Colaboración para el libro "Los tres agostos de Luis el Sastre", de Luis S.Fernández
Homenaje a Luis Fernández Aguado, primer alcalde republicano de Fuenlabrada.
Es para mí,
y para la Federación Estatal de Foros por la Memoria que presido, un privilegio y un honor tener la oportunidad de colaborar
en el homenaje a Luis Fernández Aguado, el primer alcalde democrático de
Fuenlabrada, electo en 1931.
A Luis
Fernández Aguado lo fusiló el franquismo en 1940. Como la mayoría de cargos públicos
republicanos, Luis trabajó por la cultura, contra la ignorancia y el
analfabetismo, contra el hambre y por la Justicia. Hoy, cuando prolifera por
ignorancia o mala fe el peligroso discurso de la antipolítica, los responsables
democráticos de la República siguen
siendo exponente de valores, de honestidad y de ética. Su forma de vida y su consideración
de la política entendida como servicio público, suponen una insultante
contraposición con otra concepción de la política, caracterizada por la
insolidaridad, el egoísmo y la defensa de los intereses de los privilegiados. El
ejemplo de los gobernantes republicanos confronta con valores heredados del
franquismo que aún perviven, y con la incompetencia y corrupción generalizada
que fueron rasgos definitorios de la dictadura de Franco.
Es habitual
decir que las víctimas del franquismo, nuestras abuelas y abuelos, nuestros
compañeros… fueron “inocentes”. Es completamente falso, porque fueron
conscientemente culpables de luchar por un mundo mejor para sus hijas y sus
hijos, y para toda la Humanidad. Y esa y no otra fue la causa de su muerte.
Pero las víctimas asimismo siguen siendo culpables para el Estado español, puesto
que todas las sentencias represivas del franquismo- también la de Luis
Fernández Aguado- son, a día de hoy, plenamente firmes y legales. Como lo siguen
siendo todas las leyes y actos represivos del franquismo, los consejos de
guerra y los tribunales.
La gente que
nos dedicamos a esto de la Memoria Histórica también solemos contar que
trabajamos para recuperar la dignidad de las víctimas. Es otra gran mentira:
nuestros compañeros y compañeras, nuestros padres y abuelos no pudieron ser
despojados de su dignidad por los asesinos. Quienes carecen de dignidad son el
Estado y la sociedad española, que miran hacia otro lado cuando miles de sus
mejores hijos permanecen enterrados en fosas clandestinas; que permiten que las
sentencias de los tribunales represivos sigan siendo legales; que tratan con
equidistancia a víctimas y a victimarios; que consienten la pervivencia de
Cuelgamuros como lugar de exaltación,
homenaje y peregrinación fascista.
La impunidad
del franquismo tiene los brazos tan largos que, a día de hoy, los herederos
(políticos, socioeconómicos, culturales) de los victimarios pueden permitirse
humillar y menospreciar a las víctimas. Prueba de ello es la argumentación empleada
–primero por el siniestro Comisionado de Memoria de la ciudad de Madrid, después
por la actual corporación de la capital - para impedir la construcción de un
Memorial en el Cementerio del Este donde se visibilicen los nombres de los
asesinados, entre ellos, el de Luis Fernández Aguado. Quieren todavía
aplicarles otro decreto de “Noche y Niebla” como el que promulgaron los nazis,
para que sus nombres se borren de la historia y los crímenes del franquismo
permanezcan eternamente ignorados e impunes.
A las hijas
y a los nietos de las víctimas nos exigen que perdonemos, cuando jamás nadie
nos ha pedido perdón. Pero sin que se haga previamente Justicia (real,
efectiva, completa) no hay reconciliación ni perdón posible, y las víctimas del
franquismo –la primera, la sociedad española- llevan más de ochenta años
esperándola.
“Lorca eran
todos” dice un monolito erigido en la zona donde se supone está enterrado el
poeta granadino. El tema de la memoria histórica y de la reivindicación de los
derechos de las víctimas del franquismo, no es una suma de batallas
individuales en nombre del abuelo de cada uno. Cada uno de ellas y ellos es mi
compañero y mi camarada, como lo fueron de mis abuelos.
Todos
tenemos una deuda personal, política y ética con las víctimas, pero
fundamentalmente la tiene la sociedad española, y jamás vamos a renunciar a que
esa deuda se salde. La recuperación de su memoria no es un asunto meramente
familiar – como establecía la Ley de Memoria de 2007- sino sobre todo de Justicia,
Democracia y Derechos Humanos. “O todos o ninguno”, escribió Bertolt Brecht. Si
lo asumimos así, la lucha por la Verdad, la Justicia y la Reparación para las
víctimas del franquismo, será la punta de lanza en la defensa de los derechos
humanos y civiles en nuestro país.
Cada libro
de recuerdo y homenaje, cada celebración conmemorativa, cada instauración de un
lugar de memoria, es un triunfo contra la impunidad, el silencio y la mentira
que nos han querido imponer durante cuarenta años de dictadura, y otros
cuarenta y cuatro más tras la muerte física del dictador.
No
homenajeamos a nuestros compañeros y
camaradas para conmemorar su muerte, sino sus vidas.
No para lamentarnos, sino
para proclamar el inmenso orgullo de ser sus nietos/as, sus camaradas y sus
compañeros/as. Porque las víctimas del franquismo, continúan siendo, antes que cualquier
otra cosa, luchadores contra el fascismo, y por tanto, ejemplo e inspiración en
nuestro presente personal y colectivo. Así es como entendemos este homenaje a
nuestro compañero Luis Fernández Aguado.
Salud,
Memoria y República. Verdad, Justicia y Reparación.
Arturo Peinado Cano. Presidente de la Federación
Estatal de Foros por la Memoria
Septiembre de 2019