lunes, 2 de noviembre de 2009

Ha muerto Gabino Quintanilla, el hijo de Quintanilla, el de la serrería


Dice mi padre que hay actores de cine que nos resultan especialmente familiares, es gente que conocemos de toda la vida, y nos no extrañaría nada que, de pronto, se abriese la puerta y apareciese John Wayne. Dejaría el rifle Winchester sobre la mesa, le ofreceríamos algo de beber y se apretaría con nosotros un botellín del Mahou, mientras comentamos el último partido del Madrid.

Esa es la imagen que siempre he tenido de José Luis López Vázquez, quien hoy nos ha dejado un poco más solos. Son muchos los personajes interpretados por López Vázquez que harán que perviva en nuestra memoria colectiva, y que siempre nos harán disfrutar en un cine, o delante de la televisión: aquel señor de negro, el padrino de "La Gran familia", el cajero de "Atraco a las tres", el hijo del aristócrata de "La escopeta Nacional" ...

Sin embargo, creo que la característica más inconfundible de López Vázquez era su voz: la recordaré, en la que puede ser la mejor película de la historia del cine español, anunciando ollas Cocinex micrófono en mano, sentado junto a Plácido en el motocarro; detrás el pobre y el rico comiéndose un pollo. Y sobre ellos, la estrella de los Reyes Magos.