sábado, 31 de marzo de 2012

Fallece Domingo Malagón, el “falsificador” del PCE. Por Mariano Asenjo

Habría sido un buen pintor, pero se “quedó” en revolucionario…

MARIANO ASENJO PAJARES,
Periodista, coautor del libro "Malagón. Autobiografía de un falsificador"

Consulado español de París. Durante uno de los días primeros del mes de septiembre de 1976. Un hombre se ha presentado ante el primer funcionario de la cancillería y ha reconocido ser miembro del Partido Comunista de España. Pretende regularizar su situación con la obtención de un pasaporte de residente y no, como se le ofrece, con un pasaporte de transeúnte; él se empeña en la primera opción, pues está en vísperas de regresar al lugar de donde partió hace años y quiere poder llevar consigo sus pertenencias.

-Lo siento –se disculpó el propio Consul-, pero no podrá ser de otra forma. ¿Y cuánto tiempo lleva usted en Francia?

-Desde el año 39 –respondió “el apátrida”.

-¿Cómo?

-Mire usted, no se haga cábalas. Si le he dicho que soy un comunista español, comprenderá que hemos tenido que movernos ilegalmente, con papeles falsos...

Finalmente, el 2 de octubre de 1976, el ciudadano Domingo Malagón Alea volvió a pisar tierra española. Atrás quedaban 38 años de exilio y clandestinidad. Con su regreso, Malagón, quien durante casi cuatro décadas fuera el responsable técnico del equipo de documentación falsa del PCE, ponía fin a una dramática y a su vez hermosa paradoja vital. “Mirad como me han salido las cosas –comentó el propio Domingo en más de una ocasión- cuando después de sortear no pocas dificultades hubiera podido llegar a ser un artista de éxito, si por éxito entendemos el reconocimiento y el aplauso general del público (la irrupción del golpe militar del 36, impidió que Malagón terminase Bellas Artes): al final, no sé si he logrado ser un artista, pero si sé, desde luego, que el éxito de mi actividad venía dado, al margen de otras consideraciones técnicas, por el logro de la mayor discreción posible”.

Madrileño, del barrio de Chamberí; Malagón nació en el seno de una familia humilde, un 28 de noviembre de 1916. Huérfano de padre cuando aun no había cumplido los tres años, dio con sus huesos infantes en el Hospicio de El Pardo, donde padeció cualquier tipo de vicisitudes y penalidades que al mismo Charles Dikens se le hubiesen podido ocurrir.

A los siete años pasó de El Pardo al Hospicio de La Paloma (también en Madrid), donde Malagón pudo beneficiarse ya de la existencia de talleres que propiciaban a los alumnos el aprendizaje de oficios, así como de clases de caligrafía, dibujo, modelado, etc,. Durante su estancia en La Paloma y, apoyado por alguno de sus profesores consiguió aprobar el acceso a la Escuela de San Fernando de Bellas Artes. Corría el curso de 1933-34. Casi de forma inmediata Domingo entró en contacto con la Federación Universitaria de Estudiantes (FUE), una organización de estudiantes progresistas fundada en 1927.

Pocas semanas después de que se produjera la sublevación del 18 de julio, Malagón, junto a otros compañeros de La Paloma, se incorporó al Quinto Regimiento, formando la 8ª Compañía de Acero, con destino en la sierra de Madrid, y allí, en Boadilla del Monte, sería herido el 6 de noviembre de 1936. Una vez recuperado, se reintegró a la defensa de Madrid. Su alta en el PCE –como tantas otras altas- se produjo en este periodo histórico. Entrado ya 1938, fue enviado a Cataluña donde prestaría servicios diversos. En el momento de su salida a Francia ocupaba el puesto de Instructor de la 16 División.

Al otro lado de los Pirineos, primero fue Barcarès y después St Cyprien, los campos de concentración por los que pasó Domingo. Durante su estancia en el primero de ellos, el 14 de junio de 1940, se produjo la entrada de Hitler en París. Al cabo de pocos días Pétain, mediante la firma del armisticio, entregaba a los alemanes 3/5 partes de Francia. Así las cosas, Malagón, escapado de St Cyprien y escondido en Perpiñán, comienza lo que habría de acabar siendo una soberbia contribución a la lucha clandestina. “Fue utilizado –se dice en un informe del PCE de julio de 1945- en algún trabajo especial de reproducción de documentos y piezas de identidad, para lo cual parece ser un virtuoso. Con este motivo fue retirado del trabajo general. Es Leal y discreto “.

Concluida la II Guerra Mundial, una buena parte de los efectivos del PCE desperdigados por medio mundo se reorganizan en Francia. Poco a poco, a base de mucha constancia, mucha precaución y, sobre todo, mucha necesidad, se va consolidando el “equipo técnico”, eufemismo que maquillaba su concreta naturaleza: la preparación de documentos falsos que posibilitaban, con la dictadura como telón de fondo, el entrar y salir de los camaradas. La consolidación del “equipo técnico”, se produjo hacia 1950, cuando el régimen de Franco, aún con muchas restricciones, permite que los españoles puedan salir del país. Hasta ese momento, el acceso al “interior” había de hacerse a través de las sendas montañosas de Pirineos y al amparo de la noche. Ya en España, y una vez que los proscritos cambiaban sus ropas de montaña por los pertinentes atuendos civiles, era cuando “las carteras” preparadas por Domingo entraban en acción. La apertura de fronteras supuso un salto de enormes proporciones en la posibilidad de incrementar la lucha antifranquista; tan “sólo” se necesitaban pasaportes...

Quien fuera responsable político de Malagón durante algún tiempo, Jorge Semprún, en su Autobiografía de Federico Sánchez (1977), aludió de lleno a la obra de Domingo y a “su genialidad de falsificador”. “Voy a callarme el nombre –por esas fechas aún se tentaba la ropa Semprún -, a silenciar la identidad del camarada que fabricaba nuestra documentación, ese camarada al que tantos debemos la libertad, y algunos la vida, porque eran los papeles que fabricaba o amañaba tan prodigiosamente parecidos a los auténticos que nadie podría sospechar de ellos; y alguna vez le he visto trabajar, manejar casi amorosamente las tintas, las gomas, los plásticos, los colores, las imprentillas, los hornos, en un taller donde los documentos falsos adquirían categoría de objetos artísticos, de salvoconductos fraternales para cruzar los posibles temporales de la vida clandestina”.

Domingo Malagón ha muerto rodeado de los suyos, de sus hijos, de sus nietos, de sus vecinos y camaradas de Parla (Madrid), donde era un personaje muy conocido, y también muy respetado. Una calle del municipio madrileño lleva su nombre. Habría sido un buen pintor, pero se “quedó” en revolucionario…

Mariano Asenjo, es periodista y coautor, junto a Victoria Ramos, de “Malagón. Autobiografía de un falsificador”. Ed. El Viejo Topo, 1999

Palabrería, por Juan José Millás. Publicado en El País, el 30 de marzo

Lo que nos acerca a Grecia no es la huelga, son las prácticas financieras llevadas a cabo por los chiringuitos que dirige el presidente de la patronal bancaria

JUAN JOSÉ MILLÁS 30 MAR 2012

Cuando las palabras, tan sonoras, se alejan demasiado de la realidad, tan muda, resulta más elocuente la realidad que las palabras. Ese vídeo del ministerio de Trabajo, por ejemplo, en el que se asegura que la reforma laboral protege al trabajador, se ha vuelto contra el PP en Andalucía. Si van a seguir protegiéndonos de este modo, pensaron los votantes, mejor desobedecer a las encuestas.

Entonces llega Miguel Martín, que es el presidente de la patronal bancaria, y proclama que la huelga general nos acerca más a Grecia que a Alemania.

Pues no, lo que nos acerca a Grecia, o a lo que usted ha pretendido metaforizar al citarla, son las prácticas financieras llevadas a cabo por los chiringuitos que usted preside. Antes de abrir la boca, debería usted haber considerado que el ciudadano es consciente del dinero público que les estamos inyectando para salvar su salario de usted, su culo de usted, su sillón de usted, sus retribuciones especiales de usted, su automóvil con chófer de usted y su jubilación multimillonaria de usted, entre otras bagatelas de usted.

Debería haber sido más prudente sabiendo, como sabe, que les estamos prestando dinero público al 1% para que lo inviertan en deuda pública al 5%, una práctica parecida al tráfico ilegal de órganos. Debería incluso callarse si tenemos en cuenta que ahora mismo, cuando el banco llama a un cliente, lo primero que éste hace es esconder la cartera.

Y es que usted, como asegura Felipe González, un hombre del sistema donde los haya, no dirige una organización bancaria sino un casino sin reglas. Eso es lo que nos retrotrae a la noche de los tiempos, eso y el pensamiento de Gallardón sobre la mujer y el de Guindos sobre los derechos de los trabajadores… De ahí el éxito de la huelga, que es el éxito de la realidad muda frente al despliegue verbal y policial del Gobierno.

domingo, 25 de marzo de 2012

"Historia, conmemoraciones y memoria popular", por Julián Casanova, hoy en El País

Las celebraciones oficiales, como la del bicentenario de la Constitución de 1812, simplifican los relatos a mayor gloria del poder

JULIÁN CASANOVA 25 MAR 2012

La conmemoración del bicentenario de la Constitución de 1812 ha mostrado una vez más cómo puede utilizarse el pasado para justificar el presente. Los políticos lo hacen a menudo: deforman la historia para adaptarla a sus propios fines. Y lo pueden hacer escogiendo mitos o lugares comunes que explican sus argumentos o distorsionando las pruebas para llegar al fin deseado. Tiran de la historia, porque toca ese día o porque la agenda lo exige, pero, en realidad, la aproximación que hacen es todo menos histórica, pura invención.

En el acto oficial que tuvo lugar el pasado 19 de marzo en el Oratorio San Felipe Neri de Cádiz, tanto Mariano Rajoy como el rey Juan Carlos se refirieron a la labor realizada por aquellos diputados como fuente de inspiración para afrontar las dificultades actuales. El pasado hecho presente, aunque sólo en las partes que cumplen la función deseada. La Constitución de 1812 sería “un eslabón decisivo en el esfuerzo para la liberación de la Patria” (palabras del Rey) o “una de las mayores aportaciones a la cultura política universal” (Rajoy). Ocurrió, sin embargo, que fue derogada muy pronto por un rey Borbón y que un sector muy importante de aquella sociedad, de esos que se supone querían liberar a la Patria, encabezados por la nobleza y la Iglesia católica, lo que defendieron fue restaurar el absolutismo y mandar a la soberanía nacional a la cárcel y al exilio.

El principio de soberanía nacional, que entonces significaba el reconocimiento de que el poder residía en la nación, el conjunto de ciudadanos, sin distinción de los privilegios que otorgaba el Antiguo Régimen a los estamentos, era la base del liberalismo frente a la monarquía absoluta. Se trataba de limitar la autoridad del rey, separar los poderes, suprimir los privilegios y reconocer las libertades y derechos individuales. Eso era lo nuevo de la cultura política liberal que había comenzado a nacer en Inglaterra, en el movimiento de independencia americano y con la revolución francesa. En vez de subrayar esos valores, reprimidos después durante tanto tiempo, lo que han destacado los discursos oficiales es la “unidad nacional” y el “espíritu de concordia”, las motivaciones patrióticas, en suma, que mejor sirven al presente.

buscar los hechos más convenientes para apoyar las ideas favoritas
Pese a lo bonita que puede resultar la celebración, no hay un hilo conductor que una aquel pasado de 1812 con el presente, como si la historia de España de los siglos XIX y XX hubiera sido una lucha continua del “pueblo” por mantener sus libertades. La historia dice más bien lo contrario: las constituciones del siglo XIX que más duraron fueron muy conservadoras y el siglo XX, hasta 1978, estuvo marcado por las dictaduras y la negación del constitucionalismo. La Constitución republicana de 1931, en el papel la más democrática de todas, que otorgó por primera vez el voto a las mujeres e introdujo, por ejemplo, el matrimonio civil y el divorcio, sufrió ataques frontales desde el principio y la derecha católica, con José María Gil Robles a la cabeza, pidió su “revisión total” por ser “tiránica”, “persecutoria”, “vergonzosamente bolchevizante”, antes de que un golpe de Estado y una guerra civil la liquidaran. Ninguna institución democrática actual ha querido o se ha atrevido a conmemorarla, celebrarla cuando cumple años (80 el pasado diciembre), y menos todavía reconocerla.

Esas declaraciones interesadas sobre la historia, ampliamente difundidas por los medios de comunicación, contribuyen a articular una memoria popular sobre determinados hechos del pasado, hitos de la historia, que tiene poco que ver con el estudio cuidadoso de las pruebas disponibles, entendidas en el contexto en que se produjeron. Planteada de esa forma, la historia rescata tradiciones inventadas desde el presente y proporciona lecciones morales.

Rajoy apeló a ese pasado glorioso, “celebración de unos patriotas”, para mostrar “que en tiempos de crisis no sólo hay que hacer reformas, sino que también hay que tener valentía para hacerlas”. Podría haber usado el mismo pasado para demostrar que las cosas no tienen por qué ser de la manera que son ahora, que en tiempos difíciles la gente puede encontrar caminos de resistencia, que hay alternativas y que algunos avances del pasado ocurrieron a través de la lucha y el conflicto.

Las visiones históricas están sujetas a revisión y cambios con el tiempo, porque la historia no es una mera narración de hechos, vacía de interpretación, sino un análisis del pasado fundamentado en las pruebas disponibles. Aunque el conocimiento del pasado está limitado por las disputas entre historiadores, por los diferentes puntos de vista, por la tensión entre subjetividad y objetividad, lo que debe siempre evitarse es buscar los hechos más convenientes para apoyar las ideas favoritas.

No situar los hechos en su contexto histórico apropiado conduce a perspectivas ahistóricas y a leer el pasado con los ojos del presente. Promover una buena educación sobre la historia quizás parezca ahora irrelevante, “con la que está cayendo”, frase preferida para evitar cualquier posición crítica o pensamiento analítico, pero, mientras tanto, las celebraciones oficiales siguen alimentando relatos míticos, simplificados, para consumo popular, a mayor gloria del poder.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.


sábado, 17 de marzo de 2012

Lavando la historia como se lava el dinero negro


"Vayamos todos, y yo el primero por la senda de la Constitución", decía Fernando VII mientras llamaba a los Cien Mil hijos de San Luis, dando inicio a la llamada Década Ominosa.

El lunes su tataranieto participará en los actos conmemorativos del bicentenario de la Constitución dede Cádiz, pero los Borbones ahorcaron a Riego, fusilaron a Torrijos, y a todos aquellos que defendían la Constitución liberal. ¿Cuántos constitucionalistas de 1812 no acabaron ante el pelotón de fusilamiento, o en el exilio?

Los Borbones de entonces, como los de ahora, no estaban con el "Viva la Pepa" popular y progresista para la época, sino con el "Viva las caenas" de los serviles.


Ver:

jueves, 15 de marzo de 2012

Las semejanzas entre la Gran Depresión y ahora, por Vicenç Navarro

14 marzo 2012

ATTAC Madrid

por Vicenç Navarro : Catedrático de Políticas Públicas Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy The Johns Hopkins University Miembro del consejo Científico de ATTAC. |

Este artículo analiza las grandes similitudes que existen entre la época previa a la Gran Depresión de principios del siglo XX y ahora. El artículo subraya también las semejanzas que existen entre las respuestas que inicialmente hicieron los gobiernos estadounidenses y europeos a la Gran Depresión con las respuestas de tales gobiernos ahora, señalando la diferencia entre Estados Unidos y Europa.

En el último número (Ene-Feb 2012) de la revista de economía “Challenge”, publicada en EEUU, hay un artículo (“The 1929 Crash and the Great Recession of 2008: Why the Policy Response Is Different but Not Different Enough”) muy interesante del profesor Yiannis Kitromilides, del Center for International Business and Sustainability de la London Metropolitan University, que analiza los escritos de uno de los economistas que mejor ha estudiado las causas de la Gran Depresión de principios del siglo XX y sus consecuencias, el famoso John Kenneth Galbraith. Tal artículo muestra los enormes paralelismos que existen entre la situación que desembocó en la Gran Depresión y la situación actual, tanto en EEUU, como en la Unión Europea (UE). La enorme concentración de la riqueza y de las rentas en sectores muy minoritarios de la población, la escasa regulación de los mercados financieros, la gran regresividad fiscal, el gran desempleo y los bajos salarios son situaciones que caracterizaron el periodo pre-Gran Depresión y también el existente ahora. Pero el profesor Kitromilides señala no sólo las semejanzas en la situación pre-Gran Depresión de entonces con las de ahora, sino que también muestra las similitudes en las respuestas de los gobiernos estadounidense y europeos de entonces, con las respuestas de los mismos Gobiernos ahora.

En realidad, el artículo nos recuerda que incluso el candidato Franklin D. Roosevelt llevaba en su programa la propuesta de equilibrar el presupuesto del Estado Federal, reproduciendo así la sabiduría convencional del establishment estadounidense de aquel momento. Fue la presión popular y el enorme deterioro de la situación económica -consecuencia de las políticas de austeridad que habían caracterizado el periodo pre-Gran Depresión-, lo que hizo cambiar al Presidente Roosevelt, iniciando un giro de 180 grados en sus políticas públicas, iniciando las políticas de inversiones masivas, tanto en infraestructuras físicas como sociales, reforzando además a los sindicatos, a fin de que aumentaran los salarios y con ello el consumo y la demanda. El Presidente Roosevelt y su Administración, regularon la banca, estableciendo la Ley Glass-Steagall que dificultó los comportamientos especulativos de la banca (Para ver una exposición de las políticas públicas del New Deal, leer mi artículo “Como salir de la II Gran Depresión” Sistema Digital 29.05.09, colgado en mi blog www.vnavarro.org, sección política económica).

Es interesante notar la enorme hostilidad que el establishment financiero tenía hacia el profesor John Kenneth Galbraith. Éste había sido subdirector de la Agencia Federal encargada durante la II Guerra Mundial de controlar los precios de los bienes y consumos, lo que le creó grandes enemistades en el mundo empresarial, puesto del que tuvo que dimitir en 1943 por presiones de las fuerzas conservadoras que dominaban el Congreso de EEUU, para las cuales el profesor Galbraith mostraba “tendencias comunistas peligrosas”. Tuve oportunidad de conocerle personalmente en los años setenta. Era amigo de Paul Sweezy, fundador de la revista Monthly Review, otro gran economista odiado por el establishment económico y financiero estadounidense. Sweezy me honró con su amistad y a través de él conocí a Galbraith. Cuando éste fue Presidente de la Asociación Americana de Economistas en 1972, favoreció la creación de una asociación de economistas críticos, que más tarde establecieron la bien conocida Union for Radical Political Economics (URPE), de la cual yo fui miembro activo. Muy crítico de la sabiduría convencional que imperaba en los círculos económicos, John Kenneth Galbraith citó frecuentemente el Gran Crash como ejemplo de lo equivocadas que eran las teorías económicas dominantes. Tales políticas, que hoy definiríamos como neoliberales, tuvieron un impacto devastador.

Es un indicador del sesgo neoliberal de la mayoría de los premios Nobel de Economía (otorgados, no por la Fundación Nobel, sino por la banca escandinava) que, mientras Milton Friedman, cuya interpretación del Crash se ha manifestado como errónea, recibió tal galardón, Galbraith o Sweezy nunca fueron considerados para tal distinción. Y, sin embargo, como señala Kitromilides, toda la evidencia acumulada en la literatura científica muestra que Galbraith, y no Friedman, tenía razón. Tal como había dicho Keynes (que había sido maestro de Galbraith), la raíz de la Gran Depresión era la escasez de demanda y la desregulación del capital financiero que facilitó el comportamiento especulativo de la banca. La acumulación y concentración del capital y la baja rentabilidad del capital productivo (consecuencia de la escasa demanda), llevaron al desastre económico, conocido como la Gran Depresión, tal como está ocurriendo ahora.

Lo que es interesante notar es que, como Kitromilides también muestra, cuando la crisis explotó en EEUU y en la UE en 2008, la primera respuesta en 2009 sí que fueron las políticas expansivas. El 2009 fue un año de grandes inversiones, aunque nunca semejantes en tamaño a las ocurridas en los años treinta en EEUU y en Europa. Pero la mayor parte de tales inversiones fue para mantener el sistema financiero, sin que se aprovechara la situación para hacer cambios en tal sistema. Fue el mayor gasto público que haya existido en el mundo capitalista desarrollado, y que se gastó en los subsidios y “préstamos” a la banca. Las inversiones no financieras, en cambio, fueron muy limitadas.

A pesar de ello, la reunión del G-20 en Londres en el 2009, fue un intento de seguir las líneas expansionistas del New Deal del Presidente Roosevelt. Fue un momento (breve) de políticas expansionistas que pararon la Gran Recesión e impidieron que tales economías entraran en la Gran Depresión. Pero tal como ocurrió en los años treinta, tan pronto se revirtió la recesión, se volvió a las políticas de austeridad que hicieron tanto daño entonces y continúan haciéndolo ahora. Había ocurrido ya en 1937, en EEUU, cuando la economía comenzó a recuperarse. Inmediatamente los fanáticos del déficit (hoy los podríamos llamar los talibanes del déficit) presionaron al Presidente Roosevelt para que bajara el déficit, alertando de grandes catástrofes en caso de que no se redujera. Se redujo y apareció inmediatamente el desastre. El desempleo se disparó y el crecimiento económico paró. El Presidente Roosevelt expulsó de su Gobierno a los talibanes del déficit de entonces y volvió a sus políticas expansivas, acentuadas más tarde por la gran expansión del gasto público consecuencia de los preparativos para la entrada de EEUU en la II Guerra Mundial.

¿POR QUÉ NO ESTÁ OCURRIENDO LO MISMO EN EUROPA O INCLUSO EN EEUU? ¿POR QUÉ, A LA LUZ DEL DESASTRE DE LAS POLÍTICAS DE AUSTERIDAD, NO SE VUELVE A LAS POLÍTICAS EXPANSIVAS?

La causa es que el capital financiero es mucho más poderoso e influyente ahora de lo que lo era entonces. Cuando el Presidente del Banco Santander, el Sr. Botín, dijo que la culpa de la crisis era de los políticos, tenía un componente de razón, pues, aún cuando, tal como el profesor Juan Torres, una de las mentes económicas más claras que tiene España, ha señalado, con razón, que el comportamiento de la banca ha sido determinante en la aparición de la crisis, el hecho es que tales comportamientos tuvieron la clara complicidad de los políticos gobernantes. Aunque Emilio Botín, al hacer su declaración, intentó disculpar a la banca, cargando la responsabilidad de la crisis en las espaldas de los políticos, la realidad, bien documentada (véase la entrevista del que fue Presidente de la banca City Group, realizada por Bill Moyers en PBS, en mi blog www.vnavarro.org) es que la banca había captado a la clase política, poniéndosela en el bolsillo.

Por cierto, aprovecho para contar una anécdota significativa de lo que estoy describiendo. Cuando Juan Torres, Alberto Garzón y yo estábamos escribiendo el libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, que la editorial Aguilar deseaba publicar, ésta hizo presión para que cambiáramos algunos de sus contenidos. Y uno de ellos fue que no publicáramos el hecho, ya ampliamente documentado, de que la vicepresidenta del Gobierno de Zapatero, Mª Teresa Fernández de la Vega, presionó a los jueces para que éstos no enjuiciaran a Botín, por los muchos actos ilegales cometidos por tal señor como Presidente del Banco de Santander. Ejemplos de esta complicidad hay miles. La editorial Aguilar, a pesar de haber ya promocionado el libro en Amazon y otros medios, retiró el libro (forzándonos a publicarlo en otra editorial de menor difusión).

Pero no puedo terminar este artículo sin citar también la complicidad entre la banca y algunos centros de investigación económica financiados por ella (y que son la mayoría en España), como Fedea y otros centros de promoción del dogma neoliberal. Uno de tales centros en EEUU es el centro de estudios The Peterson Institute for International Economics, próximo a las compañías de seguros y a la banca, que ha tenido como objetivo principal convencer a la sociedad estadounidense de que la Seguridad Social es insostenible y que debe privatizarse. Pues bien, una economista de tal centro, Carmen Reinhart junto con Kenneth S. Rogoff, publicaron un estudio que pronto se convirtió en la Biblia de los abogados de la austeridad, (Carmen M. Reinhart and Kenneth S. Rogoff, This time is different: Eight Centuries of Financial Folly, publicado por Princeton University Press 2009), en el que se concluía que las políticas de austeridad son en realidad políticas expansivas, pues reducen los intereses de la deuda pública y privada. Tal conclusión derivaba de un estudio, con gran fondo matemático, que había recogido datos de muchos países.

Jaime Guajardo, Daniel Leigh y Andrea Pescatori, sin embargo, han mostrado los graves errores de tal estudio (ver su artículo “Expansionary Austerity: New International Evidence” IMF Working Paper 11/158. July 2011). Tales autores basaron su análisis en un número mayor de países. Y concluyen que, al revés de lo que escriben aquellos autores, las políticas de austeridad reducen, en lugar de expandir, el crecimiento económico. En realidad, la evidencia es tan abrumadora que ha hecho que uno de los editores de nada menos que el Financial Times, Wolfgang Munchau, escribiera “No entiendo como alguien con formación macroeconómica, y con un mínimo de honestidad y decencia, puede apoyar hoy la fantasía de que las políticas de austeridad estimulan la economía” (Why Europe’s officials lose sight of the Big Picture. The Financial Times. Oct.16, 2011). A pesar de ello, los Gobiernos continúan con tal fantasía y los gurús de la economía neoliberal, que los medios promocionan constantemente en España, continúan reproduciendo tal falsedad

Artículo ublicado por Vicenc Navarro en la revista digital SISTEMA

http://www.attacmadrid.org/?p=6547

‘A la huelga madre, yo también iré’, por Javier López

por Javier López | Secretario de CCOO Madrid


Cuando Mariano Rajoy fue a Bruselas haciendo publicidad, anunció que el paquete de medidas y recortes, la reforma laboral en marcha, le iba a costar una Huelga General. Un anuncio realizado ante un Primer Ministro nórdico que no entendía nuestro idioma, y que parecía más dirigido a unas cámaras mudas, pero no sordas.

Esas mismas cámaras ante las que De Guindos, dirigiéndose al Comisario Europeo, anunció que la Reforma laboral que preparaba era extremadamente agresiva y le iba a gustar, a Alemania, se entiende.

Hemos dicho que Mariano Rajoy había convocado una Huelga General en el momento de aprobación de una Reforma Laboral que abarata el despido y golpea al convenio colectivo como instrumento ordenador y regulador de las relaciones laborales en España.

Sin convenio colectivo las personas trabajadoras quedan a merced del empresario en todo tipo de modificaciones de sus condiciones de trabajo: bajadas arbitrarias de salario, modificaciones de horarios, jornada de trabajo, categorías profesionales, lugar de trabajo.

Con esta Reforma el despido es más barato, incluso gratuito para los nuevos contratos. No crearemos un solo puesto de trabajo. Más paro, menos consumo, menos actividad económica, más crisis y de nuevo más paro.

La Reforma Laboral supone, además, despreciar una trayectoria del diálogo social, asentada a lo largo del proceso democrático español. El Gobierno desprecia el Acuerdo sobre Negociación Colectiva firmado por UGT, CCOO y CEO, recientemente y, sin negociación alguna, decreta una Reforma Laboral extremista y dura. La más dura que se haya producido en la España democrática.

Hemos remitido dos cartas al Gobierno. Pidiendo negociación, la primera. Remitiendo propuestas, la segunda. Hemos convocado manifestaciones. El 19 de Febrero, el 29 de Febrero, el 8 de Marzo, el 11 de Marzo. La ciudadanía, las trabajadoras y trabajadores, hemos respondido masivamente en las calles. La callada por respuesta, silencio absoluto.

Amenazas de que una Huelga General no servirá para nada. Siempre lo han dicho. Cada Gobierno ante cada Huelga. Luego cayeron hasta Gobiernos. No nos quedaba otra opción que poner fecha a la Huelga General. Los órganos máximos de dirección de UGT y CCOO hemos puesto fecha: El 29 de Marzo.

No vamos alegres, pero vamos convencidos. Nunca hubo tal cúmulo de razones para ir a una Huelga General. Vamos a una Huelga para vencer al miedo, la fatalidad y la inevitabilidad que quieren instalar entre nosotras y nosotros.

Hay otras formas y reformas necesarias para superar esta crisis que no pasan por empobrecer, acogotar, aterrorizar y esclavizar a la clase trabajadora.

Mantendremos la mano tendida y la voluntad negociadora intacta. Este país es más pobre y los sacrificios son inevitables, pero negociados, acordados, compartidos, equilibrados y repartidos.

La imposición no es salida. La imposición sólo tiene una respuesta posible, la movilización, para forzar la negociación. Ahora queda un intenso trabajo. No tanto para explicar una Reforma que se explica sola y para la que basta escuchar a los empresarios en sus explicaciones: despido barato y condiciones de trabajo a libre disposición del empresario. No hubo nunca tantas razones para una Huelga.

El trabajo principal será vencer el miedo. El miedo creado por el paro, la temporalidad, la precariedad laboral, el no futuro que nos anuncian cada día.

El trabajo principal será convencernos mutuamente, ayudarnos mutuamente, apoyarnos todas y todos, para demostrar, en la Manifestación del 11 de Marzo, en la Huelga del 20-de Marzo, que hay otras formas de afrontar y superar esta crisis situando a las personas como primer objetivo. Defendiendo el empleo, reforzando la cohesión social.

Todos los sindicatos, todas las trabajadoras y trabajadores, todas las organizaciones sociales, toda la ciudadanía. Cuantos votaron y no votaron. Cuantos votaron a cualquier partido. También los votantes del PP, están convocados a esta manifestación y esta Huelga General. Porque o paramos la reforma laboral y los recortes, o España se para.

miércoles, 14 de marzo de 2012

De la huelga política y otras cosas, por Rodolfo Serrano

Hay que recordar a Don Antonio Machado que tuvo siempre en sus reflexiones una capacidad de análisis sorprendente. Como sorprendente es que todavía sus palabras sean tan necesarias. Lo he escrito muchas veces y hoy hay que volver a repetirlo ante los ataques, terribles y muchas veces interesados, sobre el sentido político que anima a los sindicatos.

Desde la izquierda y desde la progresía está de moda, como decíamos en el artículo anterior, atacar a los sindicatos. Sale gratis y siempre podemos decir que no representan a nadie y menos a los parados. No tenemos dato alguno que lo avales, pero ahí queda eso. También podemos decir que sus decisiones son políticas, con esa percepción de considerar que lo político es algo que no corresponde a según a qué gente.

Así que las movilizaciones de los jóvenes, si hay que desacreditarlas, son políticas, y las huelgas, lo mismo, y las víctimas del 11-M también. Todo se aprovecha para el convento. Y dejamos la política para uso exclusivo ed los políticos y de los periodistas, parece que los únicos facultados para decidir qué es o no es político y quien puede utilizarlo.

A Machado, pues, que decía en los años 30: “La política, señores (...) es una actividad importantísima… Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros, y, naturalmente, contra vosotros”.

Todo es política. Porque la política es parte del hombre. Porque el hombre, en su sentido más digno, es un animal político. Y política viene del griego: ciudadano. Todos somos ciudadanos y todos tenemos derecho a la política. Y a hacer una huelga política.

María Dolores de Cospedal en una larga entrevista y cortas respuestas, decía que los sindicatos no representan a todos los trabajadores. Cierto, aunque representen el interés de todos los trabajadores, como dice, por cierto, la Constitución. Pero es que, visto así, tampoco los partidos políticos representan a todos los ciudadanos. Y a nadie se le ocurre deslegitimar a un Gobierno porque “sólo” haya obtenido una mínima representación si la comparamos con el número total de ciudadanos.

De Cospedal hace una finta peligrosa que puede terminar por darle en su propia cara. Los mecanismos democráticos están ahí para garantizar la gobernabilidad y establecer unas reglas mínimas que permitan, entre otras cosas, legitimar la representación. Si los sindicatos, sometidos a elecciones igual que los partidos, no representan a nadie, habrá que ver a quién representan los partidos políticos con esos mismos baremos.

Otra de las acusaciones es la de que los sindicatos no representan a los parados. Pues, bueno. Pues, muy bien. Supongo que es producto de la ignorancia decir algo así, cuando en todos los acuerdos, la situación de los parados, sus prestaciones, su cobertura sanitaria, ocupa buena parte de la negociación.

Recuerdo que una vez, hace tiempo, Juan Barranco, de orígenes sindicales, respondió en un debate a alguien que, muy ufano, se preguntaba para qué sirven los sindicatos. Mire usted, vino a decir Barranco, para que los niños hayan desaparecido de las fábricas, para que las jornadas de trabajo no sean propias de la esclavitud, para que se tenga un salario digno, para que los parados estén amparados, para que la mujer no sea discriminada...

Que los sindicatos cometen errores. Claro que sí, como cualquier otra organización. Como cualquier ser humano. ¿Y...?

Pero ya digo. Atacar a los sindicatos sale gratis. Lo triste es que muchas veces estos ataques vengan desde la voz de gente que son, nada más y nada menos, que simples trabajadores que han obtenido sus salario y sus derechos gracias a los sindicatos.

En fin. Refugiémonos en la poesía. Hablando de política, ahí va este epigrama de Ventura Rodríguez de Aguilera (siglo XIX), escrito para hoy:

Aceptando una cartera
el político don Luis
jura que hace un sacrificio.
Y es verdad: el del país.

Discurso de Friedrich Engels ante la tumba de Karl Marx

“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.

Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o de una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas o incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse; y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo.

Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.

Dos descubrimientos como éstos debían bastar para una vida. Quien tenga la suerte de hacer tan sólo un descubrimiento así, ya puede considerarse feliz. Pero no hubo un solo campo que Marx no sometiese a investigación -y estos campos fueron muchos, y no se limitó a tocar de pasada ni uno solo-, incluyendo las matemáticas, en que no hiciese descubrimientos originales.

Tal era el hombre de ciencia. Pero esto no era, ni con mucho, la mitad del hombre. Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Por puro que fuese el goce que pudiera depararle un nuevo descubrimiento hecho en cualquier ciencia teórica y cuya aplicación práctica tal vez no podía preverse aún en modo alguno, era muy otro el goce que experimentaba cuando se trataba de un descubrimiento que ejercía inmediatamente una influencia revolucionaria en la industria y en el desarrollo histórico en general. Por eso seguía al detalle la marcha de los descubrimientos realizados en el campo de la electricidad, hasta los de Marcel Deprez en los últimos tiempos.

Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de éste o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quien él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. Primera “Gaceta del Rin”, 1842; “Vorwarts” de París, 1844; “Gaceta Alemana de Bruselas”, 1847; “Nueva Gaceta del Rin”, 1848-1849; “New York Tribune”, 1852 a 1861, a todo lo cual hay que añadir un montón de folletos de lucha, y el trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres, hasta que, por último, nació, como remate de todo, la gran Asociación Internacional de los Trabajadores, que era, en verdad, una obra de la que su autor podía estar orgulloso, aunque no hubiera creado ninguna otra cosa.

Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los republicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultra-demócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde las minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal.

Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra”

domingo, 11 de marzo de 2012

El miedo a la protesta. Por Julián Casanova, en El País del 10 de marzo

¿Estamos ante el final del “viejo” paradigma de consenso entre capital y trabajo que surgió después de la Segunda Guerra Mundial?

JULIÁN CASANOVA 10 MAR 2012

Durante las últimas décadas, los nuevos movimientos sociales que sustituyeron a los sueños revolucionarios anteriores a 1945, y a las protestas que los alimentaban o derivaban de ellos, ya no surgían como respuestas a las crisis económicas o a la quiebra de los sistemas políticos.

El capitalismo occidental, europeo y norteamericano, había encontrado una estabilidad y un ritmo de crecimiento sin precedentes en la historia y el Estado de bienestar y la transformación de la sociedad civil habían traído nuevos actores políticos. Clases medias, estudiantes, mujeres y profesionales, en vez de jornaleros del campo y trabajadores industriales. La identidad colectiva, la conciencia de grupo y la solidaridad se diluían ante el triunfo del individualismo y de la sociedad de consumo.

En ese largo período de tiempo, el capitalismo como máquina de crecimiento fue sustentado por los partidos socialistas y los sindicatos obreros, a cambio de beneficios sociales, distribución de la renta y democracia política. Era un reparto de esferas de influencia donde el crecimiento, la prosperidad y la seguridad social convertían al conflicto en algo casi marginal y limitado a escenarios muy extraordinarios, resuelto a través de convenios colectivos y de las luchas electorales entre partidos democráticos.

El consumo y el Estado de bienestar hicieron milagros. Millones de ciudadanos europeos occidentales que habían conocido las guerras, las revoluciones y los fascismos se sintieron, por fin, seguros bajo el amplio paraguas de un sistema que les proporcionaba protección en caso de enfermedad, paro o jubilación. Y sus hijos crecieron aprendiendo una nueva cultura cívica, que oponía la movilidad y el control social a la lucha de clases y a la búsqueda de paraísos terrenales.

Aparecieron también en esos años nuevos movimientos sociales que abandonaban en la mayoría de los casos el sueño revolucionario de un cambio estructural, para defender una sociedad civil democrática. Normalmente asumían formas de organización menos jerárquicas y centralizadas que los partidos y sindicatos tradicionales y se nutrían de jóvenes, estudiantes y empleados del sector público; es decir, de ciudadanos que ya no representaban a un clase determinada, por lo general a la obrera, y que, por lo tanto, ya no recogían sólo los intereses y reivindicaciones de esa clase.

Los españoles nos incorporamos con retraso a ese escenario, algo sólo posible tras el fin de la dictadura de Franco, pero el Estado de bienestar y la mejora sustancial del nivel de vida, con acceso general a la educación y a la sanidad, dejó una impronta notable en una sociedad acostumbrada al mal funcionamiento de la administración y a la ineficacia de los servicios públicos.

Los tiempos están cambiando y la historia, ahora que el presente viene cargado de noticias sin futuro, puede arrojar alguna luz. Con esta crisis tan profunda, con millones de parados y con las políticas agresivas de recortes sociales, ¿estamos ante el final del “viejo” paradigma de consenso entre capital y trabajo que surgió después de la Segunda Guerra Mundial y que en España contribuyó a consolidar la democracia?

Hay claros indicios que así lo sugieren. Con un Gobierno tan convencido de su fuerza, de la bondad patriótica de sus políticas, y tan poco dispuesto a hacer concesiones, los sindicatos y movimientos sociales no podrán negociar, porque nada recibirían a cambio, y las protestas no podrán canalizarse a través de las instituciones y organizaciones ya establecidas. Frente a las políticas de desorden que surjan de ese escenario, el Estado, el Gobierno y los medios que los sustentan pedirán mano dura y acciones represivas de control social. Muchos ciudadanos se convertirán en súbditos y los trabajadores en clientes del capital, mientras que los sectores sociales más marginados y empobrecidos por la crisis económica achacarán a la democracia y a la política establecida el fracaso de un sistema que ya no les proporciona prosperidad material.

Esos pueden ser los efectos perversos de querer eliminar todos los temas, prácticas y reivindicaciones que se articulen al margen de la política oficial del Gobierno y de su partido. Esa definición restrictiva de la política abre las puertas de forma casi irreparable al triunfo del capitalismo financiero y especulativo y trata a los conflictos sociales como meros desafíos a la autoridad pública. Lo que hay detrás de ese proyecto ultraconservador, que se ha comido a la socialdemocracia, incapaz de ofrecer una alternativa, es salvaguardar la propiedad y el mercado y restaurar las relaciones laborales a favor del capital.

Al romper el amplio acuerdo en torno al crecimiento económico, los beneficios sociales y la distribución de riqueza, el nuevo orden acabará excluyendo y echando del sistema a muchos ciudadanos que ya lo habían asimilado. Pese a las lógicas ganancias que eso proporcione a las élites políticas y financieras, auténticas beneficiarias de ese nuevo orden, el resultado puede ser un nuevo período de confrontación, con altos niveles de conflicto violento extrainstitucional. Una vuelta, por otros medios, a la cultura de enfrentamiento que dejó arruinada a Europa no hace mucho tiempo.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza


viernes, 9 de marzo de 2012

29 de Marzo: Huelga General


CCOO acuerda convocar junto a UGT huelga general para el 29-M (marzo).

Votación unánime en el Consejo Confederal

(foto: Francisco Naranjo)

jueves, 8 de marzo de 2012

11 de marzo. No a la reforma laboral


"Terrorismo Informativo", por Attac Madrid

TERRORISMO INFORMATIVO

“Sabemos dónde vives y dónde trabaja tu mujer”. Amenaza verbal terrorista miles de veces denunciada por el diario El Mundo. Y ahora la practica.

Porque el artículo sobre Ladislao Martínez publicado el domingo 4 de marzo, en la página 65, firmado por Vicente Ruiz, es puro terrorismo informativo. Sabe dónde viven Ladislao y su pareja, y lo publica. Sabe el nombre y apellidos de Carmen, y los publica. Sabe el lugar de trabajo de su mujer, y lo publica. Pero ignora otras muchas cosas, cómo su ocupación laboral en la empresa, dónde empieza la numeración de la C/ Lérida, dónde trabaja Ladislao, qué medio de transporte usa para trasladarse desde su domicilio al de su trabajo, cual es su profesión, la procedencia del dinero con el que Carmen y Ladislao pagaron su actual piso, el precio, la procedencia de las fincas de cereal de las que es copropietario, y el rendimiento que obtiene de ellas. Y muchas más cosas. Pero no importa. No hay que permitir que la verdad estropee un buen libelo.

También ignora Vicente Ruiz que Ladislao Martínez es socio –militante- de Attac, vicepresidente de la Junta Rectora de la organización territorial de Madrid. Y parece ignorar que como ciudadano español tiene derecho a militar dónde le de la gana, y a defender las causas que considere justas. Y también como “terrateniente”.

Y lo ignoran los consejeros de la Comunidad de Madrid Salvador Victoria y Percival Manglano, que entretuvieron el domingo lanzando insidias contra Ladislao Martínez desde sus twiter.
Los datos parciales e insidiosos publicados por El Mundo en su edición impresa del día 4 fueron luego matizados y corregidos en las sucesivas ediciones digitales. Y ayer, en la información sobre el resultado de la consulta sobre la privatización del 49% del Canal de Isabel II, firmada por Carmelo Pérez.

Pero el efecto estaba conseguido. Y el efecto que se buscaba era desprestigiar la consulta, unificando las críticas, como aconseja Goebbels, en un solo enemigo. Uno entre los cientos, si no miles, de personas participantes en la Plataforma contra la Privatización del Canal de Isabel II, que se han esforzado, gratis, para que esta consulta se llevara a cabo. Ni en el artículo impreso del día 4, ni en las ediciones digitales, ni en los twits de los Consejeros, se decía una palabra sobre la privatización del Canal, sobre los supuestos beneficios para la Comunidad, para la ciudadanía, de esta privatización. Tan solo deslegitimaban la consulta, por falta de representatividad. ¿Por qué no plantean un referendum oficial? Porque temen que, como ocurrió el día 4, los madrileños, incluidos los lectores de El Mundo y los votantes del PP, conozcan sus planes de entregar la gestión del agua a la iniciativa privada.

Un millonario contra la privatización del agua. ¡Qué cosas! Es más sencillo atacar al millonario que desprestigiar un movimiento social en el que participan centenares de miles de vecinos y vecinas de la Comunidad, y millones de personas en toda España.

Es más sencillo afirmar que las manifestaciones de estudiantes, profesores, padres, madres, abuelos y abuelas de Valencia están provocadas por violentos agitadores ajenos, que se enfrentan a la policía, que responder con razones a las protestas pacíficas. Es más sencillo señalar a unos cuantos manipuladores que responder a la contestación de los millones de personas que se niegan a pagar una crisis que no provocaron. Y se niegan, nos negamos, pacíficamente, ejerciendo una democracia de base que el poder de los beneficiarios del vota y calla.

El ataque a nuestro compañero Ladislao Martínez es solo un síntoma de la respuesta que va a dar el PP y sus muchos medios informativos afines a la contestación popular. Pero Attac, como parte de los miles de movimientos sociales y asambleas vecinales y sectoriales, no se va a amedrentar.

Junta Rectora de Attac Madrid

miércoles, 7 de marzo de 2012

Señores de Endesa: ni un céntimo

Hoy me han informado por correo que desde el día 1 mi consumo de electricidad lo gestiona Endesa.

Les he mandado el siguiente mensaje, aunque supongo que no me harán el menor caso:

"Estimados señores: parece ser que a partir de ahora van a ser ustedes quienes van a gestionar mis recibos de electricidad. Quisiera saber si puedo acogerme a algún sistema para que ni un céntimo de mi dinero acabe en manos del Sr. José Mª Aznar o de la Sra.Elena Salgado, directivos de su empresa"

Espero su amable respuesta. Atentamente,

fdo: A. Peinado"

martes, 6 de marzo de 2012

Holaya Saborido deja este texto en un pefil 'bloque crítico'

"Me parece lamentable esa equidistancia fascistoide entre sindicatos y patronal que no hace sino contribuir a la estrategia fascista de desprestigio a los sindicatos. Deberíais hacéroslo mirar, porque o bien es envidia porque los sindicatos "amarillos" siguien movilizando más a las clases trabajadoras que vuestro nuevo colectivo interclasista pequeño burgués.

Ahora voy a dejar yo algunas preguntitas sobre esta página y acólitos que nos hacemos la clase obrera, no "ciudadanos", que entra en el campo semántico de la demoracia burgusesa, también Botín es ciudadano, no te jode.

¿Por qué no hablamos del programa de DRY en es.radio de Jiménez Losantos? ¿Por qué no hablamos de los sucedido en Grecia en Plaza Sintagama en junio cuando una comitiva de DRY-15 fue expulsada de la misma? ¿Por qué no hablamos de la Fundación Everis, la Sociedad Civil, los financiadores de Nolesvotes, DRY y el resto de páginas desde la derecha más reaccionaria y anarco-capitalista? ¿Por qué no hablamos de los "emprendedores" (explotadores pero en fino) que son portavoces de esta organización? ¿Por qué no hablamos de algunas publicaciones en esta dicha página justificando a Manos Limpias (será el único sindicato que les gusta) por su denuncia a la Infanta Cristina? ¿Por qué no hablamos de la agresión vergonzosa a Jesús de Cos, HÉROE anti-franquista durante el 15 O? ¿Las buenas gentes de izquierdas y los libertarios que quedan en el movimiento se darán cuenta en algún momento de la manipulación a la que han sido sometidos y se sacudirán de una vez por todas a estos elementos desarrollando un nuevo libro de estilo, recuperando el control de las comunicaciones, de la organización y coordinación? ¿Va a seguir el Movimiento 15M intentando sustituir a los movimientos sociales de izquierdas para vaciarlos de contenido ideológico y transformarlos en organizaciones de diseño desvinculadas de referentes históricos e ideológicos de la izquierda combativa? ¿ Por qué se parecen tanto las reivindicaciones consensuadas en las asambleas del movimiento 15M a las propuestas políticas del documento "Transforma España" de la Fundación Everis?¿Por qué personajes ligados directamente a la CIA, como Eduardo Serra, están de acuerdo con el movimiento 15M? ¿Por qué las revindicaciones del 15M son similares a las del CRMC, así como la "normalidad" con la que los boys de Trevijano están como cabezas visibles y no solo eso, es que los 4 puntos mínimos acordados son los mismos? ¿Por qué un ex- miembro del FMI y antiguo político y parlamentario europeo de la derecha más reaccionaria como Punset ha apadrinado esto?

El apolicismo y el asindicalismo es nazi-fascismo de manual, a ver si alguien revisa los principios ideológicos, en las bibliotecas son gratis. Los movimientos que en el siglo XX se definieron como ni de izquierdas ni de derechas fueron el nazismo alemán, el fascismo italiano y la Falange Española. ¿Cual de los tres modelos seguirá el 15M-DRY junto al MCRC, Nolesvotes.com y restos de grupos y sectas infiltrados que controlan en la trastienda el Movimiento 15M?

Gracias de antemano. Pues yo al 12 de Mayo también iré en bloque crítico a vuestra batukada con florecitas para los maderos, eso sí, me repasaré las tácticas para recibir porrazos en posición fetal, como buena quincemera. Las cuentas de los sindicatos están claras y sus orígnes, no así vuestra revolución naranja".

11 de marzo. No a la Reforma laboral.