuerza como IU.

La ciudadanía desconfía de los partidos, cree que Gobierno y oposición lo hacen mal, pero no encuentra, ni en otros partidos, ni en sindicatos, ni en nuevos referentes, atisbo alguno de luz. Una suerte, concluyendo, de parálisis depresiva.

La segunda mirada (hipótesis doliente de la izquierda), se basa en la intención de voto salida de la cocina creativa del CIS. Un PP triunfante lleva a 6,3 puntos su distancia con el PSOE (4,8 puntos más que en abril). IU no deja de caer y UPyD, pese al apoyo decidido de algunos medios, apenas sube –igual que CiU– 5 décimas (consistente con el apoyo del grueso de la población al desarrollo autonómico).

En esta hipótesis, el Reino de España se habría deslizado, como el resto de Europa, hacia la derecha pese a su vergonzante autoubicación en la izquierda (36% frente al 12,5% en la derecha). Entenderíamos así por qué el PP no recibe castigo alguno en las urnas. El PP de Fabra, Camps, Matas, Gürtel o Brugal; el del “mejor callados que desenmascarados”; el que acusa sin pruebas a Gobierno, policía, inspectores de hacienda, sociólogos, jueces y cuanta institución se le tuerza; el PP proisraelí con el pañuelo palestino al cuello o el que quiere prohibir las huelgas mientras se declara el partido de los trabajadores. Y no andaríamos aquí muy desencaminados incluyendo a la CiU del 4%.

¿Un nuevo sentido común en el Reino de España? Algunos aspectos del barómetro refuerzan esta idea: fuerte desprecio por la política pero falta de conclusiones democráticas de esa desafección; aumento del odio al inmigrante; asunción del paro como el problema central, pero desinterés por la calidad del empleo (pese al auge del empleo basura); respeto por la corrupción y el fraude; abulia ante los problemas medioambientales; disociación entre lo correcto –lo que se define como problema– y lo que se está dispuesto a hacer.

Esos políticos despreciables justificarían otro tanto en la ciudadanía: cuatro de cada diez ve bien defraudar a Hacienda; crece la picaresca y la concepción clientelar del Estado; se comprende la anunciada huelga general pero se renuncia a cualquier sacrificio personal; desprecio por la política y desinterés por mejorarla. La inmigración corre de manera abstracta con las culpas y la política da coartada a la cuota de robo y mentira ciudadana.

Cierto que la izquierda occidental anda dando tumbos desde la crisis del keynesianismo. Pero en España, la socialdemocracia fungió de alumna aventajada con mucho menor recorrido. Renunció al marxismo como quien se quita de fumar (pese a los avisos de que ni Marx ni menos); privatizó exultante bienes públicos; bajó impuestos a los ricos; fomentó la escuela concertada; dio cancha a la telebasura; atacó a los sindicatos de clase; se dijo socialista a fuer de liberal; sostuvo un concordato obsceno con la Iglesia católica; cedió en la Ley de Partidos; y, finalmente, ha roto el principio necesario –aunque no suficiente– que diferencia izquierda y derecha: la fuerza de trabajo no es una mercancía más que pueda reducir su precio en virtud de la demanda.

IU ve enturbiado su espacio de renovación por quienes controlan los aparatos (en Madrid se convoca a una refundación, pero antes se blinda a los candidatos del PCE al Ayuntamiento y a la Comunidad). La izquierda verde en gestación tiene el problema de que no consolidará ser Die Grünen (escisión a la izquierda del SPD alemán) mientras pueda ser Die Linke (los verdes). Queda el oxímoron de la izquierda nacionalista. En un país donde se reclama una extrema sutileza para inventar el federalismo, el republicanismo territorial no puede coquetear con la victimización provinciana.

¿Hay soluciones a la altura de los problemas? Escoger candidatos intercambiables entre la derecha o la izquierda es más fácil que inventar un nuevo sentido común. Lo primero llevaría, como indica el CIS, a ahondar en la decepción y retirada del votante de izquierda (especialmente los jóvenes). Un camino de corto vuelo donde, al final, cualquier pregunta sobre los fundamentos de nuestras sociedades arañará los oídos, asumida la imposibilidad del cambio. “Si cuido de los pobres –decía Helder Cámara– me llaman santo; si pregunto por qué son pobres, me llaman comunista”. A menores herramientas intelectuales, mayores simplificaciones. Terminaremos creyendo, regresados a la infancia, que se invaden países para salvar a pobres mujeres asesinadas por locos feroces.

Juan Carlos Monedero es profesor de Ciencia Política de la Universidad Complutense de Madrid
http://blogs.publico.es/dominiopublico/2293/un-nuevo-sentido-comun/

domingo, 15 de agosto de 2010

Pensar desde la izquierda, por Josep Fontana. hoy en Público

JOSEP FONTANA
15 Ago 2010

Un buen amigo me reprocha el artículo en que expuse un juicio desfavorable sobre la transición (Público, 05-05-10), que encuentra injusto y negativo. Admite que es cierto que los partidos de izquierda abandonaron las pretensiones de transformar la sociedad y se contentaron con gestionar el tránsito a la democracia. Pero ¿qué más podía hacerse? ¿Cuál era la alternativa?

Claro está que yo no tenía entonces respuestas a estas preguntas. Pensaba que, cuando menos, debían haber mantenido un mínimo de aquellos principios por los que muchos hombres y mujeres se habían jugado la libertad, y hasta la vida, en la lucha antifranquista. Es casi seguro que por este camino los comunistas españoles habrían acabado en la decadencia y el olvido, como les ha ocurrido por la vía del compromiso; pero por lo menos lo habrían hecho con cierta dignidad.

Respeto a quienes optaron por dedicarse limpiamente a la tarea de reconstruir una sociedad más libre, aunque me cueste disculparles por ciertas renuncias. Pero ello no me obliga a respetar también a la partida de sinvergüenzas que se dedicaron al travestismo político para sacar provecho: recuérdese, por poner un solo ejemplo, que Aznar pudo armar todo un Gobierno con una partida de rojos reconvertidos que se vendieron a bajo precio.

Como frentepopulista que soy, lo que más me inquieta es la perspectiva de un futuro inmediato en que parece ser que los votos de la mayoría van a devolver el poder a los herederos del franquismo. Y tengo claro que la culpa de que pueda ocurrir esto no será de los votantes. Hace unas semanas Paul Krugman publicó un artículo en que advertía contra la tentación de criticar a los votantes por su ignorancia. La gente que “tiene cuentas que pagar e hijos que criar”, decía, no puede dedicarse a los estudios y las estadísticas, sino que forma sus opiniones políticas en función de “lo que ven en sus propias vidas y en las vidas de aquellos que les rodean”.

El drama de nuestra izquierda es que no tiene hoy programas que el hombre y la mujer de la calle puedan identificar con sus necesidades de acuerdo con “lo que ven en sus propias vidas”. Como el actual Gobierno de una “izquierda realmente existente” no ha sido capaz de conservar los puestos de trabajo, y recorta los derechos sociales, es comprensible que muchos de los que le votaron reaccionen ahora en su contra, por instinto de supervivencia, y busquen refugio en una derecha que se alimenta de sus miedos y le promete por lo menos estabilidad.

No será hasta después de haberle cedido el poder que descubrirán que han empeorado su suerte, no sólo porque lo propio de la derecha es preservar el beneficio de la gran empresa y recortar el gasto social, sino porque está claro además que la nuestra es incompetente: que no tiene ni una sola idea para hacer frente a los problemas actuales de la sociedad española. ¿Puede haber algo más patético que ver al señor Rajoy pregonando la vieja y desacreditada doctrina del “santo temor al déficit”, que es una garantía segura de una política económica que lleva al descalabro?

La expresión la acuñó hace más de un siglo Echegaray, que fue un buen matemático y un mal hacendista, y que ganó el Premio Nobel de Literatura con engendros como El gran galeoto, un drama en verso que resulta hoy ilegible, pero que puede resultar útil para comprender al PP, cuyas ideas parecen corresponder a aquella época. Y es que nuestra derecha –de Fraga a Rajoy, pasando por las bodas escurialenses de la familia Aznar– es muy, muy antigua.

¿Qué puede hacer la izquierda para evitar el desastre anunciado? Muy poco que pueda resultar efectivo a corto plazo; pero debe aprender que si quiere movilizar en el futuro a unos votantes que cada vez tienen menos fe en un sistema que sólo rinde cuentas una vez cada cuatro años, y encima lo hace mal, como lo demuestra su incapacidad para enfrentarse a la corrupción, ha de proponerles un programa que aborde sus problemas básicos, como son los del trabajo, la vivienda y los servicios sociales, pero que contenga también algo que vaya más allá de ese horizonte de cuatro años en el que viven inmersos nuestros políticos: que se atreva a plantear alguna esperanza de mejora de una sociedad que sigue siendo demasiado desigual y demasiado injusta. Que en lugar de anunciarle que debe resignarse a perder sus derechos, sea capaz de plantearle otros nuevos por los que merezca la pena seguir luchando. Porque cuando se renuncia a cambiar el mundo, se está renegando de lo que ha sido siempre la razón de ser de la izquierda.

No me estoy refiriendo, claro está, a que desenterremos viejos programas que se pensaron para otros tiempos, aunque contengan mucho que sigue vivo de lo que debemos seguir aprendiendo. Necesitamos recuperar la esencia misma de lo que los hombres de comienzos del siglo XIX definieron como socialismo, que respondía a un programa de lucha contra los males del capitalismo que les explotaba, para reformularla de acuerdo con lo mucho que hay que combatir de un capitalismo muy distinto, como es el del siglo XXI.

No va a ser una tarea fácil, porque tendremos en contra a la Iglesia, que sigue en su negocio de ofrecer la felicidad en otra vida a cambio de resignación en esta, y a unos medios de comunicación que están al servicio de sus propietarios y de sus anunciantes en la tarea de moldear la opinión colectiva.

Pero es mucho peor rendirse.

Josep Fontana es historiador

http://blogs.publico.es/dominiopublico/2287/pensar-desde-la-izquierda/

domingo, 8 de agosto de 2010

La clave es saber quién manda, por Pascual Serrano

Reseña: “La trastienda de la crisis. Lo que el poder económico quiere ocultar”, de Juan Francisco Martín Seco

08/08/2010. Pascual Serrano/Le Monde Diplomatique

Han aparecido numerosos libros que dicen explicar la crisis económicas y hasta plantean propuestas para salir de ella. Para elegir los más idóneos habría que plantear las siguientes condiciones:

Que estén elaborados por autores que advirtieron de la crisis y cuyas propuestas no fueran las aplicadas hasta ahora. No debemos ser tan estúpidos como para pensar que algún experto económico que nunca habló de crisis nos quiera contar ahora cuál es la solución.

Que se comprenda. Parece una obviedad, pero todavía tenemos el complejo de pensar que si no entendemos un libro de economía es porque no estamos suficientemente cualificados en la materia y la realidad es que el autor no tiene suficiente capacidad pedagógica, o lo que es peor, posee como objetivo contar las cosas de manera que su discurso aparente poseer la virtud de la infalibilidad técnica a costa de abrumarnos con su vocabulario y circunloquios.

Que el autor deje claro en todo momento que por encima de la economía está el ser humano.

Pues bien, Juan Francisco Martín Seco cumple esas condiciones en el libro que nos ocupa.

Este ex Interventor General de la Administración del Estado y Secretario General de Hacienda, no obvia los elementos internacionales de la crisis, pero aporta las características propiamente españolas que ayuda a identificar a los culpables. Algunas aportaciones son de sobra conocidas: avaricia de los banqueros, burbuja inmobiliaria, pero otras resultan doblemente interesantes porque desmonta tópicos, Uno de ellos, el de considerar la devaluación de la moneda como un mal en sí misma, cuando, en realidad, según sus palabras, el mal se encuentra en las condiciones económicas que la hacen necesaria. Es decir, son la medicina, no la enfermedad. Y aquí entra su demoledora crítica a la unión monetaria que ha imposiblitado la devaluación de la moneda nacional con lo que la catástrofe sólo se ha aplazado para terminar siendo peor.

Nuestro autor incluye también una reflexión mitad económica, mitad filosófica en torno al concepto de libertad, la paradoja de la libertad. Esa libertad que nadie discutía la necesidad de limitarla en el ámbito político y social (al fin y al cabo la propiedad privada consiste en limitar la libertad de todos para apropiarnos de lo que se considera de uno), los neocons la consideraron ilimitada en la economía. De modo que el neoliberalismo impuesto a partir de los ochenta nos llevó al siglo XIX. Con el agravante de que la globalización económica nos ha abocado a unos mercados globalizados con un poder político recluido en el ámbito del Estado y, por tanto, sin capacidad de actuación. Esta desproporcion de poder requiere, “o bien un gobierno mundial, lo cual no parece demasiado factible, o bien devolver a los Estados nacionales el poder y la capacidad para limitar la libre circulación de capitales”. Para el autor -y para cualquiera que aplique un mínimo sentido común-, “resulta insostenible un sistema económico en el que las empresas pretendan producir en los países con salarios bajos y y protección social y laboral inexistentes, y vender después sus productos en otros en los que el nivel de vida sea elevado”.

Otro tópico neoliberal que desmonta es la obcecación por el déficit público, sobretodo en quienes nunca mostraron preocupación por el endeudamiento privado, sin duda porque les permitía continuar con su enriquecimiento mediante el préstamo y la hipoteca bancaria y mediante un consumo privado -en el caso español, inmobiliario- que sólo estaba retrasando la explosión de una burbuja.


Todos los parámetros sagrados son desmontados brillantemente por Martin Seco. El aumento del PIB español fue una falacia porque la población también aumentó (en cinco millones) y la renta per capita no indica lo ricos que somos porque depende de cómo la va a cada uno la fiesta, y menos todavía si la mayor parte del sueldo se debe destinar a conseguir una vivienda.

En conclusión, la reivindicación de Martín Seco, no por reiterada desde la izquierda menos necesaria, es la de insistir en que el poder político -democrático- debe estar por encima del político. De que si un estado de Derecho es el que proporciona seguridad jurídica, un Estado social debe garantizar la seguridad económica y social. Y para ello no se puede dejar al poder económico en total libertad. Las recientes medidas económicas planteadas por Rodríguez Zapatero sólo ha mostrado que eso es lo que ha sucedido, que hace mucho que los políticos dejaron de gobernar. El dilema es si querrán recuperar ese poder que en democracia debería ser de todos y ahora está en los dueños del dinero, o querrán parecer decentes bajándose el sueldo un 5 % mientras dejan que los banqueros se lo tripliquen.

Juan Francisco Martín Seco. “La trastienda de la crisis. Lo que el poder económico quiere ocultar”. Península. Madrid, 2010

http://www.pascualserrano.net/libros/la-clave-es-saber-quien-manda

miércoles, 4 de agosto de 2010

Venezuela denuncia silencio internacional ante fosa común hallada en Colombia

Libre Publicacion | PrensaLatina/SP | 04-08-2010

El presidente Hugo Chávez reprochó hoy el silencio de la gran prensa internacional y las autoridades de Europa y Estados Unidos sobre el descubrimiento de la fosa común de La Macarena, en Colombia.

En ese sentido, criticó también la doble moral de medios opositores que se hacen de la vista gorda ante crímenes de paramilitares y oficiales del Ejército neogranadino, como parte de una política de sólo atacar las acciones de su ejecutivo.

Caracas resalta que las acusaciones lanzadas desde Bogotá sobre la presunta estancia de grupos guerrilleros en Venezuela, forman parte de una cortina de humo para, entre otros escándalos, tapar los dos mil cadáveres hallados en la fosa común.

El gobierno de Álvaro Uribe no reconoce el hecho, y acusa a los miembros de la comitiva responsable del descubrimiento de presentar fotos de una fosa en Yugoslavia, o la intentan hacer ver como un cementerio sin lápidas.

"Para la mayor parte de los grandes medios de comunicación, para el gobierno de Estados Unidos, para los gobiernos de línea imperial de este continente y para la Unión Europea no existe La Macarena", lamentó Chávez durante un contacto telefónico con Venezolana de Televisión, durante el Programa "Las Miserias del Capitalismo", donde se presentaron evidencias de la estafa cometida por empresarios y banqueros, algunos de los cuales están prófugos en EEUU.

Así como denunció el silencio mediático sobre el tema, o las operaciones ilícitas del dueño del Banco Federal y accionista de Globovisión, Nelson Mezerhane, el mandatario felicitó al gobernador de Nueva Esparta y el presidente de un partido opositor por su postura patria.

El Jefe de Estado les reconoció que, pese a las diferencias políticas e ideológicas, salieron en defensa del país ante las provocaciones colombianas, en momento en que la mayoría de los opositores se alinearon con las imputaciones de Bogotá.

http://tercerainformacion.es/spip.php?article17309

lunes, 2 de agosto de 2010

La Brigada Mixta de Menasalbas

Desde que el día 24 hicimos el homenaje en la fosa común nº1 de Menasalbas (Toledo), he intentado escribir algo en este blog que pudiera ser un resumen de mis impresiones políticas y personales, de los sentimientos y las emociones compartidas.

Como me ha resultado imposible (las p...tas musas) he optado por hacer este montaje de fotografías, acompañarlo con la canción que el irlandés Christy Moore dedicó a la 15ªBrigada Internacional, y colgarlo en Youtube, en recuerdo a todos los compañeros y compañeras con quienes he compartido esta experiencia irrepetible, pero sobre todo a nuestros 17 camaradas asesinados por los fascistas, crimen que a día de hoy permanece impune como tantos miles.

Salud y República




Si queréis más información podéis ver los enlaces relacionados:
http://www.foroporlamemoria.info/seccion/exhumaciones/