- ¿Pero quién ha ganado las elecciones?, me pregunta mi hija Elisa al oír los discursos de los distintos representantes políticos.
- Parece que todos a la vez - le contesto-, y en este caso es posible que todos tengan algo de razón.
- ¿Cómo en este caso?
- Bueno, ya sabes que los portavoces de los partidos políticos suelen arrimar el ascua a su sardina, y son capaces de interpretar cualquier dato según les convenga. Una interpretación partidista puede convertirse en una chistera de mago, en una manga ancha dispuesta a asombrarnos con palomas, naipes y pañuelos. Pero en este caso el optimismo de todos tiene algún sentido.
- ¿El PP puede estar contento?
- Ha ganado las elecciones, tiene más votos y más diputados que nadie. Derrota al partido del Gobierno. Es la primera vez que Zapatero pierde en las urnas, y eso tal vez indique un cambio de tendencia en el país. Los escándalos por la corrupción no le han hecho daño, y eso es importante para ellos porque es una enfermedad bastante extendida en sus filas. Los votantes de Valencia, de Murcia, de Madrid, se comportan como los italianos, votan felices a sus Berlusconis particulares.
- ¿Y el PSOE?
- La verdad es que la crisis ha pasado una factura mucho más suave de lo previsible. En medio del paro, del miedo a las dificultades económicas, Zapatero mantiene bien su posición. Las expectativas conservadoras no se han cumplido. A los socialistas, además, les debe alegrar que los resultados aseguren el liderazgo de Rajoy en la derecha. Es un candidato al que Zapatero derrota con facilidad. Quizás una crisis en el PP hubiese forzado una renovación más amenazadora para el dominio socialista. El PSOE ha pagado el desgaste de la crisis en las elecciones que menos le importan.
- ¿Y qué pasa con Izquierda Unida?
- Frena su tendencia a la baja. Mantiene sus diputados. Puede afirmar que es la tercera fuerza política del país.
- Pues todos contentos.
- Claro, pero date cuenta... Al decir que todos han ganado, quizás estamos evitando decir que, en realidad, todos han perdido.
- ¿El PP?
- No se han cumplido sus expectativas. Después de culpabilizar a Zapatero de la crisis, de la pérdida de puestos de trabajo, de todas las catástrofes habidas y por haber, Zapatero se perfila como un candidato difícil de derrotar en las próximas elecciones, sobre todo si se vive ya una mejor situación económica.
- ¿El PSOE?
- Ha perdido votos y diputados. Le queda una legislatura difícil en el Parlamento español. No es que carezca de mayoría, es que, además, los otros partidos parecen obligados a hacer una oposición cada vez más dura para definir su espacio. Si el PP tiene motivos para dudar de su victoria, el PSOE tampoco puede estar seguro de la suya.
- ¿Izquierda Unida?
- Pues mira, piensa en la situación que vivimos, en el cansancio de los partidos mayoritarios, la corrupción, la malísima campaña electoral, la crisis que golpea a los trabajadores, el distrito electoral único... Si Izquierda Unida no tiene una mejoría llamativa en este momento, hay motivos para dudar de su utilidad electoral. El partido de Rosa Díez, por simple frescura cíviva y electoral, ha sacado casi los mismos votos. Más que sentirse felices, los políticos que trabajan a la izquierda del PSOE deberían hacer una meditación profunda sobre el futuro.
- Y tú, ¿que piensas?
- Yo he perdido estas elecciones. Y de manera clarísima. En Europa ha barrido la derecha. Después de hacer una campaña electoral sin Europa, ahora se analizan también los resultados en clave española. Aquí se puede decir que todos han ganado, o que todos han perdido. Pero si hablamos de Europa, la verdad es que el predominio de la derecha es rotundo. No me gusta la Europa mercantil y neoliberal que se nos viene encima. Ya verás las leyes y las directivas que se aprobarán. Tú y yo vamos a hablar mucho de racismo, derechos humanos, degradación laboral y especulaciones financieras.
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