El 16 de marzo de 2003, 4 gobernantes de talla (política) mundial se reunían en las Azores para promover una guerra contra Irak, aduciendo motivaciones falsas y contra la voluntad de los ciudadanos de sus propios países y de la opinión pública mundial. Según la jurisprudencia sobre derechos humanos nacida en los procesos de Nuremberg y Tokio, el más grave de los delitos de lesa Humanidad es el de agresión, o sea, adoptar la decisión consciente de iniciar una guerra ofensiva sin provocación previa, dado que a partir de ese crimen de guerra se abre la puerta para que se produzcan todos los demás.
Si buscamos la foto de los criminales de guerra de las Azores, generalmente encontraremos tres individuos sonrientes, porque del mismo modo que el tío Josef hacía desparecer a sus enemigos políticos, primero en efigie y luego en persona humana, se nos hurta la imagen a la izquierda de los otros tres, de José Manuel Durão Barroso, entonces primer ministro portugués, anfitrión de la reunión de las Azores, y actualmente presidente de la Comisión Europea.
El mandato europeo de Durão Barroso termina el próximo 31 de octubre y se está debatiendo la posibilidad de que continúe en el puesto mediante el acuerdo de los dos grupos mayoritarios del Parlamento Europeo: El Popular y el Socialista, los mismos que le eligieron en 2004.
Ayer, viendo el debate que nos proporcionó TVE entre los cabezas de lista del PP y del PSOE a las elecciones al Parlamento Europeo del 7 de Junio, recordé estos datos y la conclusión resultó fácil de extraer: detrás del Retablo de las Maravillas y del discurso chupiguay del candidato socialdemócrata, aparentemente contrapuesto al del señor nostálgico de “la enorme placidez” del franquismo, se esconde el respaldo de ambas fuerzas durante los últimos 5 años a un señor muy de derechas para presidir el gobierno de la UE, y la posibilidad real de que esto continúe así después de octubre.
Es ilusorio pensar que el próximo 7 de Junio, cuando los ciudadanos votemos, lo haremos pensando en quién es quién y qué ha hecho en el pasado, y qué va a realmente a hacer durante los próximos años, por encima de campañas de marketing y de discursos huecos.
Recordando, por ejemplo, que los protagonistas de la foto de las Azores son cuatro y no tres. Y que algunos de los que se oponían a la guerra de agresión neocolonial e imperialista de Irak no han tenido reparos en dejar la política europea, durante cinco años, en manos de uno de sus promotores. Y lo pretenden seguir haciendo.