sábado, 4 de febrero de 2023

Acto "Retos de la Ley de Memoria Democrática". Sede de IU-Madrid, 3 de Febrero de 2023

 

Amigos y amigas. Os transmito un saludo de parte de la Federación Estatal de Foros por la Memoria y de las compañeras y compañeros del Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid. Personalmente quiero agradecer la invitación para participar en el acto de hoy.

Hace unos años constituimos el Encuentro Estatal por la Memoria, que reúne a más 100 colectivos de todo el Estado y de diverso tipo y ámbito de actuación, del que forman parte tanto nuestra Federación como el Área de Memoria Democrática de IU-Madrid. En octubre de 2020 consensuamos y publicamos un amplio documento de Conclusiones donde recogíamos las posiciones del movimiento memorialista sobre cómo tenía que ser una LMD. Este documento fue entregado a partidos políticos, instituciones y colectivos sociales.

Desde entonces hemos mantenido reuniones frecuentes con grupos parlamentarios; hemos realizado diversas concentraciones y movilizaciones en apoyo a nuestras posiciones; hemos organizado reuniones y debates sobre diversos temas, como las bases jurídicas de la impunidad del franquismo; la situación de los archivos de la represión; el caso de los bebés robados; la represión específica ejercida sobre las mujeres; la Memoria histórica en la enseñanza, etc… (todos  los debates están en YouTube y la web del Encuentro). Durante todo el proceso de tramitación de la Ley, el contacto, la circulación de información, y el intercambio de impresiones, ha sido constante y fluido con los compañeros Mauricio Valiente por IU, y Paco Gracia, responsable estatal de Memoria Democrática de Podemos.

 

Sobre la LMD que se publicó en el BOE el pasado 19 de Octubre, valoramos que la redacción final de la misma ha llegado mucho más lejos de lo que esperábamos en un principio. Desde el Proyecto de Ley inicial que presentó el Gobierno; posteriormente los acuerdos entre los socios de Gobierno, PSOE y Unidas Podemos; y finalmente el trámite de enmiendas de los diferentes grupos parlamentarios que han apoyado de un modo u otro la Ley, en cada paso se han ido produciendo avances, y creemos sinceramente que hemos ejercido una cierta influencia, que se ha plasmado en el resultado final.

 

La Ley de Memoria Democrática supone un claro avance con respecto a la LMH de 2007, y recoge unas medias concretas de reconocimiento de las víctimas y condena del franquismo, que con matices, van en la buena dirección. Fundamentalmente abre un amplio espacio a futuras políticas públicas de memoria.

El resultado final dependerá mucho de que se elabore y apruebe pronto un Reglamento de aplicación, de que se pongan inmediatamente en marcha diversos organismos recogidos en la Ley actual para aplicar esas políticas de memoria, de la definición concreta de las competencias de la Fiscalía... En definitiva, dependerá mucho de la voluntad política de los gobernantes.

 

El problema que encontramos en la Ley, es que frente a nuestras propuestas hemos encontrado unas Líneas Rojas, impuestas por el PSOE fundamentalmente. Nosotros/as siempre hemos definido que la IMPUNIDAD del franquismo es uno de los pilares centrales del llamado Régimen del 78.

En ese sentido, Ley de Memoria mediante, España sigue sin cumplir sus compromisos con los derechos humanos, haciendo caso omiso de las recurrentes recomendaciones de diversos organismos y comisiones de la ONU. El problema no es lo que pone la Ley de Memoria, sino que ésta no ha afectado a un aspecto central del problema: la vigencia a día de hoy de lo que organismos internacionales de derechos humanos definieron hace tiempo como “el modelo español de impunidad”.

El principal déficit de esta Ley es que no permite el acceso a la Justicia. Hace apenas 4 meses en Argentina se juzgó y condenó en 2 procesos diferentes a varios represores, y actualmente hay casi un centenar de procedimientos judiciales abiertos. Seguimos sin poder llevar a juicio en el Estado español a torturadores, jerarcas de la dictadura, perpetradores de crímenes contra la humanidad, etc. por crímenes similares y coetáneos a los realizados aquí durante los últimos años del franquismo y principios de la Transición, en la DGS, en comisarías, cuartelillos, que en Argentina y en otros países se juzgaron, y se siguen juzgando y dictándose sentencias y condenas,

El problema no es de la Ley de Memoria en sí, sino que no ha venido acompañada una derogación o declaración de nulidad de Ley de Amnistía de 1977, asimilable a aquellas leyes de Punto final y Obediencia Debida de las dictaduras sudamericanas, que allí fueron sí derogadas o anuladas. Los crímenes del franquismo se consideran prescritos porque en España no se aplica el Derecho Internacional sino el derecho Interno. Los tribunales españoles no reconocen que haya crímenes contra la humanidad antes de 2004, cuando ese tipo penal fue incluido en nuestro Código Penal, aunque para los organismos internacionales de derechos humanos, esos crímenes jamás prescriben. El nudo gordiano de este sistema de impunidad se plasmó en la sentencia del TS de marzo de 2012 por la que se absolvió al exjuez Baltasar Garzón, que se ha convertido con sentencias y autos posteriores del TS y del TC (como por ejemplo, el recurso de amparo denegado a Gerardo Iglesias), en jurisprudencia del Estado español.

 

Somos conscientes de que esta nueva ley puede llegar a ser efímera si las derechas ganan las elecciones generales. Su intención explícita es derogarla y sustituirla por una llamada “ley de concordia” (¿Por qué lo llaman concordia cuando quieren decir Impunidad?). Los colectivos de Memoria en torno al Encuentro Estatal queremos que el Gobierno empiece a tomar medidas inmediatas, para que en caso de que sea la LMD derogada en un futuro ya se hayan llevado a cabo cambios irreversibles, como ejemplo: la retirada del callejero y la simbología franquista, o la declaración y monumentalización de Lugares de Memoria; o la salida de enterramientos públicos y de honor de golpistas del 36. Es fácil derogar un texto legal, pero es más complicado derribar un monumento o reponer unas calles franquistas.

Esta vez sí es posible avanzar en muchos temas, la ley es mucho más clara y concreta que la de 2007, y recoge un régimen sancionador para quien la incumpla. Pero hace falta pronto el desarrollo reglamentario que no tuvo aquélla. Y hace falta que se ponga en marcha pronto la Fiscalía especializada que recoge la Ley, pero cuyas competencias y fines han quedado en la ambigüedad. Y también hacen falta medios: está muy bien el reconocimiento de derechos que se hace, por ejemplo en el tema de archivos, pero sin más archiveros y técnicos especializados, esos derechos difícilmente pueden hacerse efectivos.

Otro tema: nos hemos dirigido recientemente al Gobierno para que, puesto que la LMD declara nulas e ilegales las sentencias pronunciadas por los tribunales represivos, se inscriba en cada expediente represivo una certificación de que dicha sentencia ha quedado anulada a todos los efectos por la LMD: sería inaceptable que, cuando en el futuro las víctimas del franquismo o sus familiares, investigadores o cualquier ciudadano interesado accedan a esos expedientes y sentencias, éstos permanezcan inalterados tal y como los elaboraron los organismos policiales, militares o judiciales, que dirigieron la política de represión sistemática, como si tales sentencias siguieran siendo firmes y justas.

 

¿Qué podemos hacer? Seguir trabajando por el fin de la impunidad, y que el Estado español asuma las recomendaciones de diversos organismos internacionales, entre ellos el Consejo de Derechos humanos de la ONU y sus diversos comités, que han elaborado informes sobre el caso español, señalando que los derechos humanos de un amplísimo colectivos de víctimas de diversa tipología vienen siendo vulnerados sistemáticamente por el Estado español.

En resumen y para finalizar: el objetivo central del movimiento memorialista y de cualquier demócrata digno de tal nombre debe seguir siendo acabar con la impunidad, llevando a los verdugos y represores que quedan vivos ante los tribunales, y conseguir que las víctimas del franquismo tengan el mismo reconocimiento por parte del Estado y de la sociedad, que otros colectivos de víctimas de la violencia política para los que se ha legislado convenientemente y se han aplicado intensas políticas públicas de memoria.

Por otro lado, debemos seguir trabajando para que la Memoria de los y las defensoras de la República y los resistentes contra el franquismo sean patrimonio de la sociedad, y una obligación de todas y cada una de las instituciones del Estado a todos los niveles. Porque no se puede ser demócrata sin ser antifascista. Por eso nos vamos a concentrar el próximo día 16 frente a la antigua DGS en la puerta del Sol, y os animo a sumaros.

Muchas gracias por habernos escuchado.