sábado, 24 de octubre de 2015

Intervención en la rueda de prensa previa al #EncuentroMemoria


Congreso de los Diputados, viernes 16 de Octubre de 2015


Buenos días. En primer lugar quiero expresa mi agradecimiento al grupo parlamentario de la Izquierda Plural  que nos ha posibilitado poder hacer este acto en Congreso de los Diputados. Es para mí un honor representar hoy a la Federación Estatal de Foros por la Memoria, como parte de la comisión Promotora del Encuentro.

En primer lugar quiero felicitarme y felicitarnos por esta iniciativa. El movimiento social por la recuperación de la memoria se compone de múltiples organizaciones de implantación estatal, autonómica, comarcal y local; organizaciones de víctimas con problemática específica; colectivos vinculados a un lugar de memoria o a un hecho histórico concreto, y además, cada uno de muy diverso origen ideológico e histórico. Por tanto que un movimiento tan extenso y plural busque organizarse para poner en común unas propuestas consensuadas, es una cuestión de gran mérito por su dificultad y a su vez muestra de generosidad,  al buscar poner por delante lo común y lo esencial, por encima de los intereses y posicionamientos de cada colectivo. Constatamos además que la convocatoria está teniendo una buena acogida en redes sociales, por los correos electrónicos que estamos recibiendo…. Estamos emitiendo también 3 vídeos promocionales que están obteniendo una muy buen acogida.

Nos marcamos como objetivo fundamental del Encuentro de mañana el impedir que el tema de la memoria histórica y los derechos de las víctimas queden fuera de la agenda política en la actual coyuntura electoral.

Pensamos que el problema de las víctimas del franquismo no es la existencia de unos jueces intrínsecamente malvados (por mucho que haya problemas de  endogamias y herencias del franquismo en la formación, etc…), sino que es un problema político que ha de solucionarse por medio de la política:

Tenemos que empezar por eliminar las trabas jurídicas que impiden la plasmación de los derechos de las  víctimas. Por un lado la ley de Amnistía de 1977, que si bien en su momento pudo tener un sentido y haber sido incuso una exigencia de las fuerzas democráticas y rupturistas, posteriormente se ha revelado como el eje central del sistema de impunidad, tal y como reconocen los organismos internacionales de DDHH asimilándola a otras leyes de punto final, felizmente suprimidas. Y por otro lado habrá que eliminar los elementos contrarios al derecho internacional de la Ley de Memoria de 2007, que explícitamente niega el reconocimiento jurídico de las víctimas del franquismo y su derecho a la justicia, y que además, desde la sentencia absolutoria del exjuez Garzón (Sentencia del T.Supremo 27/02/2012), que se usa para ejercer una coacción sobre los jueces, y reconduce las reclamaciones de las víctimas exclusivamente a la vía administrativa.

La impunidad del franquismo y la injusta situación de sus víctimas es un problema político, que solamente puede solucionarse a partir de decisiones políticas, y finalmente plasmarse en leyes. Sólo desde la política puede conseguirse el respeto en el Estado español al DPI de los DDHH. En consecuencia, exigimos que el Estado Español asuma y cumpla las recomendaciones del  “Informe sobre España del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias”, y del “Informe sobre España del Relator Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff”, (ambos presentados en septiembre de 2014 en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas).

La conclusión final que el grupo promotor va a proponer al Encuentro, es que las múltiples propuestas del plural MSRM,  deberían sistematizarse y  plasmarse en la exigencia de una Ley de Víctimas del franquismo, a elaborar y aprobar en la próxima legislatura.
El primer objetivo de una Ley de Víctimas del franquismo sería igualar en los derechos reconocidos a diferentes colectivos de víctimas de agresiones graves a sus derechos humanos. Coincidimos con el fiscal Carlos Castresana cuando escribía en junio de 2013:

"...las víctimas del franquismo tendrían que tener el mismo estatuto jurídico que tienen las víctimas del terrorismo, ni mejor ni peor, exactamente el mismo. Son víctimas de la violencia política, y si unas tienen derecho a la memoria y a la justicia y a la reparación, no veo por qué las otras no"

Una Ley de Víctimas del franquismo debería partir del reconocimiento jurídico de las víctimas del franquismo, y posteriormente garantizar la aplicación a las mismas de los derechos a la Verdad, a la Justicia y a la Reparación, tal y como se definen por la ONU, conforme al Derecho Penal internacional de los Derechos Humanos. La impunidad del franquismo vigente en el estado español, no sólo ha seguido preservando hasta el día de hoy la impunidad penal de los verdugos, sino que ha implicado el no reconocimiento jurídico y político de las víctimas, y en consecuencia, la negación a todos los efectos de sus derechos a la Verdad, la Justicia y a cualquier forma de Reparación material y simbólica.

Una Ley de Víctimas del franquismo vendría a solventar definitivamente el agravio comparativo que se ha venido produciendo sobre las víctimas del franquismo con respecto a otros colectivos de víctimas que sí han tenido un reconocimiento legal, una consideración justa y cuya problemática ha sido atendida por parte del Estado español. Lo más sangrante es que el elemento diferenciador entre unos y otros colectivos no es su carácter de víctimas en sí, conforme a la definición de los organismos internacionales, sino que lo que les diferencia a todos los efectos es la identidad de los victimarios.

Esta no pretende ni debería ser una ley de víctimas de la guerra civil en general. En primer lugar porque la equidistancia y la igualación entre quienes defendieron la democracia y quienes la agredieron debería ser éticamente inaceptable por una sociedad democrática. Pero sobre todo, porque el trato proporcionado a unas víctimas y a otras por parte del Estado español, tanto en dictadura como en democracia, ha sido con respecto a las víctimas del franquismo abrumadoramente injusto y discriminatorio.

Uno de los objetivos fundamentales de una Ley de Víctimas del franquismo debe ser corregir tan enorme injusticia y desagraviar en lo posible, tras el tiempo transcurrido, a las víctimas de tanta ignominia. Y no sólo por las víctimas: la pervivencia de una situación tan injusta, 40 años después de la muerte física del dictador, como la existencia de miles de fosas comunes clandestinas (no olvidemos que la desaparición forzada  es un delito de carácter permanente) pone en cuestión la vigencia real del Estado de derecho en España, y de paso, la imagen real de eso que se ha dado en llamar “Marca España”.


Convencidos  de que Sin Justicia no hay democracia, y que sin memoria no hay cambio, a partir del Encuentro de mañana, el movimiento social por la recuperación de la memoria, amplio y plural, pondrá su propuesta encima de la mesa de las fuerzas políticas, y ante el conjunto de la sociedad, y las respaldará con movilizaciones en la calle, en los medios y en las redes sociales.