lunes, 8 de abril de 2019

Intervención en el acto "La Memoria también vota", Oviedo 6 de Abril de 2019




Oviedo, 6 de Abril de 2019

Compañeras y compañeros. Amigas y amigos:

Quiero agradeceros vuestra presencia hoy, y transmitiros el saludo de la Federación Estatal de Foros por la  Memoria y de todos los compañeros/as de los Foros federados, así como de la comisión coordinadora del Encuentro de Asociaciones de memoria histórica y de víctimas del franquismo. Quiero expresar también mi reconocimiento a mis compañeros de Famyr y a La Ciudadana por la invitación y por la organización de este acto. Asimismo quiero destacar que es para mí un honor compartir intervención con los familiares de la fosa de Tiraña.

Comienzo  mi  intervención explicando que la propuesta central de la Federación Estatal de Foros por la Memoria, asumida posteriormente por el Encuentro Estatal, es una Ley integral de Víctimas del franquismo, porque estamos convencidos/as de que, independientemente de que se puedan estar planteando causas judiciales, tanto ante la justicia española como la de otros países, las trabas para hacer efectivos los derechos de las víctimas del franquismo, son fundamentalmente políticas más que jurídicas; también las soluciones son esencialmente políticas y se deben adoptar en el Parlamento: revocar la legislación en la que se sustenta la impunidad y promover otra legislación que reconozca y promueva los derechos de las víctimas.

El trabajo que hemos realizado elaborando la propuesta de Ley de Víctimas, se sustenta en diversos documentos: La Ley de Víctimas del terrorismo aprobada por el Parlamento en septiembre por 2011; y los dos Informes sobre el caso español presentados en septiembre de 2014 al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, uno por el Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias, y el otro, por el Relator Especial sobre la promoción de la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías de no repetición. También nos hemos inspirado en el llamado “Manifiesto de la Dignidad” presentado en 2014 por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco.
Ley de Víctimas del franquismo

El Proyecto que hemos presentado públicamente, remitido a expertos y discutido con fuerzas políticas y grupos institucionales, se basa en dos ideas centrales:
1. La Ley de Víctimas del franquismo parte del principio de que las víctimas del franquismo son víctimas de graves violaciones de derechos humanos. Y que el Estado español niega a las Víctimas del franquismo el reconocimiento jurídico y los derechos y beneficios que se conceden a otros colectivos de víctimas.
2. Vemos indispensable que el Estado asuma las recomendaciones de organismos internacionales de DDHH, sobre las víctimas del franquismo.

Coincidimos con el fiscal Carlos Castresana cuando escribía en junio de 2013:
"...las víctimas del franquismo tendrían que tener el mismo estatuto jurídico que tienen las víctimas del terrorismo, ni mejor ni peor, exactamente el mismo. Son víctimas de la violencia política, y si unas tienen derecho a la memoria y a la justicia y a la reparación, no veo por qué las otras no"

Una Ley de Víctimas del franquismo vendría a solventar definitivamente el agravio comparativo que se ha venido produciendo sobre las víctimas del franquismo con respecto a otros colectivos de víctimas que sí han tenido un reconocimiento legal, una consideración justa, y su problemática se ha atendido por parte del Estado español. Lo más sangrante es que el elemento diferenciador entre unos y otros colectivos no es su carácter de víctimas, conforme son definidas por Naciones Unidas, sino que la discriminación se debe a la identidad de los victimarios.

La impunidad del franquismo vigente en el estado español, no sólo ha seguido preservando hasta el día de hoy la impunidad penal de los verdugos, sino que implica el no reconocimiento jurídico y político de sus víctimas, y en consecuencia, la negación a todos los efectos de sus derechos a la Verdad, la Justicia y a cualquier forma de Reparación material y simbólica. El franquismo fue un régimen ilegal que, a partir del secuestro de la soberanía nacional por los golpistas del 18 de julio, ejerció la violencia en múltiples formas contra la sociedad practicando el terrorismo de Estado, sirviéndose para ello de las leyes y de las instituciones: el ejército, las fuerzas de seguridad, el sistema judicial… Por tanto, la responsabilidad que tiene el Estado español con respecto a las víctimas del franquismo es de mayor nivel y más directa que con respecto a otros colectivos de víctimas.

La negativa por parte del Estado español a anular las sentencias franquistas en nombre de la seguridad jurídica, tal y como quedó establecido en la Ley de Memoria Histórica de 2007, supone de hecho la asunción de su plena responsabilidad en las consecuencias de la legislación represiva del franquismo. El hecho (excepcional entre los países de nuestro entorno) de que el estado de derecho democrático no se haya sustentado en la ruptura legal con el franquismo, y que todas las sentencias represivas franquistas sigan siendo firmes y legales a día de hoy, supone por parte del Estado democrático el reconocimiento explícito de su responsabilidad en los abusos y las agresiones a los derechos humanos cometidos por la dictadura.

Nuestra propuesta no consiste en una ley de víctimas de la guerra civil en general, es más, nos oponemos tajantemente a ello. En primer lugar porque la equidistancia y la igualación entre quienes defendieron la democracia y quienes la agredieron debería ser éticamente inaceptable por una sociedad democrática. Pero sobre todo, porque el trato proporcionado a unas víctimas y a otras por parte del Estado español, tanto en dictadura como en democracia, ha sido con respecto a las víctimas del franquismo abrumadoramente injusto y discriminatorio.

Las víctimas, por definición injustas, que se produjeron en la retaguardia republicana durante los meses iniciales de la guerra civil, fueron beneficiarias (tanto los supervivientes como todas las familias) de unas políticas de reparación que adoptaron múltiples formas: indemnizaciones; pensiones; privilegios en el acceso a empleos públicos; facilidades al acceso a titulaciones académicas; concesiones de gasolineras, estancos, despachos de quinielas y otros negocios, etc… Y todo ello desde el primer momento, a pesar de las difíciles circunstancias de la posguerra y de la guerra mundial, que por ejemplo, no impidieron la exhumación rápida y completa de todos los enterramientos de víctimas afines al nuevo régimen.

Por el contrario, las víctimas del franquismo y sus familias, no sólo han tenido que soportar décadas de políticas públicas de silencio y olvido que apenas se corrigieron tras el fin de la dictadura, sino que además siguieron padeciendo durante muchos años diversas formas de represión y perpetuación de la injusticia. Si alguien realizó políticas de memoria colectiva apabullantes que se prolongaron durante cuarenta años, ese fue el franquismo, adoptando múltiples maneras de interferir en los más habituales actos de la vida cotidiana de todos los españoles, en línea con su pretensión declarada de constituirse en Estado totalitario.

Uno de los objetivos fundamentales de una Ley de Víctimas del franquismo es corregir esta enorme injusticia y desagraviar en lo posible, tras el tiempo transcurrido, a las víctimas de tanta ignominia. Y no sólo por las víctimas: la pervivencia de una situación tan injusta, como pudiera ser la existencia de miles de fosas comunes clandestinas (no olvidemos que la desaparición forzada es un delito de carácter permanente) en nuestra opinión pone en cuestión la vigencia plena del Estado de Derecho.

También se debe tener en consideración que la represión franquista no sólo afecta a hechos producidos durante la guerra civil de 1936-1939 y los años inmediatamente posteriores. La dictadura y sus políticas represivas se extendieron hasta al menos, las elecciones democráticas de 1977. Múltiples hechos criminales como torturas y asesinatos, son coetáneos con las violaciones de derechos humanos que siguen siendo perseguidos, que han sido juzgados y han terminado por lo general con contundentes condenas penales, en otros países del mundo, como es el caso de los crímenes de las dictaduras del Cono Sur americano. En consecuencia, no renunciamos a la acción penal contra los responsables de agresiones a los derechos humanos, independientemente de su edad, tal y como sucede en países de nuestro entorno, como Alemania.

El Documento en el que hemos trabajado comienza con una Declaración de Motivos para justificar la necesidad de que, 40 años después de la muerte física del dictador, sea necesaria e inaplazable una Ley de Víctimas del franquismo. Establece la necesidad del reconocimiento jurídico de las víctimas, hasta hoy inexistente, y continúa con una serie de propuestas concretas, agrupadas en los tres grandes bloques de Derechos establecidos por Naciones Unidas para las víctimas de agresiones de derechos humanos: el Derecho a la Verdad, el Derecho a la Justicia y el Derecho a la Reparación.
A modo de resumen, señalaré las principales líneas que se desarrollarían en el articulado en nuestra propuesta de Ley de Víctimas.

En el primer bloque, que titulamos “El Derecho a la Verdad de las víctimas del franquismo. El Derecho y el Deber de verdad de la sociedad española”, hablamos, entre otros temas,
ü  De la retirada de la simbología franquista
ü  De declaraciones de naturaleza política y actos públicos de reconocimiento;
ü  Del Mapa de fosas de personas desaparecidas;
ü  Del tratamiento de los lugares de memoria;
Presentamos una propuesta avanzada sobre Legislación de Archivos orientada a gestionar y garantizar el derecho de acceso a la información de víctimas, investigadores y del conjunto de la sociedad. 

En el bloque del “Derecho a la Justicia” tratamos, entre otras cuestiones
ü  La Anulación de las sentencias franquistas, con una propuesta concreta por la que recomendamos seguir el procedimiento utilizado en la República Federal Alemana para la anulación de las sentencias represivas del nazismo (1998 y 2002).
ü  La exhumación judicializada de todas las fosas comunes del franquismo. Defendemos que la Ley de Víctimas del franquismo  debe manifestarse expresamente contra la privatización y la  gestión administrativa de las fosas comunes consagrada por la Ley de Memoria Histórica de 2007, por cuanto se tratan antes que cualquier otra cosa, de pruebas de crímenes contra la Humanidad.
ü  También consideramos que hay que dar una respuesta estatal al tema de los niños y niñas robados, a partir de la consideración de estas desapariciones forzadas como crímenes contra la humanidad, todo ello considerado dentro de una trama organizada, por lo que no pueden seguir siendo tratados como delitos individualizados.

En el último bloque del “Derecho a la Reparación”, propugnamos la reparación material y/o simbólica de la amplia y diversa tipología de víctimas del franquismo: presos políticos; presos sociales; víctimas de torturas; represaliados económicos (sanciones, depuraciones de funcionarios, incautaciones de  patrimonio...); víctimas del trabajo esclavo; reconocimiento de colectivos como la guerrilla antifranquista; militares leales a la República; militantes clandestinos antifranquistas; exiliados; deportados al sistema concentracionario nacionalsocialista;  los llamados niños de la guerra, etc…así como la creación de un Consejo participativo de éstas, directamente o representadas por el movimiento asociativo.

ENCUENTRO
En el mes de octubre de 2015, 70 organizaciones nos reunimos en Madrid, y creamos un espacio común al que se han incorporado hasta el día de hoy más de 100 asociaciones y colectivos. Le hemos dado en llamar ENCUENTRO. De allí salió un amplio Documento consensuado, la denominada CARTA de Vicálvaro, que se hizo llegar a las fuerzas políticas antes de las elecciones de  diciembre de 2015 y junio de 2016 como propuesta programática,  con el objetivo de impedir que el debate sobre la memoria histórica quedase fuera de la agenda política y de la campaña electoral.

La Estrategia seguida por las organizaciones del ENCUENTRO ha sido compaginar movilización con iniciativa institucional, con un objetivo: plasmar en leyes y en políticas las reivindicaciones del movimiento memorialista en la presente legislatura. Hemos realizado varias manifestaciones en Madrid, y hemos celebrado múltiples reuniones, entregas de la Carta a dirigentes políticos y cargos públicos…

En mayo de 2016 la 2ª reunión del Encuentro aprobó asumir como propuesta la necesidad de una de Ley de Víctimas, recogiendo el trabajo de nuestra Federación como borrador inicial, junto a otras propuestas. En Junio de 2017 se celebró  la 3ª reunión estatal del ENCUENTRO, y debatimos qué vía institucional queremos dar a la Carta del Encuentro y el desarrollo del borrador de Ley de Víctimas. Asimismo adoptamosuna posición más avanzada sobre la Ley de Amnistía de 1977, pronunciándonos a favor de una Declaración de Nulidad íntegra de la misma.

El pasado 24 de Noviembre se celebró en Madrid la 4ªreunión estatal del Encuentro, para analizar cómo seguir promoviendo la convergencia estratégica del movimiento memorialista y de las fuerzas políticas sensibles a esta problemática, en torno a una LVF. Queremos convencerlas de que las múltiples iniciativas políticas particulares que se están presentando tienen un recorrido limitado, y que deberíamos aunar esfuerzos a partir de la Carta de Vicálvaro y de las recomendaciones al Estado español de los organismos internacionales de derechos humanos. Esta iniciativa se ha trasladado a las diversas fuerzas políticas y grupos institucionales, con buena acogida por lo general, pero con efectos limitados por la concurrencia con las diversas iniciativas que sobre memoria histórica han presentado los grupos políticos desde que comenzó la legislatura. Ha inspirado propuestas como el proyecto de IU, o el que presentamos en el Senado junto a Compromís.

Ahora mismo estamos estudiando los programas de las fuerzas políticas que se presentan a las diversas convocatorias electorales, para valorar sus propuestas sobre memoria histórica y lucha contra la impunidad franquista. El plan de trabajo ha quedado algo trastocado con la convocatoria de elecciones generales, ya que se estaban programando reuniones en el marco autonómico. Asimismo desde que el Gobierno anunció la intención de sacar a Franco de Cuelgamuros, los acontecimientos posteriores que conocéis, nos están marcando mucho la agenda.


La conformación de los nuevos Parlamento y ejecutivo andaluces, los acuerdos previos a la constitución del gobierno y sus primeras iniciativas, muestran que las fuerzas gobernantes en Andalucía han puesto el punto de mira en los derechos y conquistas de las mujeres, de los colectivos LGTBI, los migrantes y refugiados. También en la memoria histórica democrática, cuya reivindicación de Verdad, Justicia y Reparación señala a los responsables de los crímenes cometidos, deja en evidencia el sistema de impunidad en que han vivido los autores, y explica, en buena parte, el status social y económico del que siguen gozando muchas personas, empresas e instituciones.

Que las derechas conservadoras o liberales se avengan a negociar, pactar y gobernar con la extrema derecha, a asumir sus valores y discursos, sólo puede entenderse a partir de la banalización del mal en el debate político y mediático, a las carencias en educación y en políticas públicas de memoria democrática, junto a la ocultación de las víctimas del franquismo y la impunidad penal e histórica de los crímenes franquistas.

Los colectivos a los que la extrema derecha y sus aliados han señalado no vamos a permanecer con los brazos cruzados, contemplando pasivamente que se hagan efectivos los proyectos de los franquistas y sus aliados: recortes de libertades, supresión de derechos sociales y civiles, que han costado décadas de lucha y sacrificios conseguir.

Mañana domingo día 7, en una concentración que celebraremos en Madrid, 85 colectivos de mujeres, LGTBI, de migrantes y de Memoria histórica, haremos un llamamiento a todas las ciudadanas y ciudadanos demócratas para que participen masivamente en las próximas citas electorales, no pretendiendo orientar para que se vote por un partido u otro, sino proponiendo que se vaya a las urnas con una intencionalidad clara: que cada voto sea un voto antifascista, contra la extrema derecha y contra los que están dispuestos a negociar con ellos. Porque opinamos que con el fascismo no se habla, no se negocia y no se gobierna.

Muchas gracias.