lunes, 17 de septiembre de 2012
"Adiós, Condesa, adiós", por Rafael Narbona
ADIÓS, ADIÓS, CONDESA, Rafael Narbona.
Sólo voy a dejar esta foto unos minutos, pues es intolerablemente antiestética.
Estoy conmovido. Nos hemos quedado sin una de las mujeres más despiadadas del PP, una verdadera Cruela de Vil que mantenía una cruzada contra los pobres, los parados, los pensionistas, los inmigrantes, los funcionarios y los sindicatos. La Madrastra de Blancanieves ya no podrá conservar la Corona de la Malicia Absoluta. Tú no eres la más hermosa, pero hasta las hordas de Gengis Kan tiemblan al escuchar tu nombre.
Creo que el ínclito e inmundo Manuel Fraga está preparándote un recepción de lujo, con estandartes y fanfarrias. Desde el último círculo del infierno, te espera con los brazos abiertos para celebrar los ajustes y recortes en educación, sanidad y servicios sociales.
Adiós, condesa. Creo que te echaremos de menos, con la nostalgia de los que aún se estremecen de miedo con los terrores de su infancia. Fuiste una verdadera ogresa, un lideresa tenaz en la ciénaga de la ultraderecha española, capaz de mover la silla hasta del mismísimo hijoputa de Gallardón y del memo de Rajoy.
Sé que amabas a José María Aznar y a Margaret Thatcher, con verdadera unción y ciega lealtad. Sé que rezabas a San Josemaría Escrivá, con devoción mariana, hincada de rodillas y con los brazos en cruz. No te preocupes. Seguirán a tu lado. Sois los nuevos jinetes del Apocalipsis, propagando la guerra, el hambre y la peste.
Por cierto, ¿quién es la señora que llora a tu espalda? Parece una alienígena que acaba de perder a su príncipe encantado.
Sólo te pido una cosa. Baja a los infiernos con Ana Botella, tu alma gemela. Hasta el mismísimo Lucifer se encogerá de envidia, pensando que sus obras palidecen al lado de vuestra cosecha de infamias y ultrajes contra los más débiles.