viernes, 31 de diciembre de 2010

lunes, 27 de diciembre de 2010

De Eduardo Galeano a Adolfo Pérez Esquivel. 7 de diciembre de 2010

A treinta años de recibir el Premio Nobel de la Paz por denunciar los crímenes del terrorismo de Estado, Adolfo Pérez Esquivel fue homenajeado este 7 de diciembre por la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires. A continuación el saludo que le envió nuestro Eduardo Galeano:



Querido Adolfo:

Hoy no puedo estar contigo, pero mis palabras quieren.

Yo no soy quién para prohibirles volar, así que aquí van.

Ellas quieren decirte, simplemente: gracias.

Gracias porque en las horas más jodidas, cuando ya no te quedaba aliento, supiste seguir creyendo que era verdad, una verdad grande como una casa, aquello que había dicho Salvador Allende: “Vale la pena morir por todo aquello sin lo cual no vale la pena vivir”.

Y gracias porque recibiste el Nobel y no te engrupiste, y no te olvidaste de aquella otra verdad que había dicho José Martí, también grande como una casa: “Todas las glorias del mundo caben en un solo grano de maíz”.

Y gracias por ser como sos, bienhumorado, sencillo, limpio de todo veneno, para que se sepa, por si no se sabe, que nosotros no somos unos insoportables amargados.

Te abraza tu hermano, siempre.

Eduardo Galeano


martes, 21 de diciembre de 2010

"El último relato", por Ricard Vinyes, en Público el 20 de diciembre

En la historia de la dictadura hay dos épocas en las que sus dirigentes tuvieron –y sintieron– la necesidad de envolver la política con estrategias de alta densidad memorial y simbólica. Se trataba de establecer un tótem con el que congregar a la nación recién inventada en torno a un relato, alrededor de palabras expresadas en formatos muy diversos: piedras talladas en hechuras de metáfora, símbolos de leyendas recuperadas, invocaciones al barroco, imágenes del presente interpretadas en clave del pasado, y al revés.

La primera de esas dos épocas aconteció apenas iniciada la postguerra, e inauguró y desarrolló una épica monumental que relataba la perdurabilidad de los valores de la Victoria –además de la victoria estrictamente bélica, claro–. Aunque el éxito, la conquista relatada y el acto fundacional de la época no era sólo la Victoria, sino la sangre y dolor vertidos para ella, la sangre como capital e inversión, como valor nacional. Esa época concluyó en 1957, con la apoteosis de Cuelgamuros, sus cruces, ángeles y monstruos. Jürgen Habermas dice del Valle que parece “un monumento encargado por los faraones a Walt Disney”; pero no, la verdad es que el Valle no tenía –ni tiene– nada que sea ridículo o grotesco, nada que permita sonrisa o burla, sólo transmite exaltación del dolor y del temor. Es la síntesis de un tiempo y la expresión exacta de una idea hecha realidad, el templo deseado por el fascismo europeo derrotado que hallaba en España, siempre, referencia y refugio. Es la escenografía de la derecha española victoriosa congregada al entorno de su dictadura. En la década siguiente la Victoria fue substituida por la Paz, y los valores de la sangre y el dolor por los de la modernidad y el desarrollo, (que es dolor y sueño a la vez). Comenzaba una época y buscaron contar su propósito. Los XXV años de Paz celebrados fueron un relato sobre la construcción –y salvación– nacional, pero para ello debía ocultarse que 25 años atrás la modernidad había sido destruida a sangre y fuego.

Cualquier proyecto de construcción nacional reposa tanto en la memoria como en el olvido; ambos son las dos dimensiones de un mismo campo de negociación de sentido, donde narraciones concurrentes rivalizan para hacerse escuchar, para conquistar un espacio propio y alcanzar la hegemonía o el dominio. Para eso fue concebida la operación político-cultural de mayor ambición producida por el Estado en la España del siglo XX . Se trataba de ofrecer a la sociedad un espejo que devolviese la imagen de un presente idealizado que prefiguraba un futuro de desarrollo integral, de bienestar y paz social en una Arcadia española vacía de conflictos. Con ese objetivo, el Ministerio de Información y Turismo dirigido por Manuel Fraga Iribarne, titular de la cartera desde 1962, planificó, ejecutó y gestionó una enorme movilización de recursos culturales y académicos, políticos y económicos, nacionales e internacionales. España fue pensada integralmente, y de ese ejercicio surgió una gran maniobra cultural de legitimación y perpetuación de la dictadura que, con un remozado universo simbólico, regalaba identidad y voceaba que el futuro de modernidad y desarrollo estaba asegurado, y que lo estaba porque se había producido, 25 años atrás, una Victoria fundadora de la Paz presente. Era el complemento cultural que ponía palabras, un relato, al proyecto económico establecido en los Planes de Desarrollo.

La conmemoración de los XXV años de Paz fue un empeño de altura efectuado al margen de la realidad y destrozado por la realidad misma, una realidad de la que formaba parte la acción del antifranquismo que de ningún modo la dictadura podía asumir. Ferias, exposiciones, pabellones internacionales, canciones y películas, teleclubes y festivales erigidos como homenaje en 1964, no fueron suficientes para convencer, dentro y fuera, sobre la España arcádica heredera de la Victoria. Al fin y al cabo esa época comenzó con la ejecución de Julián Grimau, en abril de 1963, prosiguió en julio del mismo año con las ejecuciones de Francisco Granados y Joaquín Delgado, las huelgas mineras y fabriles de 1964 y las de 1966 y la constitución de un nuevo sindicalismo; tuvo que tragar las grandes movilizaciones estudiantiles que destrozaron el sindicato falangista universitario y a su jefe nacional, Rodolfo Martín Villa; alcanzaba el límite con el asesinato de Enrique Ruano por la policía y la declaración del estado de excepción en 1969 y asumía el final definitivo con el Proceso de Burgos, a fines del otoño de 1970. Y entremedio, algo más. En 1963, en el contrabando de libros que desmentían los relatos oficiales, apareció un título que conmovió los cimientos del ministerio de Fraga Iribarne, El mito de la cruzada de Franco. Su autor, Herbert Rutledge Southworth, un historiador de Oklahoma al que algún día este país debería dedicar una plaza. El impacto de aquel texto –más que el de otros hispanistas más populares pero menos penetrantes y consistentes–, promovió que el ministro de Información nombrase a un joven funcionario lejanamente interesado en temas de historia, Ricardo de la Cierva de Hoces, para montar una Sección de Estudios sobre la Guerra de España, con la función declarada de establecer un servicio de contrainformación que detuviese la nueva perspectiva de la historia de la Guerra Civil española. Con la Sección de Estudios nacía la historiografía neofranquista, hoy mal llamada revisionista.

En cualquier caso, cuando un libro conmueve un ministerio, y aún más si es el de Información, es que la capacidad de congregar está perdida; y a partir de ahí, la política no tiene norte.

Ricard Vinyes es historiador

sábado, 18 de diciembre de 2010

sábado, 11 de diciembre de 2010

Joaquín Leguina y el franquismo sobrevenido

Arturo Peinado. Federación Estatal de Foros por la Memoria


"Quienes no tienen el valor de luchar deberían tener al menos la decencia de callarse". José Martí


Las personas que, de un modo u otro, estamos involucrados en el movimiento social por la recuperación de la memoria (que cada vez es más un movimiento anti-impunidad), sabemos que la lucha por la Justicia, la Verdad y la Reparación para las víctimas del franquismo, no ha sido ni va a ser un camino de rosas. Sin embargo, al parecer no lo estamos haciendo del todo mal, cuando como respuesta a nuestras acciones se comienzan a sacrificar torres y alfiles tras el fracaso de los peones.

Esta reflexión surge a partir de la lectura del libelo recientemente publicado por el prestigioso demógrafo, ex presidente de la Comunidad de Madrid y miembro del Consejo Asesor de Doña Esperanza Aguirre, Joaquín Leguina.

La lectura de "El duelo y la revancha", que así se llama el opúsculo en el que Leguina desparrama sus frustraciones, genera sensaciones varias: primero asco, después lástima, por último vergüenza ajena. Y no necesariamente en este orden.

Parece ser que el hecho de haber salido como derrotado de la presidencia de la Comunidad de Madrid ha provocado en el señor Leguina algún trauma o variedad del Síndrome de Estocolmo, porque no creemos que su actuación responda meramente al agradecimiento por el puesto más bien simbólico que ha tenido a bien otorgarle la Lideresa en su munificencia, o que a estas alturas aspire a una portería de finca urbana, despacho de quinielas, estanco o gasolinera.

Pero sobre todo nos resulta difícil comprender por qué un señor que se supone sigue llevando en el bolsillo el carnet del partido de Pablo Iglesias, Besteiro, Prieto, Largo o Negrín, no tiene ningún empacho en alinearse con quienes derrotaron, asesinaron, encarcelaron, exiliaron... a los que se supone son los suyos, tras sublevarse contra el Gobierno democrático y secuestrar la soberanía nacional a punta de pistola y crucifijo durante cuarenta años. Es más, en su panfleto el señor Leguina hace una “interpretación” particular de lo sucedido en la guerra civil con la que rebasa por la derecha a los más siniestros y desprestigiados "recauchutadores del pasado". La versión de la historia de la guerra civil que presenta el señor Leguina ya estaba desautorizada cuando el maestro Southworth vapuleaba de manera inmisericorde a Ricardo De la Cierva.

Pero el objetivo de este artículo no es realizar valoraciones subjetivas sobre la indignidad, la bajeza moral y la indigencia ética de Joaquín Leguina, algo que, por otra parte, él mismo se preocupa de dejar patente en sus últimos escritos y cuando se deja exhibir como modelo de "izquierda responsable" en las tertulias de Radio-Odio, y otros medios de comunicación de esa derecha que sigue utilizando la cabeza únicamente para embestir.

Por favor, ¿en manos de qué clase de gente ha estado la izquierda de este país, para acabar expuestos como trofeos en el despacho de Espe (véase la señora Alberdi), dejándose utilizar a modo de excusa o coartada pluralista como tertulianos en los medios "neocon", o recibiendo de regalo de cumpleaños (magro pago a los servicios prestados) un reloj de oro por los responsables de lo acaecido en Vitoria y Montejurra?

¿Qué tipo de democracia defiende el señor Leguina que nos exige silencio, que pretende obligarnos a aceptar la injusticia y la impunidad de los crímenes franquistas, muchos de ellos cometidos no en las décadas de los 30 ó los 40, sino coincidentes en el tiempo con los realizados por las dictaduras del Cono Sur americano?. ¿Pero no salió en la tele hace 35 años un señor con bigotillo diciéndonos que “la lucecita de El Pardo” se había extinguido definitivamente?.

¿Qué autoridad esgrime don Joaquín para negarnos el derecho a exigir la anulación de las sentencias franquistas, a día de hoy plenamente legales y firmes, a pesar de una paupérrima Ley de Memoria que el Sr.Leguina critica por revanchista?. ¿Aún no podemos decir públicamente que el proceso de Puig Antic estuvo plagado de irregularidades; que Julián Grimau fue defenestrado y que la composición del tribunal que le condenó era ilegal; que Granado y Delgado eran inocentes de todas las acusaciones que se les hicieron? ¿Porqué ocultar que a ellos y a muchos miles más se les sometió a salvajes torturas por las cuales nunca nadie se ha sentado ante un tribunal, gracias a la Ley de Amnistía de la que el señor Leguina se manifiesta tan orgulloso y cuya anulación ha recomendado la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, equiparándola a otras leyes de punto final?

Joaquín Leguina escribe que muchos de los republicanos condenados y asesinados eran simples criminales, que se lo estaban buscando. ¿Se merecían el asesinato judicial los rectores de universidad Joan Peset, Leopoldo Alas, Salvador Vila?. ¿Se habían buscado ser juzgados y fusilados por sus compañeros perjuros miles de militares leales a la República, como Batet, Núñez de Prado, Escobar, Campins...?. ¿Y los funcionaros, los obreros, los jornaleros, las mujeres rapadas y violadas...?.

Incluso en caso de que se pudiera presuponer que alguna víctima del franquismo hubiera cometido delitos, ¿ha oído alguna vez el señor Leguina hablar de garantías procesales?. Porque todas y cada una de las víctimas del franquismo que pasaron por los consejos de guerra o los siniestros tribunales, fueron juzgados y condenados en situación de manifiesta indefensión legal: mediante testimonios, "pruebas" y delaciones sin posibilidad de ser refutadas; con "confesiones" obtenidas por medio de la tortura y las palizas; sin opción de apelar las sentencias ante una autoridad judicial superior independiente. Pero sobre todo, ¿con qué derecho constituyeron tribunales, legislaron, juzgaron y condenaron quienes no tenían otra "legitimidad" que el hecho de haberse sublevado contra el gobierno democrático y legal, traicionando su juramento, a su pueblo y a su país?.

Y eso cuando hablamos de consejos de guerra, dado que muchos miles de defensores de la legalidad democrática ni siquiera fueron juzgados: los asesinaron y permanecen aún enterrados en centenares de fosas comunes clandestinas (gran número de ellos, si no la mayoría, miembros de Casas del Pueblo, de la UGT y del PSOE como el señor Leguina), sin que los jueces se dignen a intervenir y permaneciendo sus familias en estado de absoluta indefensión jurídica. Que España sea a día de hoy el segundo país del mundo en número de desaparecidos tras la Camboya de Pol-Pot, sí que es un escándalo, una vergüenza y un hecho que pone en cuestión los fundamentos de la actual democracia, y no lo que exaspera a Don Joaquín.

El señor Leguina y "los suyos" responden invariablemente a estos planteamientos con la manida explicación de que "todos (¿porqué usan siempre la primera persona del plural?) fuimos culpables, las atrocidades no fueron exclusivas de un solo bando". El objetivo es subsumir esa "culpabilidad" global en una teórica irresponsabilidad colectiva, lo cual es un argumento falaz cuando hubo responsabilidad directa, consciente, premeditada y planificada sólo por parte de quienes libremente decidieron sublevarse contra el gobierno legítimamente constituido (por cierto, la planificación diferencia los delitos comunes de los crímenes de lesa humanidad).

El problema de fondo está en la brutal diferencia de trato entre unas y otras víctimas, porque si alguien ha hecho políticas de memoria en España ha sido el franquismo durante cuarenta años: de reparación material, "justicia" para los suyos, de socialización simbólica de sus valores por todos los medios posibles, incluyendo el sistema educativo, etc. Verdad y justicia que se negaron y se siguen negando a los defensores de la democracia y de la libertad, y a sus familias, también víctimas.

Pero, ¿cuál es el verdadero motivo de los exabruptos de Joaquín Leguina?. En el discurso que pronunció al recibir el Premio Cervantes en 2008, el poeta Juan Gelman decía: “Hay quienes vilipendian este esfuerzo de memoria. Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar hacia adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. (…) Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero (…) Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular”.

Joaquín Leguina no tiene, que sepamos, un pasado o antecedentes franquistas pero es plenamente consciente de que toda la actuación de muchos “prohombres” de la Transición es radicalmente cuestionada por la visibilidad de los desaparecidos, de las fosas comunes, de las sentencias firmes de los Consejos de Guerra y del TOP, de las víctimas humilladas y saqueadas. Que la recuperación de la memoria histórica en nuestro país también expone a la luz pública a los beneficiarios económicos y políticos del franquismo, los pactos más o menos explícitos de impunidad y de silencio. Leguina y muchos otros temen que la recuperación de la memoria histórica no se limite a los años 30 ó 40, y que la sociedad empiece a conocer qué pasó y el papel de cada uno en torno a 1975 y los años posteriores.

El talón de Aquiles de la argumentación del señor Leguina es que las propuestas del movimiento memorialista y contra la impunidad del franquismo, son valoraciones que sobre el modelo español de impunidad expresan también algunos de los más prestigiosos juristas de todo el mundo, organizaciones internacionales de Derechos Humanos, e incluso las Naciones Unidas: La exigencia de anulación de la Ley de Amnistía de 1977 en cuanto que ley de punto final; la apertura judicializada de las fosas comunes franquistas como pruebas de crímenes contra la Humanidad imprescriptibles y no amnistiables; la necesidad imperiosa de anular las sentencias franquistas por lógica, por justicia y por higiene democrática, etc..

Nosotros formamos parte de una federación de organizaciones que realiza exhumaciones de fosas comunes del franquismo, mediante el trabajo (económicamente) desinteresado de voluntarios y familiares. Ofrecemos a Don Joaquín Leguina la posibilidad de que venga a explicarnos a pie de fosa durante la próxima exhumación que llevemos a cabo, ante los restos de nuestros compañeros asesinados, por qué tenemos que callar y olvidar. Nosotros y nosotras nos ponemos a su disposición para explicar, donde y cuando haga falta, que aspiramos a que este país deje algún día de ser una excepción en la aplicación del Derecho Penal Internacional y de los Derechos Humanos.

Los medios de comunicación dicen que exhumamos las fosas comunes y rescatamos los restos y la memoria de nuestros compañeros con el fin de devolverles la dignidad. Es un argumento completamente falso porque jamás la perdieron: quien carece de dignidad y de vergüenza es la sociedad española que se ha venido autoengañando y ha sido forzada a construir un "modelo de convivencia" sustentado en la ocultación del crimen, la imposición del silencio y la perpetuación de la injusticia.

Señor Leguina: ya pasó el protagonismo histórico de la generación de los “padres de la democracia”, y ha transcurrido el tiempo suficiente para que los historiadores (los de verdad) analicen sus acciones y las de sus coetáneos, así como las causas y motivaciones que había detrás. Exigimos respeto para los que usted llama "antifranquistas sobrevenidos", quienes únicamente pretendemos realizar la labor de superación del franquismo y de implantación efectiva de la justicia, que ustedes no supieron, o no tuvieron el valor o la intención de hacer.

De cualquier modo, la reacción de Joaquín Leguina demuestra no sólo que tenemos la razón, sino que vamos por el buen camino.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Españoles, ¿sois idiotas?

Jesús Sanz Astigarraga
Noticias de Navarra, 9 de Diciembre de 2010

HAY un problema laboral del colectivo de controladores aéreos que afecta al 1,2% de la población española (600.000 personas) y casi todos saltáis como energúmenos pidiendo hasta el linchamiento de ese colectivo cuando el día anterior hacen otra reforma del sistema laboral más restrictiva, quitan los 420 euros de ayuda a 688.000 parados que están en la ruina y anuncian cambios drásticos a peor en la ley de pensiones que afectan al 80% de la población y nadie se indigna ni dice nada. ¿Sois idiotas?

Estáis pidiendo a gritos al Gobierno que se apliquen medidas que quitan el derecho a la baja laboral, a los permisos retribuidos y a las horas sindicales, sacar militares a la calle ¿sois idiotas?

Estáis leyendo que mintieron en los vuelos de la CIA, en el caso Couso, que González era la X del GAL, que gente del PP cobraba de la trama Gürtel, que hay políticos que cobran más de 230.000 euros al año, pero que nos cuestan más de 3 millones de euros, que la corrupción en la política no es excepción, sino norma, que ellos mismos se adjudican el derecho a cobrar la jubilación máxima con pocos años en las Cortes y a nosotros nos piden 40 de cotización, banqueros que consiguen del gobierno medidas duras contra los trabajadores y que tenían que estar en la cárcel por delitos demostrados de fraude fiscal y no decís nada, os quitan dinero para dárselo a esa gente que cobra cientos de miles de euros año, especula con nuestro dinero, defrauda a Hacienda y seguís callados ¿sois idiotas?

Tenéis una monarquía que se ha enriquecido en los últimos años, que apoya a los poderosos, a EEUU, a Marruecos y a todo lo que huela a poder o dinero, hereditaria como en la Edad Media ¿sois idiotas?

En Inglaterra o Francia o Italia o en Grecia o en otros países los trabajadores y los jóvenes se manifiestan hasta violentamente para defenderse de esas manipulaciones mientras en España no se mueve casi nadie ¿sois idiotas?

Consentís la censura en los medios de comunicación, la ley de partidos, la manipulación judicial, la tortura, la militarización de trabajadores sólo porque de momento no os afecta a vosotros ¿sois idiotas?

Sabéis quién es toda la gentuza de las revistas del corazón, futbolistas supermillonarios pero jamás escucháis a nadie como Saramago o Chomsky u otros mil intelectuales veraces y comprometidos con vuestros problemas ¿sois idiotas?

Si mucha gente responde sí, aún nos queda un poco de esperanza de conseguir acabar con la manipulación de los políticos y poderosos.

Si la mayoría contesta no, entonces estamos jodidos.

Jesús Sanz Astigarraga

http://www.noticiasdenavarra.com/2010/12/09/opinion/cartas-al-director/espanoles-sois-idiotas

miércoles, 8 de diciembre de 2010

"Sexo, condones rotos y Wikileaks", por Ignacio Escolar, hoy en Público















Dos evidencias más de hasta qué punto Julian Assange es una amenaza real para el poder económico y militar de la primera potencia mundial.

La primera: un banco suizo ha decidido cancelar la cuenta donde Wikileaks recogía donaciones para su defensa legal porque Assange no vive en Suiza y, como todo el mundo sabe, sólo los ciudadanos de este paraíso fiscal pueden abrir cuentas allí (ja, ja).

Assange, parece ser, no es lo bastante narcotraficante, lo bastante corrupto o lo bastante nazi como para merecer la protección del afamado secreto bancario suizo. La segunda: la policía británica lo ha detenido por un confuso caso de supuesta violación en Suecia que está pendiente desde verano pero que, curiosamente, en los últimos diez días se ha convertido en prioritario para la Interpol.

Violador. Preparen las teas, que tenemos a un hombre que quemar. ¿O no? Según la declaración de las dos supuestas víctimas, Assange tuvo relaciones sexuales consentidas con ambas, con dos días de diferencia y sin protección –al parecer, se rompió el condón–. Ninguna de las dos mujeres denunció violación tras esos encuentros; de hecho, Assange estuvo después en público con una de ellas y la otra le invitó a desayunar. Ambas descubrieron, días más tarde, que Assange había compartido cama con las dos y fue entonces cuando llegó la denuncia por violación; una de ellas declaró que, tras romperse el condón, pidió a Assange que parase y él siguió. El caso primero fue abierto y se pidió su arresto. Después se cerró porque la fiscal consideró que no había “razones para sospechar de una violación”. Más tarde, la fiscalía de Göteborg lo volvió a abrir, y hasta hoy.

Hay pocos calificativos más corrosivos para la imagen de un hombre que la palabra violador. Tal vez pederasta, todo llegará.



viernes, 3 de diciembre de 2010

Golpe de estado neoliberal














3 Diciembre 2010

por Carlos Martínez – Presidente de ATTAC España

Hace unas semanas comenzaron a sonar las alarmas. Primero el grupo de economistas neoliberales y empleados de bancos o en su nómina de fundaciones y colaboradores habituales, conocido como “Los Cien”, trataba de convencer acerca de la necesidad de rebajar y retrasar el derecho a una pensión digna y a la edad actualmente establecida, con argumentos burdos y nada científicos (como Juan Torres y Vicenç Navarro dejan al descubierto en un escrito publicado por ATTAC y ubicado en su página Web en un PDF). Inmediatamente tras ellos salió el presidente del Banco de ¿España? Miguel Ángel Fernández Ordóñez, dándoles la razón y exigiendo más contundencia en las “reformas”.

Tras esta reflexión ultraliberal, un grupo de empresarios se reunía con el rey que, según la Constitución, representa al Reino, pero no gobierna, para exponerle la necesidad de “cambiar y reformar profundamente todo el Estado”. Es decir, para limitar y reducir a lo justo el “estado del bienestar” y criticar a unos políticos muy poco preparados y corruptos, incapaces de implementar las necesarias “reformas”. Este grupo de presión e influencia, escondido tras la Fundación Everis, presenta un escrito que no tiene desperdicio. El documento, si bien mantiene un lenguaje positivo, educado y nada novedoso en sus afirmaciones desde el punto de vista neoliberal, hay que leerlo entre líneas y fijándose en sus detalles, para captar su profundidad y la profundidad real de sus ataques al bienestar.

Luego, el Estado Español, cual si todo estuviera coordinado, -y, no lo duden, lo está-, comienza a recibir con renovada energía ataques especulativos internacionales durísimos.

Tras esto, el Presidente del Gobierno, en lugar de desautorizar y denunciar la reunión del monarca tomando parte por las grandes empresas y poderes fácticos económicos, se reúne de urgencia con 40 banqueros, empresarios y empresarias de grandes conglomerados (en conclusión, la oligarquía de la banca, el ladrillo y el turismo que controla la economía del Reino de España), para escucharlos y tratar de orientar la situación ante la gravísima crisis del capitalismo europeo que de forma brutal afecta entre otros a nuestro estado.

El Gobierno pone nuevamente la zorra a guardar las gallinas, y los culpables del paro, la recesión y el empobrecimiento, son llamados a remediarlo.

El rey, grandes empresas y bancos, dan una receta simple y sencilla: menos impuestos, más privatizaciones para hacer negocio con los bienes públicos, más facilidades para despedir y precarizar aún más el mercado del trabajo, pues ya no se habla del constitucional derecho al trabajo y, por supuesto, endurecimiento del derecho a percibir pensiones y prestaciones.
A esto se le suman las exigencias de sistemas educativos más elitistas y exclusivos y, eso si, Formación Profesional para las clases populares. En el informe de Everis presentado al Borbón se redefine incluso al ciudadano, y por supuesto al estado del bienestar. Se alaba inmerecidamente al sistema financiero español, y se habla bien del positivo crecimiento que se dio hasta 2006 en España -es decir, los años más negros del casino económico y la burbuja inmobiliaria que han reventado tras la crisis financiera de 2008, creando paro y desconfianza, además de quiebras e inseguridad vital a millones de personas-.

Atención
El Golpe se ha consolidado, y pronto, si no lo remediamos, se comprobará y sufrirá. Las ciudadanas y los ciudadanos seremos llamados a sufragar aún más las deudas de los capitalistas, las quiebras de los bancos y todo a nuestra costa.

Estamos perplejos y desorientados ¿Qué hacer? La izquierda social amplia y que no ha renunciado a los principios, debe llamar a la movilización, pero también a la elaboración de alternativas.

ATTAC, humildemente, tiene responsabilidades ya. Pero los Sindicatos de clase, en especial CC.OO y UGT, las tienen mucho mayores, pues son las organizaciones más potentes de la izquierda y cuentan con el respaldo de muchas y muchos trabajadores a los que no pueden fallar, aunque igualmente deben velar por su propia supervivencia, que está amenazada. Además, los sindicatos llamados mayoritarios deben entender que el problema ya no es que venga el PP, pues en este golpe de estado neoliberal, la “gran coalición” se ha forzado y existe de facto. De hecho, han tomado las riendas directamente bancos y grupos empresariales. Hoy Florentino Pérez, Botín etc. etc. tienen mando en plaza.

Alternativas desde la sociedad consciente
Es, pues, urgente ponerse ya manos a la obra. Salir a la calle masivamente el 18 de diciembre. Convocar una Asamblea Ciudadana Antineoliberal, que está en fase de preparación. Exigir una Huelga General Europea, lo antes posible. Una respuesta imprescindible estos días con acciones simbólicas.

Pero igualmente reclamar una auditoria de la deuda. La famosa deuda: de dónde viene, quién la ha contraído, y cuánto de ella se debe a desmanes empresariales, al cemento y a bancos y cajas. Pero igualmente cuánta de ella la han generado pensionistas, paradas y parados, y las prestaciones sociales, la sanidad pública etc., no sea que nos llevemos la gran sorpresa -que sabemos no se producirá-, pues la mayor parte de la socorrida deuda es privada.

Tras esto, nacionalizar las cajas de ahorros y constituir la Banca Pública. Ni una privatización y más gasto social.

Para sufragar gastos, son más que urgentes ya imponer impuestos sobre los movimientos especulativos de capital, bancos y grandes fortunas y suprimir los paraísos fiscales.
Exigir que el Banco Central Europeo y los bancos centrales dejen de servir exclusivamente a los intereses privados y pasen a tener control político.

Cese de la extorsión a las viviendas de hipotecados e hipotecadas con impagos por haberse quedado en paro y/o en riesgo de exclusión social y pobreza.

Estamos en una emergencia social y, por tanto, se necesitan soluciones de emergencia, porque todas y todos podemos “tirar del carro”, pero para el bien común y el reparto y no para que los ricos se hagan más ricos, los mercados nos avasallen y los bancos, una vez recuperen sus pérdidas, sigan enriqueciéndose a costa de todos. No se trata de salvar el capitalismo. No se trata de tranquilizar y enriquecer a los mercados, se trata de salvar a las personas y que estas puedan ser felices y pasar del consumo desaforado vía endeudamiento al buen vivir, a vivir con dignidad.
Trabajo de todos y todas, no para re-enriquecer a los poderosos, así como que estos rindan cuentas… y luego ya veremos.