18 D'agostu Casu (El Campu)
Organizada por Estaya de la Memoira de l’Altu Nalón
Estimados compañeros y compañeras, amigos, camaradas.
Es para mí en privilegio y un honor tener la oportunidad de
dirigirme hoy a vosotras y vosotros, y transmitiros el saludo de la Federación
Estatal de Foros por la Memoria, organización conformada actualmente por 17
asociaciones y representada aquí en Asturias por las compañeras y compañeros de
FAMYR.
Una vez, el compañero Joan Tardà nos dijo que todo lo que
habíamos hecho (el movimiento social por la recuperación de la memoria
histórica), era poner el pie para impedir que nos cerrasen definitivamente la
puerta del silencio y el olvido, y eso tenía un mérito enorme.
Los actos de homenaje, las conmemoraciones periódicas, la
recuperación de lugares de memoria… son éxitos y conquistas en la lucha contra
el olvido, el silencio y la impunidad que nos han querido imponer durante cuarenta
años de dictadura, y otros más de cuarenta tras la muerte física del dictador. Os
felicitamos por vuestro homenaje anual de Campo de Caso porque constituye una
victoria contra el franquismo.
Quiero transmitiros dos reflexiones breves:
Es habitual decir que las víctimas del franquismo, nuestras abuelas
y abuelos, nuestros compañeros… son inocentes. Es completamente falso, porque
fueron conscientemente culpables de luchar por un mundo mejor para sus hijas y
sus hijos, y para toda la Humanidad. Y esa fue la causa de su muerte. Pero
también son culpables para el Estado español, porque todas las sentencias
represivas del franquismo son, a día de hoy, plenamente firmas y legales.
La gente de la Memoria Histórica solemos decir que trabajamos
para recuperar la dignidad de las víctimas. Es otra gran mentira: nuestros
compañeros y compañeras, a nuestros padres y abuelos no pudieron ser despojados
de su dignidad por los asesinos. Quienes no tienen dignidad son el Estado y la
sociedad española, que consienten que miles de sus mejores hijos permanezcan
enterrados en fosas clandestinas; que permiten que las sentencias de los tribunales
represivos franquistas sigan siendo legales; que consienten que Franco siga
enterrado en su mausoleo recibiendo honores, financiado por todos los
ciudadanos, incluidos los hijos, y los nietos y nietas de sus víctimas.
En conclusión: no estamos aquí para conmemorar la muerte de
nuestros compañeros y camaradas, sino sus vidas.
De nuevo os felicito por esta conmemoración anual contra la
impunidad, el silencio y la mentira. Nada más, espero poder compartir con
vosotras y vosotros muchos años más este acto de homenaje a las víctimas del
franquismo, que son, sobre todo, luchadores contra el fascismo.
Salud, Memoria y República.
(Redacción a partir de
la transcripción de las notas utilizadas en el acto del 18 de agosto).