jueves, 11 de junio de 2009

El ladrón (presunto) y los de su condición

Analizando el resultado de las Elecciones Europeas, Fabra ha dicho: “A los votantes no les importa si Camps o Fabra son culpables”.

Fabra no ha dicho que quienes les han votado opinen que sean inocentes: La verdad es que de las palabras del propio Fabra se deduce que presupone que sus votantes opinan que son culpables, y que a pesar de ello les siguen votando.

La explicación habitual es que la gente vota a los candidatos de su partido y los respalda, como dice el juramento de la Legión, “con razón o sin ella”.

Pero el otro día, un compañero me dio una explicación mucho más drástica, y por desgracia, empiezo a pensar que mucho más real: “los votantes asumen que los presuntos corruptos están ahí para eso, que es algo que conlleva el cargo, y no sólo los admiran sino que harían lo mismo si tuviesen la oportunidad”.

Supongo que esto se podría analizar con profundidad a partir de la España de la picaresca, de las herencias del franquismo sociológico y de la cultura del pelotazo felipista, del individualismo posesivo y de la ideología dominante… etc…

De momento, vemos los resultados electorales y se nos queda cara de tolili. Eso sí, como alguien me hable de políticos corruptos, le voy a mandar a tomar por donde amargan los pepinos.